Wikipis no es otra cosa que el compendio de las “deposiciones” de funcionarios, políticos y periodistas de hoy y de siempre, que cimentaron el sentido común vernáculo.
Basurero Nacional continua aquí con la publicación de cables, cartas y mensajes que consideramos necesario que sean conocidos por todos. Como comprenderán, no podemos revelar las fuentes de nuestros informes, pero nadie podrá desmentir ni negar la veracidad de los mismos. La cuadrilla de jaquers basureros de este blog, acostumbrados a lidiar con filtraciones y derrames de información, se dedicará no a “hackear” sino a “chorear” este material de los medios de difusión, portales de internet de toda laya, correos, correos electrónicos, memorias y pasillos de todo el país, con el único propósito de dar a conocer lo que generalmente no estaba destinado a ser conocido por el gran público (es decir: el pueblo).
En esta oportunidad, WikiPis publica varios cables de la embajada de EE.UU. informando sobre las primeras informaciones que circulaban en 1976 en los pasillos de la Casa Blanca sobre el reciente golpe de estado en nuestro país; además de las primeras conversaciones entre el gobierno norteamericano y los representantes de la dictadura argentina. Se refleja en ellos la opinión inicial de Kissinger y el gobierno norteamericano sobre la dictadura y los intereses de las partes involucradas, además de las intimidades del poder que nunca se conocen.
Veamos, entonces, los WikiPis de hoy:
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Caída del poder del peronismo en Argentina. CIA.
Fecha: 8 de abril de 1976.
Informe de la CIA.
La limitación demostrada por los militares en no intervenir en el gobierno hasta fines de marzo se debe fundamentalmente a dos razones. En primer lugar, tenían miedo de no estar preparados y de no ser más exitosos en gobernar que los gobiernos militares previos. En segundo lugar, estaban esperando una solución constitucional a la crisis política que excluyera la necesidad de la intervención militar y que pusiera la carga de restaurar la economía en un presidente constitucionalmente designado, como el Presidente Provisional del Senado, Ítalo Luder. Sin embargo, los militares de línea dura empezaron a hacer campaña a favor de un golpe militar a mediados de 1975, e inclusive los moderados y constitucionalistas empezaron a sentir a principios de 1976 que si intentaban demorar el golpe hasta que el gobierno peronista fuera totalmente repudiado por la gente, los de línea dura se precipitarían y establecerían un régimen represivo de derecha. El hecho de que los sindicatos y otros elementos políticos así como la mayoría del sector público se apartaran del peronismo y solicitaran la intervención de los militares probablemente haya ayudado a poner el golpe en movimiento. Esta consideración, sumada a la planificación extensiva previa al golpe, y a la declaración de la nueva junta militar de que favorece un retorno al sistema democrático pueden ser factores decisivos a la hora de evaluar si el gobierno será más exitoso o no que las administraciones militares previas en gobernar el país.
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Fecha: Viernes 9 de Julio de 1976
SHLAUDEMAN: Bueno, déjenme decir que parece que se agrupa con Videla en Argentina, las fuerzas de seguridad están totalmente fuera de control. Hay olas de asesinatos diarias.
SECRETARIO KISSINGER: ¿Para quién trabajan las fuerzas de seguridad?
SHLAUDEMAN: Ahora están trabajando para sí mismos.
SECRETARIO KISSINGER: Sí, pero ¿en qué dirección?
SHLAUDEMAN: Se ha convertido en una guerra de mafias a gran escala entre las fuerzas de seguridad y las guerrillas urbanas de izquierda. Nuestros activistas por los derechos humanos, quienes a veces me parece que son los únicos, están permanentemente cuestionándonos sobre Argentina, porque piensan que es otro Chile, pero no lo es.
SECRETARIO KISSINGER: Es peor.
SHLAUDEMAN: Es totalmente diferente. Los chilenos eliminaron su oposición en las primeras 24 horas, pero en Argentina, nadie tiene control sobre nada. Y esta situación es complicada.
SECRETARIO KISSINGER: ¿Pero qué podríamos hacer si quisiéramos hacer algo…
SHLAUDEMAN: Francamente, no creo que haya nada que podamos hacer.
SECRETARIO KISSINGER: … si están fuera de control?
SHLAUDEMAN: Creo que tenemos que esperar a que surja alguien que pueda tener cierto control.
SECRETARIO KISSINGER: ¿Las fuerzas de seguridad trabajan según alguna teoría? Quiero decir, ¿tienen blancos específicos?
SHLAUDEMAN: Sí. Creo que su teoría es que pueden usar el método chileno, es decir, aterrorizar a la oposición, inclusive matando a sacerdotes, monjas y otros. El problema es que enfrentan una situación más violenta que los chilenos, en la que las guerrillas están bien organizadas, muy bien armadas.
SECRETARIO KISSINGER: ¿Pero quiénes apoyan a las guerrillas?
SHLAUDEMAN: La mayor parte de su apoyo es interno. Tienen muchos partidarios de clase media.
SECRETARIO KISSINGER: ¿Pero dónde consiguen las armas?
SHLAUDEMAN: Las consiguieron matando gente y construyendo un gran fondo de guerra.
SECRETARIO KISSINGER: Sí, pero ¿cuál es su orientación básica?
SHLAUDEMAN: Hay dos grupos, el ERP y los Montoneros. El ERP es trotskista…
SECRETARIO KISSINGER: Ésa es una gran opción.
SHLAUDEMAN: …realmente
SECRETARIO KISSINGER: Pero si estas guerrillas son tan poderosas que nadie las derrota, ¿qué están queriendo decir, que pueden aterrorizar y secuestrar?
SHLAUDEMAN: Exactamente.
SECRETARIO KISSINGER: Quiero decir, ¿qué es lo que debe hacerse? Porque claramente estos movimientos no van a interrumpir los secuestros, ¿no?
SHLAUDEMAN: No, para nada.
Creo que la diferencia entre los dos países debe ser explicada, la diferencia entre estas situaciones, y el hecho es que creo no podemos hacer nada en este momento.
SECRETARIO KISSINGER: Pero inclusive si pudiéramos, ¿qué podríamos hacer? ¿La consecuencia operativa de decirle al gobierno que cese no sería que los terroristas tomen el poder, si la situación es que como la describiste?
SHLAUDEMAN: Sí, y también creo que decirles que cesen no es productivo, porque la gente que lo está haciendo, no tiene control real de la situación.
SECRETARIO KISSINGER: Ésa es la posición. Pero tampoco es sólo violencia sin sentido, ¿no?
SHLAUDEMAN: No, aunque desciende a esos niveles a veces.
SECRETARIO KISSINGER: Pero en ambos lados.
SHLAUDEMAN: Bastante. Las guerrillas están usando estas bombas cada vez más, como por ejemplo la historia de la mejor amiga de la hija del jefe de policía que puso una bomba bajo su cama y lo hizo volar.
SECRETARIO KISSINGER: ¿Y qué estaba haciendo ella en su cuarto? (Risas.)
HABIB: Había ido a estudiar. (Risas.)
SECRETARIO KISSINGER: ¿Querés hacer un memo para mí…
HABIB: Sí.
SECRETARIO KISSINGER: …con el análisis sobre los diversos grupos para que pueda entender lo que estoy leyendo?
HABIB: Sí.
SECRETARIO KISSINGER: O.K.
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Fecha: 20/09/76
1. Fui a visitar al Ministro Guzzetti según su pedido el 17 de septiembre, la primera vez que lo vi desde mi retorno. Empezó la conversación preguntándome cómo había encontrado el ambiente en Estados Unidos. Respondí que en todos los lugares a los que fui encontré que la situación de los derechos humanos en Argentina era el asunto candente en términos de las relaciones Argentina- Estados Unidos. Le expliqué que hay un alto grado de comprensión del gobierno de Videla en Estados Unidos pero que cuando actos como el asesinato de los sacerdotes el 4 de julio y los recientes asesinatos masivos en Pilar no eran castigados, era difícil para los amigos de Argentina sostener que el gobierno estaba haciendo todo lo que debería para poner la situación bajo control.
2. Guzzetti reaccionó emocionado ante mi mención de los asesinatos masivos en Pilar. Dijo que era terrible y una desgracia para todo el gobierno. Me aseguró que el almirante Massera, el presidente Videla y otros altos miembros del gobierno estaban indignados. Cuando le pregunté si los responsables serían
castigados, me dijo que era una cuestión muy difícil. Dijo que era muy difícil para el presidente Videla llevar a la justicia a los responsables de ésta y otras atrocidades hasta hubiera consolidado su posición. Pero, prosiguió Guzzetti, había mejoras en esta área y sentía que el gobierno estaba empezando a tener la situación de los derechos humanos bajo control.
3. El Ministro dijo que el gobierno argentino se había sorprendido ante las indicaciones de la fuerte preocupación del gobierno estadounidense sobre la situación de los derechos humanos en Argentina. Cuando se había encontrado con el Secretario de Estado Kissinger en Santiago, él había dicho que “esperaba que el gobierno argentino pudiera poner el problema terrorista bajo control lo antes posible”. Guzzetti dijo que había informado esto al presidente Videla y al gabinete, y que su impresión había sido que la preocupación primordial del gobierno estadounidense no eran los derechos humanos, sino que gobierno argentino “lo solucionara rápido”.
4. Respondí que no veía ninguna inconsistencia en la posición del gobierno estadounidense. El Secretario había indicado que esperaba que Argentina pudiera terminar con el problema terrorista lo antes posible, y esta visión era compartida por la Embajada y por el resto del gobierno de Estados Unidos. Pero esto de ninguna manera implicaba una actitud despreocupada respecto de los derechos humanos. Creemos que asesinar sacerdotes y tirar 47 cuerpos a la calle en un día no puede ser visto en el contexto de vencer a los terroristas rápidamente; por el contrario, estos actos probablemente son contraproducentes. Lo que el gobierno de Estados Unidos esperaba era que el gobierno argentino pudiera vencer a los terroristas, pero que lo hiciera dentro de la ley. Le dije que si se había otorgado algún otro significado a las observaciones del Secretario, estaba seguro de que había sido un malentendido.
5. Guzzetti después me informó sobre la renuncia del embajador Musich.
6. Guzzetti enfatizó que Argentina otorga gran importancia a la dedicación de la estatua el 6 de octubre, y preguntó quién representaría al gobierno de Estados Unidos. Le indiqué que a esta altura no estaba confirmado quién sería el representante del gobierno de Estados Unidos, pero que le informaría ni bien
estuviera disponible esa información. (Dado que el canciller argentino estará presente en las ceremonias, espero que un funcionario de alto nivel del gobierno de Estados Unidos también esté presente).
Hill.
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Memorandum de conversación.
Fecha: 07/10/76
Guzzetti: Parece cansado.
Kissinger: ¿Parezco cansado? Eso es inusual. Me estoy recuperando del debate.
Ortiz de Rosas: El ganador de ese debate es Israel.
Kissinger: Noventa por ciento de nuestra población es judía. ¿Le pareció que el debate valiera la pena?
Ortiz de Rosas: Totalmente. Algunos puntos fueron bien presentados. Kissinger: ¿Por quién?
Ortiz de Rosas: Ambos. El debate estaba dirigido al votante estadounidense. En el análisis y contra análisis de la política exterior, creo que al presidente le fue muy bien.
Kissinger: Tendremos que ver.
Ortiz de Rosas: Carter tendrá problemas.
Kissinger: ¿Cómo?
Ortiz de Rosas: En la diplomacia pública.
Kissinger: Sí, muchas de las cosas que dijo Carter son escandalosas. No estamos dándole $7,5 billones en armas a Arabia Saudita. El año pasado fueron $400 millones. El resto fue material para construcción de rutas, equipos de ingeniería, materiales de construcción de cuarteles. Los datos de Irán también están mal.
Ortiz de Rosas: Hubo un punto bien planteado por el presidente de Irán.
Kissinger: No mencionó a Argentina. Tiene suerte (risas). Lo hará en el próximo debate. Hay un solo consuelo. Sólo quedan tres semanas para irnos.
Guzzetti: Eso no es mucho. Secretario, voy a hablar en español. Se acordará de nuestra reunión en Santiago. Quiero hablar sobre los eventos en Argentina de los últimos cuatro meses. Nuestra lucha ha tenido muy buenos resultados en los últimos cuatro meses. Las organizaciones terroristas han sido desmanteladas. Si esta dirección continúa, para fin de año el peligro se habrá eliminado. Siempre habrá intentos aislados, por supuesto.
Kissinger: ¿Cuándo serán vencidas? ¿La próxima primavera?
Guzzetti: No, para el final de este año. En cuanto a medidas económicas y sus resultados, con su apoyo hemos podido alcanzar resultados. La recuperación está continuando. Empezaremos a mejorar. Los hechos son claros. Eso no es todo. La última vez hablamos sobre los refugiados. El problema de los refugiados chilenos continúa siendo el principal. Estamos intentando proveer documentación permanente en el país para refugiados o enviarlos con el acuerdo de otros países. Con la cooperación de otros países, podemos reducir la presión.
Kissinger: ¿Quiere que tengamos terrorismo en Estados Unidos?
Guzzetti: No, el problema de los refugiados no es un problema terrorista. Muchos dejaron sus países debido a cambios de gobierno. Muchos quieren vivir en paz en otros lugares. Una pequeña minoría puede ser terrorista.
Kissinger: Como le dije en Santiago, estaremos preparados para cooperar con el problema terrorista. ¿Podemos darles permiso previsional?
Schlaudeman: Esperamos que esta semana el Ministro de Justicia apruebe un programa por 400 jefes de familia o 1600 personas.
Kissinger: ¿Cuántos refugiados hay?
Schlaudeman: Ayer, el Ministro dijo que podían ser 10.000.
Guzzetti: Noventa por ciento son chilenos.
Schlaudeman: Y también hay algunos bolivianos y uruguayos.
Kissinger: ¿Otros países están ayudando?
Schlaudeman: Algunos se están haciendo cargo de algunos. Inclusive los cubanos son reacios a hacerse cargo de más chilenos.
Kissinger: ¿Qué interés tenemos en enviar chilenos a Cuba? Yo no soy tan sutil. ¿No pueden ir a Francia?
Schlaudeman: Suecia se está haciendo cargo de algunos.
Guzzetti: Se fueron grupos chicos. Hay otro problema que no consideramos en Santiago. Es el problema de una supuesta campaña antisemita. Hablé con Allon y con una organización judía aquí. El gobierno está haciendo todo lo posible para evitar la apariencia de una campaña antisemita. Los grupos de izquierda están creando una imagen distorsionada. El gobierno argentino está tomando las medidas necesarias para evitar el problema. Estas medidas son serias. No queremos que el problema de derechos humanos se mezcle con problemas que le son ajenos, como el problema judío. Nuestro país tiene una gran comunidad judía integrada a la sociedad. A pesar de ciertos episodios antisemitas en el país, nunca ha habido persecución.
Kissinger: ¿Hay algún fundamento para los cargos de antisemitismo?
Schlaudeman: Los líderes judíos en Argentina nos aseguraron que no están siendo amenazados.
Kissinger: Mire, nuestra actitud básica es que nos gustaría que ustedes triunfen. Tengo una visión a la antigua según la cual los amigos deben ser apoyados. Lo que no es comprendido en Estados Unidos es que ustedes tienen una guerra civil. Leemos sobre problemas de derechos humanos pero no en el contexto. Mientras más rápido triunfen, mejor. El problema de los derechos humanos está creciendo. Su embajador le puede informar. Queremos una situación estable. No les vamos a causar dificultades innecesarias. Si pueden terminar antes de que el Congreso retome actividades, mejor. Ayudaría si reestablecieran algunas libertades. En cuanto a economía, tenemos la enmienda Harkin. Haremos todo lo posible para que no sea aplicada a Argentina a menos que la situación se salga de control. Hay dos préstamos en el banco. No tenemos ninguna intención de votar en contra. Esperamos que tengan presente nuestros problemas. Eventualmente estaremos forzados a hacerlo.
Guzzetti: Ayer discutimos el problema con el Subsecretario Robinson y con el Sr. Schlaudeman. Argentina está dispuesta a posponer un préstamo para evitar inconvenientes.
Kissinger: ¿Estuvo en Washington?
Guzzetti: Sí. Hay otros créditos en el Import-Export Bank.
Kissinger: No. La enmienda Harkin no se aplica al Export-Import Bank. Procedan con sus pedidos del Export-Import Bank. Nos gustaría que su programa económico tenga éxito y haremos todo lo posible por ayudarlos. El mayor problema está en el BID.
Guzzetti: Si recibimos ayuda, podemos pensar en una recuperación efectiva de la economía argentina.
Kissinger: Sería bienvenida y tendría nuestro apoyo. Como le dije, queremos una situación fuerte, estable y efectiva en Argentina. En cuanto a la situación judía, conoce las sensibilidades tan bien como yo. No tengo ningún motivo para suponer que su gobierno está haciendo algo.
Guzzetti: De ninguna manera. Otro problema, estaremos pidiendo placet para un nuevo embajador.
Kissinger: ¿Renunció?
Musich: Sí, señor.
Kissinger: Acaba de llegar.
Guzzetti: El presidente Ford está en campaña electoral.
Kissinger: ¿Está preocupado por la aceptación?
Guzzetti: Pediremos la aprobación.
Kissinger: La aceptación podemos darla rápidamente, pero las credenciales…
Guzzetti: Lo entendemos.
Kissinger: ¿Cuándo estará llegando?
Guzzetti: En treinta días.
Kissinger: Para ese momento, lo que haya pasado habrá pasado, y el Presidente tendrá más tiempo. ¿Está mandando un hombre tan bueno como el anterior?
Guzzetti: Sí.
Kissinger: Será tratado como un amigo.
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