A todo esto, este humilde servidor público considera muy útil y pertinente hacer memoria de lo que estos mismos economistas dijeron y anunciaron en otros momentos, y ver cuán confiables son. Por eso, pasemos a los hechos. Empecemos por revisar lo dicho en 2009 con relación a lo que sucedería en 2010 y 2011:
Reactivación, déficit e inflación, claves de la economía en 2010.
Es el pronóstico de (…) economistas convocados por iEco. Habrá poca creación de empleo y la situación internacional favorecerá al país. Las dudas para 2011.
(…) economistas convocados por iEco coincidieron en que en 2010 la economía argentina va a rebotar de la caída que sufrió en 2009, pero menos que los países vecinos. También que habrá más inflación y que el desempleo podría mantenerse o disminuir muy poco. Sin embargo, esa expectativa de crecimiento no la extienden más allá, por las incertidumbres políticas y económicas que se abren a partir de entonces.
También coincidieron en que la situación fiscal se está deteriorando de manera muy pronunciada, que el Tesoro podría enfrentar serios problemas de financiamiento, aun concretando el canje de los bonos en default y que la herencia o hipoteca para la próxima Administración será muy pesada.
Miguel Angel Broda (Estudio Broda y Asociados).
“No me animo a hablar del 2011 por el conjunto de problemas políticos y económicos que se están acumulando. Y no descarto la idea, una vez que el “gran macroeconomista” vea que no hay posibilidades de que él o una parte de su dinastía puedan ser reelectos, prefiera dejar “tierra arrasada” para intentar volver en 2015. Ahora, la Argentina tocó fondo en el segundo trimestre y está agarrando carrera por la explosión del gasto público y por la extraordinaria caída en la salida de capitales. (…) La economía entra a moverse pero eso depende básicamente de que el mundo siga recuperándose, que no triunfe el ‘levantar el pie del acelerador’ de las políticas expansivas en el mundo desarrollado y que el mercado de los emergentes, que está de fiesta, nos dé una oportunidad de por lo menos en la primera mitad de 2010 volver a colocar deuda, si no seguimos demorando el canje. Hay un incremento del gasto que pocas veces se vio, lo que va a alentar el consumo. Pero tiene implicancias negativas por el descontrol fiscal. (…) Hay una explosión del gasto. En los dos últimos años el gasto público consolidado subió 13 puntos del PBI. Y eso es riesgoso. Hay que ver si aprovechamos la oportunidad de esta euforia transitoria del mercado emergente para colocar deuda. Pero a medida que nos acerquemos a fin de 2010, obviamente la situación de inversión, de inflación, del financiamiento del déficit fiscal, de las distorsiones microeconómicas que subsidios y compensaciones han dado van a ir produciendo expectativas de algún riesgo de crisis macroeconómica. Desde que el “gran macroeconomista” decidió que el 11 de diciembre es el fin del mundo tenemos un avance notable de arbitrariedad y un avance notable del incremento de gasto. Nuestros números dan que en el 2010 necesitamos colocar entre US$ 3.000 millones y 4.000 millones, agotando los fondos de la ANSeS y lo que el Programa Monetario permite de expansión monetaria del Banco Central a la Tesorería”.
¿Y por qué no puede obtener esos US$ 4.000 millones?, preguntó iEco.
“La euforia del mercado financiero internacional en los emergentes no es permanente. A medida que vaya pasando el tiempo, la miopía fiscal de prestarle a la Argentina va a ir desapareciendo. En el primer semestre hay una oportunidad que tenemos que aprovechar. No estoy diciendo que Argentina no tenga acceso si negocia con los holdouts a una tasa de 10%. Pero no estoy seguro de que el mercado internacional esté abierto durante todo el 2010 para la Argentina, dado el deterioro fiscal. Tengo dudas sobre la herencia que deja este gobierno.
¿Descarta una nueva caída internacional, más aún después de que pasó en Dubai?
No se puede descartar nada. La verdadera tasa de desempleo en EE. UU. está arriba del 17% y la caída de la popularidad de Obama, no voy a decir que es parecida a la caída de Cristina porque es la presidente latinoamericana con menor imagen positiva, pero es muy dura.
Mario Brodersohn (Econométrica SA).
“El 2009 fue negativo para la Argentina. La mala imagen del Gobierno afectó el clima de inversión. Y la crisis internacional y la sequía. (…) El 2010 viene mejor porque cambió el contexto internacional y no hay sequía. No me preocupa el 2010 pero sí la herencia que deja este gobierno. (…) hay una situación fiscal muy grave para 2011, hay más inflación. Hay un conjunto de desafíos que van a ir acumulándose. Las expectativas de la población no son positivas y eso va a ser más explícito a medida que nos acerquemos a las elecciones”.
¿Pero si la economía crece en 2010 y la gente tiene más dinero en el bolsillo, no se revierte ese escenario?, preguntó iEco.
“No. El Gobierno no tiene un planteo para resolver la crisis agropecuaria ni la crisis energética o cómo resolver el problema fiscal. Y eso va a afectar el clima de expectativas. Además, la tesis del gobierno argentino es que la crisis internacional afectó menos a la Argentina. (…) Gobiernos que se consideran progresistas o socialdemócratas, como Lula, Tabaré Vázquez o Michelle Bachelet, tienen una imagen positiva del 70% al 80%. En cambio, la imagen positiva de Cristina es menos del 20%. (…) Se dice que el Gobierno se quiere apropiar del efectivo mínimo que las entidades deben depositar en el BCRA y que a eso apunta la reforma financiera. (…) Todo esto, a pesar de que el contexto internacional es bueno. La reciente experiencia de Dubai muestra que el sistema financiero reaccionó rápido y es capaz de enfrentar nuevos cimbronazos parecidos.
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Ahora veamos qué fué lo que realmente sucedió con la economía en 2010 y 2011:
1. Rasgos generales de la evolución reciente
Luego de la marcada desaceleración de 2009, la economía argentina volvió a expandirse significativamente en 2010, registrando un crecimiento interanual del 9,2%, bastante por encima del promedio de la región. Dicho crecimiento trajo aparejada una disminución de la tasa de desocupación, que pasó del 8,4% en el último trimestre de 2009 al 7,3% en el mismo período de 2010. En el primer trimestre de 2011 el crecimiento interanual del PIB fue del 9,9%, lo que implica un piso de crecimiento del 6,1% para el resto del año.
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Y veamos lo que dijo (lo que se desdijo, en realidad) el mismo profeta Brodersohn dos años después:
“Perspectivas para el 2012: Brusco Enfriamiento de la Economía”.
Esta vez, la recesión dio como resultado un superávit comercial en el 2009 de 16.900 millones de dólares (5.5 % del PBI), una desaceleración de la inflación (precios implícitos del PBI) del 20.1% en el 2008 al 13.8 % en el 2009 con una aceleración en la devaluación del dólar del 1.5% en el 2008 al 17.9% en el 2009. Todo ello permitió salir rápidamente del “stop” del 2009 para retomar un año después la fase expansiva del “go” del ciclo económico. En el 2009 el PBI descendió un 2.5% y en el 2010 volvió a crecer al 8.5% anual y en el 2011 al 7%.
Informe completo
Ahora veamos con nuestros ojos en acción al plantel de economistas profetas del desastre que nunca ocurre en el excelente editorial del periodista Roberto Navarro en consonancia con esta entrada basurera:
A continuación veamos, dentro de un homenaje a Evita realizado por el programa TVR, y a partir del minuto 1:42, la visión económica de estos economistas estrellas del establishment neoliberal, tales como Domingo Cavallo, Javier González Fraga Miguel Ángel Broda Carlos Melconián Martín Redrado, Alfonso Prat Gay Jorge Ávila, confrontada con la visión económica de Cristina Fernández (antes de ser presidenta) y Mauricio Macri, por ejemplo. Esto nos aclarará mucho las aristas del debate económico actual, entre ellas qué debemos hacer con la deuda externa, las cuentas del estado, etc.
No por nada uno de ellos, Miguel Ángel Broda, fue acreedor a nuestra distinción anual, el Premio "Manochanta de Oro" del 2010. Ver aquí las razones de esta distinción.
De acuerdo a lo expuesto, estamos ya prevenidos ante los contínuos anuncios alarmistas de estos permanentes profetas del Apocalipsis económico que se empecinan en pifiarla de lo lindo (o cumplir con su función oculta) en materia de pronósticos sobre el rumbo de la economia nacional.