Como epílogo del análisis realizado en la entrada Mitos Argentinos. Hoy: "El Periodismo Independiente" o la "Libertad de Prensa Amenazada", analizaremos aquí la incidencia de los medios hegemónicos latinoamericanos en los gobiernos populares, para ver si es similar o no a lo señalado en nuestra nota anterior.
Empecemos, pues, con la palabra de prestigiosos periodistas y académicos que investigaron el tema:
Repasemos el prólogo del libro Wikimedialeaks de Martín Becerra y Sebastián Lacunza, a cargo de Santiago O”Donnell.
“Desde que en noviembre de 2010 se conocieron los más de 250 mil cables de intercambio entre el Departamento de Estado norteamericano y sus embajadas en el mundo, nada volvería a ser igual en la historia de la información. El explosivo archivo ofrecido por la organización WikiLeaks ha sido leído y reinterpretado desde diferentes ángulos, y desde cualquiera de ellos sigue revelando una trama compleja y a menudo ocultada de las relaciones internacionales.
Este libro aborda en exclusividad el material inédito sobre las tensas relaciones (o acuerdos de convivencia, en algunos casos) entre dueños de medios, periodistas y editores influyentes con los gobiernos latinoamericanos y la Casa Blanca. Se lee también como un gran mapa para saber quién es quién en la red informativa de la región y cómo el periodismo, desde siempre, ha sido un agente más en la construcción del poder político.
En la América Latina del siglo XXI, con nuevas leyes de medios y redefinición del vínculo de los gobiernos con gigantes de las telecomunicaciones y emergentes en el campo periodístico, el material diplomático de las embajadas estadounidenses resulta una crónica documental esencial de las relaciones de fuerza de este tiempo singular. Su propio contenido explica los silencios que se han registrado a la hora de difundir los cables de WikiLeaks.”
“Desde que en noviembre de 2010 se conocieron los más de 250 mil cables de intercambio entre el Departamento de Estado norteamericano y sus embajadas en el mundo, nada volvería a ser igual en la historia de la información. El explosivo archivo ofrecido por la organización WikiLeaks ha sido leído y reinterpretado desde diferentes ángulos, y desde cualquiera de ellos sigue revelando una trama compleja y a menudo ocultada de las relaciones internacionales.
Este libro aborda en exclusividad el material inédito sobre las tensas relaciones (o acuerdos de convivencia, en algunos casos) entre dueños de medios, periodistas y editores influyentes con los gobiernos latinoamericanos y la Casa Blanca. Se lee también como un gran mapa para saber quién es quién en la red informativa de la región y cómo el periodismo, desde siempre, ha sido un agente más en la construcción del poder político.
En la América Latina del siglo XXI, con nuevas leyes de medios y redefinición del vínculo de los gobiernos con gigantes de las telecomunicaciones y emergentes en el campo periodístico, el material diplomático de las embajadas estadounidenses resulta una crónica documental esencial de las relaciones de fuerza de este tiempo singular. Su propio contenido explica los silencios que se han registrado a la hora de difundir los cables de WikiLeaks.”
Ahora veamos lo que dice sobre el libro Martín Becerra, uno de sus autores:
La Embajada de los EE.UU. como confesionario.
El libro sistematiza los cables que refieren a medios, periodistas y empresas de telecomunicaciones e internet dentro de un conjunto de 32 mil despachos relativos a América latina. Aunque los Estados Unidos tienen relaciones muy diferentes con los gobiernos de la región, sus embajadas funcionan como auténticos confesionarios para la elite política, periodística y empresarial de cada país. Los cables analizados en el libro se concentran en el lapso 2004-2010. El material diplomático liberado por la organización de Julian Assange expone una trama irresistible a ser contada. No obstante, hay despachos que ningún medio difundió, como bien testimonia el libro ArgenLeaks, de Santiago O’Donnell
La filtración de los papeles del Departamento de Estado reúne los elementos ideales de “noticiabilidad”. La trama refiere al gobierno más poderoso del planeta, pero al mismo tiempo involucra a los políticos y dirigencias locales; combina pasado y presente, aludiendo a hechos que, en muchos casos, repercuten en la actualidad (...) repone desde un lugar novedoso la compleja discusión sobre el rol de los grandes grupos de comunicación, sus diversos intereses económicos y sus sesgos y juicios editoriales. Con su indiscreción, la organización de Assange atizó un debate histórico, pero que venía alcanzando un voltaje inusitado en América latina. ¿Quién informa? ¿Con qué criterio? ¿Con qué intereses? Y, sobre todo, ¿qué se oculta? Con mayor o menor rigor, muchos medios fueron vehículo de la filtración, pero en contadísimas excepciones se atrevieron a publicar documentos diplomáticos que pudieran perjudicarlos, o que tan sólo aludieran a ellos.
En el caso argentino, la documentación confirma que, para la Casa Blanca, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner no convencieron a la embajada para encolumnarlos ni con sus aliados incondicionales, ni con sus enemigos. Otro tanto podría decirse de las gestiones de Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil. La lectura del material deja claro que Washington prefiere no exacerbar los conflictos que polarizan el espacio público en la Argentina (...) El rol de la embajada como confesionario de oficialistas y opositores, de columnistas y de empresarios de grupos de medios, ubica a los diplomáticos además en posesión de secretos que sólo la filtración de WikiLeaks permite difundir masivamente.
Un ejemplo es el de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26.522. En líneas generales, los empresarios de medios, periodistas, editores y políticos pidieron auxilio en la embajada y le reclamaron que evitara el cambio de regulación. Los cables diplomáticos lo cuentan con un detalle que no se registra en ningún otro país de la región.
El libro Wiki Media Leaks constata que el confesionario de la embajada es más moderado que muchas de sus visitas locales y que es más pragmático a la hora de operar con la información calificada que obtiene en las voluntarias sesiones de confesión.
Nota completa
El libro sistematiza los cables que refieren a medios, periodistas y empresas de telecomunicaciones e internet dentro de un conjunto de 32 mil despachos relativos a América latina. Aunque los Estados Unidos tienen relaciones muy diferentes con los gobiernos de la región, sus embajadas funcionan como auténticos confesionarios para la elite política, periodística y empresarial de cada país. Los cables analizados en el libro se concentran en el lapso 2004-2010. El material diplomático liberado por la organización de Julian Assange expone una trama irresistible a ser contada. No obstante, hay despachos que ningún medio difundió, como bien testimonia el libro ArgenLeaks, de Santiago O’Donnell
La filtración de los papeles del Departamento de Estado reúne los elementos ideales de “noticiabilidad”. La trama refiere al gobierno más poderoso del planeta, pero al mismo tiempo involucra a los políticos y dirigencias locales; combina pasado y presente, aludiendo a hechos que, en muchos casos, repercuten en la actualidad (...) repone desde un lugar novedoso la compleja discusión sobre el rol de los grandes grupos de comunicación, sus diversos intereses económicos y sus sesgos y juicios editoriales. Con su indiscreción, la organización de Assange atizó un debate histórico, pero que venía alcanzando un voltaje inusitado en América latina. ¿Quién informa? ¿Con qué criterio? ¿Con qué intereses? Y, sobre todo, ¿qué se oculta? Con mayor o menor rigor, muchos medios fueron vehículo de la filtración, pero en contadísimas excepciones se atrevieron a publicar documentos diplomáticos que pudieran perjudicarlos, o que tan sólo aludieran a ellos.
En el caso argentino, la documentación confirma que, para la Casa Blanca, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner no convencieron a la embajada para encolumnarlos ni con sus aliados incondicionales, ni con sus enemigos. Otro tanto podría decirse de las gestiones de Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil. La lectura del material deja claro que Washington prefiere no exacerbar los conflictos que polarizan el espacio público en la Argentina (...) El rol de la embajada como confesionario de oficialistas y opositores, de columnistas y de empresarios de grupos de medios, ubica a los diplomáticos además en posesión de secretos que sólo la filtración de WikiLeaks permite difundir masivamente.
Un ejemplo es el de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual Nº 26.522. En líneas generales, los empresarios de medios, periodistas, editores y políticos pidieron auxilio en la embajada y le reclamaron que evitara el cambio de regulación. Los cables diplomáticos lo cuentan con un detalle que no se registra en ningún otro país de la región.
El libro Wiki Media Leaks constata que el confesionario de la embajada es más moderado que muchas de sus visitas locales y que es más pragmático a la hora de operar con la información calificada que obtiene en las voluntarias sesiones de confesión.
Nota completa
Veamos ahora un muy buen reportaje a los autores de ambos libros (ArgenLeaks y WikiMedialeaks) sobre las revelaciones de los WikiLeaks relacionadas con las presiones de los medios hegemónicos sobre los gobiernos en el programa Los Siete Locos.
Los autores de Wiki Media Leaks, Martín Becerra y Sebastián Lacunza, explican esa relación:
“Los roles se alternan y se confunden: los medios de comunicación y los políticos o diplomáticos pueden ser fuentes y recolectores de información indistintamente, retroalimentando las versiones que se originan en esos círculos herméticos. En términos de eficacia sistémica, el margen de error en la validez de la información que circula es muy alto, por la endogamia que practican los agentes protagonistas”.
Veamos ahora una completa entrevista a dichos autores. En la primera parte se refieren a la visión que la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires tenía del Grupo Clarín y a las observaciones de la sede diplomática en medio del debate por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Y entre otras revelaciones, los autores dicen cosas como éstas:
"Las embajadas vertían opiniones sobre la concentración mediática, algún pasado poco edificante de algún medio, alguna práctica profesional que la propia Embajada consideraba cuestionable e incluso sobre algunas denuncias que hacían los propios medios, pero que la mantenían en ese ámbito".
Aquí, la entrevista completa de 44 minutos, sin edición:
Veamos ahora una completa entrevista a dichos autores. En la primera parte se refieren a la visión que la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires tenía del Grupo Clarín y a las observaciones de la sede diplomática en medio del debate por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Y entre otras revelaciones, los autores dicen cosas como éstas:
"Las embajadas vertían opiniones sobre la concentración mediática, algún pasado poco edificante de algún medio, alguna práctica profesional que la propia Embajada consideraba cuestionable e incluso sobre algunas denuncias que hacían los propios medios, pero que la mantenían en ese ámbito".
Aquí, la entrevista completa de 44 minutos, sin edición:
En el excelente informe de TV que sigue podremos ver el tratamiento de los siguientes temas:
*Medios y Embajadas complotando contra gobiernos democráticos.
*La criminalización mediática de Hugo Chávez: el ensayista Carlos Fernández Liria y la construcción mediática anti Chávez.
*”¿Por qué no te callas?”, historia del cruce entre Hugo Chávez y el Rey de España.
*Secretos de WikiLeaks comprometen a la embajada de EEUU.
*El caso Venezuela: el complot de los dueños de los medios. *La alianza entre embajadores norteamericanos y la prensa. *El papel de Charles S. Shapiro, embajador de EEUU en Venezuela(2002-2004), que complotó contra Hugo Chávez, y luego se instaló en Perú. *Documentales “La revolución no será transmitida” (2003), dirigida por K. Bartley y D.O´Briain, un documento de la conspiración contra Chávez; y “Al sur de la frontera”(2009), dirigido por Oliver Stone y “WikiRebels: The Documentary”(2010), *El golpe de Estado: el presidente de Fedecamaras, Pedro Campos, jura como Presidente. *El secuestro de Hugo Chávez . *Los barrios populares se levantan al grito de “Chávez no se va”. *Fracasa el Golpe de Estado y vuelve el gabinete de Chávez. *Los wikileaks demostraron la injerencia de EEUU. Estados Unidos y España.
*Néstor Kirchner, la embajada de EEUU y los WikiLeaks.
*Los wikileaks demostraron la injerencia de EEUU y los medios.
*“Mundo del Mañana”, el programa de tv de Julian Assange, creador de WikiLeaks y la entrevista que le realizó a Rafael Correa.
*Los WikiLeaks en Perú: WikiLeaks reveló la campaña de EEUU contra la campaña de Humala Ollanta: testimonios de Alan García, ex Presidente de Perú sobre Wikileaks;
*El plan para Chavizar a Humala: Ollanta Humala le responde a los medios que lo calumniaron en la campaña.
*Rafael Correa advierte a Ollanta sobre el rol desestabilizador de la prensa.
*El peligro de la concentración de medios: secretos develados que comprometen al periodismo.
*Medios y Embajadas complotando contra gobiernos democráticos.
*La criminalización mediática de Hugo Chávez: el ensayista Carlos Fernández Liria y la construcción mediática anti Chávez.
*”¿Por qué no te callas?”, historia del cruce entre Hugo Chávez y el Rey de España.
*Secretos de WikiLeaks comprometen a la embajada de EEUU.
*El caso Venezuela: el complot de los dueños de los medios. *La alianza entre embajadores norteamericanos y la prensa. *El papel de Charles S. Shapiro, embajador de EEUU en Venezuela(2002-2004), que complotó contra Hugo Chávez, y luego se instaló en Perú. *Documentales “La revolución no será transmitida” (2003), dirigida por K. Bartley y D.O´Briain, un documento de la conspiración contra Chávez; y “Al sur de la frontera”(2009), dirigido por Oliver Stone y “WikiRebels: The Documentary”(2010), *El golpe de Estado: el presidente de Fedecamaras, Pedro Campos, jura como Presidente. *El secuestro de Hugo Chávez . *Los barrios populares se levantan al grito de “Chávez no se va”. *Fracasa el Golpe de Estado y vuelve el gabinete de Chávez. *Los wikileaks demostraron la injerencia de EEUU. Estados Unidos y España.
*Néstor Kirchner, la embajada de EEUU y los WikiLeaks.
*Los wikileaks demostraron la injerencia de EEUU y los medios.
*“Mundo del Mañana”, el programa de tv de Julian Assange, creador de WikiLeaks y la entrevista que le realizó a Rafael Correa.
*Los WikiLeaks en Perú: WikiLeaks reveló la campaña de EEUU contra la campaña de Humala Ollanta: testimonios de Alan García, ex Presidente de Perú sobre Wikileaks;
*El plan para Chavizar a Humala: Ollanta Humala le responde a los medios que lo calumniaron en la campaña.
*Rafael Correa advierte a Ollanta sobre el rol desestabilizador de la prensa.
*El peligro de la concentración de medios: secretos develados que comprometen al periodismo.
Y, finalmente, leamos parte del revelador reportaje de Página/12 al investigador del CONICET, Martín Becerra sobre el sistema de medios en Argentina:
“Las elites son muy agresivas con los gobiernos que presentan posibilidades de cambios”
Los procesos de concentración mediática y de oposición de estos grandes medios a los gobiernos populares en América latina son un dato que observan las embajadas norteamericanas en la región.
–Esa circularidad es muy endogámica. Para sostener sus cables internos, en muchos casos la embajada se vale del testimonio de algunas de sus fuentes calificadas: empresarios, políticos, grandes periodistas o dueños de medios de comunicación. Al mismo tiempo, esos periodistas, políticos y empresarios citan el despacho de los diplomáticos norteamericanos del cual ellos fueron la fuente informativa. Y lo usan como una fuente de autoridad para legitimar la posición pública que tienen cuando escriben la columna dominical. El de Joaquín Morales Solá es un caso emblemático: cita a la embajada para legitimar la información que brinda, pero es al mismo tiempo el periodista que más contacto tiene con esa institución. Esa endogamia produce una alta ineficacia informativa. En este aspecto se nota el estilo de los distintos embajadores.
(...) las elites de la región, que son muy agresivas con todos los gobiernos que presentan posibilidades de cambios. Tal es la agresividad que, cuando el embajador recibe ese testimonio, si es ingenuo o comparte esa mirada, “compra” ese diagnóstico. En otros casos son más distantes, como lo fue Wayne con la ley de medios en Argentina: escuchó al Gobierno, escuchó a los columnistas de los diarios más concentrados y luego observó: “En realidad, a nosotros no nos parece que esté en riesgo la libertad de expresión, sino que es una excelente oportunidad para hacer negocios con las señales estadounidenses.
–¿Qué efectos tuvo el proceso de discusión del proyecto de la ley de medios argentina en la relación entre la embajada y empresarios mediáticos opositores al Gobierno?
–A pesar de lo que dicen los editorialistas y políticos, la política exterior de un país tan importante como Estados Unidos, o incluso Brasil, no se define solo por una cosa. Hubo dos acontecimientos casi simultáneos: Argentina adoptó la norma japonés-brasileña de TV digital mientras (José Antonio) Aranda y la plana mayor de Clarín le aseguraba a la embajada que Argentina adoptaría la norma estadounidense. Y al mismo tiempo impulsó la ley de medios. La embajada puso en la balanza una cantidad de cuestiones.
Los procesos de concentración mediática y de oposición de estos grandes medios a los gobiernos populares en América latina son un dato que observan las embajadas norteamericanas en la región.
–Esa circularidad es muy endogámica. Para sostener sus cables internos, en muchos casos la embajada se vale del testimonio de algunas de sus fuentes calificadas: empresarios, políticos, grandes periodistas o dueños de medios de comunicación. Al mismo tiempo, esos periodistas, políticos y empresarios citan el despacho de los diplomáticos norteamericanos del cual ellos fueron la fuente informativa. Y lo usan como una fuente de autoridad para legitimar la posición pública que tienen cuando escriben la columna dominical. El de Joaquín Morales Solá es un caso emblemático: cita a la embajada para legitimar la información que brinda, pero es al mismo tiempo el periodista que más contacto tiene con esa institución. Esa endogamia produce una alta ineficacia informativa. En este aspecto se nota el estilo de los distintos embajadores.
(...) las elites de la región, que son muy agresivas con todos los gobiernos que presentan posibilidades de cambios. Tal es la agresividad que, cuando el embajador recibe ese testimonio, si es ingenuo o comparte esa mirada, “compra” ese diagnóstico. En otros casos son más distantes, como lo fue Wayne con la ley de medios en Argentina: escuchó al Gobierno, escuchó a los columnistas de los diarios más concentrados y luego observó: “En realidad, a nosotros no nos parece que esté en riesgo la libertad de expresión, sino que es una excelente oportunidad para hacer negocios con las señales estadounidenses.
–¿Qué efectos tuvo el proceso de discusión del proyecto de la ley de medios argentina en la relación entre la embajada y empresarios mediáticos opositores al Gobierno?
–A pesar de lo que dicen los editorialistas y políticos, la política exterior de un país tan importante como Estados Unidos, o incluso Brasil, no se define solo por una cosa. Hubo dos acontecimientos casi simultáneos: Argentina adoptó la norma japonés-brasileña de TV digital mientras (José Antonio) Aranda y la plana mayor de Clarín le aseguraba a la embajada que Argentina adoptaría la norma estadounidense. Y al mismo tiempo impulsó la ley de medios. La embajada puso en la balanza una cantidad de cuestiones.
–¿Y cómo operaron ambas políticas?
–La elección de la norma nipón-brasileña fue un revés para los Estados Unidos. Pero la ley de medios no solo que no les molestaba sino que, al intentar desarticular la concentración del mercado de TV por cable –cuya posición dominante ejerce (el Grupo) Clarín– beneficia hipotéticamente la situación de las señales norteamericanas. En eso, la embajada demuestra pragmatismo y sangre fría, con mucho distanciamiento respecto del fervor y de la posición cerril que adoptaron los grandes grupos comerciales de medios.
Cuando la diplomacia en Buenos Aires plantea que una cosa es el interés de los empresarios mediáticos que los visitan y otra es la libertad de expresión, están haciendo una distinción fundamental, que forma parte de la discusión que se dio la sociedad argentina cuando se debatió la ley de medios.
En la Argentina, la embajada también tuvo que desmentir a Clarín. Claramente tiene un perfil muchísimo más moderado que los voceros de los grupos dirigentes en nuestros países.
–¿Por qué en el libro se plantea que Wikileaks avivó un debate histórico sobre quién informa, con qué criterios y qué se oculta?
–El hecho de liberar tal caudal de información y que la organización WikiLeaks decidiera aliarse con cinco grandes medios para su difusión –-alianza que quedó rápidamente frustrada porque el líder de Wikileaks interpretó que esos grandes medios editorializan cualquier pavada o lo están traicionando– se inscribe en la discusión sobre qué rol juegan los medios. Por un lado, porque esa discusión es fruto de la desintermediación de la labor que históricamente hicieron los medios. Esto es un proceso que aún no concluyó.
(...) hay condiciones sociopolíticas que reclaman la apertura del juego y desmitifican la labor presuntamente objetiva del periodismo, más condiciones tecnológicas que multiplican las ventanas de información.
De hecho, de la información de esos cables, intermediados por estos grandes diarios, a la Argentina le llegaba básicamente lo que publicaba El País de España, replicado por Clarín y La Nación. Me refiero a antes de que se liberaran. Y lo que llegaba es que los K estaban desequilibrados o la Presidenta era bipolar, pero evitaban tematizar todo lo demás que hemos visto. Es Santiago O’Donnell, en su libro ArgenLeaks, quien saca a la luz algo que los diarios no habían mencionado.
–¿A qué se refiere?
–A que ni los (diarios) afines ni los opositores tematizaron las visitas que recibió la embajada en Buenos Aires de (Héctor) Magnetto, por ejemplo, que son fundamentales. No sólo para entender el sistema de medios, sino para entender la política argentina de los últimos ocho o nueve años. Esto también habla de la labor editorial intermediadora de los medios tradicionales, que todavía opera como tapón. Sobre todo en un esquema de opinión pública polarizada como el que tenemos hoy en la Argentina. Los medios son un obstáculo para la aparición de temas gigantescos en la agenda. Afortunadamente, existen mayores posibilidades de discutir eso hoy que hace veinte años, por razones sociopolíticas y tecnológicas.
Nota completa
Como vimos, en todas partes se cuecen habas... El fenómeno regional de concentración de medios hace hegemónica en la sociedad su particular visión de la realidad, lo que a su vez genera su poder de influenciar o presionar sobre los gobiernos democráticos. Esto merece un debate sobre los medios y su poder, como antecedente para poder cambiar esa realidad; debate que comenzó en forma masiva aquí en 2009 pero que ya existía minoritariamente desde el mismo 1983 donde renació la democracia argentina.
Finaliza aquí la pequeña contribución de este humilde servidor público, que esperamos haya sido útil.