Dejemos que la historia de los fundadores de esos medios nos lo aclaren:
El 4 de enero de 1870 mientras se libraban los últimos combates de la Guerra del Paraguay y con una tirada de mil ejemplares se hizo pública la primera edición del diario La Nación fundado por Bartolomé Mitre luego de comprar el diario La Nación Argentina, reconvertido por él bajo el nombre de La Nación.
La edición inicial del diario establece las diferencias entre ambos diarios:
“La Nación Argentina era un puesto de combate. La Nación será una tribuna de doctrina (...) La Nación Argentina fue una lucha, La Nación será una propaganda”.
Este nuevo medio se convierte desde entonces, como comenta Martín Sivak, que estudió su historia, "De algún modo las clases altas se vieron interpretadas por La Nación (sus accionistas eran de clase alta y escribían para ellos y para sus iguales) El matutino fundado por Bartolomé Mitre acompañó desde sus inicios las ideas de las clases dominantes, los grandes empresarios, la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial Argentina y jugó un papel muy importante, si se tiene en cuenta que no hay ninguna institución –salvo la Iglesia- (porque otros medios fueron censurados en el peor momento al igual que los partidos políticos) que haya podido hablar durante 130 años seguidos sin interrupción".
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El origen de el diario Clarín es también político, y fue fundado por otro político, Roberto Noble:
Ex diputado del Partido Socialista Independiente y ex ministro de Gobierno del conservador (y pronto nacionalista) gobernador bonaerense Manuel Fresco, Roberto Noble lanzó en agosto de 1945 un tabloide de lectura fácil. Esta catapulta –creía él– le devolvería influencia política para convertirlo en presidente de la República. El flamante director aspiraba a repetir la experiencia de los políticos del siglo XIX –Mitre, Sarmiento– que editaron periódicos para participar de la lucha facciosa. Pero Noble quería algo más que eso: un diario masivo, liviano de ideología, que influyera sobre la mayor cantidad de argentinos y proyectara su propia figura.
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El propio fundador del diario, Roberto Noble, aclara su objetivo al fundar Clarín:
“Quiero un diario que acompañe al lector mientras se toma un café y se fuma un pucho, y después lo lleva a su casa al final del día de trabajo”.
La caracterización peyorativa que se suele hacer ahora como "periodismo militante", cuadra perfectamente al de estos dos medios, fundados por políticos, con propósitos políticos, aggiornados a los modos, técnicas profesionañes y adelantos la época. Y esta característica nos remonta al primer periódico patrio, fundado por otro político, Mariano Moreno, con los mismos propósitos de La Nación y Clarín,: Gazeta de Buenos Aires.
Repasemos ahora el editorial del primer número, editado el 7 de junio de 1810, que estipula la razón y los propósitos de su fundación, y que fue además la fundación del periodismo argentino... y del "periodismo militante":
"Desde el momento en que un juramento solemne hizo responsable a esta Junta del delicado cargo que el pueblo se ha dignado confiarle, ha sido incesante el desvelo de los individuos que la forman, para llenar las esperanzas de sus conciudadanos. Abandonados casi enteramente aquellos negocios a que tenían vinculada su subsistencia, contraídos al servicio del público, con una asiduidad de que se han visto aquí pocos ejemplos, diligentes en proporcionarse todos los medios que puedan asegurarles el acierto; ve la Junta con satisfacción, que la tranquilidad de todos los habitantes, acredita la confianza, con que reposan en el celo y vigilancia del nuevo gobierno.
Podría la Junta reposar igualmente en la gratitud con que públicamente se reciben sus tareas; pero la calidad provisoria de su instalación redobla la necesidad de asegurar, por todos los caminos, el concepto debido a la pureza de sus intenciones. La destreza con que un mal contento disfrazase las providencias más juiciosas, las equivocaciones que siembra muchas veces el error, y de que se aprovecha siempre la malicia, el poco conocimiento de las tareas que se consagran a la pública felicidad, han sido en todos los tiempos el instrumento que limando sordamente los estrechos vínculos que ligan el pueblo con sus representantes, produce al fin una disolución, que envuelve toda la comunidad en males irreparables.
Una exacta noticia de los procedimientos de la Junta, una continuada comunicación pública de las medidas que acuerde para consolidar la grande obra que se ha principiado, una sincera y franca manifestación de los estorbos que se oponen al fin de su instalación y de los medios que adopta para allanarlos, son un deber en el gobierno provisorio que ejerce, y un principio para que el pueblo no resfríe en su confianza, o deba culparse a sí mismo si no auxilia con su energía y avisos a quienes nada pretenden, sino sostener con dignidad los derechos del Rey y de la Patria, que se le han confiado. El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir los delitos.
¿Por qué se han de ocultar a las provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo el nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península? ¿Por qué se ha de envolver la administración de la Junta, en un caos impenetrable a todos los que no tuvieron parte en su formación? Cuando el Congreso general necesite un conocimiento del plan de gobierno que la Junta Provisional ha guardado, no huirán sus vocales de darlo, y su franqueza desterrará toda sospecha de que se hacen necesarias o temen ser conocidos, pero es más digno de su representación, fiar a la opinión pública la defensa de sus procedimientos y que cuando todos van a tener parte en la decisión de su suerte, nadie ignore aquellos principios políticos que deben reglar su resolución.
Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a luz un nuevo periódico semanal, con el título de Gaceta de Buenos Aires, el cual sin tocar los objetos que tan dignamente se desempeñan en el Semanario del Comercio, anuncie al público las noticias exteriores e interiores que deban mirarse con algún interés.
En él se manifestarán igualmente las discusiones oficiales de la Junta con los demás jefes y gobiernos, el estado de la Real Hacienda y medidas económicas, para su mejora; y una franca comunicación de los motivos que influyan en sus principales providencias, abrirá la puerta a las advertencias que desee dar cualquiera que pueda contribuir con sus luces a la seguridad del acierto.
La utilidad de los discursos de hombres ilustrados y que sostengan y dirijan el patriotismo y fidelidad, que tan heroicamente se ha desplegado, nunca es mayor que cuando el choque de las opiniones pudiera envolver en tinieblas aquellos principios, que los grandes talentos pueden únicamente reducir a su primitiva claridad; y la Junta, a más de incitar ahora generalmente a los sabios de estas provincias, para que escriban sobre tan importantes objetos, los estimulará por otros medios que les descubran la confianza que pone en sus luces y en su celo.
Todos los escritos relativos a este recomendable fin se dirigirán al señor vocal doctor don Manuel Alberti, quien cuidará privativamente de este ramo, agregándose por la secretaría las noticias oficiales, cuya publicación interese. El pueblo recibirá esta medida como una demostración sincera del aprecio que hace la Junta de su confianza; y de que no anima otro espíritu sus providencias que el deseo de asegurar la felicidad de estas provincias."
(Orden de la Junta).
Mariano Moreno, Gaceta de Buenos Aires del 07 de Junio de 1810.
Finalmente, vemos que la distancia entre ambos tipos de periodismo es muy difusa, incluso casi inexistente. Un periodista es un sujeto, no un objeto, por lo que lo que producen nunca puede ser "objetivo", neutral, imparcial, sino subjetivo por naturaleza. Por eso, más que hablar de periodismo objetivo o independiente frente a periodismo militante o politizado deberemos referirnos a periodismo riguroso frente a periodismo tendencioso. Más aún si el periodismo no es una tarea individual (como en la actualidad), sino que se realiza en medios, donde la individualidad del periodismo se pierde, se licúa en la línea editorial del mismo. Por eso, repasemos unos breves pero interesantes textos sobre el tema:
“El empleo desaforado de comillas en declaraciones falsas o ciertas permite manipulaciones malignas y tergiversaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal.”
“La ética debe acompañar siempre al periodismo, como el zumbido al moscardón.”
Gabriel García Márquez.
"(...) en el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico."
Ryszard Kapuscinski.
"El verdadero periodismo debe ser constructivo."
Jorge González Moore
"La información es demasiado importante como para dejarla en manos de los periodistas."
Pierre Bourdieu.
"A veces ser el último en informar es mejor que estar equivocado."
"Si su madre dice que lo ama, verifíquelo."
Chicago Tribune.
“En esta serie de artículos sólo me propongo consolidar esa saludable desconfianza popular a la letra impresa y a la voz de la radio, que salva a nuestro pueblo en las grandes circunstancias históricas.
" Hay mil secretos, mil artimañas desleales que inciden en la formación de la opinión pública. Y cuídese lector de lo vagamente insinuado, de lo reiterado con malicia, mucho más que las groseras imputaciones o elogios, porque más trabajan con la gota de agua de todos los días que con el escándalo resonante. Así edifican héroes y pecadores, prestigian ideas o las desmerecen”.(...)
“Esto que estoy diciendo es historia mínima que baja la categoría de los temas; no beneficia al que escribe, pero no hay otro camino que documentar estas minucias, para ayudar al pueblo a descubrir la verdad entre la mentira engolada y la información falsificada”.
“Era así como andar con el arco y la flecha en medio de ametralladoras y cañones, construyendo ladrillo y barro en la época de hormigón armado. Oponíamos el sentido común y las conclusiones del análisis inmediato a un pensamiento infatuado de sabiduría prestada; pequeños volantes y folletitos o la voz de nuestros oradores callejeros contra todo el aparato de difusión y la publicidad de la fama y la suficiencia y contra la autoridad de las cátedras y bibliotecas.”
Arturo Jauretche.