Pocas noticias reflejan tanto la falacia del discurso neoliberal como la reciente confesión (a medias, sin asumir culpas) de Michel Camdessus, quien fuera el capitoste del FMI durante la debacle de la economía argentina en los años noventa y comienzos de este siglo, cuando nuestro país y su dirigencia mayoritaria adoptó religiosamente el discurso único de la receta del consenso de Washington desde mediados de los años setenta hasta el 2003. Y queda mucho más claro aún si la asociamos a otras declaraciones recientes relacionadas al mismo tema. Pero aclaremos primero de qué estamos hablando:
Leímos en estos días en los diarios:
"Michel Camdessus, ex titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), una entidad que asistió hasta último momento con paquetes financieros a los gobiernos de Carlos Menem y Fernando De la Rúa –previo sometimiento a planes de ajuste– reconoció ayer los “errores” cometidos por el organismo que dirigía, y aseguró que el país recuperó su estándar internacional.
“Hicimos seguramente muchas tonterías y errores, pero recuerdo que aquel problema de la deuda se resolvió. Costó mucho tiempo ayudar a los dirigentes a abrir los ojos sobre cuál era la situación”, afirmó el dirigente
“En los ’90 el leadership (liderazgo), la iniciativa, no era del FMI, sino del gobierno”, explicó al auditorio, y luego consideró que la actual participación de la Argentina como miembro del Grupo de los 20 es una señal de que el país “recuperó su estándar internacional, y que fue visto como “un país ejemplar”.
El ex del FMI consideró que a partir de la última crisis económica mundial “la distribución del poder está siendo modificada de manera positiva en favor de las naciones emergentes”. "Proyectó que “mientras que en los próximos años el mundo avanzado crecerá entre 2,5 y 2,7 por ciento, los países emergentes y las naciones en desarrollo lo harán en un 7 por ciento. El sistema monetario y financiero del futuro se tendrá que modificar para reconocer a las naciones emergentes y pasar del dominio del dólar a sistemas multipolares y multimonedas”.
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Veamos ahora lo que dijo el respetado columnista económico del NY Times y a la vez Premio Nóbel de economía, Paul Krugman:
"Un directivo argentino de IDEA opinó para la prensa estadounidense que por ir al default en 2001, “Argentina ya no es considerado un país serio”. Krugman le respondió con los datos de crecimiento de 2003 a 2010: “¿Esto no es ser un país serio?”.
“Me sorprende que digan que Argentina no es un país serio. No veo cómo el default argentino puede ser presentado, entre todos los ejemplos posibles, como una advertencia para Grecia”, escribió ayer en su blog del New York Times el economista Paul Krugman. En una breve publicación titulada Don’t cry for Argentina –No lloren por Argentina–, el ganador del Premio Nobel en 2008 destacó el sostenido crecimiento del PIB argentino desde 2003 y cuestionó la zonzera vernácula que afirma que el país está aislado del mundo desde que declaró el default. El post de Krugman responde a las declaraciones de un miembro del consejo directivo del conglomerado empresario local IDEA, quien consultado para un artículo de la edición impresa del diario estadounidense afirmó: “Argentina ya no es considerado un país serio”.
“Me sorprendió la persona que dijo que Argentina ya no es considerado un país serio. ¿No debería ser considerado serio un país como este [en referencia al gráfico con el PIB per cápita]?”, se pregunta el economista, para rematar: “En Argentina, y en cualquier otro lado del mundo, ser serio fue un desastre”. El texto que Krugman publicó ayer al mediodía está acompañado por un ilustrativo gráfico con la evolución del PIB real per cápita argentino entre 1998 y 2010, donde se observa el fuerte crecimiento económico luego del default y la devaluación.
"El post del economista norteamericano que puede leerse en su blog de Internet “La consciencia de un liberal” (http://krugman.blogs.nyti mes.com) sostiene que “Argentina sufrió terriblemente entre 1998 y 2001, mientras intentó ser ortodoxo y hacer lo correcto. Después de que defaulteó a fines de 2001 atravesó una breve pero severa caída, pero al poco tiempo comenzó una rápida recuperación que continuó por mucho tiempo”. Antes que recomendar un default para Grecia, Krugman refuta los argumentos de quienes recurren al caso argentino para desestimar una cesación de pagos como salida para el país helénico. “El ejemplo argentino sugiere que el default es una gran idea. Los argumentos contra el default griego deben ser que se trata de un país diferente. Aspecto que, para ser justo, es discutible”, advierte el economista, quien cuestiona a los líderes europeos por postergar una solución a la crisis griega, ya sea la salida del euro o una reestructuración de la deuda acompañada por asistencia desde la Unión Europea."
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Nota original en el NY Times
Y ahora podemos relacionar estas palabras con lo que este humilde Basurero señalaba hace un tiempo en "Mitos Argentinos, hoy: los expertos de afuera":
"El FMI: a confesión de parte...
Por Eric Calcagno (senador de la Nación) y Alfredo Eric Calcagno (doctor en Ciencias Políticas)
"La Oficina de Evaluación Independiente del FMI (OEI) publicó con fecha 10 de enero de 2011 un Informe sobre el Desempeño del FMI en el período previo a la crisis financiera y económica: la supervisión del FMI entre 2004-07. Esta Oficina de Evaluación depende del FMI pero no está sujeta a su disciplina jerárquica.
En la investigación realizada, la OEI formula graves cargos en contra de la ideología y la capacidad técnica y organizativa del FMI.
Para la OEI, la primera falla del FMI fue no prever la crisis; peor aún, vaticinar una importante expansión económica. En la supervisión del FMI sobre Estados Unidos, en 2007 se afirmaba que “los principales bancos comerciales y de inversión se encuentran en una posición financiera sólida, y los riesgos sistémicos parecen ser bajos”. Con respecto al Reino Unido, el FMI sostenía que su sistema bancario “se cuenta entre los más sólidos de las economías avanzadas”. Sobre la zona del euro, el FMI afirmaba: “Las perspectivas son las mejores en años. La economía se encamina hacia una fase sostenida de aceleración, en parte debido a consideraciones cíclicas, pero también debido a las políticas”. Acerca de Islandia, país que sufrió uno de los mayores desastres financieros de la historia, el FMI decía en 2007: “Las perspectivas a mediano plazo de Islandia siguen siendo envidiables. Mercados abiertos y flexibles, instituciones sólidas ... han permitido que Islandia saque provecho de las oportunidades que brinda la globalización”.
"La opinión predominante... era que la disciplina de mercado y la autorregulación serían suficientes para evitar problemas graves en las instituciones financieras”.
A esta deformación se une la tendencia “a notar solamente la información que coincide con las propias expectativas y a ignorar la información que es incompatible con las mismas”.
“Varios altos funcionarios opinaron que el hecho de expresar fuertes puntos de vista en contra de la corriente podía ‘arruinarles la carrera’”. “El personal técnico veía que las evaluaciones que se adaptaban a la opinión general no eran penalizadas, aun cuando resultaran erradas”.
“El Consenso de Washington está muerto”
Las políticas neoliberales agrupadas bajo lo que se conoce como el Consenso de Washington,
consideradas durante años por los organismos internacionales de crédito como las recetas más adecuadas para que los países de la periferia alcancen un desarrollo económico sustentable,“están muertas”. Así lo reconoció el propio titular del FMI, Dominique Strauss-Kahn, quien además pidió una“globalización más justa” durante un discurso en la Universidad George Washington. “A largo plazo, el crecimiento sostenible está asociado con una distribución más igualitaria de la riqueza”, señaló Strauss-Kahn, quien insistió en que es necesaria una globalización “más justa” en la que no haya tan sólo “unos pocos privilegiados” que acaparen los beneficios.
“Necesitamos una nueva forma de globalización, una globalización más justa, una globalización con un rostro más humano”, aseguró. El funcionario subrayó, en ese sentido, que “el crecimiento en las economías avanzadas, epicentro de la crisis financiera, es todavía demasiado bajo y el desempleo muy alto” y recordó que las economías emergentes, sobre todo las de Asia y Latinoamérica, avanzan a buen ritmo pero tienen que lidiar con presiones inflacionarias.
"Infalibilidad para el error...
La Oficina General de Contabilidad (GAO, en inglés), el órgano investigador del Congreso de Estados Unidos, señaló en un informe de 2003 que ese documento de pronósticos económicos de la institución internacional “no es un instrumento confiable para anticipar las crisis”. El resumen presentado fue demoledor. De 134 recesiones ocurridas en 87 países emergentes entre 1991 y el 2001, el Fondo sólo predijo 15. Por ejemplo, el Fondo afirmó que en 2001 la Argentina crecería 3,7 por ciento, cuando su economía se contrajo 4,4 por ciento. Así siguió en todos los años siguientes sin interrumpir la cadena de equivocaciones, siempre subestimando la evolución futura del PIB argentino, como para dudar de su intencionalidad política. En 2003 pronosticó un crecimiento del 3,0 por ciento y fue 8,8; en 2004 estimó un avance del 5,5 por ciento y fue 9,0. En 2005 calculó 6,0 por ciento y fue 9,2; en 2006 vaticinó un crecimiento de 7,3 por ciento y fue 8,5; en 2007 predijo 7,5 por ciento y fue 8,7; en 2008 fue el único año que estuvo cerca al estimar 6,5 por ciento y fue 6,8; en 2009 predijo una caída de 1,5 por ciento y el índice oficial informó un alza del 0,9; y en 2010 adelantó un 6,0 por ciento y el número final fue 9,2. Para este año, el pronóstico del FMI alcanzó un grado aún mayor de inconsistencia: prevé un crecimiento del 6,0 por ciento del Producto junto a un alza en el desempleo del 7,3 al 9,0 por ciento, sendero que revela escasa rigurosidad analítica. Para el Fondo la dinámica de la economía argentina implica que a mayor crecimiento, mayor desempleo, resultado que ha sido precisamente el opuesto en estos años."
"Ha Joon Chang, profesor de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), uno de los economistas heterodoxos más destacados del mundo.
“La Argentina hizo bien en mantenerse alejada del FMI. Son pocos los países que tienen el coraje de decir no, como hizo la Argentina. Eso dio mucho valor a otros países que se animaron a hacer lo mismo.”
“El fin de semana pasado estuve en Irlanda y mucha gente hablaba ahí de seguir el ejemplo argentino.”
En fin, finalizamos aquí otra recolección de basura mediática y política con nuestro humilde camión, para limpiar el “sentido común” nacional y poder así ver más claramente la realidad argentina. Es, en definitiva, una manera de razonar mejor para intentar soluciones propias para nuestros problemas."
Para finalizar, observemos la belleza, calidad y pertinencia de este moñito, digno para ser colocado en el paquete de declaraciones publicado en la presente nota:
A diferencia de España o Grecia, Argentina nunca renunció a su moneda, pero en 1991 hizo la siguiente mejor cosa posible: vinculó rígidamente su moneda al dólar estadounidense, y creó una "caja de conversión" según la cual cada peso en circulación estaba respaldado por un dólar de las reservas. Durante gran parte de los años noventa, Argentina se vio recompensada con unos tipos de interés mucho más bajos y grandes entradas de capital extranjero.
Sin embargo, Argentina acabó cayendo en una persistente recesión y perdió la confianza de los inversores. Hacia principios de 2002, después de airadas manifestaciones y una retirada masiva de los bancos, todo se había ido al garete. El vínculo entre el peso y el dólar se rompió, mientras el valor del peso caía en picado; entretanto, Argentina dejó de pagar sus deudas y terminó pagando solo unos 35 céntimos por cada dólar.
Es difícil evitar la sospecha de que el futuro podría deparar algo similar a una o más de las economías problemáticas de Europa.
Argentina no solamente dejó de pagar su deuda externa; también abandonó su vínculo con el dólar, lo que permitió que el valor del peso cayese más de dos tercios. Y esta devaluación funcionó: a partir de 2003, Argentina experimentó una rápida recuperación económica impulsada por la exportación. "
"Joseph Stiglitz:
Desde la reestructuración de la deuda y la devaluación de su divisa, la Argentina ha tenido años de crecimiento del PIB extraordinariamente rápido, de casi el 9 por ciento por término medio de 2003 a 2007. En 2009, la renta nacional era el doble que en el peor momento de la crisis, en 2002, y más del 75 por ciento más que en el momento mejor del período anterior a la crisis. Asimismo, la tasa de pobreza de la Argentina se ha reducido en unas tres cuartas partes en relación con el momento peor de su crisis y este país capeó la crisis financiera mundial mucho mejor que los EE.UU.: el desempleo es elevado, pero, aun así, no supera el 8 por ciento. Sólo podríamos conjeturar lo que habría ocurrido, si no hubiera aplazado el día del juicio final durante tanto tiempo... o si hubiese intentado retrasarlo aún más."
"El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz le aseguró a la presidente Cristina de Kirchner que "siempre pone de ejemplo a la Argentina" como modelo para salir de la crisis, durante una reunión desarrollada en la Residencia de Olivos.
"El aumento del consumo en lugar de enfriar la economía es la consigna para salir de las crisis", le expresó el Premio Nobel 2001 a la Jefa de Estado."
Ahora bien, si luego de estas declaraciones y artículos releemos lo expresado por los dos últimos presidentes del FMI vemos claramente que su comportamiento al exculparse de las decisiones, de lavarse las manos, se parece demasiado a las excusas de cualquier alumno de escuela primaria al ser descubierto por la maestra in fraganti en una travesura, el que señalando a sus compañeritos dice: "¡Yo no fui, señorita, fueron ellos...!
Toda esta situación daría risa si no fuera que los daños fueron muchos, graves y extendidos, y que se trató de una crónica de una tragedia anunciada. Y, sin embargo, ya comenzó el capítulo europeo de esta tragedia, aunque ahora ya hay una experiencia alternativa para inspirarse...:
"Argentina, ¿la última esperanza de Grecia?
A Grecia le aconsejan abandonar
“Argentina lo consiguió apelando a un recorte de su deuda externa”, acota Belke, subrayando que, aunque esa decisión trajo problemas consigo, lo que cuenta a mediano plazo es el crecimiento económico del país. “Y la tasa de crecimiento de Argentina es exorbitante, con todo y que los acreedores siguen sin llegar a un acuerdo con el Gobierno de Buenos Aires”.
Por eso, desde este humilde blog de un servidor público advertimos: ¡Que después no digan que no se lo dijimos...!