17 de agosto de 2012

Basura de los Juegos Olímpicos...

A la sombra del triunfalismo del fútbol argentino, en estos días se ha desatado una campaña de desvalorización de los resultados obtenidos en Londres 2012 por el deporte nacional, con el propósito último de poner en cuestionamiento la política nacional en esa materia. Son víctimas de ello no sólo los protagonistas de esa participación olímpica sino también los receptores incautos o no informados sobre la realidad del deporte nacional. Para eso, este humilde servidor público ofrece una reseña sobre el tema para ilustrarnos, separar la basura mediática de lo útil y poner en contexto estos juegos olímpicos que finalizaron y atisbar lo que puede suceder en los próximos en Río 2016.
Empecemos, entonces, por aclarar de qué estamos hablando:


El oro olímpico fue víctima de una campaña en las redes sociales.
El taekwondista Sebastián Crismanich, que obtuvo el máximo logro de la delegación, fue protagonista de una falsa campaña en contra del ENARD con una foto que circula en la web. La respuesta del correntino.
La notoriedad alcanzada por Sebastián Crismanich apenas logró la medalla de oro olímpica en Londres 2012 fue utilizada por un hacker para montar una falsa campaña en contra del ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo).
La foto en la que aparece el correntino contiene espurias declaraciones en tercera persona aunque disfrazadas de textuales que indican que el atleta argentino debió vender su auto para poder competir y que llegó al hotel en el que se alojó en Londres un día antes por falta de pago de las autoridades.
Fue el propio Crismanich el encargado de contar que el ENARD respondió a sus necesidades con un fuerte apoyo económico en la preparación para los Juegos Olímpicos en los que terminó coronándose con el oro.
Por su parte Gabriel Taraburelli, entrenador del campeón, destacó tras la experiencia en Londres los pilares que hicieron posible semejante logro.
"Las cosas hace un par de años eran más a pulmón. Por suerte, ahora tenemos que preocuparnos solamente por competir y enfocarnos en la preparación", en referencia a la gestión del ENARD y de la Secretaría de Deporte de la Nación.
"Mejoró todo con la llegada del ENARD. Podemos participar de las competencias que son fundamentales y nos fogueamos al nivel del resto. Con Sebastián (Crismanich) estuvimos dos meses en México, en Holanda, en el CENARD y después volvimos a México. Hicimos una preparación a conciencia", resaltó el entrenador.
El apoyo del ENARD, la base de Londres 2012 para fijar el objetivo en Río 2016:
• Fue la primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos que Argentina participa en 23 deportes, dato que toma mayor relevancia aún si se tiene en cuenta que en 10 de ellos (canotaje-slalom, gimnasia artística, handbol, hockey sobre césped masculino, lucha, nado sincronizado, vóley masculino, voleibol de playa femenino y triatlón) no hubo representación argentina en Beijing 2008.
• 10 de esos 23 deportes lograron superar su rendimiento del ciclo pasado: gimnasia, hockey femenino, tenis, remo, vóley, taekwondo, atletismo, boxeo, ecuestre y canotaje. A diferencia de la pasada edición de los Juegos Olímpicos, en las mencionadas disciplinas se alcanzaron medallas, diplomas, finales o simplemente se escaló en el ranking de naciones.
• Casi la mitad de las disciplinas presentes (12 deportes) se ubicaron dentro del prestigioso grupo TOP-8 obteniendo su respectivo premio: taekwondo, hockey, yachting y tenis (single) consiguieron subir al podio. En tanto, atletismo, boxeo, canotaje, gimnasia, judo (2), remo, vóley, tenis (doble mixto) y básquet obtuvieron su diploma.
• En Beijing se obtuvieron seis medallas contando el fútbol (que no se clasificó para Londres) y el ciclismo (prueba Madison que la eliminaron en Londres) y 3 diplomas.
• En Londres 2012 se obtuvieron 4 medallas y 10 diplomas, y se alcanzaron finales en remo, gimnasia en anilla, canotaje y lanzamiento de bala. El judo, por su parte, llegó a las instancias de medalla de bronce con dos competidores (Lucenti y Paretto) y el básquet quedó en el cuarto lugar.

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Veamos qué dice el mismo protagonista de estos rumores.





Repasemos ahora lo logrado por nuestros deportistas en Londres 2012 y su verdadero significado histórico:


Argentina logró pocas medallas, pero dejó señales de que se puede crecer.
Menos logros que en Atenas y Beijing. El ENARD apunta a una superación sostenida hasta 2020.
Una actuación que, en lo cuantitativo, significó un paso atrás con respecto a los resultados de Atenas y Beijing porque esta vez hubo una medalla de oro contra dos y cuatro podios frente a los seis de cada una de las citas de 2004 y 2008 y porque del 38º puesto de hace cuatro años se descendió al 42º. Pero sería mediocre si lo único que importara en el análisis olímpico fueran los números. Por eso el ojo debe ir más allá y lo más saludable será profundizar en la realidad y en el futuro del deporte nacional.
Con sólo dos años de gestión, el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) impulsó un aire renovado. De esa manera, un presupuesto de 15 millones de pesos por mes redundó en 226.843.000 pesos invertidos y el 60 por ciento de esa suma (137.924.000 pesos) se destinó a las becas de los atletas, entrenadores y cuerpos técnicos y a la participación de los primeros en competencias internacionales. Como ningún país que se presuma ser deportivamente serio puede pretender resultados inmediatos más allá del apoyo económico, las autoridades del ENARD siempre manifestaron que la planificación les apunta a dos ciclos olímpicos y medio y que por eso recién en los Juegos de 2020, cuya sede se definirá el año próximo en Buenos Aires, se verán los frutos del trabajo que se viene realizando.
Para referirse a los puestos finales en el medallero, en el ENARD se habla de “percentil 90” . ¿Qué significa ese término? Que Argentina debería ocupar dentro de dos ciclos el segundo puesto en los Juegos Sudamericanos (hay 15 países), el quinto en los Juegos Panamericanos (42) y entre el 22º y 23º en los Juegos Olímpicos (204). ¿Se podrá? “Creemos que sí”, dice Carlos Siffredi, gerente Técnico Deportivo, quien afirma que el ENARD le dio a nuestro país “una continuidad para un desarrollo estructural del deporte de un modo técnico y no político” .
Algunos puntos sirven para mirar con ese optimismo lo que vendrá. Por ejemplo: La clasificación . En un escenario de alta exigencia fue la primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos que Argentina participa en 23 deportes mientras 10 especialidades no habían tenido representación en Beijing y sí la tuvieron en Londres: el slalom de canotaje, gimnasia masculina y femenina, handball masculino, hockey sobre césped masculino, lucha, nado sincronizado, vóleibol masculino, beach volley femenino y triatlon.
La superación . Diez disciplinas lograron mejorar el rendimiento del ciclo pasado alcanzando medallas, diplomas o finales. Ellas fueron la gimnasia, hóckey femenino, tenis, remo, voleibol, taekwondo, atletismo, boxeo, equitación y canotaje.
Los logros.
Doce deportes (casi la mitad de los presentes) se ubicaron dentro del prestigioso grupo de los ocho mejores en diferentes disciplinas: el taekwondo, hockey, yachting y tenis subieron al podio mientras el atletismo, boxeo, canotaje, gimnasia, judo, remo, voleibol y basquetbol obtuvieron su diploma cuando en Beijing hubo sólo tres atletas top 8 (el velista Julio Alsogaray, la ciclista María Gabriela Díaz (BMX) y la taekwondista Vanina Sánchez Berón. Otro dato interesante lo aporta la siguiente reflexión: si todo el mundo coincide en que Juan Martín Del Potro, por ejemplo, está en la elite al ser uno de los ocho mejores tenistas del mundo, ¿por qué no se los considera parte de lo mismo a Sebastián Crismanich, Lucas Calabrese y Juan de la Fuente, Germán Lauro, Yamil Peralta, Miguel Correa y Rubén Rézola, Federico Molinari, Emanuel Lucenti, Cristian Rosso y Ariel Suárez y Paula Pareto, quienes hoy también pueden ser considerados dentro de los ocho mejores del mundo en cada una de sus especialidades? En definitiva, no sólo el tenis aportó figuras argentinas destacadas en los Juegos...
El futuro . Entre los 137 atletas argentinos en Londres hubo una buena cantidad con el crédito abierto para el futuro teniendo en cuenta cada especialidad. Esos son los casos de Braian Toledo (18 años), el palista Sebastián Rossi (20), el tirador Alex Suligoy (21), el judoca Héctor Campos (23), el velista Lucas Calabrese (25), la gimnasta Valeria Pereyra (16), la luchadora Patricia Bermúdez (25) y hasta de Las Leonas y el seleccionado masculino de voleibol, con promedios de edad muy bajos.

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Como los deportistas olímpicos no crecen de los árboles ni llueven del cielo, veamos ahora cuál ha sido el orígen de estos logros:


Destinan al deporte, en tres años, $ 226 millones.
Es lo que invirtió el ENARD desde 2009, según un documento exclusivo. El yachting, el que más recibió.
Dos años de gestión efectiva lleva el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo. Dos años en los que los atletas argentinos recibieron un apoyo económico -pero sobre todo logístico- sin precedentes en la historia de nuestro país. Hoy el ENARD beca a 1.397 atletas y 283 entrenadores con un apoyo económico que, desde su creación por ley nacional el 22 de diciembre de 2009, llegó a 226.843.000 pesos.
En un documento exclusivo al que accedió Clarín , se detalla el destino de ese dinero con los siguientes rubros: # 114.556.000 pesos en apoyo para la preparación y la participación de los atletas en competencias internacionales.
# 81.967.000 pesos en becas a atletas y cuerpos técnicos.
# 18.683.000 pesos en equipamientos.
# 5.904.000 pesos en organización de torneos en Argentina.
# 5.733.000 pesos en cobertura médica de atletas y cuerpos técnicos.

El primer rubro es el más interesante para desmenuzar. Así surge que el yachting , que en Londres 2012 busca una nueva medalla olímpica de la mano de Lucas Calabrese y Juan de la Fuente en la clase 470, recibió en este tiempo 11.398.000 pesos , mientras el hóckey sobre césped (Las Leonas están en carrera por el oro y los varones fueron una decepción) ocupa el segundo lugar en este ranking de apoyo con 7.995.000 pesos y el tercero es para el ciclismo (Walter Pérez, campeon olímpico en Beijing 2008 en la Americana, terminó lejos de las medallas en el omnium) con 6.075.000 pesos.
¿Cuáles son los tres deportes que menos dinero tuvieron? El boxeo con 1.038.000 pesos, la equitación con 956 mil pesos y el tenis (sus representantes olímpicos fueron todos profesionales) con 361 mil pesos.
Los responsables del ENARD dicen que “ningún atleta que vino a los Juegos dejó de hacer lo que quiso hacer” en su preparación olímpica. Esto significa que todos tuvieron el apoyo que solicitaron en cuanto a viajes, entrenamientos y participación en competencias internacionales, siempre y cuando se le diera el visto bueno. A nadie del Ente le preocupa la falta de medallas porque, aseguran: “Nosotros miramos al futuro, pero no a los Juegos de Río de Janeiro o los de 2020, sino a los de 2024”.
Faltan cinco días de actividad en los Juegos y algunas esperanzas en carrera por un podio mientras otras que aún no debutaron, como las del taekwondista Sebastián Crismanich o la luchadora Patricia Bermúdez, también buscarán una medalla.
Por eso habrá tiempo para el análisis más profundo en un contexto muy diferente al que el deporte argentino vivió hasta el anterior ciclo olímpico. Y aunque sean necesarias -y hasta obligatorias- algunas revisiones, por ahora habrá que ser pacientes.

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¿Cuánto vale una medalla?
Los argentinos que suban al podio tendrán más premio que los estadounidenses. Y hay países que pagan más.
Si bien recién en los polémicos y convulsionados Juegos Olímpicos de 1900 comenzó la costumbre de premiar con medallas de oro, plata y bronce a los atletas, en aquella París fueron muchos los triunfadores que prefirieron recibir obsequios como copas, trofeos y obras de arte y hasta esos 3 mil francos que rápidamente guardó en sus bolsillos el francés Albert Ayat por su victoria en la competencia de espada para profesionales. Más tarde, ese ritual se modificó enseguida y esas mismas medallas a las que poca importancia se le había dado en aquellas primeras ediciones de los Juegos, pronto serían un invalorable objeto del deseo. Y un símbolo claro del orgullo más supremo. Pero los tiempos volvieron a cambiar y al ritmo de la globalización son varios los países -incluída Argentina- que en la antesala de Londres 2012 premiarán a sus medallistas olímpicos con dinero en efectivo.
Justamente el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo informó la escala de recompensas para los atletas que suban al podio; en los deportes individuales será de 150 mil pesos para el oro, 100 mil para la plata y 60 mil para el bronce mientras en los deportes de equipo habrá 1 millón, 700 mil y 500 mil pesos, respectivamente.
Estados Unidos, la gran potencia mundial que en Londres peleará por el primer lugar del medallero con China, ofrecerá menos dinero pues los campeones olímpicos embolsarán 25 mil dólares mientras los que obtengan una medalla de plata obtendrán 15 mil y los que ganen una de bronce, 10 mil. México también destinará más dinero que los estadounidenses en este rubro con un reparto de 38 mil, 19 mil y 10 mil dólares, respectivamente. Claro que los atletas mexicanos sufrirán con los efectos de la recesión ya que los valores serán los mismos o aún menores a los de Sydney 2000 y, si se los compara con los de Atenas y Beijing, la merma será notable: los vencedores recibirán la mitad con respecto a 2004 y apenas una décima parte si la comparación es con 2008.
Mientras en Londres los colores verde y amarillo de Brasil ya empiezan a alumbrar las zonas más turísticas como Trafalgar Square, Picadilly Circus, Soho, el Parlamento o el Hyde Park previendo la futura cita en Río de Janeiro 2016, el cada vez más poderoso deporte de este país anunció 50 mil, 25 mil y 15 mil dólares para cada medalla de sus nadadores. César Cielo y Thiago Pereira, agradecidos...
Con Brasil en otra escala, el gran rival sudamericano de Argentina en los últimos años, Colombia, también tendrá premios importantes para sus repesentantes: 60 mil por el oro, 35 mil por la plata y 25 mil dólares por el bronce.
Igualmente todos estos números están aún más lejos de los que ofrecen otros países y aquí el más generoso será Italia, ya que cada campeón olímpico embolsará 184 mil dólares. Otros ejemplos por cada medalla de oro son los siguientes: 132 mil en Rusia, 52.500 en Corea del Sur, 50 mil en Francia, 28 mil en Japón y 16 mil dólares en Australia. ¿Y qué pasará con los atletas británicos? El Comité Olímpico local confirmó que no destinará una libra a nadie pero que cada medallista olímpico, a corto o mediano plazo, tendrá un patrocinador que le asegurará su futuro económico.

Dos párrafos finales merecen Guatemala y Malasia. Mientras las autoridades del país centroamericano -que nunca consiguió una medalla en su historia- prometieron 128 mil, 64 mil y 32 mil dólares respectivamente, el magnate minero Andrew Kam anunció que le ofrecerá un lingote de oro valuado en 630 mil dólares al seleccionado de badminton malayo en caso de consagrarse campeón olímpico.

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Recordemos entonces cómo fue que se puso en marcha este proceso:


Con 900 becas, el Enard se puso en funcionamiento.
Con la presencia de la presidenta de la Nación y el anuncio del otorgamiento de 900 becas para deportistas, fue presentado ayer en sociedad en Parque Norte el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD).
“Estamos cumpliendo un sueño; la idea es que cuando un deportista argentino pierda sea porque su rival tiene más talento o hizo un mayor esfuerzo, no porque hubo más dinero para apoyarlo”, dijo Cristina Fernández de Kirchner. Además de la presidenta estuvieron Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino y ahora titular del ENARD, el secretario de Deporte, Claudio Morresi, y el subsecretario Marcelo Chames.
El ENARD, creado por ley en diciembre, se financiará con un impuesto de un 1% sobre la facturación de las líneas celulares con abono, y se ocupará de “gestionar y coordinar apoyos económicos para la implementación y el desarrollo de las políticas de alto rendimiento deportivo”. Werthein anticipó que habrá 900 becas -aparte de las ya otorgadas por la Secretaría- “para deportistas, entrenadores y jóvenes promesas”, una licitación para contratar una cobertura médica para los deportistas, y que el ente trabajará con las provincias para el desarrollo deportivo del Interior. “El deporte quiere ser parte del crecimiento del país”, afirmó.
La ceremonia fue conducida por el ciclista Juan Curuchet (oro en Beijing 2008) y la judoca Paula Pareto (bronce en los mismos Juegos), y muchos deportistas dijeron presente. Entre los más conocidos, Walter Pérez (ganador de la medalla con Curuchet), la Leona Noel Barrionuevo, los remeros Santiago Fernández y Gabriela Best, y la taekwondista Vanina Sánchez Berón (diploma olímpico en Beijing).

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El trabajo del Enard.
El organismo creado en 2009 para brindar becas y apoyos económicos para la participación de atletas en competencias internacionales repartió en total $ 226,9 millones. Sin embargo, Argentina consiguió menos medallas que en las últimas dos citas olímpicas.
Los números que aporta el ENARD.
“El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo”, Roberto Arlt (escritor argentino, 1900-42).
La ley 26.573 tuvo rápido trámite, su gestión de aprobación y promulgación insumió menos de un mes, a fines del 2009 y pronto quedó establecida la creación del Enard. El Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, encargado de velar por el desarrollo y accionar de los deportistas de mediano y alto rendimiento, en conjunto con la Secretaría de Deportes de la Nación, es financiado por un impuesto del 1% sobre las facturas de todas las prestadoras de telefonía celular..
De allí surgieron los fondos para que en los últimos dos años, se inviertan casi $ 200 millones en concepto de becas a atletas, entrenadores y cuerpo técnico, y en apoyos para la preparación y participación en competencias internacionales. En detalle, el organismo distribuyó $ 5,7 millones en concepto de cobertura médica; $ 18,7 millones, a equipamiento deportivo; y $ 6 millones, a diversas competencias en el país.
Yatching es la disciplina a la que el Enard le destinó el mayor presupuesto en concepto de apoyo a la participación de atletas en competencias internacionales: $ 11,4 millones en dos años. Le siguen hockey sobre césped ($ 8 millones); ciclismo ($ 6 millones); y deportes acuáticos ($ 5,5 millones).
Además del dinero invertido en cada una de las 22 disciplinas (ver recuadro), aportó $ 8 millones a los Deportes Paralímpicos, y $ 7,3 millones a las Misiones Panamericana y Olímpica.
Pero vamos a los resultados medidos en medallas, a pedir de los exitistas: Argentina obtuvo en los Juegos Olímpicos que acaban de terminar, cuatro preseas, la misma cantidad que en Sydney 2000, aunque dos menos que en las últimas ediciones de Atenas 2004 y Beijing 2008.
Claramente, la diferencia radica en la cantidad y calidad de los diplomas. Mientras en los Juegos de Australia, y en Grecia, siete atletas se trajeron la papeleta, en China, sólo tres.
Esta vez Argentina obtuvo 10, entre los que se destacan a futuro las distinciones inéditas -por su disciplina-, de Federico Molinari (octavo lugar en anillas), las duplas Correa-Rézola (quintos en clase 470 de yachting), y Suárez-Rosso (cuartos en la doble Scull de remo).
Además de los logrados por los jóvenes Emanuel Lucenti (judo) y Yamil Peralta (boxeo), sin desmerecer los restantes, de atletas con experiencia y pasado olímpico: Germán Lauro fue sexto en lanzamiento de bala. Cierran el selecto grupo la judoca Pareto, el doble mixto compuesto Del Potro-Dulko y las selecciones de voley y básquet, que también obtuvieron el suyo.
La alegría de oro llegó como sorpresa en las patadas de Sebastián Crismanich en la categoría hasta 80 kilogramos de Taekwondo. Con el antecedente que desde los Juegos de Helsinki de 1952, el país no conseguía el primer lugar del podio en una competencia individual.
El correntino, además, hizo historia al convertirse en el primer atleta nacional en lograr una medalla en esa disciplina. Lejos del estereotipo del atleta que a lo Delfo Cabrera se entrena corriendo por el pueblo o subido a un carro de bomberos, Sebastián Crismanich reconoció: “Este último tiempo realizamos una muy buena preparación y eso se lo tengo que agradecer al Enard, que en tan poco tiempo hizo tantos cambios”.
La misma Paula Pareto, destacó que no en el universo del judo “desde la llegada del Enard se nota un cambio rotundo y no solo en los que somos de la Selección, los más chicos también viajan mucho más antes de las competencias y eso te da más roce”. Y fue más allá: “Incluso en otros deportes, donde tengo amigos, me cuentan que todo es muy diferente con el apoyo del Estado”.
Otro judoca, el tucumano Emmanuel Lucenti, obtuvo otro diploma para el país. El judoca que estuvo a un paso de semifinales planteó como crítica para el Enard: “Hay un cambio claro y mucho apoyo, pero yo vivo en Tucumán y no cuento con un entrenador, no puedo venirme a vivir a Buenos Aires donde sí hay, así que mi hermana para estos Juegos Olímpicos me fue mandando videos de mis rivales, que ella encontró en internet”.
Germán Lauro rompió todos los pronósticos al ingresar a la final del lanzamiento de bala en atletismo, además de romper tres veces en una misma jornada su propio récord argentino. No fue casualidad. Dos semanas antes de lanzar la bala en Londres, lo hizo en el torneo de lanzamientos de León (España) donde logró 20 metros en bala y 58,72 en disco, ganando ambas pruebas. “Esos torneos te dan roce, fueron fundamentales”, dijo el de Trenque Lauquen sobre la experiencia que adquirió previo a Londres, costeada por el Ente.
Por último, más allá del spot y de las palabras míticas de Néstor Kirchner a Brian Toledo, el pibe de Marcos Paz es la gran apuesta de la Secretaría de Deportes. En Londres no se clasificó a la final de lanzamiento de jabalina, pero ya experimentó competir con los mayores en una disciplina en la que la maduración llega después de los 25 años.
Una semana antes de la cita Olímpica, Toledo fue segundo en el mundial juvenil de Atletismo en Barcelona, antes había obtenido la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, y en 2010 viajó a Singapur, donde ganó los Juegos de la Juventud.
Toledo, de tan sólo 18 años y más allá del resultado, salió fortalecido en lo individual y catapultado como la máxima esperanza del atletismo nacional. Es que en eso radica el trabajo, en planificar cuatro años antes. “Nunca había pasado eso en hockey, y hoy por el apoyo y la planificación sabemos cuál es el camino de aquí a cuatro o seis años”, admitió el “Chapa” Retegui, entrenador de las Leonas.
Anticipar los resultados en medio del camino es imposible. Los logros llegarán o no en Río de Janeiro 2016. El Estado comprendió que debe acompañar con inversión, ahora evaluará en qué aspectos es perfectible ese apoyo. Para acompañar el trabajo, el esfuerzo, la perseverancia y el sueño de sus atletas.

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Veamos qué opinan al respecto los verdaderos protagonistas, los deportistas de hoy y qué opinaban los deportistas de antes:





Veamos ahora qué opina nuestro deportista más exitoso de Londres 2012:


Volvió Crismanich y agradeció el apoyo: "El ENARD me salvó la vida".
Sebastián Crismanich, única medalla dorada en la categoría de hasta 80 kilos del taekwondo en los Juegos Olímpicos Londres 2012, regresó al país tras su brillante actuación en la cita olímpica.
El correntino arribó al aeropuerto de Ezeiza pasadas las 8 de la mañana procedente de Londres y ofreció una conferencia de prensa.
"Todavía no tomé conciencia", fueron sus primeras palabras. "No lo puedo creer, esto nunca pasó en el taekwondo pero esperemos que sea el principio de algo muy grande", agregó. "Estoy un poco shockeado pero muy contento".
El joven deportista aseguró que no imaginaba la "magnitud" de la repercusión que había tenido su logro en el país.
Destacó también que Luis Scola le haya cedido la distinción de llevar la bandera olímpica en la ceremonia de clausura de los Juegos. "Mi primera reacción fue decir 'no, no puedo´", relató.
Crismanich destacó el apoyo que recibió "del ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), la Secretaría de Deportes y el Comité Olímpico. Nosotros sabíamos que este objetivo era muy posible de cumplir. Antes de los Panamericanos dijimos: ´No tenemos techo, vamos a ir y vamos a hacer un desastre'. Después de eso sabíamos que lo podíamos repetir en los Juegos Olímpicos".
Remarcó "la buena gestión deportiva que tenemos hoy. El ENARD nos salvó la vida". "Ahora los practicantes de taekwondo quieren ser como nosotros, nos llena de orgullo", añadió.
El medallista olímpico también se tomó unos minutos para desmentir rumores que se referían al poco apoyo que había recibido en Londres. "Es algo político, hay entidades que atentan contra el ENARD. Cuando alguien es exitoso, tiene gente que lo quiere y gente que no. Esto es muy bueno para la sociedad, no sólo para nosotros", expresó.
Más tarde, en reunión con la presidente Cristina de Kirchner en Casa Rosada, Sebastián Crismanich, advirtió que ese logro en Londres "marcó un antes y un después", y "abre una nueva era del taekwondo" en la Argentina.
El correntino, quien fue recibido por la Presidente junto a la delegación olímpica, expresó que "este es un lindo homenaje a todos los atletas".
"Esto tiene un significado muy importante, nos da muchísima más ganas de seguir luchando por mi país", dijo respecto a la felicitación que les hizo la mandataria.
Crismanich contó que "se ha incrementado mucho la práctica de este deporte" en el país y ahora "saben qué modelo seguir y eso me va ayudar mucho a mí y a ellos para obtener más medallas olímpicas para nuestra bandera".
Relató que Cristina les contó que "se emocionó tanto como yo cuando tocaban el Himno Nacional" tras ganar la medalla de oro al derrotar a su contrincante español.
"Me emocionó escuchar esas palabras y el agradecimiento que la Presidenta nos brindó", finalizó Crismanich.

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Un repaso histórico del deporte olímpico argentino nos aclarará algunos temas y pondrá en contexto lo logrado en Londres 2012:


Un cacho de cultura olímpica.
Una olimpíada para trabajar sobre el rol de los clubes, las escuelas y el Estado en el futuro de los atletas nacionales.
Con la partida de los Juegos, con la ida de esta andanada de emociones, tristezas, drama, emociones y épica que el deporte regala aún superando a la vida real, queda una suerte de estela, un interrogante de lo que significa el deporte en la Argentina, de sus alcances y, sobre todo, del papel que ocupa en la alta competencia.
Las políticas deportivas que acompañan las apariciones de deportistas de alto rendimiento son, ante todo, un proceso que requiere inversión. Y en el alto rendimiento, fundamentalmente en los deportes individuales en los que las diferencias de marcas son milésimas de segundos o centímetros, este proceso es mucho más lento que la ansiedad de quienes miran los juegos por televisión.
Antes. Si se revisan las políticas deportivas con las que convivió el deporte entre 1955 y 2004, no se advierten los esfuerzos ni para frenarlas ni para fomentarlas. La inocuidad fue la marca registrada de la dirigencia en estos 50 años.
El proceso que llevó a la destrucción del “deporte peronista” en 1955 con la llegada de la Revolución Libertadora no para de facturar hasta hoy. Todos los elementos que tuviesen que ver con la “propaganda del régimen” fueron liquidados. El recuerdo más vigente es el del básquet campeón del Mundial de 1950, cuyos jugadores fueron suspendidos de por vida, deteniendo el crecimiento de un deporte que no tenía techo.
Esa brillantez, esa idea de Perón de que uno de cada cuatro argentinos practicara deporte federado, la construcción de un ideario deportivo y el encuadre del deporte en la cultura popular, hizo que fuera de acceso masivo, algo inédito hasta 1946. La Argentina afianzaba su vocación deportiva, acompañada por un Estado que le daba impulso, no solamente en las escuelas, sino en la gran cantidad de clubes fundados durante las dos primeras décadas del siglo pasado, que fueron el soporte vital en la excelencia deportiva. El deporte destellaba masas sociales nutridas, donde el compromiso colectivo llevaba adelante el club, un lugar que era de todos. También fueron el lugar donde los grandes maestros dejaban la huella que sus alumnos aprendían, y donde el más chico era contagiado imitando el talento deportivo del más grande. Cultura pura.
Competencia. La destrucción de ese deporte de base, sin prisa pero sin pausa, decantó en un escenario difícil de remontar, no solamente desde la búsqueda de una excelencia que redundara en el alto rendimiento, sino desde el desprecio al deporte amateur. Si a la vera de los pueblos del interior se juntaban cinco mil personas para ver pasar a los ciclistas de la Doble Bragado o si en 1950 el Luna Park se llenaba de bote a bote para presenciar la final de básquet metropolitano entre clubes que hoy están extinguidos, hubo una manera de entender el deporte, una pulsión por jugarlo, una forma de sentirlo y de vivirlo, que se fue a otra parte. Hubo un patrimonio muy valioso, una “cultura olímpica” que desapareció.
La cita de las competencias no es caprichosa. No existe deporte poderoso, sin competencia interna fuerte. Al desaparecer el crecimiento de los clubes por la merma del interés de la masa societaria en el rol activo de un proyecto común, se debilitaron los equipos de las distintas disciplinas. Y al amortiguarse el rendimiento de los equipos, se deshizo la competencia fuerte.
Claro que no fue un proceso instantáneo. Las llamas que sobrevivían, fueron aventadas por el coronel Antonio Rodríguez, la cara de Junta Militar en el deporte olímpico, al frente del COA entre 1977 y 2005, y la pasividad de las federaciones. El daño producido durante sus años, es incalculable. Fue el símbolo del estancamiento, la falta de políticas activas, además del ninguneo a los atletas.
Inclusive con la llegada de la democracia en 1983, Rodríguez –como Julio Grondona en el fútbol o Ricardo Russomando en el vóley– mantuvo sus estructuras de poder sin fisuras, evitando activar programa deportivo alguno, cuestión tampoco impulsada con seriedad desde las diferentes gestiones de las secretarías.
Contraejemplos. Sin embargo, existieron durante esos años ejemplos venidos de la matriz del deporte de conjunto (no del Estado) que encarnan los fundamentos de la política deportiva a largo plazo.
El primero es el de Las Leonas. Cuando en 1997, Sergio Vigil y su cuerpo técnico asumieron, el hockey era de los colegios privados. Las jugadoras del seleccionado entrenaban de noche, luego de trabajar. El preparador físico, Luis Bruno Barrionuevo, exigió hacerlo de mañana. Una simple decisión que fue esencial. Desde ese septiembre de 1997, Las Leonas estuvieron todos los días del año, exceptuando los parates, entrenando a las 8 de la mañana, con lluvia, calor, frío o viento en el Cenard. Solas.
La medalla vino tres años después, en Sidney 2000. Esto multiplicó el interés y la práctica del deporte. En los colegios en que se practicaba el softball o vóley, el hockey fue ganando espacio. La presencia de jugadoras federadas se reprodujo porque las mejores jugadoras de las escuelas terminaron en los clubes federados, y la competencia se hizo cada vez más fuerte. Los resultados sucesivos en los Juegos ayudaron. Los clubes abrieron escuelas de hockey masivamente. El deporte es contagioso. El trabajo planificado y coherente, sostenido en el tiempo, aún por sobre los resultados y los nombres, hizo a la conformación de uno de los dos equipos de conjunto más importantes de la historia. Un proyecto que salió de la cabeza de un puñado de dirigentes, un entrenador y un preparador físico, sostenidos por jugadoras de gran talento y enorme esfuerzo.
El otro ejemplo, la Generación Dorada, también tuvo origen en la idea de dos particulares, quienes fomentaron la unificación del básquet a través de la Liga Nacional: el entrenador León Najnudel y el periodista Orlando Orcasitas. La segunda generación de jugadores que dio esta competencia, la más fuerte en la historia, le devolvió la dignidad al básquet, luego de la suspensión de los basquetbolistas del ’55. Juntos desde 1997, talentosos y altamente competitivos, estos basquetbolistas también son una muestra que de manera colectiva el deporte argentino puede estar a la par y por encima de cualquiera.
Si ellos pudieron, ¿cuál sería el techo del deporte con políticas activas cuyo motor fuera el Estado?
Ahora. La llegada de Claudio Morresi a la Secretaría de Deportes intentó recomponer el camino. Con un presupuesto que está bajo la órbita del ministerio de Desarrollo Social, su gestión tuvo el ojo posado en la reestruturación del Cenard, el encarrilamiento del deporte y de la función social del mismo. La Argentina versión 2004, un país en el que no todos comían, no todos se vestían y no todos tenían cuidada la salud, tuvo en el deporte un instrumento en la promoción del desarrollo y la inclusión social.
La creación del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) a través de un impuesto sobre los celulares, impulsado por el presidente del Coa y titular de Telecom, Gerardo Wertheim, aportó los fondos imprescindibles para la alta competencia. De allí y de la política ordenada y coherente de la Secretaría, el paso adelante del deporte argentino en estos juegos, llegando a competir en algunas disciplinas sin representación histórica, alcanzando una cantidad de diplomas inédita y otra plausible de medallas.
La matriz de un renacimiento verdadero ya no puede encontrarse en los clubes, quedaron pocos dedicados a la formación de atletas. Tal vez sean las escuelas, pero deberían reformularse los programas para que la educación física no sea la misma en 50 años, y capacitar a los profesores en la búsqueda fina de talentos.
Es decir, tiene que ser una decisión de Estado, a través de ideas y de una inversión agresiva, la que motorice el deporte. De esa manera, volverán los resultados y, con ellos, una cultura olímpica que acompañe las expectativas que reverberan en el público cada cuatro años. Materia prima, sobra.

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Vayamos ahora a la realidad de nuestros deportes, a los duros números de nuestras participaciones en la historia de los juegos olímpicos:


La Argentina en los Juegos Olímpicos.
Desempeño.
Luego de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Argentina, con un total de 70 medallas (18 de oro, 24 de plata y 18 de bronce), se ubica en la posición número 40 en el medallero histórico de los Juegos Olímpicos.

Más allá de las participaciones aisladas anteriores a 1924, Argentina obtuvo, desde que comenzó a participar con una delegación oficial, medallas de oro en los seis primeros juegos (París 1924-Helsinki 1952), trece en total, de las cuales siete correspondieron al boxeo.

A partir de los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 comenzó un largo período de magros resultados, en los que Argentina no obtuvo medallas de oro durante 48 años. En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 Argentina recuperó los buenos promedios olímpicos que caracterizaron el período 1924-1952, obteniendo dos medallas de oro y seis en total, resultado que se repitió en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Las primeras medallas olímpicas fueron obtenidas el 12 de julio de 1924 en polo —oro— (Nelson, Miles, Padilla, Kenny, Brooke y Peña) y triple salto -plata- (Luis Brunetto).

Sin tener en cuenta la cantidad de países participantes, que se cuadriplicó con el paso de los años, las dos mejores participaciones argentinas se produjeron en Ámsterdam 1928 y Londres 1948, juegos en los que obtuvo siete medallas en cada uno y tres de oro en cada caso.

Teniendo en cuenta la cantidad de países participantes, las mejores actuaciones olímpicas de Argentina se produjeron en Atenas 2004 y Pekín 2008, logrando en ambos 6 medallas y entre ellas 2 de oro.

Las participaciones individuales más destacadas fueron la del nadador Alberto Zorrilla en Ámsterdam 1928 (400 metros libres) y del maratonista Juan Carlos Zabala, en Los Ángeles 1932, obtenidas con récord olímpico.

En los Juegos de Londres 1948, tres maratonistas argentinos terminaron entre los diez primeros, ganándola Delfo Cabrera.

El boxeador Arturo el Mono Rodríguez Jurado ganó la medalla de oro con dos nocauts en cuatro peleas, a pesar de pertenecer por su peso a una categoría inferior. La amplia superioridad del boxeador Pascual Pérez al obtener la medalla de oro de peso mosca, con dos victorias antes de la finalización del tiempo reglamentario en cinco combates, abrió la carrera profesional del primer campeón mundial de boxeo que tuvo la Argentina, y uno de los más grandes pugilistas de todos los tiempos.

El empate en el primer lugar del pesista Humberto Selvetti con Paul Edward Anderson, en los Juegos de Melbourne 1956, está considerado uno de los momentos históricos clásicos de la halterofilia.

Entre las participaciones en equipo se destacan los logros del equipo de boxeo en Ámsterdam 1928 y Los Ángeles 1932, con dos medallas de oro en cada caso, clasificando primero en la tabla por puntaje de la disciplina en 1928 y en el medallero en 1932. También se destaca la final de polo de Berlín 1936, en la que Argentina venció a Gran Bretaña por 11-0. El fútbol masculino obtuvo cuatro medallas en siete actuaciones olímpicas, entre ellas dos consecutivas de oro (2004 y 2008); la victoria de 2004 se concretó sin recibir goles en contra. La medalla de oro obtenida por el baloncesto masculino en Atenas 2004, convierte a la Argentina en el único país existente que logró desplazar a Estados Unidos de la misma.

En los medalleros históricos por deporte, Argentina se destaca en fútbol (3.ª posición), baloncesto (4.ª posición) y boxeo (9.ª posición).
Dos argentinos obtuvieron dos veces la medalla de oro, el polista Juan Nelson y el futbolista Javier Mascherano. El regatista Carlos Espínola es el deportista que más medallas obtuvo, con cuatro. La primera atleta olímpica fue la nadadora Jeanette Campbell, en Berlín 1936, donde obtuvo también medalla de plata. El atleta más joven fue el remero Jorge Somlay, con 13 años en los Juegos Olímpicos de Roma 1960 y el de mayor edad, el también remero Oscar Rompani, con 60 años en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964.
Las peores participaciones fueron en Montreal 1976 y Los Ángeles 1984, donde no obtuvo ninguna medalla. También fueron poco exitosas las actuaciones en Tokio 1964, Múnich 1972 y Barcelona 1992, en las que se obtuvieron sólo una medalla, en cada juego.
Posición argentina en el medallero
Las posiciones en el medallero olímpico pueden realizarse teniendo o sin tener en cuenta la cantidad total de países competidores. En 1924, cuando la Argentina comenzó a participar oficialmente en los Juegos Olímpicos, sólo competían 44 países. Por lo tanto, su ubicación en el puesto 15º, significó instalarse en el límite entre el primer y segundo tercio de la tabla, un equivalente al puesto 68º, si se comparara con la cantidad de alrededor de 200 países que compiten en los últimos Juegos Olímpicos.
La cantidad de países competidores creció en proporción geométrica luego de la Segunda Guerra Mundial, debido al proceso de descolonización, y luego de la Caída del Muro de Berlín (1989), de la mano del proceso de disgregación de los países que integraban el bloque soviético. De esta manera, en México 1968 se superó por primera vez la cantidad de 100 países competidores (112), en tanto que para Sídney 2000, se llegó a la barrera de 200 competidores, casi cinco veces más que los que actuaron en 1924.
Teniendo en cuenta la cantidad de países competidores por Juego, las cinco participaciones olímpicas más exitosas de la Argentina fueron (siempre sobre 200 participantes):




En sentido contrario, las dos peores ubicaciones históricas fueron las de los Montreal 1976 y Los Ángeles 1984, en los que Argentina no ingresó siquiera al medallero, al no obtener ninguna medalla. Detrás de esas dos, la peor ubicación manteniendo constantes los países, fue Los Ángeles 1932 (91º s/200); y la peor absoluta fue Barcelona 1992, en la que salió 61º.
La siguiente es la tabla de ubicación de Argentina en el medallero, absoluta y teniendo en cuenta la cantidad de países competidores.Argentina.

Ubicación histórica en el medallero (click para ampliar).





Argentina en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
La participación de Argentina en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 fue la vigésima presentación oficial organizada por el Comité Olímpico Argentino y las federaciones deportivas nacionales de cada deporte con participación. La delegación está integrada por 137 deportistas, de los cuales 96 son hombres (70%) y 41 son mujeres (30%), para participar en 21 deportes. La abanderada en la apertura fue la jugadora de hockey Luciana Aymar,53 capitana del equipo que había obtenido la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos anteriores y volvió a ocupar el podio en estos juegos, esta vez con medalla de plata.
El equipo olímpico obtuvo cuatro medallas: una de oro, una de plata y dos de bronce. Obtuvo también 10 diplomas olímpicos (puestos premiados). En el medallero general ocupó la posición n.º 42, sexto en América Latina y el Caribe, después de Cuba (16.º), Jamaica (18.º), Brasil (22.º), Colombia (38.º) y México (39.º).54
El taekwondo con una medalla de oro, se destacó al haber logrado la primera medalla de la historia de ese deporte en el país. La vela aportó su quinta medalla en cinco juegos. El hockey sobre césped femenino obtuvo su cuarta medalla, esta vez de plata, en cuatro juegos consecutivos. El tenis masculino obtuvo la medalla de bronce sumando cuatro medallas en el historial.
Por cantidad de medallas obtenidas es la 9ª de las 20 presentaciones olímpicas oficiales del país y se encuentra por encima del promedio histórico (3,5 medallas por juego). Si bien refleja un resultado menor que el conseguido en los dos últimos juegos (Atenas 2004 y Pekín 2008), supera todas las actuaciones posteriores a Helsinki 1952.
Por cantidad de diplomas olímpicos (10), el resultado se encuentra entre los más altos de la serie histórica, sólo superado por Londres 1948 (14) y Helsinki 1952 (15).
En relación a la cantidad de países participantes (204), se trató de la tercera mejor ubicación de la historia del olimpismo argentino, detrás de Pekín 2008 y Atenas 2004, igualando la actuación de Seúl 1988.

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Los logros de los deportistas argentinos tuvieron un actor fundamental en el ENARD. Pero, entonces, ¿qué es y para qué sirve el ENARD? Veamos:


ENARD, SINÓNIMO DE COMPROMISO CON EL DEPORTE ARGENTINO.
El deporte nacional requería la creación de un modelo superador, una herramienta para cambiar la historia y que contribuya a que nuestros atletas tengan las condiciones necesarias para planificar sus carreras sin dificultades ajenas al propio desafío de su actividad.
La creación del ENARD ha servido para encausar una porción de los recursos económicos aplicados al crecimiento del deporte argentino de alto rendimiento, articulando su gestión con la de las demás instituciones participantes, tales como la Secretaría de Deporte de la Nación, el Comité Olímpico Argentino, las Federaciones Deportivas Nacionales, y los gobiernos provinciales y municipales.
A partir del proyecto presentado en conjunto por el Comité Olímpico Argentino y la Secretaría de Deporte de la Nación, a fines del 2009, el Congreso Nacional sancionó la ley N° 26.573 impulsando la creación del ENARD e iniciando su gestión en agosto del 2010.
El Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, cuyos socios fundadores y coadministradores son el Comité Olímpico Argentino (COA) y la Secretaría de Deporte de la Nación, es una estructura no estatal de gestión mixta, en la que el Estado y la organización privada realizan una tarea conjunta en beneficio del deporte de alto rendimiento.
El objetivo del ENARD es gestionar y coordinar apoyos económicos específicos para la implementación y desarrollo de las políticas de alto rendimiento deportivo, a fin de posibilitar que nuestros atletas cuenten con los recursos adecuados, que incrementen su motivación y puedan concentrar su esfuerzo en pos de mejorar sus resultados, cumpliendo así sus objetivos competitivos.
Esta entidad se financia con el producto de un cargo del uno por ciento (1%), aplicado sobre el monto que las empresas de telefonía celular facturan a sus clientes por los servicios de telecomunicaciones brindados.
Un tercio del presupuesto total del Ente está destinado al pago de becas. Hoy, el número de becados asciende a 1.659, compuesto por 894 deportistas de elite, 486 jóvenes talentos, y 279 entrenadores y técnicos, con acceso a cobertura médico-asistencial.
Otro de los ítems fundamentales en los que se brinda apoyo es en la preparación y la participación de nuestros atletas en competencias nacionales e internacionales de alto rendimiento (que abarcan desde la compra de pasajes, alojamiento y alimentación hasta el pago de gastos de logística y traslado de equipamiento).
También se asignan fondos para la organización de competencias internacionales en el país y para el equipamiento e instalaciones necesarias para el entrenamiento y participación de los atletas en competencias deportivas.
El capital humano profesional que compone el Ente está formado por un equipo de 30 colaboradores, distribuidos entre las gerencias técnico-deportiva, de administración y finanzas, de marketing y comunicación y de tecnología de la información.
A fin de optimizar la administración de los recursos aplicados al desarrollo del alto rendimiento deportivo, el ENARD ha implementado un sistema de Planificación Deportiva anual y ha emitido normas referidas al proceso de solicitud de apoyos económicos, así como para la rendición económica y técnico-deportiva por parte de las entidades beneficiarias, de manera de reforzar el sistema de control interno del Ente.
Anualmente, las Federaciones Deportivas realizan su planificación y presentan las solicitudes de apoyos económicos y becas, las que son evaluadas por un grupo de especialistas técnico - deportivos, denominados metodólogos, previamente a su aprobación por parte de las instancias superiores.
Dichos profesionales están a cargo de la evaluación de grupos de disciplinas de similares características: deportes de equipo, deportes de tiempo y marca, deportes de precisión, deportes de combate, deportes de expresión artística, deportes náuticos, yachting, deportes con pelota, deportes paralímpicos y preparación física.
Una vez aprobada la Planificación Deportiva anual de cada disciplina, se pone en marcha el proceso interno de gestión de compras, realizando las diferentes contrataciones de forma centralizada. Dicho proceso ofrece un sistema de transparencia y practicidad para el cumplimiento de los aspectos normativos, así como para la obtención de una mayor eficiencia, eficacia y economía en la gestión de los recursos.
Si bien el logro de los fines y objetivos estratégicos de interés nacional que se ha fijado el ENARD será el producto de un proceso sustentable de largo plazo cuyos resultados se irán concretando a través del tiempo, resulta alentador observar las primeras muestras exitosas de este trabajo conjunto. Las principales citas deportivas del 2011 mostraron la superación en el rendimiento de las delegaciones nacionales en relación a las ediciones anteriores de dichas competencias:
75 medallas en Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 (21 de oro, 19 de plata y 35 de bronce).
75 medallas en Juegos Parapanamericanos 2011 (19 de oro, 25 de plata y 31 de bronce).
22 medallas en Juegos Suramericanos de Playa Manta 2011 (7 de oro, 9 de plata y 6 de bronce).
Desde su creación, la gestión encarada por el ENARD ha contribuido en forma progresiva a potenciar el rendimiento de nuestros atletas.
Hoy, el deporte nacional de alto rendimiento tiene el compromiso de implementar un plan de mejora continua para su desarrollo. El esfuerzo conjunto del ENARD, el Comité Olímpico Argentino y la Secretaría de Deporte de la Nación tiene como premisa asumir este desafío con la misma pasión, el mismo sacrificio, el esfuerzo, el profesionalismo y la misma constancia que cada día demuestran nuestros atletas.

ENARD - UN LOGRO EN EQUIPO


Entonces, veamos finalmente cuál fue el final de esta carrera contra la mentira y el engaño "olímpicos":


Las medallas fueron a la Rosada.
Sebastián Crismanich y su distinción de oro fueron el centro de la atracción de la ceremonia. Cristina Fernández de Kirchner cuantificó el avance del deporte olímpico argentino en la última década. Elogios a Las Leonas.
La delegación olímpica argentina, encabezada por el medallista de oro en taekwondo, Sebastián Crismanich, fue recibida en la Casa de Gobierno por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en un acto en el que la mandataria ponderó la política de Estado en relación con el deporte. Además de la Presidenta, en el acto estuvieron el titular del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein; el secretario de Deportes de la Nación, Claudio Morresi, y el actual intendente de Corrientes y cuatro veces medallista olímpico, Carlos “Camau” Espínola, entre otras personalidades.
Durante el breve acto en el que recibió a los deportistas, Fernández de Kirchner elogió la actuación de los atletas, más allá de los resultados obtenidos. Sin embargo, felicitó especialmente a Crismanich, que obtuvo la medalla dorada en la categoría de hasta 80 kilos en taekwondo, y a Las Leonas, que se quedaron con la de plata en hockey sobre césped. “Como pasó con Guillermo Vilas, que a partir de sus resultados, muchos chicos se dedicaron al tenis y hoy tenemos grandes tenistas, ahora ya hay muchos chicos que se van a dedicar al taekwondo”, señaló la Presidenta. Unas palabras similares tuvo para con Las Leonas, que perdieron la final ante Holanda por la medalla dorada. “No saben la cantidad de chicas que ahora juegan al hockey por ustedes”, aseguró la mandataria, que hizo especial referencia a la semifinal de Las Leonas ante Gran Bretaña: “La verdad es que yo les pedí que se portaran bien, pero cuando le ganamos en Londres sentimos un orgullo tan grande que si llegaban a ganar las inglesas me agarraba un ataque de odio que todavía estaría enroscada”.

A medida que transcurría el discurso, Cristina se refirió a la política de Estado y a la evolución que hubo en los últimos años en materia deportiva. “Entre Melbourne 1956 y Sydney 2000 se ganaron 14 medallas. Y desde 2004 hasta ahora se consiguieron 16, además de diez diplomas en los últimos Juegos. Hemos crecido, hemos avanzado; que ladren, son perros”, remarcó la Presidenta.

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