27 de noviembre de 2013

La Nación, ese diario socialista...

Según La Nación, el socialismo es el camino para que un país pobre se convierta en uno desarrollado e igualitario. Claro, siempre y cuando pertenezca a la "civilización" y no a la "barbarie", como Argentina, y siga, por lo tanto, el modelo socialista noruego del siglo XXI y no el vetusto estatismo (intervencionista y agobiante) autóctono...
Si el atento lector no lo cree, este humilde Basurero reproduce aquí partes de un artículo de La Nación, "una tribuna de doctrina" (según decía su fundador, Bartolomé Mitre) que nos lo explica claramente. Veamos:



Noruega, el único socialismo del siglo XXI.
Hace 50 años era una de las economías más pobres de Europa y pasó a ser la más desarrollada e igualitaria del mundo; el rol del petróleo y el ahorro para el futuro.
Por Juan Pablo De Santis
OSLO (Enviado especial).
Slyngstad es el jefe del Banco Noruego de Manejo de Inversiones (NBIM, por su sigla en inglés) y gestiona el mayor fondo del mundo, donde Noruega inyecta casi toda la renta petrolera que recibe del Estado. Con el horizonte puesto en el largo plazo, es la mayor reserva del mundo destinada a pensiones (161.000 dólares por habitante).
Noruega logró los niveles más altos del mundo en calidad de vida e igualdad de oportunidades para su población. La educación es pública, gratuita y bilingüe. Es difícil encontrar a personas de menos de 50 años que no hablen inglés fluidamente. Todos poseen cobertura de salud; la esperanza de vida al nacer es de 81 años; la brecha salarial entre varones y mujeres es casi inexistente; no hay pobreza ni desocupación y la renta por habitante -57.300 dólares- es la cuarta más elevada del planeta.
El Fondo Global de Pensiones el Gobierno (FBPG) -su nombre actual- fue creado en 1990 por el parlamento para contrarrestar la merma futura de ingresos, aislar la volatilidad del precio del barril de crudo y, por supuesto, pagar jubilaciones futuras [no actuales].
Al Fondo van a parar los miles de millones de dólares que recauda el Estado a través de: impuestos al sector petrolero, regalías por yacimientos y dividendos por su participación mayoritaria en Statoil, la petrolera noruega que a su vez es la mayor operadora de offshore en el mundo.




Esta especie de ANSES noruega es un ejemplo para La Nación, sin embargo la versión criolla es "un pozo sin fondo"...
Sigamos leyendo el artículo:



Noruega, sin embargo, está en la lista de los países con costo de vida más alto del mundo. El día a día es caro, aunque salir a comer afuera mucho más. Una taza de café o una lata de Coca Cola cuesta 25 coronas (31 pesos para un argentino que paga con tarjeta de crédito) o un menú Big Mac de Mc Donald's, 89,5 coronas ($108).
Medio siglo atrás Noruega no sabía que su mar alberga una de las diez reservas de petróleo más grandes del planeta. Por entonces, antes de que se convirtiera en una nación petrolera, era una de las economías pobres de Europa, cuando la dieta más común en el interior del país era a base de zanahoria, papa y pescado.




El costo de vida en Noruega es altísimo, y eso es bueno. Si pasara en Argentina sería una tragedia típica de un país subdesarrollado...
Sigamos revisando la nota:



EL ORGULLO DE COBRAR IMPUESTOS ALTOS
Los impuestos son la principal fuente de contribución para el Fondo. La cuestión es muy sencilla: en la estructura impositiva deben pagar proporcionalmente más impuestos los que más ganan, esta es la base del progresismo del sistema. El Estado grava la producción petrolera con una alícuota del 78% sobre sus ganancias netas.
El crudo fluye con tanta fuerza desde el subsuelo marino que los altos impuestos no conspiran contra la rentabilidad. Sin necesidad de leyes de expropiación, a través de sus tributos Noruega se asegura que gran parte de la producción de los privados vaya hacia el fisco.
En perspectiva, el petróleo es el gran motor de la economía de este país nórdico. El sector presenta al 26% de su PBI, el 51% de sus exportaciones, el 24% de la inversión y 36% de los ingresos que administra el Gobierno.
En este último grupo de ingresos pesa el 67% de la propiedad de Statoil. Opera en 36 países (Brasil es el único de Sudamérica) y tiene una valuación de mercado de 80.000 millones de dólares.
Sin impuestos no existe el Estado: en Noruega son altos y, en consecuencia, el Estado está muy presente en todos los aspectos de la vida pública. Un noruego promedio entrega al Estado en torno al 60% de sus ganancias para que este lo reinvierta en mejorar las condiciones de vida de la población.




El elogiable estado socialdemócrata noruego posee el 67% de la empresa petrolera, el repudiable estado estatista e intervencionista argentino posee el 51% de YPF. Las constantes críticas de La Nación a esto último no se repite al caso noruego... ¿Raro, no?

Los ciudadanos noruegos pagan impuestos inimaginables en Argentina, lo que para La Nación es destacable, en cambio aquí los moderados impuestos "agobian" a la población, según comenta cotidianamente La Nación.  Sigamos:


La educación es pública y gratuita desde el preescolar hasta la universidad, sin discriminar nativos de inmigrantes, y, al mismo tiempo, se encuentra en el club de los países con los más altos niveles de excelencia educativa del mundo.
La cobertura de salud es óptima para todos los habitantes del territorio y no es necesario pagar ningún tipo de seguro ni obra social adicional. Nada tiene que envidiarle un hospital público a las mejores clínicas privadas de Estados Unidos y Europa.
El punto central son los altos niveles de igualdad en la distribución de la renta. El coeficiente de Gini (en el cual 0 es la igualdad perfecta y 1 la desigualdad absoluta) es de 0,225, el mejor del mundo, mientras que el promedio de países de la Unión Europea es 0,307; y Argentina, 0,411. Por ejemplo, un médico cirujano podría ganar tres o cuatro veces más que un mozo; mientras que en Argentina esta misma relación sería de unas 10 veces.




Todos estos logros sociales del Estado socialdemócrata noruego ¿no tendrán nada que ver con los altos impuestos que cobra? ¿Qué pasaría si el Estado argentino cobrara tasas similares de impuestos con el propósito de igualar los logros noruegos? ¿Sería una confiscación, se coartaría la libre empresa? Veamos qué sigue diciendo La Nación:



NADIE LO HACE MEJOR QUE EL ESTADO.
Otro gran ejemplo es el sistema de transporte público, en particular los trenes. Ferrocarriles Nacionales de Noruega es la empresa pública que maneja 4000 kilómetros de vías que conectan de sur a norte con servicios de corta, media y larga distancia. Desde 1996 se hizo exclusivamente estatal para aumentar los niveles de eficiencia que los privados no incorporaban.
Las formaciones son de alta velocidad (pueden alcanzar los 200 km/h), extremadamente puntuales, tienen pantallas LED, Internet inalámbrico gratuito, asientos ergonómicos y hasta cestos para reciclar basura. Si el servicio se demora, le reembolsan el pasaje.




¿"Nadie lo hace mejor que el estado"? ¿Se estatiza "para aumentar los niveles de eficiencia"? ¿Esto lo dice La Nación o un diario marxista, guevarista o el mismísimo "marxista" Axel Kicillof...?






Este interesante artículo sigue informándonos:


Noruega nunca estuvo gobernada por una élite, dado que estas se encontraban en Dinamarca y Suecia. En 1905 el país declaró su independencia y su por entonces flamante rey Haakon VII (quien hasta entonces era príncipe de Dinamarca) realizó un plebiscito para consultar a la población si elegía a la monarquía como forma de gobierno. El 80% estuvo de acuerdo.
Fuerte acuerdo político. En 1945, luego de la II Guerra Mundial, la economía del país quedó en cenizas. Las dos principales fuerzas políticas suscribieron un programa de gobierno común y de largo plazo antes de ir a las elecciones, donde se privilegió la importación de maquinaria antes que bienes para el consumo privado, como bananas o autos. Esta decisión estimuló intensamente el espíritu colectivo de sus habitantes.




Las restricciones a las importaciones en Noruega ¿las implementó "el polémico" Guillermo Moreno? ¿Y la libre empresa? 

Repasemos más de la reveladora nota:


Liberalismo y estado de bienestar. Durante los '80, la preferencia de los votantes por propuestas políticas neoliberales no destruyeron el Estado de Bienestar adoptado en 1945.
Durante la década del '70 y el '80, el crecimiento económico y el auge petrolero evidenciaron algunos problemas latentes en la sociedad noruega y que todavía están en agenda: el reconocimiento de derechos nacionales a su pueblo originario (los Sami); leyes estrictas para asegurar que la industria no dañe el medioambiente; y mecanismos de integración para los inmigrantes que llegan al país desde África, Europa del Este y países árabes y del sudeste asiático en busca de mejores oportunidades.
Los noruegos han sido mucho más liberales respecto a sus vecinos nórdicos al incorporar la diversidad cultural a su sistema. Los inmigrantes, que comenzaron a llegar con el despegue económico en la década del setenta, tienen el derecho a elegir y ser elegidos representantes con más facilidad que en otros países nórdicos. De los 59 concejales del municipio de Oslo, 19 son extranjeros.




Los noruegos no conocieron los adelantos del menemismo en los noventa. No saben lo que se perdieron... Tampoco se dieron cuenta que los inmigrantes de los países vecinos vienen para usufructuar nuestros hospitales y nuestras escuelas y facultades gratis, y sacarnos nuestros puestos de trabajo... Es hora de que La Nación los avive, ¿no?

Dejemos hablar al diario:


PROBLEMAS Y ASUNTOS PENDIENTES.
Intelectuales y empresarios de Tromsø consultados por este medio coinciden en que aún existen desafíos derivados del elevado nivel de desarrollo. La igualdad de género en la crianza de los hijos no es un tema menor, dado que los derechos conquistados por las mujeres en el mercado laboral también deben traducirse al ámbito doméstico. Desde octubre de 2012, la licencia por paternidad (con goce de sueldo) se amplió de 12 a 14 semanas, para que los varones estén más presentes en el hogar cuando hay un recién nacido.
En total, un matrimonio en donde ambos trabajan posee 49 semanas de licencia: 14 obligatorias para la madre, 14 obligatorias para el padre y el resto se puede repartir entre la pareja como mejor le parezca. El beneficio se puede ampliar a 59 semanas si se acepta recibir el 80% del salario.




¿Para cuándo la flexibilización laboral que tanto elogió La Nación en los años noventa y que añora hoy en día? Salvo que la misma sólo sea buena para este rincón del mundo y no para el "centro del mundo"...
Como vemos, un gobierno de izquerda, socialista y exitoso en pleno siglo XXI, para La Nación sólo es posible en la "civilizada" Europa y no en la "bárbara" Latinoamérica...


Nota completa en La Nación


24 de noviembre de 2013

Cine Basurero. Hoy: "Guerra Guasú" (La Guerra de la Triple Alianza).

En esta ocasión, Basurero Nacional invita a ver la excelente serie documental "Guerra Guasú" (en HD), realizada íntegramente por la TV Pública de la Argentina.



Guerra Guasú, un documental, una muestra histórico-artística, la visita del Presidente depuesto Fernando Lugo, charlas con especialistas y toda la información sobre este proyecto.
Una serie documental de cuatro capítulos de una hora de duración, que busca interrumpir largos años de silencio en la producción cultural argentina a propósito de la guerra más importante que vivió América Latina y que liquidó al Paraguay del siglo XIX, la experiencia política y social más igualitaria y celosa de su soberanía que quedaba en pie en la región.
La Triple Alianza, conformada por el imperio del Brasil, la Argentina mitrista y el Uruguay de Venancio Flores, necesitó cinco años, enormes esfuerzos y cuantiosos empréstitos ingleses para derrotar a una sola nación, a un país campesino que quería modernizarse sin perder su autonomía. Probablemente este sólo dato sea útil para dar cuenta de la realidad que ya era Paraguay, atacado con el argumento de terminar con la que llamaban la tiranía del presidente Francisco Solano López. De los 600.000 habitantes del Paraguay de entonces, apenas sobreviven 200.000.
La pretensión de este documental es instalarse de lleno en la misma guerra. Sigue la marcha de los ejércitos que, mucho más que tropas regulares y profesionales, eran multitudes armadas. Nombrar lo que se omitió. Poblar de imágenes lo que se quiso desterrar de la memoria. Recuperar las huellas que sobrevivieron a la Historia de los vencedores y sus saqueos. Dar la palabra a hombres y mujeres que viven donde el fuego de una guerra injusta como pocas, fue la ráfaga de Historia más cierta que los abrasó. Ir al momento y al lugar donde el destino de una Nación y un pueblo se torció y aún hoy es difícil augurar el día en que vuelva a retomar la senda de justicia y soberanía.

Ficha técnica:
Dirección: Alejandro Fernández Mouján y Pablo Reyero.
Investigación y Contenido Histórico: Javier Trímboli.
Guión: Mariana Iturriza y Fernando Ansotegui.
Música Original: Abel Tortorelli.
Voz Narradora: Liliana Herrero.
Voz de citas: Pascual Menutti.
Productor Ejecutivo: Walter Soffiantini.
Equipo de Producción: María de los Ángeles Ceruti; Victoria Pérez y Dalmiro García.
Postproducción: Adrián Zobkow y Esteban Mariotti.
Postproducción de sonido: Adrián Barnes.
Arte Digital: Postproducción VFX.
Animación y concepto estético: Fabián Valdivia, Mariano Reyero Silva, Nicolás Karpow y Gastón Thibaut.
Diseño Gráfico: Maximiliano Martín
Postproducción de sonido para arte digital: Sebastián Castronuovo
Coordinación: Horacio Suárez y Arturo Fernández.
Fotógrafía: Nadia Ingaramo.
Equipos de Exteriores:
Paraguay (Zona Sur): Producción: José María Alaniz y Ricardo Ottone. Realizador: Sebastián Fontana. Sonido: Juan Carlos Tremsal. Conductor de cámara: Santiago Clausen. Microfonista: Mauro Llorente. Reflectorista: Ariel Toledo.
Paraguay (Zona Norte): Producción: Guillermo Aguilar y Martiniano Cardoso. Realizador: Santiago Falcucci. Sonido: Octavio Morelli. Conductor de Cámara: Hernán Barrientos. Microfonista: Daniel Hermosa. Reflectorista: Francisco Dorado.
Provincia de Corrientes: Producción: José María Alaniz e Ignacio Cari Dechat. Realizador: Sebastián Fontana. Sonidista: Eduardo Aranda. Conductor de Cámara: Santiago Clausen. Microfonista: Pablo Flogliarini. Reflectorista: Fernando Sosa. Chofer: Feliciano Valenzuela
Provincia de Entre Ríos: Producción: Jorge Canali y Marcelo Tejeira. Realizador: Santiago Falcucci. Sonido: Octavio Morelli. Conductor de Cámaras: José Tarallo. Microfonista: Mauro Llorente. Reflectorista: Francisco Dorado. Chofer: Marcelo Martínez
Ingesta VTR y conversión de formatos: Fernando Díaz y Nicolás Cabaddías. Operadores de VTR: Triana Leborans, Diana Csipka, Germán Mariotti, Brian Oddone, Andrea Gerace y Lautaro Rodríguez. Envasados: Carlos Pons, Raúl Ifran, Felipe Gómez y Carlos Sánchez.



Luego de esta breve presentación, vayamos ya, pues, al documental.











Capítulo 1






Capítulo 2






Capítulo 3






Capítulo 4







Chau, nos vemos en la próxima función...




Más películas en la
Cinemateca Basurera.




22 de noviembre de 2013

Las viudas de Guillermo Moreno.

Contra Moreno estábamos mejor, parecen pensar quienes en los últimos años demonizaban cotidianamente al secretario de comercio, sin importar lo que hiciera o dijese. Las críticas y denuestos no sólo no paraban sino que se incrementaban cuando desde el demonizado no contesteba a esas críticas. Lo más leve que se decía del funcionario que fungía de pararrayos de los críticos del gobierno fue "polémico", y de ahí a "patotero", "ignorante", "impresentable", "barra brava", etc. Llamativamente, aunque algunas de las críticas eran acertadas, nunca se lo tachó de "corrupto"; pero aún no está todo todo. Y ahora resulta que los pertinaces críticos del gobierno (la oposición mediática-política) se han quedado sin un blanco fácil para sus ataques y, de acuerdo a las últimas críticas, no estaban de acuerdo con la permanencia del "polémico" secretario y ahora no están de acuerdo con la manera y el momento de su alejamiento... ¿Y ahora, a quién criticarán tan impunemente? El pertinente título de esta nota proviene del dicho de los españoles durente los primeros años de la democracia que nació tras la muerte del dictador Francisco Franco, cuando los partidos que se mantenían unidos en la crítica y resistencia contra la dictadura, en plena democracia comenzaban a entrar en contradicciones entre ellos por la marcha de la misma. Lo mismo parece ocurrir ahora en Argentina. ¿Qué harán ahora que desapareció el blanco de las críticas fáciles, ya establecidas por la costumbre mediática, por el repiqueteo de lugares comunes, y que los liberaba de fundamentar sus críticas y de esbozar propuestas alternativas?  ¿Lo van a extrañar...?
Repasemos primero lo que se dijo sobre la renuncia de Moreno:



Morenología: La salida del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, redondea otra finalidad: la cohesión del equipo económico, que venía faltando cuando menos en muchos meses.
Moreno es un funcionario de perfil muy alto y de ambición expansiva que siempre tuvo rispideces con sus pares. Es inimaginable que resignara su rol y sus espacios con el nuevo ministro, quien ahora cuenta con un poder propio. Relativo, más vale, porque la titular del Ejecutivo sigue siendo una, muy habituada a conducir y a tomar las decisiones estratégicas.
La oposición mediática y corporativa desbordaron de euforia tras el anuncio de la renuncia de Moreno. Su enunciación “separada” el martes tuvo un claro sentido mediático y le valió el centro de la escena, para colectar denuestos. La réplica de funcionarios, dirigentes, militantes y simpatizantes kirchneristas fue simétrica: ovaciones y elogios a menudo sin límite.
Moreno ha sido una figura central durante muchos años, lo que seguramente amerita una lectura colorida, no ceñida al blanco o negro.
Moreno fue un funcionario convencido, laburador al mango, ascético en lo personal, áspero en el trato con sus adversarios, histriónico. Un protagonista con recursos y agallas que construyó un personaje. A veces “le creyó” demasiado a su criatura.
Defendió, como mejor pudo, políticas rescatables de una vastedad casi interminable: la puja con los formadores de precios, la defensa de “la mesa de los argentinos”, la intervención estatal en la economía, la producción e industria nacionales, la disputa del poder político versus los económicos. La narrativa kirchnerista le recompensa la identidad, la pasión y su gesto torvo hacia los poderes dominantes.
Es válido hacerlo, tanto como agregar que adornó sus convicciones con un conocimiento puntilloso de áreas áridas: la formación de costos, los índices de ganancias, el laberinto borgeano de los manejos empresarios.
(...) nos valdremos de imágenes futboleras. Vistió con orgullo la camiseta, la regó de sudor, corrió por toda la cancha. Una evaluación de la labor de Moreno no puede limitarse a su compromiso y su garra, innegables. La eficiencia, así sea nac & pop, es el mejor baremo para medir la gestión. Se deben contar los goles que logró o ayudó a concretar, tanto como los goles en contra que se hizo, entre los cuales resaltan dos. Están ligados, pero no son idénticos. El primero es la pugna con la inflación, que sigue siendo una deuda del Gobierno. El segundo es la pérdida de prestigio del Indec, deplorable de por sí, máxime en un gobierno que reivindica la reconstrucción del Estado.
La tirria de los rivales da cuenta de la importancia de Moreno y dan ganas de defenderlo a ultranza cuando lo cuestionan ciertos formadores de opinión, medios y factores de poder. Algo bueno habrá hecho, cabe concluir.
Sus discrepancias con compañeros de labor, tan comprometidos como él pero con visiones (o ideas tácticas) diferentes, forman parte de su complejo legado.

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Las andanzas del secretario.
El viernes 14 de abril de 2006 el Gobierno anunció un enroque de funcionarios: Guillermo Moreno, hasta entonces secretario de Comunicaciones, pasaba a ocupar el cargo de Lisandro Salas, secretario de Coordinación Técnica del Ministerio de Economía, y éste se mudaba al despacho que había sido del Napia desde el 2 de junio de 2003. Seis meses antes, Néstor Kirchner había tomado una decisión que marcó el rumbo de su gestión y cuyos efectos siguen hasta estos días: no subordinar el crecimiento económico por temor a la inflación. En noviembre del año anterior, había desplazado a Roberto Lavagna como ministro de Economía, entre otras razones por sus diferencias de enfoque sobre este punto. El ministro había propuesto un severo plan de ajuste para mitigar la suba de precios que empezaba a hacerse notar con la recuperación económica tras la debacle de 2001. En lugar de la salida ortodoxa, con impacto sobre el empleo, los salarios y las jubilaciones, Kirchner optó por el menos ortodoxo de los funcionarios.
Como tantas otras cruzadas que encaró, esa política
tuvo etapas de mayor éxito y otras de fracaso, e incluso exhibió contradicciones profundas. Pero yendo al fondo del asunto, cuál fue el papel que jugó desde su secretaría en la puja distributiva, el balance muestra que se inclinó por los sectores asalariados.
Eso no lo exime de sus errores o, si se quiere, de cierto voluntarismo, en muchos casos ineficaz. Como, por ejemplo, cuando anunció en Casa Rosada que los inquilinos podrían acceder a la compra de su vivienda con un sistema similar al leasing. Despertó expectativas que se vieron defraudadas cuando el plan quedó archivado en un cajón. Lo mismo ocurrió con la Ley de Abastecimiento, cuya aplicación nunca pasó mucho más allá de la amenaza para sentarse a negociar.
Quizás una excepción sea el trabajo que realizó en relación con el Grupo Clarín y Papel Prensa, donde sí pudo develar junto a otros actores del oficialismo, empezando por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, el comportamiento del holding como factor de poder.
La resolución 125, las restricciones a las importaciones, las peleas con Shell, las misiones comerciales a Angola, las negociaciones con supermercados, la tarjeta SuperCard, el Cedin y tantos otros temas en que estuvo involucrado el secretario de Comercio tuvieron sus causas y sus manejos. Algunos mejor resueltos, otros de manera catastrófica. Después de tantos años, su salida dejará un espacio enorme por llenar. La próxima escala lo mostrará en Roma y después el tiempo dirá.

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Las repercusiones.
Referentes de la oposición festejaron la salida de Guillermo Moreno de su cargo como secretario de Comercio Interior. La más brutal fue la diputada Elisa Carrió, quien señaló que “es una gran alegría, porque hay un fascista menos en el Gobierno, aunque todo seguirá igual o peor porque el ministro de Economía es (Axel) Kicillof”.
Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete del gobierno porteño, aseguró que “al fin la Presidenta se dio cuenta de que Moreno le hacía mal al país.

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La guerra con las consultoras.
El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dijo que consultoras de la city especularon con la inflación para conseguir ganancias a partir de bonos que ajustan por CER. Así lo hizo al defenderse ante la Cámara Federal porteña, la cual debe definir si confirma un procesamiento contra el funcionario por “abuso de autoridad”. El juez federal Claudio Bonadío inició la imputación de Moreno, luego de que este funcionario aplicó una multa contra el estudio Finsoport.
El abogado del funcionario, Alejandro Rúa, precisó que los jueces que escucharon la justificación del secretario “se convencieron” y revocarán el procesamiento.

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La osadía de un secretario de comercio interior.
Su principal función es la de desarrollar medidas que, articuladas con otras áreas del Estado, esencialmente con el Ministerio de Economía, sirvan para lograr un mejor y mayor control en la cadena de formación de precios. Esto implica enfrentar y poner límites al capital y a los dueños de los medios de producción para que no generen distorsiónes en los precios, evitar maniobras monopólicas y poner límite el accionar de los grupos concentrados, muchas veces funcionando de manera cartelizada, fundamentalmente en los llamados productos de primera necesidad, alimentos, bebidas y combustibles. Lo mismo ocurre en cuanto al sector privado de servicios.
En definitiva, el que ocupa el cargo que tuvo Moreno, en la Argentina y en cualquier parte del mundo, trabaja, brega, para proteger los desmanes del capital como se mencionó antes. Para decirlo de una manera clara y sencilla, es alguien que está del lado de los consumidores para defender sus intereses, su bolsillo, frente a los grandes actores de la economía.
A partir de esta breve descripción, que aunque parezca obvia no lo es debido a la distorsión que se aplicó tanto a la figura de Moreno como a la estricta función de la Secretaría de Comercio, pretenden despejar la enorme centralidad que le otorgaron aquellos sectores con los que Moreno debía negociar, discutir y, seguramente, enfrentar con dureza.
Entre las principales misiones que Moreno encaró durante su gestión se destaca la de lograr acuerdos de precios con aquéllos actores económicos concentrados, empresas nacionales y multinacionales y grandes corporaciones, que durante los últimos 40 años se acostumbraron a ganar posiciones ampliando sus mercados y posición dominante a costa del deterioro del consumo y de los ingresos de los argentinos, escapándole a la inversión y al aumento de la producción por el atajo de la remarcación de precios.
La gestión de Moreno fue acertada en muchos casos y en otros no logró los objetivos perseguidos. Lo que sí no está dentro de sus funciones es combatir la inflación, tal como se le atribuyó durante estos años. Las causas del proceso inflacionario obedecen a una multiplicidad de factores macroeconómicos de los cuales el papel de la Secretaría de Comercio interior no es ni su artífice ni el área que de solución a la inflación. Construir la idea de que el ministro de Economía en las sombras era solamente Moreno es caer en la trampa construida por quienes no solamente pedían diariamente su cabeza, sino, y lo más importante a tener en cuenta, es que lo que no quieren es una Secretaría de Comercio Interior que se involucre en la formación de precios, que controle la cadena de producción de los bienes y servicios del sector privado.
Las políticas neoliberales, libremercadistas, impuestas desde la dictadura de 1976 hasta 2003 habían logrado lo propuesto: no solamente eliminar la Secretaría de Comercio y dejarla formalmente como un área del Estado sin peso alguno, sino evitar que nadie se interponga a la lógica auto regulada del libre mercado y la “sana competencia”.
Por eso, más allá de sus aciertos y errores, el papel y la figura, casi mítica a esta altura, de Guillermo Moreno en el cargo del la Secretaría de Comercio, es rescatable, siempre, por haber puesto en escena, en primer lugar, que mas allá de quién ocupe ese cargo la Secretaría de Comercio Interior es un área clave que no puede ser entregada a las presiones y lobby de los sectores económicos para anular su responsabilidad. Moreno podrá ser criticado o elogiado desde distintas perspectivas, no solamente desde lo exitoso o el fracaso de sus medidas. Donde queda airoso Moreno es con la convicción de que hay batallas en la política y también en la economía que se ganan solamente con librarlas.
Moreno enfrentó y desnudó al Grupo Clarín participando en sus asambleas de accionistas arrojándoles en el rostro de sus principales directivos los abusos y desmanejos empresariales. Llevó adelante con tenacidad la lucha para que la causa por la expropiación de Papel Prensa llegue a la justicia y arroje luz sobre el pacto civil–militar que durante la dictadura establecieron los diarios Clarín y La Nación quedándose con el monopolio del papel de diario.
La defensa de los intereses populares tendrá efecto cuando se logre comprender que Moreno, con todos los errores que se le pueden adjudicar, desde la Secretaría de Comercio siempre estuvo del lado de la defensa de los intereses populares.

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Veamos una muestra de algo que muchos no le perdonan a Moreno: tratar a los poderosos de igual a igual y develar sus manejos, en este caso del Grupo Clarín:


Moreno en la Asamblea del Grupo Clarín 19/5/2013.






Moreno en la Asamblea del Grupo Clarín 19/5/2013 (II).








Y ahora repasemos lo que dijeron en estos días (corroborando lo expuesto al princípio de la nota) algunos de sus más acérrimos adversarios:



Ahora que se fue Moreno, ¿andará todo bien?
Por Mariano Grondona
Desde antiguo, se ha tendido a concentrar la culpa por los males que sufre un país en una determinada persona. Se llega a creer así que una vez que se castigue al presunto culpable las cosas volverán a la normalidad. A este modo de pensar, que viene de muy lejos, se lo llama "el mito del chivo emisario".
Se ha escrito mucho sobre el mito del chivo emisario, una suerte de asesinato colectivo de una persona o de su imagen para liberar a los seres humanos del pecado y de la responsabilidad que, de otra manera, recaería sobre ellos.
El mito del chivo emisario se ha presentado, desde el fondo de la historia, bajo mil formas. ¿Ha sido la última de ellas el súbito despido de Guillermo Moreno por parte de la Presidenta?
Sí y no. Para merecer el dudoso título de "chivo emisario", algún "mérito" ha de tener, por lo pronto, el propio candidato.
Algo de fundamento había entonces en la mala voluntad que generaba.
Este "algo de fundamento", empero, ¿justificaba culparlo sin más por nuestros males? ¿Era el ex secretario tan poderoso que su descomedida expulsión del entorno de la Presidenta bastaría para predecir tiempos mejores?
En otras palabras, ¿fue Moreno un sinónimo del mal argentino o, apenas, una de sus más aparatosas manifestaciones?
El despido del chivo emisario viene acompañado, por lo general, por el arribo al área del poder de otro protagonista al que la sociedad le asigna el antagónico papel de "salvador".
Pero así como el modelo del chivo emisario se expresó entre nosotros casi perfectamente con el agresivo Moreno, el modelo del "salvador" se expresa a medias con la pareja despareja de Alex Kicilloff, el nuevo ministro de Economía, y Jorge Capitanich, el nuevo jefe de Gabinete.
Kicilloff, para empezar por él, suscita muchas dudas. No sólo sus orígenes ideológicos, de raíz marxista, son conocidos. Si pretende convertirse en "salvador" de la situación actual, además, se ha involucrado en demasía con los fracasos del equipo anterior para que pueda desligarse fácilmente de ellos. Capitanich es, al parecer, diferente, y se presenta así con cierta autoridad. La pregunta que viene enseguida, por consiguiente, es ésta: ¿cómo harán Kicilloff y Capitanich para llevarse bien?
Lo que más preocupa a los observadores, sin embargo, no es el destino de esta "pareja-despareja", sino el rumbo de la propia Presidenta. Si ella ordena golpes de timón tan bruscos como los que estamos comentando,
¿sabe realmente adónde va?
¿Cuál es el grado de autoridad que conserva, con otras palabras, la propia Presidenta?

Tiene, por lo pronto, una autoridad indiscutida sobre sus propias huestes, a la que refuerza la parálisis de la oposición. Éste no es su problema. Su problema es que no sabe qué hacer con su indiscutida autoridad. Cristina, por ahora, manda. ¿Pero "hacia dónde" manda? ¿Hacia dónde quiere llevarnos?
Y esto desconcierta incluso a la oposición, ya que si el Gobierno no sabe adónde va, ¿cuál habría de ser el rumbo de sus opositores?
¿A qué tendrían que decirle que no?
Ahora que le quedan cada día menos poder y menos tiempo, se ha creado el vacío por donde debería filtrarse, de veras, un nuevo proyecto presidencial.

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Todo se mueve, pero nada cambia.
Por Luis Majul
Guillermo Moreno lo echaron demasiado tarde.
La culpa no fue del chancho, sino de quienes le dieron de comer. Y lo empacharon de poder. Es decir, Néstor Kirchner y Cristina. Cometeríamos un serio error si entendiéramos su partida como un cambio de la política económica o el estilo prepotente que impusieron el ex presidente y la Presidenta, en especial, desde 2006 hasta ahora,.
En vez de aliviarnos, deberíamos estar muy atentos a las denuncias contra el ex supersecretario por abuso de poder y la sospechosa compra, con información privilegiada, de cupones atados al PBI que el Estado paga en dólares y cuyo valor depende de los datos que publica el Indec.
Pero fue, sobre todo, un soldado de Néstor y Cristina. Y la Cristina que apareció de blanco en el cortometraje de alto impacto que filmó Florencia, su hija, tampoco es otra.
Ahora, mientras los analistas tradicionales se horrorizan por la aparición del pingüino de peluche y de Simón, el perrito bolivariano que le regaló el hermano de Hugo Chávez, el cristinismo derrotado avanza en el Congreso a paso redoblado para imponer un Código Civil
¿Estamos ante una nueva y potenciada versión del rush que protagonizaron Néstor y Cristina después de su primera derrota electoral y que hizo casi desaparecer a la oposición como por arte de magia?
Tampoco habría que hacerse demasiadas ilusiones con el nuevo jefe de Gabinete ni con el nuevo ministro de Economía. Es verdad que Jorge Capitanich es un economista de perfil conservador y que no cree en la excesiva intervención del mercado. También es verdad que tiene peso político propio. Pero es más cierto todavía que los últimos escalones de su carrera política los construyó con el mismo estilo de Abal Medina: sobreactuando su lealtad absoluta a la Presidenta. Capitanich fue el primer gobernador que convalidó la pesificación pagando una deuda en dólares con moneda nacional. Es notable el esfuerzo que hace para poner sus pensamientos en sintonía con los de la jefa del Estado.
Con la misma vara se puede medir a Axel Kicillof.
Crea expectativa que se haya sacado a Moreno de encima. Genera curiosidad cómo va a manejar la cartera el primer ministro que se reconoce abiertamente marxista y de izquierda, cuando la mayoría de los argentinos manejan su economía con un acendrado sesgo capitalista e individualista. Pero si se analizan los resultados concretos de su gestión como viceministro,
Es decir: algo parecido a lo que venía haciendo Moreno, aunque un poco menos estridente. Todo se mueve demasiado, pero nada parece cambiar de verdad.

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Y si faltaba algo para aclarar la función que cumplió Guillermo Moreno en el gobierno, veamos lo siguiente:



Los bancos de inversión festejaron la salida de Moreno del Gobierno.
El establishment financiero internacional festejó la salida de Guillermo Moreno de la Secretaría de Comercio Interior. Los economistas que trabajan en los bancos y fondos de inversión habían enviado informes a los inversores de todo el mundo cuando se anunció que Axel Kicillof asumiría como ministro de Economía y 24 horas después tuvieron que volver a escribir reportes, pero en este caso por la salida de Moreno.
“Es un cambio de política constructiva”, estimó Barclays.
“La renuncia de Moreno en si mismo es un alivio para los mercados porque es un símbolo de todo lo que está mal en el manejo de la política económica de la era Kirchner, añadió el fondo Jefferies.
La asunción de Kicillof como ministro de Economía no fue bien recibida por los mercados, si se analiza lo que sucedió con la cotización del dólar blue, los bonos y las acciones, pero la salida del secretario de Comercio Interior si se tradujo en un alza en los precios de los activos financieros.
“No está claro que una mejora en las relaciones con las organizaciones multilaterales es una prioridad para el nuevo Ministro, sin embargo, un obstáculo inicial clave para la recuperación de cierta credibilidad del gobierno parece haber sido eliminado”, agregaron los economistas del Citi, Fernando Jorge Díaz y Guillermo Mondino.
Si bien la salida de Moreno fue bien recibida, los informes tampoco ahorraron críticas ni dudas sobre lo que podría llevar adelante Kicillof como conductor del Palacio de Hacienda. El JP Morgan sostuvo que el ascenso del economista representa un impacto negativo para los mercados porque Kicillof pertenece, según ellos, al “sector del gobierno que es más antagónico con el sector privado y los mercados”. “Kicillof es probable que muestre una mayor simpatía por medidas nacionalistas”, añadió el informe.
A partir de ahora, todos miran los pasos del nuevo Ministro.

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Es decir: para la oposición política-mediática, el Guille era tan bueno, pobre.
"Con (o contra) Guillermo Moreno estábamos mejor..."

20 de noviembre de 2013

¿Cohetes y satélites argentinos? ¿Ciencia criolla o ciencia ficción?

El consuetudinario complejo de inferioridad de muchos argentinos suele impedir que valoren (o provoca que minimicen) los logros, tanto científicos como sociales, alcanzados por compatriotas nuestros. Este coloniaje cultural, que cargamos desde el fondo de nuestra historia, nubla nuestro entendimiento (configura nuestro programa mental) y, como consecuencia de esto, hace que desvaloricemos todo lo autóctono o sobrevaloremos lo extranjero. La perniciosa dicotomía "civilización y barbarie" que rige nuestro destino no deja de resurgir cotidianamente tanto en nuestra vida política como en la cotidiana. Como un humilde aporte para combatir esta anomalía criolla, Basurero Nacional brinda aquí importante información sobre un par de enormes logros de la tecnología nacional. Repasemos, entonces, los logros argentos en materia de cohetes espaciales y satélites artificiales.
Empecemos por recordar lo que sucedió con estas materias en los años noventa, cuando la ideología hegemónica (paradigma) dictaba la vuelta al país agroexportador y no industrial y. por lo tanto. el abandono de la ciencia y la tecnología nacionales:



El recuerdo del plan Cóndor, que se desactivó por presión mundial.
Menem eliminó en 1992 el emprendimiento militar del misil.
Luego de la guerra en las islas Malvinas, la Argentina desarrolló un sistema balístico denominado Cóndor, que fue cancelado diez años después por la presión internacional. La desactivación del proyecto fue uno de los hechos que estrecharon la relación del gobierno de Carlos Menem con Estados Unidos.
Hasta 1987, el emprendimiento militar del misil Cóndor se mantuvo fuera de la agenda pública. Ese año, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Alemania, Francia, Japón y Canadá establecieron el Régimen de Control de Misiles para impedir la proliferación de esa tecnología en los países periféricos.
El desarrollo argentino estaba muy avanzado ese año, con un misil proyectado con capacidad para transportar una carga bélica de 500 kilogramos a una distancia estimada entre los 800 y 1000 kilómetros. Y por entonces tenía socios que no despertaban mucha confianza internacional, entre ellos Egipto.
Con la llegada de Menem al poder, se intensificaron los gestos norteamericanos para frenar el Cóndor. En principio, el presidente Menem se mostró convencido de seguir con el plan del cohete, a tal punto que participó del lanzamiento de un prototipo menor, el Alacrán, en la base de Chamical, en La Rioja, a los pocos meses de asumir la primera magistratura.
Motores y carcazas
Los cuestionamientos en el mundo aumentaron en 1992 y finalmente se dio por cerrado el proyecto del Cóndor.
La situación con ese cohete siguió la línea del escándalo público hasta que la Argentina acordó no sólo desactivar el proyecto, sino también destruir el material y los planos. Parte de los motores fue enviada a España en 1993 para que allí se garantizara la destrucción reclamada por Estados Unidos. Además, las instalaciones hasta entonces secretas de Falda del Carmen fueron abiertas a inspecciones internacionales.
El gobierno menemista decidió cerrar el predio de Falda del Carmen y quitó las investigaciones espaciales de manos de los militares, para crear una agencia civil. También acordó el ingreso del país en el Régimen de Control de Misiles.
Algunos años después, en 1996, Menem inmortalizaría ante chicos de una escuela primaria una frase: "Atravesaremos la estratosfera y en dos horas estaremos en Japón".
Quizá pensaba entonces en el plan espacial que lanzaría antes de dejar el gobierno, pero nada se hizo. La sombra del Cóndor tapó todos los proyectos hasta esta nueva prueba del Tronador.

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Pero el hecho de que Argentina contara con semejante desarrollo en materia de vectores espaciales o misilísticos no era producto de la naturaleza o del "viento de cola" como se suele reprochar falazmente en estos tiempos ante cada logro nacional, era el resultado lógico y buscado de una fuerte inversión del Estado a lo largo de la historia con el objetivo de desarrollar ciencia y tecnología propias. Por eso. Argentina se convirtió en el cuarto país en llegar al espacio:


Argentina fue el cuarto país en llegar al espacio.

   



Pero, como hemos visto, con la llegada en los años noventa de la ideología neoliberal, el Estado dejó de interesarse en el desarrollo propio de muchas cosas, entre ellas la ciencia y la tecnología, por lo que ante las presiones internacionales abortó esta rama y terminamos perdiendo una década
El cambio de paradigma que se dio en este siglo XXI provocó un cambio en la visión (reconfiguración) que se tiene de la ciencia y la tecnología nacionales, cuyo resultado es la gran inversión en estos campos, y de allí surgen los frutos que ya se están viendo gracias al cambio de política estatal. Veamos de qué estamos hablando:


Argentina lanzará un cohete de diseño nacional que pondrá en órbita satélites de observación.
El proyecto Tronador II es un prototipo fabricado en el país que será testeado este mes. El "bicho", como identifican los científicos el vehículo experimental, llevará al espacio aparatos que brindarán datos para el agro y la pesca 
Si el plan tiene suceso, la Argentina pasará a tener su propia plataforma de lanzamiento de cohetes para transportar satélites al espacio bajo la consigna de "arquitectura segmentada", es decir aparatos por debajo de los 250 kilos en lugar de los de 3000.
Con un presupuesto de 2000 millones de pesos para los próximos tres años, el proyecto de Cohete Tronador II está más cerca de convertir en realidad el sueño de los científicos y permitirá tener a estos satélites "dedicados" para tener información sobre la tierra, salinidad, plagas y clima.
El ministerio de Planificación Federal, a cargo de Julio De Vido, lo explica así: "El disparador permitirá el lanzamiento de satélites que brindarán información aplicable en agricultura, pesca, hidrología, gestión de emergencias y planificación territorial, entre otras" y "ubicará al país entre los 11 del mundo con tecnología para transportar satélites".
El "VEX1" (Vehículo Experimental) mide 14,5 metros, pesa casi 3 toneladas y alcanzará una velocidad superior a los 800 kilómetros. El artefacto formará parte de un paquete que podría incluir hasta 6, ya que son experimentales y deben llegar a la perfección.
En los próximas semanas, cuando se realice la prueba, el objetivo será testear el sistema de navegación del aparato, guiado y control. Y después definir si mudarán el cohete y la planta de lanzamiento a Bahía Blanca, donde está la base aeronaval.
"No tenemos expectativas altas, los primeros tests siempre son prueba y error", comenta el científico; por tal motivo, los "VEXs" llegarían hasta 6.
Desde el proyecto "Cóndor", de características militares para uso de defensa y que luego fue desmantelado, el país no se había propuesto un plan de desarrollo espacial.
La presidente Cristina Kirchner le dio impulso e incluso se encuentra para su firma el nuevo programa con otros proyectos.
En junio de 2010, la Argentina puso en órbita el satélite desarrollado en la estatal INVAP por más de 200 científicos pero de la mano de la NASA. El "Aquarius" viajó desde California en el cohete Delta II de casi 40 metros de altura y
toma información sobre los océanos.
Los motores del vehículo fueron diseñados en la planta CONAE de Córdoba
y trasladados hasta esta ciudad que vieron modificada su rutina a partir de la llegada del emprendimiento.
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Un cohete en gateras.
El objetivo de este proyecto es transportar al espacio satélites de observación, también diseñados en el país, que brindarán información útil para agricultura, pesca, hidrología y gestión de emergencias. “El Tronador II significa soberanía y desarrollo, porque nos permitirá realizar solos una misión satelital completa”, aseguró a Página/12 el ministro de Planificación, Julio De Vido.
Este proyecto tuvo una primera etapa, denominada Tronador I, que incluyó la prueba de un pequeño cohete de 3,4 metros de alto en julio de 2007 y otro de seis metros en mayo de 2008, ambos desde Puerto Belgrano, una base naval ubicada a 30 kilómetros de Bahía Blanca. En esta segunda etapa, denominada Tronador II, se trabaja en el diseño definitivo de un lanzador satelital que tendrá unos 30 metros de alto y permitirá transportar satélites de hasta 250 kilos. La propia Conae está ensamblando los satélites de observación SARE, que se pondrán en órbita con el Tronador II.
Los principales componentes de estos cohetes se están desarrollando en el Centro Espacial Teófilo Tabanera, en la ciudad cordobesa de Falda del Carmen. Es el mismo lugar donde en la década del ’80 las Fuerzas Armadas diseñaron en secreto el misil Cóndor, desactivado en julio de 1990 por presión de los Estados Unidos.
Con el desarrollo del Tronador II, la Argentina completará el ciclo del desarrollo tecnológico espacial y se sumará así al selecto club de diez países que fabrican sus satélites y disponen de lanzadores propios, integrado en la actualidad sólo por Estados Unidos, Rusia, Japón, Francia (Unión Europea), China, India, Israel, Irán, Corea del Norte y Corea del Sur. Además, en el Gobierno destacan que este proyecto forma parte de un plan satelital más amplio que contempla también la construcción de tres satélites de comunicaciones (Arsat 1, 2 y 3), los que implican una inversión adicional de 4200 millones de pesos. El plan también incluyó la puesta en marcha en Bariloche del Centro de Ensayos de Alta Tecnología (Ceatsa), una sociedad conjunta de las firmas estatales Arsat e Invap, donde ya comenzaron las pruebas del satélite Arsat 1.

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(Click para agrandar)



 Argentina uno de los siete países con acceso al espacio.

   



Satélites de la Argentina.
La historia de los Satélites de la Argentina comienza en 1990 con el Lusat I, el primer satélite argentino, que fue un proyecto de radioaficionados. Después de 20 años en órbita, con la batería ya agotada, continuó funcionando. En 1996 siguieron los satélites profesionales, en agosto el MU-SAT, conocido también como «Víctor I», empleó parte de técnicos del misil argentino Cóndor II; y en noviembre la comisión estatal CONAE inició, con el SAC B (Satélites de Aplicaciones Científicas), su serie de satélites científicos como parte de un Plan Espacial Nacional, Argentina en el Espacio, implementado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). También existe un satélite, el Pehuensat-1, diseñado y elaborado por la Universidad Nacional del Comahue y lanzado en enero de 2007, desde la India.

SAC-D / Aquarius.
Lanzamiento del Delta II, con el SAC-D/Aquarius, moderno satélite argentino de observación climática y oceanográfica.
El SAC D, también conocido como Aquarius, es uno de los satélites diseñados y construidos en la Argentina que integran la serie SAC. Su objetivo es estudiar la salinidad del mar y detectar zonas de riesgo de incendios e inundaciones. Transporta ocho instrumentos, siendo el principal de ellos el Aquarius, aportado por la NASA, que se encargará de medir la salinidad superficial del mar y la humedad de suelo.
Las cargas más importantes que lleva la misión son:
Radiómetro de Microondas, provisto por CONAE.
Sensor Infrarrojo de nueva tecnología (CONAE).
Cámara de Alta Sensibilidad (INVAP).
Sistema de Recolección de Datos (CONAE).
Sensores de Demostración Tecnológica (CONAE).
Sonda atmosférica por radio-ocultación (Agencia Espacial Italiana (ASI)).
CARMEN-1. Estudio de los efectos de la radiación sobre componentes electrónicos y sensor para detectar el daño ocasionado por micropartículas presentes en el espacio. Agencia Espacial Francesa (CNES).




Ensamble final del SAC-D Aquarius en INVAP, Bariloche.


Por parte de la Argentina, además de la CONAE participaron en el desarrollo la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Tecnológica Nacional, el Instituto Argentino de Radioastronomía y el Centro de Investigaciones Ópticas, ambos del Conicet. También hicieron aportes las empresas DTA y Consulfem.
Los ocho instrumentos que lleva a bordo el satélite conforman un verdadero observatorio dedicado al estudio del océano y de la atmósfera terrestre. Mediante la obtención de datos de salinidad del mar, su temperatura superficial, vientos, presencia de hielo y contenido de humedad en la atmósfera, se podrá mejorar el conocimiento de la circulación oceánica y su influencia en el clima del planeta. Recopilará también información sobre el desprendimiento de los hielos en las zonas polares, la humedad de los suelos, los focos de incendio y la temperatura de las aguas del mar, un dato de particular interés para la actividad pesquera.
El SAC-D también estudiará la superficie terrestre para tomar datos sobre humedad del suelo y detectar focos de alta temperatura, entre otros, para su utilización en alerta temprana de incendios e inundaciones.
La construcción definitiva del satélite se había previsto para octubre de 2009, y su lanzamiento desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, en California, para diciembre de 2010.4 Sin embargo el proyecto sufrió retrasos, y luego de realizarse los ensayos ambientales durante el mes de diciembre en Brasil, fue transportado a Estados Unidos en marzo de 2011 y finalmente lanzado al espacio el 10 de junio de ese año.




Lanzamiento del Aquarius.


CONAE: Proyectos 2007 – 2015.
Está prevista para antes del año 2015 la creación de
dos estaciones satelitales más, posiblemente en Tierra del Fuego y en la Antártida, y los siguientes satélites:
SAC E (SABIA-MAR)

De misión óptica. Satélite argentino-brasileño de información sobre agua, ambiente y producción de alimentos en la zona del Mercosur.
SIASGE: los SAOCOM
Con la Agencia Espacial Italiana la CONAE está desarrollando el Sistema Italo Argentino para la Gestión de Emergencias (SIASGE). Este sistema comprende un total de seis satélites equipados con sensores de microondas activos (radar de apertura sintética). Los dos satélites argentinos de este sistema, denominados SAOCOM trabajan con radares en la banda L (de microondas de 23 cm de longitud de onda), y los cuatro satélites radar italianos, los COSMO-SkyMed, operan en banda X (microondas de 3 cm de longitud).
El primero de los satélites italianos se lanzó en junio de 2007 desde California.5 Es capaz de obtener información de la humedad del suelo, estructuras geológica, recursos forestales y marinos, cosechas, erupciones e incendios. Sirve también de apoyo a actividades judiciales y de seguros, aunque su aplicación primordial es militar.

El 26 de abril de 2013 la Argentina puso en órbita un pico-satélite. Fue lanzado desde el Centro Espacial de Jiuquan en China y su nombre oficial es CubeBug-1, pero fue apodado "Capitán Beto", como la canción del grupo Invisible. Solo tiene dos kilos de peso.7
Es un desarrollo nacional financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y concebido, diseñado y producido por la empresa Satellogic en colaboración con INVAP. Implicó una inversión de 6,3 millones de pesos (1,06 millones de U$S). Tanto el software como el hardware son de plataforma abierta y estarán disponibles para aficionados, universidades e institutos de investigación.
El lanzamiento del nanosatélite lo realizó un cohete chino tipo LongMarch 2. El “Capitán Beto” será monitoreado desde el Radio Club Bariloche de la ciudad homónima. Orbitará la Tierra cada 93 minutos a una altitud de 650 km permitiendo que radioaficcionados de todo el mundo descarguen los datos que genera y transmite. Se lo concibió con fines educativos.
El satélite posee tres equipos de estudio: una rueda de inercia (para controlar comportamiento), un startracker (obtiene fotos para determinar su posición) y una computadora para su navegación. En intervalo de 15 o 30 segundos emite un paquete de datos denominado baliza o 'beacon'.

Por otra parte las autoridades de INVAP y Ar-Sat firmaron un contrato por el cual el INVAP construirá tres satélites de comunicaciones en los próximos diez años. La inversión total será de entre 150 y 200 millones de dólares. El primero de los satélites comenzó a fabricarse en 2007 y se planeó terminarlo en un plazo de cuatro años y medio. Los otros dos satélites deberían estar construidos en el 2017.

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 SAC-D Aquarius INVAP - Especiales HD.

   




 Argentina podrá lanzar varios satélites al año desde Buenos Aires a partir de 2015.

 



INVAP - Informe Especial DEF TV, 12/feb/2012

 


INVAP según Wikipedia


Sitio oficial de INVAP






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