Este humilde servidor público reproducía hace unos días en la entrada Exclusivo: Las nuevas denuncias de Lanata sobre la ruta del lavado del dinero de la corrupción lo siguiente:
Arbizu, quien se considera “un arrepentido del mundo de las finanzas”, relató en su declaración las dos maniobras principales hechas por el JP Morgan:
–Buscan captar nuevos fondos, sobre todo los provenientes de la venta de empresas, y una vez afuera esos fondos evaden obligaciones tributarias.
–Suelen actuar “en complicidad” con las AFJP: cuando una empresa efectúa una oferta pública a través del banco, las administradoras de AFJP compran la emisión primaria o secundaria, aunque no sea un buen negocio. Cerrada la operación, los fondos son sacados del país por el cliente y administrados por el banco en Suiza o Estados Unidos.
De la lista entregada por Arbizu a la Justicia (...), ya que son más de veinte carillas. Muchas de las cuentas tienen nombres de fantasía y son “empresas” radicadas en el exterior, la mayoría sin ninguna actividad comercial: son todas las terminadas en “Inc.”, “Corp.”, “Ltd.”.
Esto no era otra cosa que una denuncia hecha en el 2008 sobre una inmensa evasión de divisas y lavado de dinero malhabido, realizada contra el Grupo Clarín y otras grandes empresas argentinas, que duerme el sueño de los justos en los pasillos de tribunales desde entonces, gracias a esta justicia "independiente" e impoluta que nadie puede ni osar tocar sin ser acusado de autoritario o dictador antirrepublicano...
Para agregar más información al caso, y en honor a que finalmente se castigue a todos los lavadores de dinero malhabido de Argentina, sea quien sea y caiga quien caiga, Basurero Nacional los invita a ver ahora un esclarecedor video de una investigación periodística a prueba de desmentidas o arrepentidos arrepentidos (¿arrepentidos al cuadrado?). Pasemos entonces a las imagenes:
Informe sobre el lavado de dinero del Grupo Clarín.
Como hemos ivisto, de la comparación de esta informe del programa del periodista Roberto Navarro y con los dos informes del programa de Jorge Lanata, se desprende que mientras Lanata presenta un par de dudosas cámaras ocultas y un reportaje a un par de jóvenes playboys que confiesan (o se arrogan) haber lavado dinero para un empresario santacruceño, y que 48 horas después se desdicen, un par de documentos que prueban la conformación de una empresa trucha en Panamá, una transferencia de una importante suma de dinero por los canales habituales, una boleta del alquiler de un avión particular, más decenas de afirmaciones secundarias (entre ellas que el dinero se pesa(?)) que no logran aún enhebrar convincentemente una supuesta historia de lavado de dinero de un expresidente fallecido (y sin presentarlo a la justicia, y por eso tarda 48 horas en tomar cartas en el asunto); el programa de Roberto Navarro muestra los datos que brinda un experimentado ex banquero arrepentido que denuncia el lavado de dinero del poderoso grupo Clarín y de otras grandes empresas argentinas que él mismo realizó desde el JP Morgan, en connivencia con una de las principales evaluadoras de riesgo y todas las AFJP, cuyos principales perjudicados fueron los fondos de los jubilados y el estado nacional (todos nosotros), y donde se brindan los nombres de dichas empresas, los montos evadidos, los números de cuentas involucrados, se presenta la declaración en vivo del mismo arrepentido, etc., etc. y se demuestra que todos esos datos ya fueron correctamente presentadas a la justicia.
Finalmente, veamos ahora qué opina un verdadero lavador de plata internacional de los jóvenes "lavadores", los vuelos a Panamá y las cuentas en el extranjero reveladas en la investigación de Jorge Lanata:
Hernan Arbizu opina sobre el lavado en el LanataGate.
Cualquier malpensado diría que aquí se ve la diferencia entre un periodismo amarillo o sensacionalista que busca el golpe de efecto o el golpe político, y el periodismo a secas... Pero como este humilde servidor público no es un malpensado, sólo se limita a mostrar los hechos y dichos sacados de los medios, de sus verdades parciales, para que cada uno saque sus propias conclusiones.
