El "realismo mágico" literario se caracteriza (entre otras cosas) por:
* Contenido de elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la "normalidad".
* Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero (por lo general) nunca explicados.
* Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos no tienen explicación, o son muy improbables que ocurran.
A lo largo de este caso, se pueden encontrar elementos afines a este estilo literario, los que cualquier lector atento puede hallar en una revisión de lo que se ha dicho sobre la denuncia (y la denuncia misma) y que luego fue refutado por la realidad aunque, como pasa con los relatos del realismo mágico, son creídos, aún hoy, por muchos seguidores de esos medios.
Para aclarar un poco más el tema, revisemos lo expuesto por Basurero Nacional sobre el tema.
Decíamos aquí el 13 de febrero pasado en nuestra nota "Caso Nisman/AMIA: Cuando se caen las caretas, aparecen los intereses políticos y económicos de siempre":
Si dejamos de lado la hipocresía y las medias palabras, sólo nos queda señalar un par de verdades tácitas, que casi todos los medios, voceros políticos y judiciales evitan decir claramente en relación al caso Nisman, que más que un caso relacionado con la trágica muerte del fiscal, se trata de un breve capítulo del caso AMIA y su encubrimiento de más de 20 años.
1) El fiscal Nisman no es un héroe republicano anti corrupción, sino que fue partícipe necesario del encubrimiento de los responsables de los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, siguiendo a rajatabla las directivas de un sector de los servicios de la SIDE (con Stiuso a la cabeza) y de los servicios de inteligencia de los EE.UU e Israel; e hizo poco y nada para averiguar la verdad que hubo detrás del atentado.
4) La denuncia de Nisman es un pastiche carente de pruebas, de un claro delito y que ningún jurisconsulto de renombre se atreve a respaldar, más cercano a un artículo periodístico o libelo antikirchnerista que una denuncia formal, como lo señalan voceros y periodistas oficialistas y hasta lo aceptan los más serios voceros o periodistas opositores.
5) Que el llamado "caso Nisman" es un regalo de reyes para la oposición más recalcitrante al gobierno, al famoso "circulo rojo" que puso en el candelero Mauricio Macri, cuyos arietes más desaforados son tres diputadas (Carrió, Bullrich y Alonso), que a su vez tienen claros lazos con los principales protagonistas del mismo (Nisman o Stiuso). Además de coincidir, casualmente, con la estrategia del lobby de los fondos buitres, la American Task Force Argentina (ATFA), que siempre trató de unir al gobierno con el estado "terrorista" iraní, aún cuando había pruebas palpables de lo contrario.
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El tiempo (pocos días en realidad) y sucesivos fallos o pronunciamientos judiciales después ratificaron lo expuesto allí. La "espectacular" denuncia de Nisman, resultó ser un bluff; sus "reveladoras" escuchas eran en realidad un compendio de ridículas afirmaciones de meros traficantes de influencias que alegaban ser lo que no eran; los agentes de inteligencia parecidos a James Bond criollos resultaron ser falsos agentes y aprendices del Súperagente 86; y el encubrimiento internacional de un gobierno ávido de petróleo, un papelón internacional del que tardaremos años en limpiar; y, finalmente, el honorable baluarte judicial anticorrupción y valiente denunciador de un encubrimiento estatal de terroristas iraníes, el propio Nisman, resultó ser un fiscal amante de lujos incompatibles con su cargo, con sospechas de corrupción en el manejo de los fondos públicos a su cargo e incompetente en su tarea de encontrar los culpables del atentado contra la AMIA y manejado (o cómplice) por los servicios de informaciones nacional y extranjeros.
Por último, repasemos las últimas novedades sobre el tema, que no hacen más que ratificar lo expuesto aquí en varias notas sobre este affaire Nisman, el que, de resultar lo que este humilde servidor público intuye, terminará en forma muy parecida a como sugeríamos en nuestra primera nota sobre el tema "De fiscal títere de los servicios de inteligencia y "la embajada" a mártir antikirchnerista de los medios".
Veamos qué se sabe hoy sobre el tema:
Un ex director de la DAIA aseguró que la denuncia de Nisman fue apoyada por fondos buitre.
El ex director Ejecutivo de la DAIA, Jorge Elbaum, denunció hoy que la denuncia del fiscal federal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue apoyada, entre otros, por el multimillonario Paul Singer, referente de los fondos buitre, con el objetivo de boicotear el acuerdo suscripto entre Argentina e Irán y de difundir que Argentina tiene "aliados vergonzosos".
Elbaum escribió una extensa columna en la que detalló cómo cambió la posición de la DAIA desde que el canciller Hector Timerman puso a los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA al tanto de las negociaciones con Irán -antes de que se suscribiera el acuerdo- hasta la actualidad.
"En diciembre de 2012, el canciller Héctor Timerman visitó la DAIA y mantuvo en el séptimo piso de Pasteur 633 una reunión con el consejo directivo de esa entidad para explicar las características de las tratativas llevadas a cabo por entonces con la República Islámica de Irán", fue el comienzo del texto en el que recordó cómo lo resumió el titular de la DAIA, Julio Schlosser: "Lo valedero es la opinión de los familiares (de las víctimas), y ellos expresaron claramente que esta entrevista ha sido altamente positiva... Si para los familiares ha sido positivo, la opinión de los dirigentes está de más”.
La misma tarde de ese encuentro, el miércoles 27 de diciembre de 2012, a las 19, el secretario general de esa entidad, Jorge Knoblobitz, manifestó a sus allegados -según reconstruyó Elbaum- que había recibido una llamada telefónica del periodista Pepe Eliaschev quien le advertía –indignado– que la recepción cordial al canciller Timerman iba a ser taxativamente condenada y repudiada por “la comunidad” y las embajadas norteamericanas e israelí.
También relató que fue el vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff, quien se encargó de transparentar que existía una "clara presión 'telefónica' orientada a cuestionar cualquier tratativa con Teherán".
"Entre los encolerizados lobbistas telefónicos sobresalían los números celulares de Santiago Kovadloff, Daniel Sabsay y Marcos Aguinis, quienes tiempo después se convirtieron en fervientes convocantes a la marcha de los paraguas del 18 de febrero (en homenaje a Nisman)", relató.
El 2 de junio de 2013 -siguió-, la ATFA, financiada mayoritariamente por Paul Singer, presidente del fondo NML Elliott, publicó una solicitada que titula “Aliados vergonzosos” y que muestra una fotografía de la presidenta Cristina Fernández junto al entonces presidente persa Mahmud Ahmadinejad.
Según Elbaum, en dichas reuniones, realizadas en un bar ubicado en la calle Juana Manso 1601 de Puerto Madero, el fiscal Alberto Nisman "repitió enfervorizadamente que estaba dispuesto a aportar 'de sus propios recursos' para colaborar con la DAIA a destrozar el memorándum" y aseguró que de ser necesario Paul Singer los ayudaría.
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Veamos un par de videos que amplían lo expuesto más arriba:
LA RUTA DEL DINERO: LOS VÍNCULOS ENTRE NISMAN, SINGER Y DAIA
DEBATE CON JORGE ELBAUM - LOS VÍNCULOS ENTRE NISMAN LA DAIA Y LOS FONDOS BUITRE
Contextualicemos ahora lo mencionado anteriormente con la realidad internacional del momento:
Narrativa buitre.
Desde que el presidente Obama firmó el mes pasado el decreto que declara a Venezuela como “una amenaza extraordinaria” para la seguridad norteamericana, se han escuchado muchas voces templadas aseverar que Venezuela representa, en ese decreto y en el
corpus que le dio origen, a toda esta región. Por otra parte, desde que el fiscal Alberto Nisman presentó su arrebatada y mal cosida denuncia contra la Presidenta argentina por “encubrimiento del terrorismo internacional”, también se han escuchado voces que llevaban el origen de esa denuncia incluso más allá de una interna doméstica de Inteligencia. Lo llevaban más al norte.
La explícita conexión que intentan darle a la “amenaza extraordinaria” que ven en Venezuela con la fallida denuncia de Nisman fue expuesta el 17 de marzo, en el Subcomité de Relaciones Exteriores del Senado para Asuntos del Hemisferio Occidental, entre otros por el ex periodista y actual consultor Douglas Farah –presidente de IBI Consultants–, que fue uno de los oradores. “Hay pocas dudas de que Venezuela constituye desde hace una década una amenaza significativa no sólo para los intereses en materia de seguridad de Estados Unidos y el Hemisferio Occidental, sino también para la supervivencia de la democracia y el estado de derecho en la región. Una reciente investigación de la respetada revista brasileña Veja muestra que Venezuela, con la ayuda de Argentina, intentó activamente contribuir con el programa nuclear de Irán, en violación de sanciones internacionales”.
Farah apunta con nombre y apellido sobre otros presidentes regionales, como Rafael Correa, Daniel Ortega y Cristina Fernández de Kirchner.
Siguiendo el rastreo de esos ejes discursivos, en una nota de IPS (Inter Press Service) firmada por Charles Davis, se detallaba, en agosto de 2013, cómo fue la campaña de presión que los buitres pusieron en marcha para evitar que primero el gobierno de Obama, y luego la Corte Suprema, fallaran a favor de la posición argentina en el litigio con los buitres. Ya entonces, en aquel primer ataque mediático, empezaron a hablar del Memorándum con Irán en términos parecidos a los que luego usó el fiscal Nisman, a quien por cierto citaron más de una vez. Donante empedernido de legisladores republicanos, Singer empezó a donarles dinero también a los demócratas. “En 2007, Singer se describió a sí mismo como un creyente en el excepcionalismo estadounidense y reveló haber aportado millones de dólares a organizaciones republicanas que insisten en la necesidad de un ejército poderoso y en el apoyo a Israel”, decía hace dos años Davis, quien también recordaba que en una entrevista con The New York Times, el titular de Elliott Management ofreció la lectura geopolítica a la que, ahora, vemos cómo las narrativas que él mismo financia necesitan adaptarse: “Occidente se encuentra en una etapa temprana de una prolongada lucha existencial con grupos radicales de islamistas pannacionales”. Ya entonces se preocupaba “por el creciente comercio” entre Argentina e Irán. “¿Cuál es la verdad sobre el acuerdo de Argentina con Irán?”, se preguntaba la American Task Force, que paga Singer, en una de las primeras solicitadas a toda página
que serían un modo de comunicación buitre. Poco después, otra solicitada con la imagen de Cristina Fernández de Kirchner acompañada por el saliente presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, formulaba la pregunta: “¿Un pacto con el diablo?”.
El 10 de julio de 2012, más de una docena de legisladores republicanos y demócratas envió una carta al fiscal Eric Holder, en la que denunciaban que “mientras el resto del mundo intenta aislar y presionar a Irán para que abandone su programa nuclear”, la Argentina seguía intentando un diálogo. Pero Irán no era el tema importante de la carta: lo que le pedían a Holder era que el Ministerio de Justicia norteamericano se abstuviera de favorecer a la Argentina frente al fallo de Griesa. Después el tema se les complicó, cuando también Obama dejó de “aislar” a Irán. Esa narrativa quedaba chica. El intento de diálogo ya no era pivote de ninguna denuncia. Se necesitaba otro verbo más potente. “Encubrir”, quizá.
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Además, es útil y esclarecedor realizar un breve repaso del recorrido judicial que siguió la "denuncia" del fiscal Nisman hasta llegar a su final sin pena ni gloria, a la manera de la clásica novela del realismo mágico de García Márquez, una verdadera crónica de un desestimiento anunciado...:
Presentación de Nisman, muerte, marcha y cierre de la denuncia: los diez momentos clave.
El expediente del fiscal fallecido provocó un derrotero judicial por una causa que nunca llegó a abrirse, ya que desde el juez Rafecas no se hizo lugar al requerimiento de apertura de la investigación. Un repaso por la encrucijada de la causa, que ahora será archivada.
Natalio Alberto Nisman suspendió un viaje que realizada en Europa para volver a la Argentina y presentar, en plena feria judicial, el 14 de enero, su denuncia ante el juez Ariel Lijo contra la Presidenta y otros funcionarios.
El fiscal de la causa AMIA es encontrado muerto en la noche del domingo 18, en su departamento de Puerto Madero. Tenía 51 años y llevaba diez años al frente de la investigación del mayor atentado criminal de la historia argentina.
Tras el fallecimiento de Nisman, Lijo adelantó el regreso de sus vacaciones, se reincorporó al frente del Juzgado Federal 4 y habilitó la feria para tomar la denuncia presentada por Nisman antes de su muerte. Dispuso "medidas urgentes para el aseguramiento" de las escuchas telefónicas en las que Nisman fundó la denuncia que efectuó contra el Gobierno.
El primer día hábil luego de la feria judicial, Lijo se declaró incompetente para tramitar la denuncia de Nisman al considerar que no tenía conexión con otros hechos que el juzgado a su cargo investigó también por el primer encubrimiento del atentado y derivó el caso a la Cámara Federal para que se realice el sorteo.
Luego del sorteo, el caso recayó en el juez federal Daniel Rafecas, que estaba de vacaciones y era subrogado por su colega de Comodoro Py, Sebastián Ramos. Pero Ramos también se declaró incompetente, por lo que en un principio, la denuncia de Nisman había quedado trabada un conflicto de competencia.
No obstante, Daniel Rafecas suspendió las vacaciones y regresó el miércoles 18 a su juzgado. Ese mismo día, al cumplirse un mes de la muerte de Nisman una multitud marchó en silencio en la Ciudad en homenaje al fiscal Nisman. La convocatoria también se realizó en distintas partes de país y contó con la participación de fiscales, jueces y políticos, entre ellos, Germán Moldes.
El fiscal federal Gerardo Pollicita requirió el 13 de febrero abrir la investigación contra la presidenta Cristina Kirchner, su canciller, Héctor Timerman y otros funcionarios del gobierno por presunto encubrimiento del atentado a la AMIA que denunció su colega Alberto Niman antes de morir.
El 26 de febrero, Rafecas desestimó la denuncia de Nisman. En su resolución, el juez entendió que no hubo delito y no existía un solo elemento de prueba contra la Presidenta y el resto de los imputados.
El 6 de marzo el fiscal Gerardo Pollicita apeló el fallo de Rafecas. La denuncia de Nisman quedó en la Sala I de la Cámara Federal. Los camaristas Eduardo Freiler, Eduardo Farah y Jorge Ballestero tuvieron que definir la apelación.
Antes, el fiscal general ante la Cámara Federal, Germán Moldes, debía dictaminar si corresponde abrir o no la investigación.
Moldes apoyó la apelación contra la decisión del juez Daniel Rafecas y pidió el 19 de marzo que se revoque el fallo del magistrado. En un escrito que presentó, le solicitó a los jueces de la Sala I de la Cámara que "ordenen que prosiga la investigación" porque "lo contrario importa la renuncia a la verdad" y a la "justicia".
La Sala I de la Cámara Federal confirmó el 26 de marzo el rechazo a abrir la denuncia que hizo el fiscal Alberto Nisman.
Tras el rechazo de la Sala I, el fiscal Moldes apeló el 31 de marzo el fallo ante la Cámara Federal de Casación.
La Sala I de la Cámara Federal aceptó que el tribunal penal más alto del país analice la acusación que hizo el fiscal fallecido.
La denuncia del fiscal Nisman contra el gobierno por supuesto encubrimiento por el atentado a la AMIA ingresó el 17 de abril en la Cámara Federal de Casación Penal, y el caso quedó a cargo de la Sala I que tenía que definir si abría o no la investigación, que ya había sido desestimada en dos instancias judiciales.
Pero antes, el fiscal de la Cámara Federal de Casación Penal Javier De Luca era quién debía opinar y decidir si le daba curso o no a la denuncia, para que luego opine Casación. Este lunes, desistió de continuar el trámite de la apelación de la denuncia presentada por Nisman y la causa será archivada.
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Finalmente, este humilde servidor público reproduce aquí lo que afirmara en su primer acercamiento al tema, allá por el 21 de enero:
La trágica y triste historia de Alberto Nisman, un fiscal mediocre, con pretensiones de ascenso a juez federal o Procurador General de la Nación, que se puso al servicio de personajes inescrupulosos de los servicios de inteligencia nacionales y de agencias extranjeras, quienes fueron realmente los que guiaron sus supuestas investigaciones sobre el atentado terrorista a la AMIA. El resultado de esa alianza es que él mismo terminó siendo una marioneta de los servicios de inteligencia locales y de los intereses geopolíticos norteamericanos e israelíes de ese momento (que no son los actuales), los que lo llevaron a seguir una única pista en su "investigación"; la que finalmente cayó en una vía muerta que contribuyó al encubrimiento (que se remonta a los años '90) de los verdaderos autores del atentado.
Al parecer, todo este trayecto de su carrera lo llevó a él mismo a un callejón sin salida, recorriendo la vidriera de los medios del Grupo Clarín hasta terminar solo, con su rutilante denuncia (¿libreto, relato, burda fábula?) desestimada por la justicia, desmentida por los hechos , por el Departamento de Estado norteamericano, por la Interpol, enfrentado al abandono de los familiares de las víctimas del atentado y la reticencia de las entidades judías.
Su dramático final lo encontró encerrado en el baño de la costosa fortaleza ultrasegura de Puerto Madero donde vivía, pegándose un tiro (¿voluntario?) a horas de su promocionado rutilante show parlamentario-mediático que posiblemente marcaría el fin de su carrera, su buen pasar económico y su prestigio. Y, muy posiblemente, lo llevaría al banquillo de los acusados como partícipe del encubrimiento en el próximo juicio oral, pactado para agosto de este año.