25 de agosto de 2014

"Comisario" Griesa: ¡Marche preso, desacatao…!

Al igual que el famoso comisario de Trulalá, el pequeño pueblo donde vivían Hijitus y sus amigos, quien repetía esa frase cada vez que detenía a algún facineroso, el juez Griesa parece que se dirije  siempre a nuestro país diciendonos: Marche preso, desacatao. Lo voy a mandar a repimporotear al calabozo”. Y todo porque Argentina no se atiene a sus caprichosos mandatos imperial-judiciales, los que van mucho más allá de su controvertido fallo. Como complemento de lo ya tratado por este humilde Basurero en notas anteriores (entre ellas aquí, aquí, aquí y aquí), adelantamos un par de reflexiones antes de abordar lo que se ha dicho en estos últimos días en los medios al respecto.
Se dice que el juez exige que Argentina se siente a negociar con el fondo buitre NML que tiene un fallo a favor por U$S 1.600 millones, pero lo que realmente podría negociarse en esa mesa es cómo y qué día se pagaría al contado ese monto y no otra cosa.
Otra "verdad" indiscutida que se afirma es que el gobierno negoció mal las restructuraciones de deuda en 2005 y 2010, que aceptó la jurisdicción de Nueva York y que por eso ahora tenemos este problema en el juzgado del juez Griesa. Sin embargo, lo que se pasa por alto convenientemente es que los bonos en manos de Paul Singer y considerados en el fallo de Griesa no son los reestructurados entonces, sino los del Megacanje del tandem Cavallo-De La Rúa, y que no acordaron en esas reestructuraciones,  por lo que no hay nada que reprochar a los negociadores del kirchenrismo.
También suele tomarse como aceptable, natural, legítimo y legal que un juez municipal de un país pueda dar órdenes a un gobierno para realizar ofertas que violan leyes propias, vetar proyectos de ley o, peor aun, leyes de un congreso ¡de un país que no es el suyo! Quienes piensan de esa manera deberían explicarnos cuál es la diferencia entre esto y lo que sucedía por estas tierras antes de 1810…
Estos “detalles” son los que desaparecen tras la cortina de humo de una supuesta seguridad jurídica internacional, la que sólo es aplicable a los países no poderosos, como lo demuestran diariamente los acontecimientos en este mundo globalizado.
Pasemos ahora a las nuevas publicaciones sobre el tema:

Una voz importante entre los bonistas afectados por los caprichos del “Comisario” Griesa:

El tercer canje.
David Martínez Guzmán, titular del Fondo de Inversión Fintech Advisory, anuncia en esta entrevista su voluntad de aceptar el canje de sus bonos reestructurados en 2005 y 2010 bajo ley extranjera, por otros emitidos en el país bajo la legislación argentina. Entiende que esto aislaría a los fondos buitre litigantes y al juez Griesa, que tendría un consenso absoluto del mercado, que no violaría la cláusula de pari passu y que esto sería ratificado por los tribunales de Manhattan.
Ante una consulta para esta nota, Martínez dijo desde Grecia que estaba dispuesto a aceptar las condiciones propuestas para “aislar al juez Thomas Griesa y a los fondos buitre y reanudar la cadena de pagos interrumpida en forma arbitraria”. Para ello propone un canje de la deuda reestructurada que Griesa defaulteó a la fuerza, por nuevos títulos, emitidos en moneda extranjera pero bajo jurisdicción local.
Martínez es uno de los inversores que compraron bonos argentinos durante el gobierno de Carlos Menem. Después del default de fin de siglo ingresó en el canje realizado en 2005 durante la presidencia de Néstor Kirchner. Siguió comprando títulos a tenedores que no aceptaron aquella propuesta y que en vez de litigar prefirieron desprenderse de esos papeles a precios de mercado y volvió a participar en el canje de 2010. Repitió la operación a partir de entonces y hoy posee una cantidad no especificada de bonos en default. En este punto no difiere de su archirrival Paul Singer. Pero Martínez afirma que lo hace con miras a participar en un tercer canje y considera que una vez aprobada la ley, una propuesta concreta formulada a los bonistas congregaría un porcentaje de aceptación superior al 98 por ciento.
Martínez sostiene que la economía argentina es sólida, que no hay problemas de mercado para el cumplimiento de sus obligaciones y que las condiciones son propicias para el crecimiento de un mercado de capitales local, bajo legislación argentina, un fenómeno similar al que sucedió en países como Colombia o Perú.
Lo que sigue es parte del diálogo mantenido con Martínez Guzmán:
–¿Cuál es su opinión sobre el proyecto de ley?
Es la medida correcta que debe tomar un país soberano ante un ataque judicial indebido.
–¿Usted aceptaría los mecanismos contenidos en el proyecto?
–Sí. Este será un proceso largo y complejo. Por un lado está la sentencia judicial sobre el litigio con fondos a los que no les interesa negociar, que se dedican a demandar a los países en dificultades y ahora están planeando hacerlo con Portugal. Quieren un trato preferencial sobre el de los mayores depositantes y el de las multinacionales que luego de la crisis de fin de siglo renegociaron sus contratos, que tampoco podían cumplirse. Para que cobren, el juez tomó medidas que dañan al país y a otros acreedores, como nosotros. Como la Argentina ya había acordado la regularización de su deuda con el Club de París y había emitido bonos para pagar la indemnización a Repsol y a quienes ganaron juicios en el CIADI pensaron que con esta medida cedería. Pero la Argentina no se dejó extorsionar.
–¿En qué consiste la extorsión?
En una medida que daña a todos los que teníamos contratos válidos. Al romper los contratos el juez universalizó el litigio. No tiene derecho a hacer eso, con bonistas que hicieron acuerdos en Londres, en Bruselas o en Tokio y que no tienen nada que ver con los litigantes.
–¿Y la respuesta argentina?
Se trata de una iniciativa general y de un mecanismo de ordenamiento para aislar al juez. Es la forma correcta de recuperar la capacidad de conducción de sus negocios, reconstruir la cadena de pagos de los bonos reestructurados.
–Los bonos están depositados en bancos. ¿El juez puede prohibirles realizar esa operación?
–Al Banco Nación y a la CNV no. Euroclear es una empresa constituida en Bélgica, que está blindada contra embargos de estos mismos litigantes. (...) nosotros y el Estado vamos a litigar contra Euroclear en Bélgica, por los daños que nos provoque.
–Ustedes y el Estado, ¿juntos o cada uno por su lado?
–Por separado, pero tanto nosotros como el Estado lo vamos a hacer. Nosotros no estamos en el negocio del litigio, el que nos metió es el juez. Pero no puede dar órdenes en cualquier parte, porque viola nuestro derecho de propiedad sobre el que no tiene ninguna autoridad.
–¿Buscarían que un juez belga diga que Griesa no tiene autoridad sobre empresas de ese país?
–Sí. Pero también vamos a apelar en Estados Unidos y en Londres todas las decisiones ilegítimas que nos afectan. La solución de fondo es pasar a un plan local. Le recuerdo a qué velocidad el mercado absorbió los bonos emitidos para pagarle la indemnización a Repsol. Hay muchos inversores dispuestos a hacer negocios bajo la ley local porque es indudable la solvencia de la Argentina y la voluntad de pago de su gobierno. Griesa podría seguir entrometiéndose y prohibir que ingresen al nuevo canje los fondos de inversión sobre los cuales puede imponer la jurisdicción de Nueva York. Pero nada podría hacer ante una emisión de deuda interna en la Argentina, para la cual no hay obstáculos de mercado, el mercado quiere una solución y esa nueva propuesta no violaría la cláusula de pari passu bajo ninguna de sus interpretaciones posibles. No es lo mismo evadir una orden de no pagar que canjear los títulos por un bono doméstico. Los hold-outs representan 7500 millones de dólares, de los cuales sólo la mitad entró en litigio. El resto prefirió vender, y así fue que nosotros seguimos comprando. Algunos querrán ver qué pasa en enero, cuando venza la cláusula RUFO e incluso habrá quienes decidan esperar a 2016, con la esperanza de que gobierne Macri y les pague todo lo que piden. Aun así el canje local sería exitoso, porque restablecido el orden y la cadena de pagos por el actual gobierno y si el 85 por ciento lo acepta, el resto estaría obligado por la cláusula de acción colectiva. El resto de los holdouts ingresarían al canje, Singer y Griesa quedarían aislados y ése sería el momento de negociar la solución definitiva.
–Usted es el primer inversor que declara interés en un canje bajo ley argentina. ¿No es un caso excepcional, en defensa de las demás inversiones que tiene en el país y que dependen de la regulación estatal?
–No creo. El caso de los bonos entregados a Repsol es elocuente. Cuando la empresa española decidió venderlos, el mercado no tardó ni media hora en absorberlos. La Argentina tiene números básicos excelentes y hace mucho tiempo que no sale al mercado, donde hay apetito por bonos en dólares bajo ley local.
–¿Cómo se le pone límite a Griesa, que se anima a calificar de ilegal un proyecto de ley que tratará el Congreso de un país soberano?
–Diplomáticamente. Una cosa son los litigantes y su reclamo, otra muy distinta la extralimitación del juez. Y además con una propuesta concreta de canje. Tampoco creo que la Cámara de Apelaciones vaya a seguir al juez en todas sus incongruencias. Griesa liberó de responsabilidad al BoNY por no transferir a Euroclear los fondos para nosotros que depositó la Argentina. Ya apelamos esa decisión y lo seguiremos haciendo con cada una que adopte Griesa. La Cámara lo respaldó cuando Griesa forzó esa interpretación del pari passu como única manera de forzar a la Argentina. Pero ahora hay muchas víctimas. Proponerse impedir que la Argentina reestablezca relaciones con todos los hold-in y emita deuda doméstica ya es demasiado.
–Si todas las apelaciones fracasaran, si entidades financieras conservadoras acataran los diktat de Griesa por miedo a represalias...
La instancia del canje local es inatacable por el juez. Los bonos quedarían depositados en el fideicomiso y serían reversibles.
–¿Reversibles?
–Sí. Esto significa que cuando se restablezca la cadena de pagos externa, quienes ingresaron al canje en dólares o euros pero con ley local, tendrían la posibilidad de elegir si se quedan con esos nuevos títulos, o vuelven a los originarios reestructurados en 2005 o 2010.


Otros bonistas se pronuncian sobre le tema:

El representante de tenedores de deuda italianos, Tulio Zembo, dijo que la decisión de cambiar a Buenos Aires el lugar de pago a bonistas y reabrir el canje "probablemente, sea la decisión más correcta y esperable".
El asesor recomendó aceptar el nuevo canje para cobrar en el país y destacó la voluntad de pago de Argentina. "Lo que me importa es que la plata llegue a los bolsillos de los bonistas
"Hay que cerrar de una vez y garantizar el pago", volvió a repetir en conformidad con el proyecto de ley.
Finalmente, acerca del fallo de Griesa, dijo que "es una locura estar de acuerdo con él" y que ahora "Argentina tiene que ponerse en contacto con todos los bonistas".


Pero ¿el Comisario Griesa siempre dijo lo mismo en relación a estos bonos? Veamos:

Los medios y las fuerzas políticas de la oposición que se pronuncian sobre el conflicto con la justicia de Nueva York y los fondos buitre ponen el acento en la impericia y la improvisación del gobierno (Julio Cobos), la soberbia de quienes subestimaron el problema (Sergio Massa), los discursos mágicos (Maurizio Macrì), la pésima defensa del Estado (Elisa Carrió) o su inoperancia (Hermes Binner). Sin embargo, en los considerandos del proyecto de ley de declaración de interés público de los canjes de 2005 y 2010, consta que ya en diciembre de 2003, al conocer la estrategia del fondo NML de Paul Singer, la Argentina solicitó al juez Thomas Griesa que garantizara la posibilidad de pago a los acreedores y declarara que al pagar a quienes aceptaran el canje por entonces propuesto no violaría la cláusula de pari passu. En una audiencia realizada en enero de 2004 la República Argentina pidió que Griesa dejara sentado que “la cláusula pari pa-ssu (i) no requiere pago a prorrata, (ii), no establece la prohibición de pagar a un acreedor y (iii) no ordena el cese de pagos por no pagar a uno o más acreedores”. El juez desechó el reclamo por prematuro y expresó que la interpretación de esa cláusula que según la Argentina planeaba invocar NML le parecía “muy extraña”. Pero en 2010, el fondo de Singer solicitó permiso para modificar su demanda, alegando que la cláusula pari passu “implicaba que si algún acreedor del Estado no recibía el pago correspondiente, dicho Estado tenía prohibido efectuar pago alguno de su deuda, pues todos debían recibir un ‘trato igualitario’” y pidió que el juez impidiera el pago a los bonistas que entraron en los canjes de 2005 y 2010 a menos que, en simultáneo o por anticipado, se pagara a NML y los demás co-demandantes, el total de sus tenencias no reestructuradas. A Griesa ya no le pareció una interpretación tan extraña y accedió en dos decisiones de diciembre de 2011 y febrero de 2012. La posibilidad de una interferencia semejante también había sido prevista en las ofertas de canje de 2005 y 2010, en las que se advertía expresamente que los pagos de la Argentina a los tenedores de Títulos Nuevos “podrán ser afectados, ordenados o de otro modo cuestionados por los tenedores que se negaron a participar en la Oferta o por otros acreedores de la Argentina”. Casi sin excepción, los comentarios de prensa interpretan que la ley procura cambiar el lugar de pago de los bonos. Esto no se desprende de su articulado, que tal como está previsto en los contratos de reestructuración sólo reemplaza al agente fiduciario BoNY, dada su “pública y notoria incapacidad de actuar” por un fondo fiduciario constituido por el Banco Nación, en una cuenta del Banco Central idéntica a la que tiene allí el BoNY.
Otra afirmación corriente sobre el tema es que el actual gobierno no puede desconocer la jurisdicción de Wall Street porque la aceptó en los canjes de 2005 y 2010. El detalle que falta es que el litigio se dirime en el tribunal de Griesa, no involucra títulos emitidos en aquellas reestructuraciones sino antes del default de fin de siglo, por los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa.


Otra pregunta molesta sobre el juicio: ¿sabe Griesa sobre qué está fallando, sobre las características de las partes sometidas a este juicio?

Insólito: para Griesa, la pelea con los buitres es como vender una casa.
La versión taquigráfica de la audiencia del jueves último reafirma que el juez neoyorquino no comprende el alcance de la discusión. El magistrado de Nueva York equiparó la disputa de la Argentina y los fondos buitre con una relación contractual de carácter privado, evadiendo de esta manera la lógica de la posición soberana y los enormes intereses en juego.
“Si alguien tiene un contrato para comprar una casa por U$S 100 mil, el pago está pactado y el cierre del acuerdo fuera el 30 de septiembre de cierto año. Si el comprador viene y dice 'bueno, estoy listo para comprar. Tengo U$S 80 mil'. El vendedor contestaría: '¿dónde están los otros U$S 20 mil?' Y si el comprador se excusara afirmando que 'bueno, U$S 80 mil es mucho dinero, y mi familia está lista para mudarse, por lo que queremos la casa', habría sido expulsado a las carcajadas del barrio."
(...) este análisis, propio de un intermediario inmobiliario o de un empresario de la construcción, fue el que utilizó el juez Thomas Griesa en la última audiencia con los abogados de la República Argentina y los fondos buitre para justificar su fallo y sus órdenes contra el país soberano.
En esta interpretación, los U$S 80 mil del comprador sería el pago a los bonistas reestructurados, mientras que los U$S 20 mil restantes son el dinero que según el juez debería entregarse a los holdouts. Además de no distinguir que, en el caso de la deuda soberana, hay una República (o más de una, si se incorporan las jurisdicciones extranjeras) afectadas.
Algunos de los principales defectos de sus órdenes en ese sentido son:
1) El desacato: cuando Argentina depositó al BoNY antes del 30 de junio el dinero para distribuir a los tenedores de bonos Discount, el juez amenazó con aplicar dicha figura para el país y embargar los fondos. Ante el proyecto de Ley de Pago Local de la deuda externa argentina, los fondos buitres insistieron en la figura de "outlawed", renegado de la justicia estadounidense, y de "contempt", o de rebeldía. El propio Griesa, en la última audiencia, dijo que "la República continúa teniendo una posición que es básicamente fuera de la ley", a pesar de que Boccuzzi le recordó que "no tenemos conocimiento de un caso en el que la propuesta de una ley por un legislador de un país soberano haya sido condenada por desacato". Estas formas jurídicas con nombres anacrónicos son de dudosa imputación a un país soberano debido a que no tiene sentido llamar desacatados a los argentinos ante una ley extranjera.

2) Embargos: A lo largo del litigio, Griesa pidió paralelamente al juicio principal que las entidades financieras revelaran a los buitres la información de los activos comerciales de Argentina para embargarlos.
Por ser una Nación soberana, Griesa se vio imposibilitado de tomar los fondos depositados por Argentina. Al mismo tiempo, no podía retenerle el dinero a los bonistas, porque habría implicado una apropiación de fondos de terceros. El juez, en consecuencia, no tomó acción alguna, dejando los bonos en un estado que en el Ministerio de Economía llaman "cuasi-embargo".
3) Limitaciones legales: un fallo justo debe ser cumplible. En el caso de un Soberano, el análisis de un juez tiene que tener en cuenta, por más que el país haya renunciado a sus derechos firmando contratos bajo Ley Nueva York, la Constitución de la República y la legislación de su Congreso. En el caso de Argentina, la reestructuración de deuda (la llamada Ley Cerrojo) fue sancionada, y sus contratos deben ser respetados.
4) Avasallamiento Legislaciones extranjeras: El fallo de Griesa impedía a la República el pago de deuda externa bajo su jurisdicción, pero las últimas órdenes bloquearon de facto los depósitos del dinero de todos los títulos reestructurados, incluidos aquellos en otras legislaciones, con otras sedes de pago e incluso algunos que no pertenecen al canje pero no se pueden discriminar. De esta manera, no sólo está avasallando la soberanía argentina, sino de las otras naciones en cuya legislación está escrita el título. Nuevamente, el juez mostró indecisión al respecto, y Argentina y el Citibank apelaron, siendo la audiencia el próximo 18 de septiembre.


Otra voz discordante, un Premio Nobel de economía. ¿Sabrá algo sobre el tema…?

“La reapertura del canje es una buena decisión”.
Lo dijo el Nobel Joseph Stiglitz para quien Argentina no está en default.
"La reapertura del canje para cambiar de jurisdicción el pago de los bonos es una buena decisión, ya que no es obligatoria e invita voluntariamente a hacerlo a los tenedores de bonos".
"Desde un punto de vista económico, es lo que hubiera recomendado. Si tengo una activo y lo quiero cambiar voluntariamente por otro, no veo la razón de por qué no. Es la base de la economía", reforzó.
"Desde una perspectiva global, no es posible entender por qué un juez llega a tener el derecho de juzgar acerca de cualquier bono en el mundo. La extraterritorialidad debería ser inaceptable", dijo enfáticamente. De hecho, este economista sostiene que la Argentina no está en default, ya que pagó. Por el contrario, alega que, tal como trascendió en la red social Twitter, se trata de un "Griesa´s fault" (culpa de Griesa), haciendo un juego de palabras.
Frente a la pregunta de este diario sobre las consecuencias económicas que pueda provocar el cambio de jurisdicción, Stiglitz fue optimista. "No puedo opinar sobre qué ocurrirá con los puntos legales porque no soy experto. Pero desde una perspectiva histórica, a los mercados les interesa una sola cosa: la habilidad de repagar la deuda. En general, luego de una reestructuración como la de Rusia o Grecia, es posible volver a los mercados internacionales de manera bastante rápida, generalmente en dos años". Y continuó: "Es por eso que esta decisión no provocará efectos adversos para el país, en el sentido de conseguir financiación en los mercados internacionales. La Argentina ha demostrado en los últimos años la voluntad y capacidad de pago".


Otra voz discordante de un economista opositor al gobierno:

"El desacato de un Estado soberano es un poco raro".
El economista, Aldo Pignanelli, se refirió a la posibilidad de que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, declare a la Argentina en desacato y esgrimió que "el desacato de un Estado soberano es un poco raro".
El especialista apoyó el proyecto de ley para cambiar a Buenos Aires el lugar de pago a bonistas y reabrir el canje al afirmar que "todo es bueno si pasa por el Congreso" y que "a los buitres los dejaría encerrados y sin comida".
Acerca de la probabilidad que los bonistas restructurados no ingresen al nuevo canje recalcó: "si no aceptan no pasa nada, seguirán con la Ley Nueva York".





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