Cuando "todo el mundo" pronosticaba que nos expulsarían sin remedio de ese exclusivo club financiero, el milagro ocurrió...
Como si aún necesitáramos más pruebas de los habituales diagnósticos errados de los medios hegemónicos opositores y los economistas estrellas de los mismos, la opereta de la "negociación imposible" de Argentina con el Club de París viene a nuestro auxilio. Pero en este caso no sólo se demuestra la ineficacia para pronosticar tormentas o errores del gobierno sino que también pone en evidencia el evidente lobby contra los intereses del país de -entre otros- periodistas del diario La Nación, que mes a mes o día a día fueron informando de los requerimientos y condiciones que los países del Club de París postulaban. Y hoy, "con el diario del lunes", vemos que la posición del gobierno fue coherente a través del tiempo, que el Club tuvo que ceder en sus principales requerimientos y que, nuevamente, el kirchnerismo tiene una envidiable capacidad de negociación en lo que respecta al pago de las deudas nacionales.
Pero no nos apresuremos, veamos en un breve resumen, cómo se fueron dando los acontecimientos a través de los últimos años en boca de La Nación y un par de de sus economistas preferidos:
Un Gobierno sin brújula.
08 de octubre de 2010
Argentina es un país que sólo puede desorientar al mundo y, lo peor para un país serio, es dar señales incoherentes.
La Presidente le asegura a la canciller Angela Merkel que está dispuesta a pagar la deuda con el Club de París, pero, por otra parte, rechaza la condición que le pone Merkel: someterse al FMI. Y, para aclarar los tantos, el canciller argentino, Héctor Timerman dijo en declaraciones radiales -más destinadas al consumo interno que a las relaciones internacionales- que lo tiene "sin cuidado lo que diga el FMI" sobre la Argentina.
Se podrían mostrar muchas contradicciones semejantes. ¿Hay coherencia en los mensajes? ¿Son los mensajes adecuados para atraer inversiones?
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La Argentina y el Club de París.
18 de noviembre de 2010
Al igual que en septiembre de 2008, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que el gobierno nacional buscará un acuerdo para cancelar la deuda en default con el llamado Club de París sin la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Hoy la situación es algo diferente. La primera mandataria no dio detalles sobre la forma en que la Argentina se propondría cancelar la deuda con los países del Club de París; tampoco aclaró si se pensaba utilizar reservas.
En cambio, desde el Poder Ejecutivo sí se puso énfasis en que cualquier negociación se hará sin la participación del FMI, pese a que las reglas del Club de París estipulan que cualquier plan de pagos de deudas a sus países deben pasar por una auditoría del organismo financiero internacional.
Alcanzar un acuerdo con los países del Club de París debería ser una meta que sea colocada por encima de las consideraciones que nos merezca el FMI.
Es necesario que la Argentina encare con suficiente seriedad sus relaciones con el mundo. Y esto incluye aceptar que el mundo funciona con determinadas reglas, entre ellas, las vinculadas con las tareas de supervisión y auditoría encomendadas a un organismo, como el FMI, del que la Argentina forma parte.
Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner han rechazado sucesivamente al FMI, al extremo de cancelar anticipadamente la deuda con ese organismo para no ser objeto de sus supervisiones. Detrás de las críticas de tipo ideológico a esa organización financiera es bastante lógico pensar que las autoridades nacionales esconden su intención de que una auditoría del FMI no deje expuesta ante el mundo la falsificación de las estadísticas oficiales.
Es de esperar que, esta vez, ni la demagogia ni la improvisación tiñan una negociación que debería apuntar a devolverle al país la credibilidad internacional que ha venido perdiendo desde hace muchos años.
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En cuotas y a pagar en seis años: la estrategia oficial para negociar con el Club de París.
03 de diciembre de 2010
El Gobierno propondría al Club de París pagarle su deuda impaga en cuotas trimestrales durante seis años, aunque podría acelerar los pagos en función del buen desempeño de su economía.
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El Club de París quiere cobrar en un plazo de un año y medio.
10 de diciembre de 2010
El Club de París pretende cobrar la deuda que la Argentina mantiene en default desde 2001 en un plazo que no supere el año y medio, frente a la idea del Gobierno de plantear un plan para cancelarla hasta en seis años.
Frente a la versión que dejó trascender el ministro de que desea proponer un plan de pagos de seis años, las fuentes indicaron que "con ese plazo ni siquiera se puede comenzar la negociación".
El propio Boudou había mencionado semanas atrás un período de tres a cinco años, pero ahora parece querer estirarlo más -antes de sentarse a negociar- por cuestiones de política interna.
El Club de París le envió una carta al Gobierno en la que habilitó una vía para pagar la deuda sin que haya un programa del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero aclaró que para que se produzca esta alternativa tiene que haber una propuesta de pago "realista" por parte del Gobierno, al considerar que el país tiene recursos suficientes para hacerlo.
Las fuentes indicaron que un plazo superior a los 18 meses excede la categoría de "realista", ya que pasaría a ser una reestructuración y, por lo tanto, merecería la intervención del FMI, como ocurre en la mayoría de los casos analizados por el Club, formado en 1956 para tratar, justamente una deuda de la Argentina.
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El Club de París pide cobrar a corto plazo.
14 de diciembre de 2010
La Argentina no consiguió ayer convencer al Club de París de aceptar sus plazos para cancelar la deuda en default de casi 8000 millones de dólares. Así lo reconoció ayer en París el ministro de Economía, Amado Boudou, después de mantener una primera reunión preparatoria con el director del Tesoro, Ramon Fernandez, que preside ese club informal de acreedores.
"Lo primero que tendremos que establecer es el plan de pagos, que deberá permitir a la Argentina seguir creciendo y teniendo inclusión social: de ninguna manera será un pago en un año", dijo Boudou.
En esta primera reunión preparatoria de la verdadera ronda de negociaciones, Fernandez le transmitió a Boudou la voluntad de los acreedores de no aceptar un plazo mayor de 24 meses. El calendario preciso se decidirá cuando comiencen las negociaciones.
Los observadores consideran sin embargo que el ministro parece demasiado optimista: "Es difícil que el Club de París acepte dar un trato preferencial a la Argentina", opinó Alberto Ramos, economista del grupo Goldman Sachs en Nueva York. "Los acreedores tendrán en cuenta las reservas récord del país -que ascienden a 51.000 millones de dólares-, sumadas al hábito de la presidenta Kirchner de pagar con ellas la deuda pública, más el excedente comercial del país y no verán motivos para [aceptar] ese tratamiento de favor", concluyó.
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Otro desencuentro con el Club de París.
05 de abril de 2011
En la última propuesta presentada en la capital francesa, que mañana será rechazada formalmente con una contrapropuesta, el Gobierno quiso replicar el modelo del cupón ligado al PBI que incluyó en la compleja renegociación de la deuda con los bonistas en 2005.
Fuentes que participan de la negociación indicaron a LA NACION que la última propuesta argentina -informal- consiste en un escenario básico de un pago en seis años de los US$ 9000 millones acumulados en estos diez años, algo que informalmente los acreedores ya rechazaron.
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El Club de París exige un pago rápido para acordar con el país.
08 de octubre de 2011
El Gobierno confía en un arreglo, pero los acreedores piden plazos cortos y un fuerte desembolso inicial.
Gobierno deberá ofrecer un pago inicial importante y un plazo que no supere los tres años en total si pretende acordar con el Club de París la cancelación de la deuda de US$ 8900 millones acumulada desde el default de 2001, según fuentes ligadas a los acreedores.
EN EE.UU CREEN QUE SERÁ DIFÍCIL SIN EL FMI.
Un informe del Bank of America-Merill Lynch indicó esta semana que "será muy difícil llegar a un acuerdo con el Club de París si no se llega previamente a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)". De este modo, reflotó una de las cuestiones más sensibles para el Gobierno, que se niega en forma tajante a la participación formal del organismo multilateral como agente de monitoreo del plan de pagos.
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El problema es político
02 de noviembre de 2011
Por Joaquín Morales Solá
Boudou y Lorenzino promueven una línea de reconciliación con los mercados financieros internacionales. Creen que un acuerdo con el Club de París por la deuda en default le abriría al país las puertas de esa pacificación con el mundo del dinero. El Club de París necesita de la auditoría del Fondo Monetario Internacional, que se reduciría sólo a la revisión anual a la que, en rigor, están sometidos todos sus países miembros. La Argentina de los Kirchner se negó a esa revisión porque el Fondo está impugnando cada vez con más severidad al Indec de Moreno, como objetaría ahora la morenización del mercado de cambios.
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La Argentina, sola frente al mundo
01 de abril de 2012
Por Joaquín Morales Solá
Las políticas económicas, financieras y comerciales de la dinastía gobernante están colocando al país al borde mismo del total aislamiento político y económico. La Organización Mundial del Comercio se prepara para duras represalias al país. El Fondo Monetario Internacional podría sancionar a la Argentina en los próximos meses. El Mercosur ha dejado de existir. La presencia de la Argentina en el G-20 será incómoda, al menos, en la cumbre prevista para junio en México.
El férreo límite del mundo sobresalió en los últimos días. ¿Importa? El mundo es el mundo de aquí y ahora. La Argentina, en cambio, habita en el pasado, aun en el que ya ha fracasado.
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Axel Kicillof afirmó que la negociación con el Club de París será "difícil y puede llevar varios meses"
21 de enero de 2014
El ministro de Economía, Axel Kicillof, informó que la negociación del Gobierno por la deuda con el Club de París se encuentra en una fase preliminar, aunque todavía no se realizó una propuesta formal a los 19 países miembro.
"El primer encuentro fue muy satisfactorio y planteamos los lineamientos generales para luego realizar una propuesta formal, con letra fina", dijo Kicillof en conferencia de prensa luego de su regreso de París y agregó que el proceso no será rápido. "Esta es una negociación larga, difícil y que puede llevar varios meses", explicó.
El ministro destacó que los tres vectores de la propuesta argentina serán: "cumplir con los compromisos asumidos, una solución sustentable para los pagos que debe hacer el país y no aceptar condicionamientos". Sobre este último punto, vale recordar que en 2010 el Club de París aceptó dialogar sin la intermediación del Fondo Monetario Internacional.
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Alfonso Prat Gay: "Kicillof hace un año y medio que se equivoca"
22 de enero de 2014
El ex titular del Banco Central y dirigente de UNEN, Alfonso Prat Gay, criticó hoy al ministro de Economía, Axel Kicillof (...) y opinó que en la conferencia de ayer, brindada por el ministro de Economía, no se dijo nada: "Kicillof se tomó un avión a París para explicarle al Club de París que tienen una buena idea de cómo devolverle la plata. Es un escándalo. En la conferencia de prensa de ayer no dijo nada".
Sumó a las críticas que Kicillof "empieza a negociar sin saber cuánto se debe; se tomó un avión, arma una conferencia de prensa para anunciar lo que no se hizo, se gastó una semana en China y nadie sabe para qué. Hace un año y medio que se viene equivocando".
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Aclaró el Club de París que no comenzó a negociar con el país.
23 de enero de 2014
Aunque no trascendieron detalles en forma oficial, el Gobierno habría reiterado su idea de que se forme un fideicomiso, posiblemente en el Reino Unido, para que, a medida que la Argentina paga, reciba inversiones o, al menos, líneas de crédito para bienes de capital o comercio exterior. Acreedores consultados por LA NACION consideraron "delirante" la iniciativa, ya que es un esquema que, en algunos casos, fue aplicado a los países más pobres del mundo y altamente endeudados.
Otra de la controversia es la estimación final de la deuda. Según DyN, para la Argentina la deuda estaría en el orden de los US$ 9500 millones, pero "no se descarta que para el Club de París esa cifra sea superior y orille los US$ 12.000 millones".
Tampoco está decidido el rol del Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque Kicillof dijo anteayer que la Argentina no tiene un programa con el FMI y que presentó una propuesta por su cuenta, los acreedores sólo exigen que haya una misión del artículo IV, que no se realiza desde 2006 -a diferencia de lo que ocurre con el resto de los países miembros del Fondo- para auditar el estado de las cuentas públicas argentinas.
Todo depende del plazo de pago: si el país planteara un pago en efectivo y el resto en dos o tres años, no habría oposición de los acreedores a eludir el FMI; por el contrario, si se pretendiera formular un plan de pagos de mediano plazo, sería difícil eludir al organismo que lidera Christine Lagarde.
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Más exigencias y dudas, la respuesta del Club de París a la Argentina.
Los acreedores piden desembolsos mínimos y que participe el FMI; ponen reparos a que los pagos dependan de la inversión que llegue al país.
23 de febrero de 2014
Fuentes diplomáticas confiaron a LA NACION que si bien se desprende del documento una posición dialoguista, los acreedores expusieron sus dudas sobre la intención del Gobierno de condicionar los pagos de la deuda, estimada en US$ 9000 millones, a las inversiones que fueran llegando. Varios países pidieron que la Argentina diga si garantizará un mínimo de desembolsos por año, más allá de las inversiones que pueda atraer. Al respecto, se le preguntó al Gobierno si instrumentará una política activa para captar capitales. Varias naciones, además, insistieron en algo que el kirchnerismo rechaza: que el FMI supervise un posible acuerdo.
Pero, según dijeron las fuentes a LA NACION, en el paper que el Club de París envió al Gobierno -en el que se recopilan las dudas y los pedidos de aclaraciones de los distintos países acreedores-, varios no se muestran conformes con esa fórmula: piden que la Argentina aclare, por ejemplo, si va a garantizarles un mínimo de pagos al año o si todos los desembolsos estarán sujetos a las inversiones del exterior.
Kicillof tampoco incluyó en su propuesta presentada en París la participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) como veedor de las estadísticas locales y, al mismo tiempo, de la capacidad de pago de la Argentina ante un eventual acuerdo con el Club. En tal sentido, aunque no de forma unánime, varios acreedores habrían expresado abiertamente en el documento su deseo de que el organismo participara del acuerdo.
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Los milagros que busca Cristina en Roma y París
17 de marzo de 2014
Por Carlos Pagni
Mientras la diplomacia internacional se puso al borde del abismo, ella estará hablando de la deuda con el Club de París, el conflicto con los holdouts y el reencuentro con el Fondo. Problemas con los que la Argentina viene aburriendo desde hace 13 años.
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No es fácil acceder al crédito externo.
23 de marzo de 2014
Por otro, porque la propuesta inicial del Ministerio de Economía -revelada por LA NACION-, de efectuar un pago simbólico e inmediato por 250 millones de dólares, luce poco realista y atractiva. El ex secretario de Finanzas y ex embajador en Alemania, Guillermo Nielsen, cree que ese monto debería ubicarse en torno de los 2000 millones para que guarde relación con la deuda a reestructurar.
Quizá debido a esta realidad el propio ministro Axel Kicillof haya flexibilizado su inviable idea de atar los pagos de deuda al Club de París a las inversiones extranjeras directas (IED) que pudieran realizar aquí las empresas de esos países. Ahora, en cambio, se habla de un cronograma a definir.
Hasta ahora, en el Club de París no hay antecedentes de reestructuraciones sin que el FMI haya auditado al país deudor. Además, el hecho de que los dos principales acreedores de la Argentina sean allí Japón (con 30,6%) y Alemania (27,7%) -dos países no muy proclives a las improvisaciones económicas- hace suponer que tampoco será sencillo un reemplazo de mutuo acuerdo, que el gobierno de CFK necesita con urgencia para aliviar los frentes EXTERNO y fiscal.
Con esta perspectiva, los 10.000 millones para "salvar la ropa" hasta fin de 2015 pasarían a ser una expresión de deseos. Claro que en última instancia, el gobierno de CFK podría recurrir a otra opción, que ingresa en el terreno de las pesadillas políticas: el FMI dispone de facilidades preventivas para los países miembros que temen caer en una crisis de balance de pagos.
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Ya a princípios de año, este humilde servidor público acotaba estos datos sobre este mismo debate:
Kicillof recibió un tibio apoyo del Club de París para iniciar la negociación.
Como nadie le cierra la puerta en la cara a un deudor que ofrece pagar, no se puede hablar de fracaso rotundo, pero la Argentina registró apenas un tenue avance con el Club de París.
Quizás por eso el ministro de Economía, Axel Kicillof, -si bien calificó de "extremadamente positiva" la respuesta del Club al planteo que realizó en su viaje relámpago a la capital francesa- admitió que las conversiones podrían extenderse en el tiempo. "Se dio un paso importantísimo; se abre la puerta de un proceso largo que puede llevar meses", dijo.
Fuentes que siguen de cerca la negociación se mostraron escépticas ante LA NACION.
Kicillof habló mucho y dio pocas muestras de conocer el funcionamiento de este Club en el que gobiernos acreedores de un país deciden por consenso desde 1956 el arreglo con sus deudores.
Si como dice el ministro el proceso puede ser largo, no se entiende porque viajó en esta instancia un funcionario de su rango.
Al regresar ayer de París, Kicillof convocó a una conferencia de prensa, pero no quiso brindar detalles, amparado presuntamente en no querer "quemar" la negociación, que hoy podría recibir una respuesta amable de parte del Club ("seguramente dirán que le dan la bienvenida a la propuesta argentina y que esperan poder avanzar", especuló el ex secretario de Finanzas Daniel Marx), en su plenario mensual.
Pésimo resultado de la reunión de Kicillof con el Club de París.
El ministro no pudo hacer una oferta porque no llevó a nadie del Banco Central. “Hable con el Central y vemos”, le dijeron.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, fracasó rotundamente en su intento -largamente promocionado por la prensa afín- de cerrar un acuerdo que resuelva la deuda impaga con el Club París, una capítulo que el Gobierno quiere cerrar para poder tomar deuda en el mercado internacional.
De hecho, sigue abierta la discusión con el Club de París sobre el rol que tendrá el FMI en un eventual entendimiento. Por disposición de su estatuto, cualquier tipo de acuerdo de pago de deuda, a plazos, que alcance el Club de París debe tener el visto bueno del FMI, condición que la Argentina no está dispuesta a aceptar.
Más exigencias y dudas, la respuesta del Club de París a la Argentina.
Los acreedores piden desembolsos mínimos y que participe el FMI; ponen reparos a que los pagos dependan de la inversión que llegue al país.
En la oferta que Kicillof presentó en enero pasado, el Gobierno les planteaba un primer pago parcial en efectivo y el resto en bonos condicionados a inversiones de los países acreedores.
Pero, según dijeron las fuentes a LA NACION, en el paper que el Club de París envió al Gobierno -en el que se recopilan las dudas y los pedidos de aclaraciones de los distintos países acreedores-, varios no se muestran conformes con esa fórmula: piden que la Argentina aclare, por ejemplo, si va a garantizarles un mínimo de pagos al año o si todos los desembolsos estarán sujetos a las inversiones del exterior.
En varias oficinas diplomáticas coincidieron en que, a diferencia de lo que venía sucediendo antes, Estados Unidos estaría mostrando ahora también una posición mucho más dialoguista con la Argentina. Coinciden, sin embargo, en que pese a la urgencia del Gobierno, las negociaciones llevarán varios meses.
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Y después de estos reproches, siguió de la siguiente manera esta opereta financiera internacional:
Alfonso Prat-Gay: "El Gobierno está con el ánimo de pasar la gorra".
14 de abril de 2014
El ex titular del Banco Central se refirió a la participación del ministro de Economía, Axel Kicillof, en la asamblea del FMI: "Lo único que conservó de su discurso fue no ponerse la corbata", aseguró.
El titular del Palacio de Hacienda cuestionó días atrás la "mala evaluación de cifras" de la Argentina por parte del FMI y rechazó que el organismo supervise la negociación con el Club de París , como pidieron los países acreedores.
"No hay antecedentes de un acuerdo con el Club de París sin supervisión del FMI. En su enorme ignorancia de cómo funcionan los mercados, le hicieron creer a Cristina que tras el acuerdo va a fluir dinero hacia el país", apuntó Prat-Gay.
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Incluso a días del viaje del ministro Kicillof a Francia para la negociación, se persistía en la negación y el lobby contra la negociación:
Club de París: dudan de los beneficios del acuerdo.
24 de mayo de 2014
El arreglo con el Club de París no será sencillo de concretar ni provocará un aluvión de inversiones (...) Así lo indicaron calificados analistas a LA NACION, a pocos días de la reunión que el ministro de Economía, Axel Kicillof, mantendrá en la capital francesa con los acreedores oficiales del país.
La conclusión general es que difícilmente el ministro pueda lograr un acuerdo en un par de días, pero sí luego de algunas rondas más de negociación por esta deuda de unos US$ 10.000 millones acumulada desde fines de 2001.
El ex secretario de Finanzas Miguel Kiguel consideró que el Gobierno "está yendo a la reunión sin una negociación avanzada, cuando estas reuniones deberían ser para terminar un acuerdo, pero, a la vez, la Argentina quiere un acuerdo y el Club también".
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Las dudas que plantea el viaje de Kicillof a París.
LUNES 26 DE MAYO 2014
Los puntos que aparecen como conflictivos son la elección de un auditor de las cuentas públicas, el monto consolidado de deuda total y la forma de pago. El 21 de enero el Club de París fijó las pautas para comenzar a negociar la salida del default que se arrastra desde 2001.
En ese entonces se decía que el gobierno de Cristina Kirchner debería aceptar someterse al análisis de sus cuentas públicas a través de una misión del FMI prevista en el "artículo IV" de la Carta Orgánica del organismo, pero luego de pasados casi cuatro meses hay grandes dudas que subsisten y que se plantean en este nuevo viaje de Axel Kicillof a París.
Hay que recordar que por el momento la necesidad de contar con una fiscalización aprobada dentro de los lineamientos del "Artículo IV" del FMI continúa vigente. El Club de París tiene esta condicionalidad en su estatuto, y desde los primeros contactos serios para regularizar la situación, que en agosto del 2008 llevó a cabo el entonces jefe de Gabinete, Sergio Massa, y luego a mediados del 2010 Amado Boudou como ministro, se mostró inflexible en este punto.
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Y, al final, a pesar de todo, el milagro sucedió...:
Tras una maratónica negociación, el Gobierno llegó a un acuerdo con el Club de París.
El gobierno argentino llegó en la madrugada de esta ciudad a un acuerdo con el Club de París por la deuda de alrededor de 10 mil millones de dólares que el país mantiene con esa entidad.
Habrá un pago inicial más alto que el previsto, pero el ministro de Economía, Axel Kicillof, y su equipo lograron que no interviniera el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el comunicado publicado por el organismo en su sitio web , se lee: "Los representantes de los acreedores del Club de París y del gobierno de la República Argentina se reunieron el 28 y 29 de mayo de 2014 y llegaron a un acuerdo de liquidación de la deuda a los acreedores del Club de París, durante un período de cinco años".
En otros de los párrafos, se calcula que la deuda que la Argentina tiene con el organismo es de "9700 millones de dólares al 30 de abril de 2014". Y determina que el mecanismo "flexible de regularización de los atrasos con un plazo de cinco años, incluye un pago mínimo de 1150 millones de dólares desde ahora a mayo de 2015, siendo el pago siguiente en mayo de 2016".
Finalmente, en el comunicado del organismo se felicita a la Argentina: "Los acreedores del Club de París felicitan los avances realizados por la República Argentina a favor de una normalización de sus relaciones con sus acreedores, la comunidad y con las instituciones financieras internacionales, luego de la crisis de 2001".
Durante toda la jornada de ayer las negociaciones se desarrollaron en forma muy hermética en el Ministerio de Economía de Francia, donde tiene su sede el Club de París.
A cambio de concederle al Gobierno la no intervención del FMI (condición que el ministro puso desde un principio), el Club reclamó un mayor pago inicial.
El encuentro en el que estuvieron presentes representantes de los 19 países acreedores de la Argentina, comenzó a las 5 de la mañana hora argentina (9 hora local) y se prolongó hasta entrada la madrugada parisina.
La negociación se llevó a cabo sobre el documento que la Argentina presentó a las autoridades del Club de París en enero de este año.
Según pudo saber LA NACION, los acreedores que reúnen más del 50% de la deuda, Alemania y Japón, mantuvieron la postura más dura en cuanto a exigir la intervención del FMI y acortar los plazos de pago de la deuda.
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"El FMI no participa ni formó parte de las condicionalidades de la negociación con el Club de París", destacó Jorge Capitanich.
El jefe de Gabinete reconoció que hubo "una negociación ardua y difícil" con los países miembros; advirtió que esa alternativa permite "no caer en recetas ortodoxas que terminan en default"
"Creemos objetivamente que esta negociación ha sido agua difícil pero [hay] una cuestión muy importante: es la primera negociación donde no participa activamente el FMI, y no ha formado parte de las condicionalidades del proceso de negociación. Esto es muy importante", aseguró.
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Y, finalmente, el principal protagonista de la negociación exitosa reveló detalles de la misma, los que dejan al descubierto los intereses cruzados y las intencionadas malas informaciones que se hecharon al los vientos sobre el tema:
Axel Kicillof reveló detalles de la histórica negociación por la deuda con el Club de París.
29 de Mayo de 2014
Fue una maratónica reunión de más de 17 horas donde Argentina y el Club de París alcanzaron esta madrugada un acuerdo por la deuda pendiente de pago desde 2001.
Kicillof reveló que la mayor disputa con el organismo se dio por las tasas. "Nuestra discusión fue por el lado de la tasa. Y fue baja por lo que venimos pagando, que es el 7%", contó el ministro en radio Continental. Y afirmó que "es una tasa baja para lo que hoy los mercados le marcan a Argentina. Logramos una tasa del 3% que en el peor de los casos llegará a un 3,8% promedio".
"Esta una de las pocas veces, así nos dijeron los representantes del Club de París, que ellos negocian sin el FMI de por medio. La otra vez fue con Indonesia tras el tsunami en ese país (en 2004)", contó Kicillof.
Contó que el acuerdo con el Club de París implica un pago de 650 millones de dólares el próximo mes de julio y otro pago de 500 millones en mayo de 2015 en efectivo. Entre ambos montos, habrá pagos en efectivo por 1.150 millones de dólares, mientras el resto de la deuda de 9.700 millones de dólares será financiada a cinco años con una tasa del 3 %. "Estamos muy conformes, sobre todo considerando cuál era la expectativa de pagos en efectivo que pedían al comienzo de las negociaciones", dijo.
"Cumplimos con nuestro objetivo". Y manifestó: "El Club de París en general funciona en tandem con el Fondo Monetario Internacional... esto Argentina lo vivió durante décadas y luego estas negociaciones condicionan a los países, a quienes les dictan las medidas económicas que tienen que tomar. Nada de esto ha ocurrido aquí. No hay condicionamiento para nuestra política económica"
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Entonces, ahora que vemos que Argentina logró que se respeten casi todas las condiciones que pedía para pagar sus deudas con los países del Club de París, repasemos por último un par de opiniones sobre la realidad del acuerdo y no sobre la opereta que los medios hegemónicos y ciertos economistas de su staff crearon y recrearon durante estos años:
Teniendo en cuenta que se hablaba de monto inicial de U$S 2000 millones y plazo de dos años, es claro que se ha llegado a una solución muy beneficiosa.
Es muy probable que esto facilite que las empresas europeas que residen en Argentina aumenten la inversión por una mayor confianza respecto de las perspectivas sobre el país.
Es posible, además, que esta noticia tenga un impacto muy importante sobre el juicio contra los holdouts. Los efectos sobre el riesgo país y el acceso al crédito deberán generar alguna consideración respecto de nuestro país, y además los jueces deberán entender que el mundo cambió y que los países emergentes tienen un peso cada vez más grande en el mundo. Es posible que no tuerza la decisión de la Corte, pero que al menos pida la opinión del gobierno de los Estados Unidos.
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José Ignacio De Mendiguren, diputado del Frente Renovador, opinó lo siguiente:
Permite crecer sin caer en un problema de divisas.
El acuerdo para el pago de la deuda externa con el Club de París es una muy buena noticia para nuestro país. En la Argentina de hoy hace falta un mayor acceso al financiamiento en el exterior, y un acuerdo con esta entidad claramente nos va a abrir las puertas a créditos de los países que la conforman y de las empresas radicadas en dichos países.
Todo lo que podamos hacer para aliviar los problemas del sector externo es bueno para el país. Ya sea el acuerdo con el Club de París, o un resultado favorable en la negociación con los holdouts, implican hoy la posibilidad de una entrada de capitales tanto o más grande de lo que sale por pagos, por lo que podría ayudar a crecer más sin los problemas que venimos teniendo en los últimos años.
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El periodista y economista Alfredo Zaiat agrega lo siguiente:
El Club de París ha pactado 59 reestructuraciones de deudas de países en default incorporando en cada uno de esos acuerdos al Fondo Monetario Internacional. Ese grupo informal de países acreedores tiene la función de coordinar formas de pago y renegociar deudas externas soberanas. Se conformó en 1956 por una deuda argentina. Casi sesenta años después, el caso argentino también alteró el esquema del Club: pese a la presión externa e interna, el FMI no participó con un programa financiero para el deudor. Lo mira de afuera. Argentina definió la salida del default con 16 de los 19 países miembros del Club de París sin la supervisión del FMI.
Los hombres de negocios dedicados a la comercialización de información económica volvieron a fallar. Afirmaban con soberbia, debido a que ellos conocen muy bien la actividad financiera y a los banqueros, que las tratativas de la deuda en default con el Club de París no avanzarían sin la auditoría del FMI. La promoción de la ignorancia que exponen en el turno mañana, tarde y noche por los medios tuvo otro capítulo con el proceso de reestructuración de ese pasivo. Desde 2003 no han sabido o querido entender la concepción kirchnerista sobre la deuda. No es una carencia singular de la ortodoxia.
A lo largo de la historia los acuerdos del Club de París han significado para los países deudores la renuncia a su soberanía de la política económica por el papel del Fondo. La misión del FMI siempre ha sido la misma: garantizar mediante planes de ajuste el repago de pasivos sin importar el crecimiento del país deudor. Finalmente, con las potencias en crisis y la firmeza de la posición argentina, se abrieron las puertas para renegociar ese pasivo sin el FMI que quedó con la ñata contra el vidrio. Es una instancia notable en ese mundo de las finanzas globales que muestra que no es necesario subordinarse para alcanzar el objetivo.
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Entonces, si Argentina pudo entrar a ese club financiero para pagar sus deudas de décadas, lo hizo con su estilo, sus condiciones y respetando sus derechos soberanos; algo que no es costumbre en estas últimas décadas. Es hora de que, para nuestro bien, nos acostumbremos a ver esto como natural y no como algo excepcional y reprochable.
A modo de yapa, Basurero Nacional ofrece un collage histórico-televisivo sobre la opereta mediática opositora (con ribetes patéticos) sobre el tema:
Soy el que recorre los medios recogiendo la cacona que muchos "expertos", algunos aventurados y demasiados vivos van dejando a su paso para que todos consumamos, y así vayamos construyendo nuestro "sentido común" nacional con esas "verdades" aceptadas sin dudar, sin siquiera osar ponerlas a prueba. Pero eso es lo que tratamos aquí, de dudar...
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