28 de febrero de 2015

Caso Nisman/AMIA, último capítulo: La "falacia del francotirador".

O "Todo lo que siempre quisiste saber sobre la denuncia de Nisman y no te atreviste a preguntar..."
Como siempre, el tiempo, impiadoso revelador de verdades, parece que puso las cosas en su lugar. La famosa y ampliamente difundida denuncia del fiscal Nisman contra el gobierno nacional sobre el presunto encubrimiento de los culpables del mayor atentado terrorista en tierra argentina, resultó ser un bluff, un papelón, un mamarracho o, peor aún, una falacia, hecha a medida para la oposición político-mediática de los grupos de poder enemigos del gobierno nacional.
Como venimos sosteniendo desde aquí en varias notas, queda claro la falta de sustento no sólo de la denuncia misma sino también de la única hipótesis sostenida por la fiscalía de Nisman en relación a los autores del atentado contra la AMIA. (ver las notas aquí, aquí, aquí, aquí y aquí).
El reciente fallo del juez Rafecas pone en su lugar al mamotreto inconsistente y contradictorio en sí mismo de Nisman, lo que ya podemos catalogar como una verdadera falacia, tomando la definición de la Real Academa Española:

Falacia.
(Del lat. fallacĭa).
1. f. Engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien.
2. f. Hábito de emplear falsedades en daño ajeno.

Más aún, podemos afirmar que se trata de una falacia del tipo falacia del francotirador (una falacia lógica donde la información que no tiene relación alguna es interpretada, manipulada o maquillada hasta que ésta parezca tener un sentido) y que los medios hegemónicos y los políticos opositores se encargaron durante un mes de convertirla en un argumento ad nauseam (una falacia en la que se argumenta a favor de un enunciado mediante su prolongada reiteración, por una o varias personas).


Como veremos más abajo, el fiscal Nisman no sólo mintió en su rimbombante denuncia (y en su raid por los medios de difusión masiva) sino que lo hizo conscientemente, con un propósito desestabilizante y en una fecha determinada y no por casualidad (de ahí su regreso imprevisto), de acuerdo a los sucesos nacionales e internacionales del momento.
Por supuesto, su accionar no era a título personal sino que contaba con el apoyo tanto de algunos personajes de los servicios de inteligencia nacionales e internacionales, de los medios hegemónicos y de algunos políticos opositores. Y, como dijimos desde un princípio, "al parecer, todo este trayecto de su carrera lo llevó a él mismo a un callejón sin salida, recorriendo la vidriera de los medios del Grupo Clarín hasta terminar solo, con su rutilante denuncia (¿libreto, relato, burda fábula?) desestimada por la justicia, desmentida por los hechos , por el Departamento de Estado norteamericano, por la Interpol, enfrentado al abandono de los familiares de las víctimas del atentado y la reticencia de las entidades judías. Su dramático final lo encontró encerrado en el baño de la costosa fortaleza ultrasegura de Puerto Madero donde vivía, pegándose un tiro (¿voluntario?) a horas de su promocionado rutilante show parlamentario-mediático que posiblemente marcaría el fin de su carrera, su buen pasar económico y su prestigio. Y, muy posiblemente, lo llevaría al banquillo de los acusados como partícipe del encubrimiento en el próximo juicio oral, pactado para" mediados de este año.
Para fundamentar estas afirmaciones, repasemos brevemente (a través de los medios) lo que denuestra el fallo del juez Rafecas sobre la presentación de los fiscales Nisman y Pollicita en relación con el presunto encubrimiento del gobierno nacional de la culpabilidad de los supuestos agentes iraníes que cometieron el atentado.



“Las hipótesis de delito no se sostienen”.
Tras analizar la documentación y las escuchas telefónicas de la denuncia, Rafecas determinó que no se preparó ni se concretó un plan para encubrir a Irán por el atentado a la AMIA. “No hay un solo elemento de prueba que apunte a la actual jefa de Estado”, señaló.
El magistrado desmenuzó la documentación y las escuchas telefónicas de la denuncia, impulsada luego por el fiscal Gerardo Pollicita, señalando que nunca la Argentina redujo la presión sobre Irán para que declararan los sospechosos y que todas las gestiones fueron para que se mantuvieran las órdenes de captura.
(...) una clave de la acusación es el memorándum y la Comisión de la Verdad creada por éste. Sin embargo, el juez señala que el acuerdo nunca entró en vigencia, la comisión nunca existió ni tomó medidas, por lo cual no “proyectó efecto jurídico alguno”. El juez se pregunta: “¿Cómo puede un instrumento jurídico que nunca cobró vida constituir un favorecimiento real, una ayuda material concreta prestada –en este caso– a prófugos de la Justicia argentina?” Lo que el magistrado quiso explicar es que para ayudar a los sospechosos iraníes no sólo hacía falta que el memorándum entrara en vigencia, sino que además se conformara la Comisión de la Verdad: nada de eso ocurrió.
“La barrera que separa las meras ideas y/o actos preparatorios del delito en sí mismo –sostuvo Rafecas– es un principio que distingue a un sistema democrático de uno autoritario: en dictaduras, estas barreras son arrasadas, y el poder punitivo cae con todo su peso no sólo sobre delitos, sino también sobre posibles vías de preparación e incluso ante la mera ideación o propuesta de un camino delictivo.
 Además, el juez afirma que el memorándum pasó por las manos de numerosos funcionarios de la Justicia Federal, que estudiaron y participaron de los amparos por inconstitucionalidad: el juez Canicoba Corral, el fiscal de Cámara, la propia Cámara Federal “ninguno le asignó una mínima connotación penal, sin perjuicio de que muchos de ellos tuvieron fuertes críticas y reparos a la estrategia diseñada en el marco del citado acuerdo”.
La segunda base de la acusación de Nisman fue que la Presidenta y el canciller pretendieron levantar las capturas con alertas rojos emitidos contra los sospechosos iraníes. Rafecas enumeró una catarata de pruebas que indican lo contrario, empezando por la documentación enviada a Interpol exigiendo que los alertas no fueran levantados y siguiendo por las desmentidas del ex secretario general de Interpol Ronald Noble, entre ellas la publicada en forma exclusiva por Página/12.
El texto de Rafecas destaca que en la denuncia original de Nisman éste menciona en 15 oportunidades que los alertas rojos no se levantaron porque Interpol se mantuvo firme, pese a las supuestas gestiones del canciller por conseguir la anulación. “Estas afirmaciones de Nisman no se respaldaron con ninguna prueba. Ni una sola”, señaló el juez. En cambio, demuestra con documentación que ocurrió todo lo contrario de lo señalado por Nisman-Pollicita: que la Argentina, a través de Timerman, insistió siempre en que los alertas rojos no podían ni debían levantarse.

Rafecas dice:
- Cuando se notificó a Interpol de la firma del memorándum, el 15 de febrero de 2013, la Cancillería adjuntó una carta de Timerman en la que dos veces sostiene que los alertas rojos no se podían levantar y que esa facultad sólo la tenía el juez argentino.
- El juez cita al ex secretario general de Interpol Ronald Noble señalando que Timerman le pidió por escrito que la organización internacional de policía ratificara que no se levantaban los alertas rojos.
- Que Interpol contestó por escrito, en marzo de 2013, un mes y medio después de firmado el memorándum, que los alertas no se levantarían sin orden del juez.
- Que el reglamento de Interpol es claro: los alertas sólo pueden ser levantados por pedido de Interpol Argentina fundamentado en resolución de un magistrado.
- Rafecas transcribió en castellano y en inglés la declaración de Ronald Noble ratificando que Timerman fue dos veces a la central de Interpol a reafirmar que el gobierno argentino estaba comprometido “en un ciento por ciento” con los alertas rojos.
- En el fallo de ayer transcribió también la entrevista exclusiva de Página/12 a Noble, publicada el 18 de enero, en que el funcionario norteamericano, ex jefe de los Servicios de Inteligencia de Estados Unidos, sostiene que “lo afirmado por Nisman es falso”.
- Idéntico contenido tiene otra entrevista a Noble publicada por The Wall Street Journal.
- Rafecas señala que para Interpol el memorándum fue un paso adelante y que Noble se había ofrecido como mediador. Por eso, era obligatorio informar a Interpol del acuerdo, pero que eso no permitía ninguna alteración de los alertas rojos.
En cualquier caso, Rafecas redondeó señalando que no existe ningún sustento para afirmar que la Argentina intentó aliviar la situación de los iraníes y que, por el contrario, insistió una y otra vez en que se mantuvieran las capturas.
(Con relación al artículo periodístico de Eliaschev) Rafecas indica que en el interrogatorio que le hizo Nisman a Eliaschev, el periodista no pudo dar información concreta que permitiera al menos corroborar la veracidad o la existencia del documento, su origen, si era copia o quién y con qué exactitud lo había traducido del farsi.
Con la refutación de los dos elementos centrales de la denuncia, el juez dio por probada la inexistencia de delito. “Ha quedado claro que ninguna de las dos hipótesis de delito sostenidas por el fiscal Pollicita se sostiene mínimamente”, señaló. Aun así, Rafecas decidió avanzar sobre otros aspectos contenidos en la denuncia y que no tienen que ver con hechos que pesen en la evaluación delictiva. Por ejemplo, analiza las famosas escuchas telefónicas utilizadas por Nisman en su denuncia. Aunque toma las escuchas referidas a cada uno de los imputados por Nisman, lo sustancial tiene que ver con los tres protagonistas centrales de la denuncia: la Presidenta, el canciller y el diputado Larroque.
La otra escucha en la que se menciona a CFK tiene que ver con Luis D’Elía. Este afirma que habló con Julio De Vido sobre el intercambio de cereales y carne por petróleo. “Esto viene del más alto nivel, la reunión la pidió la jefa”, le dice D’Elía a Jorge Khalil, representante de la comunidad chiíta. Como ya se sabe, aquel intercambio nunca se materializó y es público que Argentina ni siquiera tenía chances de comprarle crudo a Irán, dado que no se puede refinar ese crudo en el país.
“No hay un solo elemento de prueba, siquiera indiciario, que apunte a la actual jefa de Estado respecto –aunque sea– a una instigación o preparación (no punible) del gravísimo delito de encubrimiento por el cual fuera no sólo denunciada sino también su declaración indagatoria requerida, delito que, además, y como ya expuse previamente, no existió, en ninguna de las dos hipótesis planteadas por el Dr. Pollicita en su requerimiento de instrucción”, concluyó el juez. Respecto del canciller Timerman, la cuestión es aún más categórica: “A lo largo de las miles de líneas de conversaciones escrutadas durante años, no surge una sola mención, una sola referencia, una sola gestión, una sola participación, ni del canciller argentino ni de absolutamente nadie de la cartera que conduce”.
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Escuchas poco serias.
El análisis del juez Daniel Rafecas respecto de las escuchas telefónicas recolectadas por la ex SIDE y usadas por el fiscal Alberto Nisman muestra la falta de seriedad de buena parte de los personajes a los que Nisman mencionó como “diplomacia paralela”.
En el grupo, Nisman incluye, por ejemplo, al falso espía Allan Bogado. La Secretaría de Inteligencia (SI) lo había ya denunciado el año pasado por usurpación de identidad, pero lo asombroso es que Nisman, además de dar por cierto que era un agente, usó en su denuncia frases donde Bogado afirmaba cosas falsas, que resultaba fácil chequear.
Rafecas cuenta respecto de Bogado que se presentaba ante Jorge Khalil, el supuesto representante de Teherán, como un hombre del Ejecutivo con poder de negociación.
O sea que el tal Bogado le decía a Khalil que estuvo en las negociaciones en Ginebra y luego con la comunidad judía en Nueva York.
Rafecas no entiende cómo se pudo tomar seriamente semejante escucha: “Una simple consulta por pantalla al Registro Nacional de Migraciones, con el registro del número de DNI de Bogado, indica que este personaje no registra una sola salida del país en los últimos diez años (siendo la última el 13/11/2002 en el paso de Yacyretá, Misiones, de donde Bogado es oriundo). Este recurso seguramente estaba disponible para la UFI-AMIA también”. En otras palabras, Nisman podría haber dejado en claro la falsedad de Bogado, pero no quiso hacerlo.
La convalidación de algunas de las escuchas es directamente desopilante. Por ejemplo, Khalil sostiene que el ex juez Yrimia –otro integrante de la supuesta diplomacia paralela– “es de Inteligencia del Vaticano” y arreglaría acercamientos con el papa Francisco.
Rafecas detalla que Allan Bogado se vende a sí mismo como un hombre del riñón de la SI y le cuenta a Khalil detalles de la salud de la Presidenta, pero resulta que esos mismos detalles habían sido publicados la noche anterior en varios medios. O cuenta como información confidencial y propia la concreción de un cambio en la SI que, como lo demuestra el juez, había salido unos días antes en la revista Noticias. Para colmo, la información era equivocada.
El magistrado señala que las escuchas son diálogos entre privados, sin representación institucional ni constitucional, que no involucran a nadie y menos todavía en una denuncia en la que no existe delito alguno.
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Los escritos que Alberto nisman había preparado para presentar en la ONU.
En esos documentos, elaborados en diciembre de 2014, el fiscal afirmaba lo contrario a lo denunciado un mes después. Realizaba consideraciones positivas de la política del Gobierno y decía que el Memorándum era entendible debido a la negativa iraní a colaborar.
El fallo de Daniel Rafecas revela, sobre el final, el contenido de dos escritos firmados por Alberto Nisman en diciembre de 2014, en los que el fiscal afirmó
exactamente lo opuesto a lo que denunció menos de un mes más tarde. Los dos escritos estaban guardados en la caja fuerte de la Unidad Fiscal AMIA y fueron aportados por la secretaria de la fiscalía, Soledad Castro. El objetivo –contó Castro– era que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas interviniera para concretar las órdenes de captura de los iraníes sospechados, algo que no registra antecedentes. Los documentos fueron elaborados en forma contemporánea. Nisman decidió posponer la presentación de estos escritos, aunque los firmó entre diciembre y enero, con fecha de enero.
Detalla Rafecas: “En esos escritos, el doctor Nisman no sólo que no hace ningún tipo de alusión a la inminente presentación de la denuncia en contra de las máximas autoridades del Poder Ejecutivo Nacional, sino que, a lo largo de sus páginas, presenta una postura diametralmente opuesta, en el sentido de que realiza consideraciones sumamente positivas de la política de Estado del gobierno nacional, desde 2004 hasta la actualidad, destaca todos los discursos de los dos sucesivos presidentes, todos los años, ante la ONU, y considera que tanto el ofrecimiento de juzgamiento en un tercer país (2010) como la firma del Memorándum (2013), ambas iniciativas del Poder Ejecutivo, como una consecuencia entendible de la erosión y desgaste que lograron hacer los iraníes debido a su irreductibilidad y negativa a colaborar en el avance de la causa AMIA, que llevaron al gobierno argentino, nos dice ahora el doctor Nisman, a ir paulatinamente reduciendo sus pretensiones, con tal de lograr el objetivo de siempre: sentar a los acusados ante el juez, y de este modo permitir avanzar la causa hacia el juicio oral”.
El juez cita tramos enteros de los documentos, en los que no cuestiona en nada a la Presidenta, sino todo lo contrario: “El objetivo central de la Justicia, de los familiares de las víctimas y del gobierno de la Nación Argentina fue lograr la detención de los imputados a fin de proceder a su posterior enjuiciamiento, naturalmente, con todas las garantías que brinda la Constitución Nacional”.
Es decir que mientras en la denuncia de enero, Nisman decía que la Presidenta y el canciller jugaban a favor de los iraníes sospechosos, los encubrieron, en el texto firmado por él en diciembre se decía todo lo contrario. El escrito dice “este instrumento bilateral sólo puede aspirar, en el mejor de los escenarios y bajo la interpretación más amigable de su letra, a que las autoridades judiciales argentinas puedan participar, en territorio iraní, de un interrogatorio”. Y Nisman afirma que “es entendible” que se busque ese camino.
La contradicción entre lo firmado en diciembre y lo que presentó después de su intempestiva vuelta de las vacaciones en Europa, haría pensar que los textos fueron escritos por personas distintas o que una razón política lo llevó a un cambio tan brutal. En los medios, el fiscal dijo que hacía tres años que trabajaba en la denuncia, pese a lo cual escribió lo contrario –un texto elogioso de la política del Gobierno– un mes antes.
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El juez Rafecas desestimó la denuncia de Nisman por encubrimiento a Irán.
“Respecto de la Dra. Fernández de Kirchner, la situación es igualmente
alarmante, en cuanto a la ausencia de elementos de prueba que respalden la grave imputación que aquí se ha formulado”, dice el dictamen, que no ahorra calificativos. Y agrega que “el salto imaginativo debe ser aún mayor, pues sus tomas de postura sobre este particular han sido a la vez, coherentes con toda su actuación política, desde 1994 en adelante. Es decir, que si la grave acusación del Dr. Nisman fuera cierta, habría que admitir que una figura política, que actualmente reviste la presidencia, que a lo largo de 20 años de trayectoria ha sido consecuente en la búsqueda en proveer verdad y justicia a las víctimas del atentado, conciba dar un giro en sus convicciones de 180 grados, e instruya a sus subordinados, a traicionar a esos valores, a su país, y especialmente a las víctimas que siguen esperando por verdad y justicia.”
Por si faltaran argumentos, el juez concluye: “En suma, podemos afirmar que, a partir de todas las evidencias reunidas en este expediente a la fecha (…) llego a la conclusión de que no hay un solo elemento de prueba, siquiera indiciario, que apunte a la actual Jefa de Estado.”
Respecto a la imputación hecha contra el diputado Larroque, Rafecas dice: “No hay más elementos que sindiquen a Larroque. Lo único que hay disponible son comentarios que demuestran su conocimiento con D’Elia y con Khalil, pero debidos a su actividad política y la posición que ocupa dentro del oficialismo. Nada más. Repárese en que Larroque no aparece como interlocutor siquiera una sola vez a lo largo de los años de escuchas que fueron recogidos por la Fiscalía. Cabe preguntarse entonces cómo es que ha sido traído a esta grave imputación. Si la razón es que se buscaba alcanzar un lazo material con la máxima autoridad ejecutiva de la Nación, se trató de un intento estéril, porque la ausencia de todo indicio o prueba que siquiera lo vincule a Larroque con el supuesto “plan” es estridente.”
“Se debe añadir la llamativa inversión de la relevancia de los roles que supone el diseño de todo plan criminal. Los supuestos cómplices secundarios –en la hipótesis denunciada- resultan ser la usina de la concepción y preparación de una supuesta maniobra delictiva, para que la ejecutaran las máximas autoridades del gobierno argentino, rompiendo con la lógica que emana de los más elementales principios de la autoría y participación en materia penal.”

La cumbre de Alepo.
El punto refiere a la parte de la denuncia de Nisman en la que se consigna una reunión secreta entre el canciller Timerman y autoridades iraníes en la ciudad de Alepo, donde, en la hipótesis del fallecido fiscal “se dio inicio al plan de encubrimiento”. La prueba de esta reunión y del contenido de la misma surge de una nota periodística de José Eliaschev que cuenta sobre esta cumbre y su contenido a la que que, en su versión,había accedido en un documento del gobierno iraní al que el periodista había accedido en su versión traducida al inglés. En esa nota, el periodista afirma que Timerman le dijo a su par iraní que “la Argentina ya no está más interesada en resolver aquellos dos atentados, pero que en cambio prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”.
Eliaschev, a partir de esta publicación, fue citado como testigo, pero ya bajo juramento su declaración cambia y se modera. Ahora, las palabras de Timerman cambian y son menos impactantes que las de su artículo. En la nueva versión de la “cumbre de Alepo” el canciller argentino dice que “corresponde avanzar en un acuerdo importante con la Argentina porque […] están dadas las condiciones para que los argentinos decidan dar vuelta de página en las relaciones argentino-iraníes”.
“No contamos con ese documento, no sabemos quién lo redactó, ni cuándo, ni dónde. No sabemos de qué manera salió del país de donde presuntamente era originario. Tampoco sabemos quién lo extrajo de su ámbito. Ni adónde lo llevó, ni quién lo tradujo al inglés. No sabemos si se trataba de una copia, o de un original del “informe”. No sabemos su contenido exacto, si recogía frases textuales o si era la interpretación o conclusiones de alguien que participó en la reunión. Y todo ello, además, coronado con las notorias y alarmantes deficiencias y vacíos que ostenta la declaración testimonial citada.”
“En definitiva, por todas estas razones, y descartado por inconsistente, débil y contradictorio el único elemento de cargo presentado por la Fiscalía, el supuesto “punto de partida” del “plan de encubrimiento” a partir de un ofrecimiento del canciller argentino a su par iraní en enero de 2011 para “renunciar a la persecución de los autores del atentado a la AMIA” o para “borrar de un plumazo” todo lo hecho en la causa, no cuenta con una sola prueba que lo avale”.


Leer aquí la resolución completa del juez Rafecas en la que desestimó la denuncia de Nisman.





Queda ya claro que la "denuncia" del fiscal Nisman, más que un documento jurídico es una libelo antigubernamental, con un fin político de desestabilización, parte de un plan mayor que se diluyó apenas fue lanzado debido a las refutaciones y contradicciones surgidas en los días posteriores, y cuyo corolario fue el suicidio del fiscal y su utilización política a cargo de operadores políticos o mediáticos.
Esa utilización de la muerte del "denunciante" republicano queda en evidencia con la refutación, harto concluyente, del juez Rafecas y quedan desnudos los actores de la misma. Nunca como hoy puede evidenciarse tan claramente una operación política contra el gobierno, y nunca ha quedado más en la luz de la ciudadanía cuáles son los factores de poder que se mueven tras una operación de este tenor.




26 de febrero de 2015

¿La marcha de los fiscales fue un homenaje, una demanda de justicia por un asesinato u otro acto político opositor?

¿Lo de Nisman fue suicidio o asesinato? ¿Saberlo es relevante o no para el significado de la marcha? Finalmente, días después y luego de las especulaciones y explicaciones previas a la marcha del 18F, queda claro cuál es el resultado político-social de la marcha. Para descifrarlo, analicemos quiénes eran los convocantes, cuáles las causas que esgrimían para justificar la marcha, qué se dijo durante y después de la misma y qué pasó con los familiares de las víctimas del atentado contra la AMIA, repasando lo escrito en los medios sobre el tema.



1) Causas de la convocatoria.

Guillermo Marijuan ratificó que la manifestación -que irá del Congreso a la Plaza de Mayo- buscará "rendir un homenaje" al fallecido fiscal del caso AMIA; aclaró que "no es una marcha contra nadie" y pidió que "sólo haya banderas argentinas"
"Dada la consternación y el dolor de todos los empleados, funcionarios y magistrados del Ministerio Público y Poder Judicial, y de toda la ciudadanía, queremos rendir un homenaje a nuestro compañero", afirmó Marijuan, quien ofició de vocero de los convocantes.
El portavoz de los fiscales pidió: "Que el silencio signifique la paz que necesitamos y que necesitan los investigadores para encontrar la verdad y el silencio que nos embarga a todos nosotros".
Carlos Stornelli: "El caso Nisman es el primero de estas características y podría no ser el último".
El gremialista (de judiciales, Pablo Julio Piumato) habló de "un antes y un después" por la muerte de Nisman. "Es de una gravedad institucional sin ningún precedente en la Argentina", soltó.
"Se cruzó un límite", sostuvo Pleé. "Todos los fiscales del país están tomando la posta de Alberto Nisman. Será una homenaje de silencio", agregó.
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2) Quiénes eran los convocantes.

Organizadores denunciados. Raúl Plee y Germán Moldes fueron denunciados en reiteradas oportunidades por familiares de víctimas del atentado a la AMIA por "congelar" la investigación de los encubrimientos. "Todo el mundo tiene derecho a homenjear a quien quiera pero estos fiscales han sido reiteradamente denunciados por nosotros en la causa de la AMIA y por el encubrimeinto del atentado de la AMIA", dijo Diana Malamud, de Memoria Activa, y agregó: "Germán Moldes era el superior de Nisman en la causa y ninguno se presentaba a las audiencias. Era bochornoso, siempre fallaban a favor de sus acusados y lo denunciamos reiteradas veces".
También apuntó contra esos dos fiscales el periodista y presidente del CELS, Horacio Verbitsky, que también los denunció. "Tanto Plee como Moldes obstruyeron la investigación de los encubrimientos en la causa AMIA", aseguró Verbitsky en Página 12, y precisó: "En una nota dirigida en mayo de 2013 a Gils Carbó, Memoria Activa señaló 'como desaprensiva' la actuación de Plee, quien 'no hizo nada durante tantos años para acelerar el trámite del expediente'. También reclamó ante la CIDH, porque los secretarios de la fiscalía no estaban presentes en las audiencias por el encubrimiento. Nisman les dijo que no contaban con la autorización de Moldes, a quien Hugo Anzorreguy designó en julio de 1994 fiscal ad hoc para el caso AMIA. Ya entonces, Moldes instaló la pista iraní sugerida por la CIA y el Mosad y adoptada con entusiasmo por la SIDE. Moldes fue quien mostró ante las cámaras de televisión un fragmento de la supuesta Trafic bomba, cuya existencia está más que en duda". En mayo de 2013, consignó el periodista, Memoria Activa denunció a Gils Carbó que Nisman, Moldes y Plee "no cumplían con el deber constitucional de promover la acción penal y defender los intereses de la sociedad".
Partidos que convocan. A pesar de que la ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, pidió que "no se siga politizando" la muerte del padre de sus hijas, los partidos políticos que se habían sumado a la marcha de fiscales opositores no retiraron su convocatoria y, por el contrario, redoblaron la apuesta. El presidente de la UCR, Ernesto Sanz, anunció que marchará "con militantes" del partido y trascendió que el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, convocó a sus intendentes bonaerenses para que le garanticen presencia en la movilización. También el PRO potenció su convocatoria, en especial a través de las redes sociales, y garantizará la presencia de sus principales figuras. Todos pidieron no asistir con "banderías políticas".
También participa Macri, acusado por Nisman. El jefe de gobierno porteño nombró como el primer jefe de la Policía Metropolitana al comisario retirado Jorge “Fino” Palacios, acusado por el fiscal en el expediente AMIA, que estaba muy cerca de ser procesado por varios delitos en el marco de esa causa: incumplimiento de los deberes de funcionario público, destrucción de prueba y omisión de actuar en la persecución y represión de delincuentes. Palacios, luego de renunicar, fue finalmente procesado en el marco de esa causa.
No fue el único procesamiento que sufrió el ex comisario. También ocurrió lo mismo en la causa por las escuchas telefónicas  a Sergio Burstein, uno de los principales referentes de los familiares de las víctimas del atentado contra la mutual judía, en la que también fue procesado Macri.
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Los datos llamativos surgen del propio accionar de los fiscales en distintas causas: Stornelli, a cargo del expediente Hotesur, también fue investigado por sus vínculos con la barra brava de Boca Juniors, club del que era jefe de seguridad. 
Sáenz es apuntado por haber dictaminado a favor de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, además de por una escandalosa liberación de un acusado por narcotráfico. Está involucrado judicialmente en escuchas por tráfico de influencias con la Policía Bonaerense. Tuvo un rol central en una organización de lobbystas en el Poder Judicial relacionada con el Grupo Clarín, que pagó viajes a Miami para jueces que debían fallar sobre la constitucionalidad de la -finalmente constitucional- Ley de Medios.
Marijuan dejó en el letargo una de las causas más importantes por presunto lavado de dinero centrado en el testimonio del ex vicepresidente de JP Morgan, Hernán Arbizu y apuntó contra Gils Carbó hasta pedir su indagatoria.
Pleé fue denunciado en 2013 por el CELS y Memoria Activa por haber demorado la acusación contra los acusados de encubrimiento de la voladura de la AMIA, que deberían ir a juicio oral y público este año. Esta organización señaló no solo a Pleé, sino al fiscal de Cámara y otro impulsor del 18F, Germán Moldes.
El punto central del señalamiento contra los fiscales estaba relacionado a su conocimiento con el ex juez federal Juan José Galeano, primer instructor de la causa AMIA y quien fuera responsable del pago de los US$ 400.000 a Carlos Telleldín para inculpar en la pista a un grupo de policías bonaerenses como nexo local de la voladura.
En tanto, Pleé había sido desplazado a comienzos de la gestión de Gils Carbó al frente de la Unidad Fiscal antilavado, por tener magros resultados. En su lugar creó la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), a cargo de Carlos Gonella.
Entre sus antecedentes, figura que, en 2013, seis organismos de Derechos Humanos, entre ellos las Abuelas de Plaza de Mayo, lo denunciaron por "mal desempeño" y lo acusaron de poner en riesgo los juicios por crímenes de lesa humanidad. Fue cuando Marijuan embistió contra los nombramientos para cubrir fiscalías que deberían abocarse al juzgamiento de represores.
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Diana Malamud, integrante de la agrupación Memoria Activa habló con INFOnews y se manifestó “anonadada” por la convocatoria realizada por un grupo de fiscales a un mes de la muerte de Alberto Nisman. “No queda claro quien es la víctima”, señaló.
“No queda claro el motivo de la convocatoria porque si los que deben hacer justicia piden justicia; llama la atención”,
“A Plee y Moldes los denunciamos en 2013 y 2014, que hayan convocado a la marcha me dejó anonadada”, se sorprendió Malamud.
(...) el dirigente de la Asociación 18J Sobrevivientes, Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA Sergio Burstein criticó la convocatoria.
“Cuando veo quienes convocan, como el fiscal Moldes, que no sé cuánto tiempo cajoneó, demoró y que estuvo de acuerdo en el primer dictamen que hizo el juez Lijo respecto de Corach y los otros que estaban siendo investigados por encubrimiento al atentado a la AMIA y los dejó afuera de la causa por encubrimiento… Recuerdo las conversaciones con Alberto Nisman sobre Pleé. Nisman estaba sumamente preocupado por la demora del fiscal Pleé en el tema del encubrimiento del atentado a la AMIA que lo cajoneaba, no respondía y no avanzábamos. ¿Cómo no preocuparse?”, indicó Burstein.
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3) Qué se dijo en la marcha. Porqué no fueron los familiares de AMIA.

Las voces del silencio.
Un rasgo llamativo de la marcha es que participaron los propietarios del edificio de la calle Pasteur 633 destruido por el atentado de 1994. Esos dirigentes de la DAIA y la AMIA firmaron un documento en el que piden la intervención de la Corte Suprema de Justicia, cuya actuación en la causa de la embajada de Israel no ha sido más brillante que la de la justicia federal en la del segundo atentado. Pero no asistieron los familiares de las víctimas del ataque terrorista, nucleados en tres organizaciones: Memoria Activa, APEMIA y 18J. Memoria Activa denunció el encubrimiento ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
 El jueves, Memoria Activa difundió una declaración titulada “¿Qué silencia el 18F?” en la que afirma que el silencio y el encubrimiento no son novedosos en la causa AMIA. “Fue el silencio y la inacción de muchos a los que debemos el estado actual de la causa. Entre otros nos referimos a los convocantes de esta marcha: los fiscales Germán Moldes y Raúl Plee que con su accionar demoraron la causa encubrimiento defendiendo a los procesados en lugar de hacer su trabajo como fiscales y avanzar en las acusaciones. Memoria Activa denunció formalmente este accionar dilatorio y contrario a las funciones de un fiscal, desde el año 2013.”
Agrega que también convocaron a marchar en silencio la dirigencia de la AMIA y la DAIA. “Otra vez no nos sorprende. ¿Por qué no acompañarían en silencio. Si su vergonzoso comportamiento a lo largo de más de veinte años fue sostener a encubridores, y en silencio los desvíos de la investigación, consintiendo la impunidad?”
“¿Será que los convocantes la llaman marcha de silencio porque durante más de veinte años callaron (políticos, jueces, fiscales, dirigentes), mientras la investigación era presa de intereses espurios al servicio de inescrupulosos? Tenemos claro que la causa AMIA es una pieza en el juego de la política.”
“Frente a nuestras denuncias encontramos sólo silencio.”
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4) Cómo se caracterizó después por la oposición.

Es la política, estúpido.
La marcha encabezada por un grupo de fiscales mostró a una nueva derecha con capacidad electoral y de movilización callejera. Podría soldarse así la profunda fisura del sistema político fundado por una oligarquía incapaz de llegar al poder por medios democráticos y que ha debido colonizar para ello a los partidos populares. Esta nueva derecha constituiría un saludable estabilizador, al margen de los propósitos de los organizadores, como suele ocurrir en los grandes acontecimientos colectivos.
El hijo del historiador José Luis Romero escribió que los políticos asistieron a la marcha “vestidos de ciudadanos y mezclados con el resto”. Al hacerse cargo con su disimulo del discurso de la antipolítica ponen límites a la movida impulsada por Comodoro Py con generoso apoyo empresarial, del sindicalismo opositor y del Grupo Clarín, que el viernes consiguió un nuevo fallo para seguir sin adecuarse a la ley audiovisual. Así, el rol político que asume la justicia coincide con la despolitización de los políticos. Esto funciona para la exaltación emocional ante una muerte que se intenta presentar como un asesinato y endilgarselo al gobierno. El problema es que ni en las PASO ni en las elecciones generales los conmovidos manifestantes encontrarán boletas de TN ni de la exposa del fiscal Nisman, sino de esos políticos que no osan decir su nombre y que se disimulan entre el gentío. Sus alternativas pasan por perder, una vez más dispersos, o ganar con la unión que les reclama desde hace años el Grupo Clarín, y reproducir la catástrofe de la Alianza, que a duras penas alcanzó los dos años de gobierno.
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Presidenciables opositores presentes en el 18F.
Los precandidatos a presidente por la oposición Mauricio Macri (PRO), Sergio Massa (Frente Renovador); Ernesto Sanz, Julio Cobos, Hermes Binner y Fernando Solanas (Frente Amplio UNEN), encabezaron la lista de políticos que participaron de la multitudinaria marcha del silencio por el esclarecimiento de la muerte del fiscal Alberto Nisman.
Por el macrismo, estuvieron los senadores Gabriela Michetti y Alfredo De Angelis, los diputados Laura Alonso, Sergio Bergman, Cornelia Schmidt-Lierman, los legisladores Juan Pablo Arenaza, Héctor Huici y la vicejefa de Gobierno, María Eugenia Vidal y el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, además de la ministra de Desarrollo Social porteña, Carolina Stanley.
También asistió la diputada de Unión por Todos (aliada del macrismo), Patricia Bullrich y dirigentes del partido de Graciela Ocaña. Por el radicalismo se sumaron legisladores nacionales y autoridades partidarias como los diputados Ricardo Gil Lavedra, Mario Negri y Manuel Garrido y los senadores José Cano, Luis Naidenoff, Mario Cimadevilla, Mario Negri, Gustavo Valdéz y el presidente de la UCR bonaerense, Miguel Bazze.
También marcharon el diputado Ricardo Alfonsín y los dirigentes Federico Storani, Patricia De Ferrari, Elba Roulet, Lilita Puig y Patricia De Ferrari.
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La convocatoria a la marcha se fundamentó, tácitamente, en que la muerte del fiscal no fue voluntaria, de ahí el pedido de "justicia" y la marca nítidamente opositora de la misma.
Pero, ¿fue suicidio (inducido o voluntario) o asesinato?
Si fue homicidio, la marcha cobra un sentido de solicitud de justicia para encontrar al asesino y a quienes lo decidieron.
Si fue suicidio inducido, lo mismo, ya que habría que encontrar quien o quienes lo inducieron a suicidarse (aunque no existen antecedentes de este tipo de delitos en Argentina).
Y en caso de ser suicidio, hipótesis que trabaja la fiscalía aunque trata de descartar (lógicamente) todo tipo de posibilidades que la desestimen, la solicitud de justicia en la marcha carece de sentido, ya que el "culpable" del suicidio es el mismo Nisman, y la marcha del 18F habría sido un sinsentido.
Veamos qué se sabe al respecto hasta ahora:



La dificultad de probar el asesinato.
La carátula sobre lo que pasó el 18 de enero sigue siendo muerte dudosa, pero cada vez queda más claro la dificultad de probar que el fiscal no se suicidó y se enredan más las hipótesis sobre comandos, infiltrados iraníes y drogas que no dejan rastros.

A más de un mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman, la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini mantienen la calificación de muerte por causa dudosa. La impresión es que no van a modificarla hasta que no terminen una larga batería de medidas de prueba, a las que se sumarán las que van a pedir esta semana los peritos designados por la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado. El expediente ya incluye elementos decisivos que apuntan a la hipótesis del suicidio –la cercanía del disparo, la inexistencia de lesiones de defensa, la ausencia de rastros de pelea, que Nisman haya pedido prestada el arma– pero todavía quedan piezas sueltas en el rompecabezas. Y está claro que de todos modos Fein y Palmaghini tendrán que investigar si el fiscal tomó la decisión por sí mismo o si fue presionado, instigado, a quitarse la vida. Los que sostienen que a Nisman lo mataron, necesitan hacer un gran esfuerzo para explicar cómo se hizo: cómo alguien se pudo acercar tanto, dentro de un baño, para ejecutarlo de un solo tiro, con una pistola que él mismo pidió prestada. Es una hipótesis que debe ser trabajada y que, al menos hasta el momento, presenta obstáculos difíciles de sortear.
Quienes hablan de asesinato y los que hablan de suicidio tienen, desde el punto de vista criminalístico, un compromiso: deben decir cómo ocurrió. Es necesario que la explicación coincida con los elementos que hay en el expediente. La autopsia dice, por ejemplo, que le dispararon a menos de un centímetro. Ese dato surge de un trabajo hecho por forenses que no dependen del Poder Ejecutivo sino de la Corte Suprema de Justicia. Esos mismos médicos afirman que no hay lesiones defensivas en el cuerpo y que el disparo fue un par de centímetros por encima de la oreja. También surgió del Cuerpo Médico Forense la toxicología, que indica que Nisman estaba consciente cuando se produjo el disparo, que en su sangre sólo aparecieron pequeñas dosis de sedante y un trago de una bebida alcohólica que podría ser vodka.
Para quienes creen en el homicidio, Lagomarsino es una hipótesis casi natural. 
Las objeciones a esta hipótesis son varias. 
Existe un elemento adicional que no termina de encajar con la hipótesis de Lagomarsino. Si fuera cierto que Nisman le pidió la pistola prestada al informático –la versión de Lagomarsino–, no es menos cierto que también se la pidió a otra persona, su custodio Rubén Benítez. Para quienes abonan la teoría del suicidio, esto indica que era Nisman el que estaba a la búsqueda de un arma y que era su voluntad conseguir una pistola porque ya tenía tomada la decisión
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Preguntas finales.
Para dejar claro el significado de la marcha de los fiscales del 18F, respondamos algunas preguntas:

* ¿La Marcha de los Fiscales fue para homenajear a Nisman, reclamar justicia o presionar a la fiscal Fein para que defina que fue asesinado?

* ¿Si se dictamina que fue suicidio, no se habría hecho justicia? ¿Basado en qué premisas, pruebas o indicios?

* ¿La marcha fue en homenaje a Nisman porque en 10 años no hizo nada por la AMIA o por su endeble acusación a CFK?

* ¿La "marcha de los fiscales" fue para pedir justicia o en defensa propia para que la justicia no los alcance a ellos?


Y, finalmente, para confirmar que se trató de otra marcha política opositora, convocada por opositores al gobierno, caracterizada como opositora y concurrida por opositores al gobierno, veamos lo que señala una encuesta realizada entre los asistentes a la misma.
Entre otras cosas, la muestra dictamina lo siguiente:


La mayoría de los asistentes a la marcha del 18F votará por Mauricio Macri en las presidenciales de octubre, que dos tercios de los concurrentes a la pasada manifestación vive en la Ciudad de Buenos Aires.
El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, fue uno de los mayores propaladores de la manifestación que fue presentada como un homenaje al fallecido fiscal Alberto Nisman. También pareciera ser el dirigente político que más afinidad tiene con las personas que marcharon ocho días atrás. De hecho, el 59,13% de los encuestados por CEICS respondió que en ocho meses votará por el líder del PRO en las presidenciales. En las preferencias, muy por detrás, lo siguen Sergio Massa, un 12,17%; y Binner, poco más del 6 por ciento." "Un 73% de los encuestados dijo ser propietarios de la vivienda donde residen. En tanto, uno de cada cuatro  es inquilino.
Tal vez por ser una marcha convocada por fiscales, jueces y por dirigentes políticos, los abogados fueron la profesión más multitudinaria (12,5%) entre las miles (o cientos de miles) de personas que soportaron la lluvia. 
Respecto a las causas que provocaron el deceso de Nisman, el 29,41% de los entrevistados piensa que fue la investigación del atentado a la AMIA. Una cuarta parte se inclinó por pensar que su muerte sucedió porque fue asesinado o inducido a suicidarse y el 18% cree que el fiscal fue asesinado por el kirchnerismo.
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13 de febrero de 2015

Caso Nisman/AMIA: Cuando se caen las caretas, aparecen los intereses políticos y económicos de siempre.

Si dejamos de lado la hipocresía y las medias palabras, sólo nos queda señalar un par de verdades tácitas, que casi todos los medios, voceros políticos y judiciales evitan decir claramente en relación al caso Nisman, que más que un caso relacionado con la trágica muerte del fiscal, se trata de un breve capítulo del caso AMIA y su encubrimiento de más de 20 años.
Repasemos esas verdades y sus fundamentos y despejemos algunas dudas que sobrevuelan estas dos décadas nublando la visión de lo que realmente fue el llamado caso AMIA y, además, quizás nos ayude a despejar algunas dudas del capítulo actual, relacionado con la muerte del fiscal.





1) El fiscal Nisman no es un héroe republicano anti corrupción, sino que fue partícipe necesario del encubrimiento de los responsables de los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, siguiendo a rajatabla las directivas de un sector de los servicios de la SIDE (con Stiuso a la cabeza) y de los servicios de inteligencia de los EE.UU e Israel; e hizo poco y nada para averiguar la verdad que hubo detrás del atentado.

(Esto lo hemos desarrollado ampliamente aquí)


2) Que no hay ninguna prueba que amerite señalar a Irán como el responsable del atentado contra la AMIA, y que la única hipótesis que queda en pié apunta a Siria y al entorno de Menem.

(Estos dos puntos los hemos desarrolado clara y ampliamente en nuestras notas  aquí y aquí.)


3) La oposición corporativa de los medios hegemónicos y una parte importante de la oposición política señala (sin decirlo claramente) que al fiscal Nisman lo asesinó el gobierno, debido a la denuncia suya contra la presidenta y el canciller.


4) La denuncia de Nisman es un pastiche carente de pruebas, de un claro delito y que ningún jurisconsulto de renombre se atreve a respaldar, más cercano a un artículo periodístico o libelo antikirchnerista que una denuncia formal, como lo señalan voceros y periodistas oficialistas y hasta lo aceptan los más serios voceros o periodistas opositores.

(Esto lo que hemos señalado ampliamente aquí)


5) Que el llamado "caso Nisman" es un regalo de reyes para la oposición más recalcitrante al gobierno, al famoso "circulo rojo" que puso en el candelero Mauricio Macri, cuyos arietes más desaforados son tres diputadas (Carrió, Bullrich y Alonso), que a su vez tienen claros lazos con los principales protagonistas del mismo (Nisman o Stiuso). Además de coincidir, casualmente, con la estrategia del lobby de los fondos buitres, la American Task Force Argentina (ATFA), que siempre trató de unir al gobierno con el estado "terrorista" iraní, aún cuando había pruebas palpables de lo contrario.

Lo que se aprecia en estos afiches del lobby de los fondos buitre:







Sitio del lobby antiargentino de los fondos buitres.


El lógico resultado de estas premisas es la unión circunstancial o prevista de cuatro o cinco grupos enemigos del gobierno (enemigos, no rivales) detrás de la deseada desestabilización o caída del gobierno, similar a la ocurrida con el de Alfonsín o el de De la Rúa, ensayada fallidamente
en 2008/2009 tras la Resolución 125.
Esos grupos son hoy: la corporación judicial, los grupos mediáticos hegemónicos, los agentes de inteligencia desplazados en diciembre de la SI (exSide), los grupos económicos hegemónicos que siempre se sintieron dueños del país, la derecha de los EE.UU con sus intereses hegemónicos sobre el continente y más allá y, finalmente, los políticos radicalmente antikirchneristas que constantemente fracasan en derrotar al oficialismo en los urnas.
Esta disputa de poder no empezó, sino que se reavivó con la muerte de Nisman, ya que comenzó incluso antes de que asuma Néstor Kirchner (nota de este Basurero al respecto).
Este regalo de Reyes será utilizado, ampliado, estirado, reciclado y mantenido vivo o resucitado en los meses por venir, ya que constituye casi el único elemento de unión de los grupos nombrados, útil para intentar dañar la imagen del gobierno o del partido gobernante, y terminar de una vez por todas (otro intento más y van...) con esta etapa de los movimientos populares en el poder, como fueron el yrigoyenismo y el peronismo en el siglo XX. Tanto aquellos como éste no pudieron ser derrotados en las urnas y sólo lo fueron por golpes de estado que siguieron a procesos destituyentes. Por supuesto, adaptados a los momentos políticos de cada caso.
Si el intento actual tendrá éxito o no, lo veremos a corto plazo, pero es hora de dejar la hipocrecía y las medias verdades de lado y hablar a calzón quitado, o sin caretas, porque la historia, como siempre, no perdona a traidores ni a indiferentes o tibios.



4 de febrero de 2015

AMIA, Hipótesis B: Si no fue Iran... (III). Se derrumba la Hipótesis A de Galeano-Nisman-EE.UU-Israel y compañía...

Ya nadie duda que la acusación de Nisman es un pastiche inconexo carente de pruebas, de una acusación seria y hasta de una redacción jurídica, más cercano a un artículo periodístico que a una acusación formal propia de un fiscal de la Nación. Tampoco que la columna vertebral de la acusación fue desmentida por la Interpol y por la realidad, ya que los hechos afirmados no sucedieron ni podían suceder. Pero además, como se verá aquí, tampoco se duda que la base, el sustento de la acusación contra la presidenta y su canciller (la autoría de Irán del atentado contra la AMIA) fue desmentida por un exembajador de EEUU, un periodista norteamericano que investigó el tema, una experta periodista argentina, un equipo del FBI y la justicia británica (sumados a los cuatro libros de investigación sobre el tema y otros investigadores de los atentados citados en nuestras notas anteriores).

Con el derrumbe de la autoría de Irán de los atentados la acusación de Nisman contra el canciller y la presidenta deja de tener sentido, porque ya no estaría en juego la supuesta negociación espúrea para cambiar comercio bilateral por la impunidad de los iraníes perjudicados por una infundada acusación. Lo que colocaría la jugada de Nisman (un fiscal manejado por los servicios de inteligencia y la embaja de de los EE.UU.) en otro terreno, muy alejado de la justicia y la verdad y más cercano a un intento de golpe de estado blando contra el gobierno.
El último toque dramático de estas dos décadas trágicas desde los atentados fue que al fiscal que investigaba el caso, el último capítulo de este drama lo encuentra encerrado en el baño de la costosa fortaleza ultrasegura de Puerto Madero donde vivía, pegándose un tiro (voluntario o no) a horas de su promocionado y rutilante show parlamentario-mediático que posiblemente marcaría el fin de su carrera, su buen pasar económico y su prestigio. Y, muy posiblemente, lo llevaría al banquillo de los acusados como partícipe del encubrimiento en el próximo juicio oral, pactado para agosto de este año.
Junto con la dispersión de la nube de rumores que levantó la muerte del Nisman (y que los medios hegemónicos intentarán mantener en sus pantallas y medios afines) y el repaso prolijo del material que se ha escrito seriamente sobre los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, comienza a derrumbarse el muro de falacias y medias verdades montadas desde el principio y que sostuvo durante 20 años el tandem Galeano/Nisman-EE.UU/Israel sobre la culpabilidad de Irán.
Mucho de eso quedará totalmente despejado cuando se sustancie el juicio por el encubrimiento de los verdaderos culpables perpetrado por el gobierno de Menem con la complicidad de la dirigencia política de la comunidad judía de Argentina, y se saldará cualquier duda sobre la bizarra acusación (hecha a medida de la oposición mediático-política al gobierno) presentada de repente por el último fiscal de la causa.
Repasemos, ahora, parte de los textos de periodistas que investigaron seriamente ambos atentados, y publicados mucho antes de la acusación de Nisman, y que revelan (junto con lo publicado aquí en las notas anteriores) que la hipótesis B parece ser la única que queda en pié. Pero no nos apresuremos y veamos qué tienen que decir estos otros periodistas.



Nota publicada en The Nation de los EE.UU.:


El montaje AMIA-Irán
21/07/2011
Por Gareth Porter 
(Se trata de una) nota periodística publicada en 2008 que revela cómo la
administración Bush, junto a diplomáticos israelíes y argentinos, ejercieron presión para responsabilizar a Irán por el atentado a la mutual judía. Un caso plagado de pruebas contradictorias que podrían desmentir la hipótesis principal que guió las investigaciones. A pesar de que las armas nucleares e Irak han sido el foco principal de la campaña de presión de la Administración Bush en contra de Irán, los funcionarios de Estados Unidos también intentan manchar a Irán como el principal patrocinador global del terrorismo. Y la última táctica del Equipo Bush es utilizar una acusación de hace 13 años de que Irán es responsable por el notorio atentado en Buenos Aires, que destruyó la sede de la ciudad del Centro Comunitario Judío, conocido como AMIA, asesinando 86 personas e hiriendo a 300, en 1994. Altos funcionarios anónimos de la Administración le contaron1 al Wall Street Journal el 15 de enero que el atentado en la Argentina “sirve de modelo de cómo Teherán ha usado sus embajadas alrededor del mundo y su relación con grupos militantes extranjeros, en particular Hezbollah, para atacar a sus enemigos”.
De hecho, la manipulación del atentado argentino por parte de la Administración Bush, se encuadra perfectamente con su costumbre de larga data en el uso de evidencia distorsionada y manufacturada para construir causas en contra de sus enemigos geopolíticos.
Luego de pasar varios meses entrevistando funcionarios en la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, familiarizados con la investigación argentina, la cabeza del equipo del FBI que la asistió y el investigador independiente más informado del caso, encontré que nunca se halló evidencia real que pudiera implicar a Irán en el atentado. Basado en esas entrevistas y los registros documentales de la investigación, es imposible evitar la conclusión de que el caso contra Irán sobre el atentado a la AMIA ha sido dirigido desde el principio por la enemistad de los Estados Unidos con Irán, no por el deseo real de encontrar a los verdaderos responsables.

Una pared de presunciones.
La política sobre los atentados se torció desde el principio por una estrategia de la
Administración Clinton para aislar a Irán, adoptada en 1993 como parte de un entendimiento con Israel en las negociaciones de paz con los Palestinos.
El mismo día del crimen, antes de que pudiera saberse algo sobre quién era el responsable, el Secretario de Estado Warren Christopher le echó la culpa “a aquellos que quieren detener el proceso de paz en el Medio Oriente” – en obvia referencia a Irán.
William Brencick, entonces el jefe de la sección política de la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires y el contacto principal de la investigación, recordó en una entrevista conmigo en junio pasado, que una “pared de presunciones” guió el enfoque de los Estados Unidos en el caso. Las presunciones principales, dijo Brencick, eran que la explosión era un suicida y que el uso de un suicida era prima facie evidencia de la participación de Hezbollah – y por lo tanto de Irán.
Pero la teoría del suicida pronto encontró serios problemas. Tras el atentado, el gobierno de Menem pidió a los Estados Unidos que enviara un equipo para ayudar en la investigación, y dos días después del ataque, expertos del Bureau de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego llegaron a Buenos Aires junto con 3 agentes del FBI. De acuerdo a una entrevista que el jefe del equipo, el experto de ATF Charles Hunter, le dio a un equipo de investigadores independientes liderados por el periodista estadounidense Joe Goldman y el periodista de investigación Jorge Lanata, tan pronto como el equipo llegó la Policía Federal adelantó la tesis de que la Renault Trafic blanca había llevado la bomba que destruyó la AMIA.
Hunter pronto identificó discrepancias importantes entre la tesis del auto-bomba y el patrón de explosión que se registró en fotos.
Escribió un reporte dos semanas más tarde notando que luego del atentado, la mercadería de un negocio justo al lado de la AMIA estaba compactada contra las ventanas del frente y mercadería de otro local había volado hacia la calle – sugiriendo que la explosión había venido desde el interior del edificio, más que desde el exterior. Hunter también dijo que no entendía cómo los edificios del otro lado de la calle podrían estar todavía en pié si la bomba había explotado en el frente de la AMIA, como sugería la tesis del auto-bomba.
La falta de evidencia de un testigo ocular que amparara esta tesis fue llamativa. De 200 testigos oculares en la escena, sólo uno aseguraba haber visto la Renault Trafic blanca. Muchos testificaron que estaban mirando hacia el lugar donde la Trafic debería haber explotado y vieron nada. Nicolasa Romero, esposa de un policía de Buenos Aires, era ese testigo solitario. Ella dice haber visto una Renault Trafic blanca acercarse a la esquina donde estaba parada con su hermana y su hijo de 4 años. Pero la hermana de Romero declaró que el vehículo que vieron pasar era un taxi amarillo y negro, más que una Trafic Blanca. Otros testigos declararon haber visto un taxi amarillo y negro segundos antes de la explosión.
Los fiscales argentinos argumentaron que piezas de una Trafic blanca incrustadas en los cuerpos de muchas de las víctimas de la explosión, probaba el caso del suicida. Pero la evidencia fue desacreditada por Gabriel Levinas, un investigador del equipo legal de la AMIA.
Él descubrió que le habían enviado al fabricante de la Trafic blanca fragmentos recuperados del vehículo para su análisis y descubrió que ninguna de las piezas habían sido expuestas a altas temperaturas. Esto significaba que estos fragmentos de vehículo no podían ser de esta Trafic en particular que la policía había identificado como el auto-bomba – ya que este vehículo se sabía que se había incendiado antes de ser reciclado y reparado.
Sin embargo, a pesar de la falta de testigos oculares y la debilidad de la evidencia forense, el Departamento de Estado adoptó públicamente la teoría del atentado suicida en 1994 y 1995.

El problema del motivo.
Investigadores independientes también han especulado ampliamente sobre por que Irán accionaría de esta manera contra los judíos de Argentina mientras que sus aliados de Hezbollah estaban envueltos en una lucha armada con militares de Israel en el Líbano. En su acusación contra varios ciudadanos iraníes por el atentado, los fiscales argentinos
argumentaban que Irán había planeado el atentado contra la AMIA porque el gobierno de Carlos Menem había cancelado abruptamente dos contratos para la transferencia de tecnología nuclear a Irán.
Pero la acusación en realidad provee extractos de documentos clave que socavan esta conclusión. De acuerdo a un cable del 10 de febrero de 1992, del embajador argentino en Irán, el director del Departamento Americano del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, había “enfatizado la necesidad de llegar a una solución al problema [de la transferencia de tecnología nuclear] que evite dañar otros contratos”. Irán, claramente, señala su esperanza de poder reactivar los contratos suspendidos y mantener otros tratos con Argentina también.
El 17 de marzo de 1992, una bomba destruyó la Embajada de Israel en Buenos Aires – un incidente que los fiscales argentinos también atribuyen a Irán. La acusación, de todos modos, cita a un alto funcionario del INVAP, una empresa nuclear argentina que dominó la Comisión Nacional de Energía Atómica, diciendo que durante 1992 había “contactos” entre INVAP y la Organización de Energía Atómica de Irán “con la expectativa de que la decisión del gobierno nacional sería revisada, permitiendo reanudar las tareas de los contratos”.
El mismo funcionario confirmó las negociaciones alrededor de dos proyectos cancelados desde 1993 hasta 1995 – antes y después de la explosión de la AMIA. Estas revelaciones sugieren que la actitud de Irán hacia la Argentina era exactamente la contraria a la que afirma la acusación.
El motivo para la involucración de Hezbollah en el atentado a la AMIA, de acuerdo a la acusación, era la venganza contra los israelitas por el bombardeo del campo de entrenamiento del Valle de Bekaa a principios de 1994 y el secuestro en mayo por parte de Israel del líder chiita Mustafá Dirani. Sin embargo, esta teoría no puede explicar por qué Hezbollah elegiría tomar represalias contra judíos en la Argentina. Ya estaba en guerra con los israelíes en el Líbano, donde un grupo usaba atacantes suicidas en un intento por presionar a Israel a finalizar su ocupación. Hezbollah tenía a su alcance una forma más fácil de represalia, que era lanzar cohetes Katyusha a través de la frontera hacia Israel.
Esto fue exactamente lo que Hezbollah hizo para tomar represalias contra Israel por la matanza de 100 civiles libaneses en la ciudad de Qana en 1996. Este episodio inspiró aún mayor ira hacia Israel entre los militantes de Hezbollah que ningún otro evento en los años 90, de acuerdo al especialista en Hezbollah de la Boston Univerity, Augustus Richard Norton.
Si Hezbollah respondió a esta provocación Israelí con cohetes Katyusha en territorio israelí, no tiene sentido que respondiera por una afrenta menor diseñando un ambicioso plan internacional contra los judíos de la Argentina sin conexión a la ocupación israelí.

“Toda la cuestión de Irán parecía un tanto endeble”.
En una entrevista el pasado Mayo, James Cheek, embajador de Clinton en la Argentina en el tiempo del atentado me dijo “En mi conocimiento, nunca hubo evidencia real [de responsabilidad de Irán]. Nunca aparecieron en nada”.
La pista más caliente en el caso, recuerda, era un desertor iraní llamado Manoucher Moatamer, quien “supuestamente tenía toda esta información”. Pero Moatamer terminó siendo un oficial de bajo rango insatisfecho sin el conocimiento de las decisiones gubernamentales que argumentaba. “Finalmente decidimos que no era creíble” recuerda Cheek. Ron Goddard, entonces el Subdirector de la Misión de Estados Unidos para la Argentina, confirmó el relato de Cheek. Recuerda que los investigadores no encontraron nada para conectar a Irán con el atentado. “Toda la cuestión de Irán parecía un tanto endeble”, dijo Goddard.
James Bernazzani, para entonces el jefe de la oficina sobre Hezbollah del FBI, recibió indicaciones de armar un equipo de especialistas para enviar a Buenos Aires y ponerle un punto al caso de la AMIA. Bernazzani, ahora a cargo de la oficina de la agencia en Nueva Orleans, recuerda en noviembre de 2006 cómo descubrió que la investigación argentina sobre la AMIA no había arrojado evidencia real sobre la participación de Irán o Hezbollah en el atentado.
Las únicas pistas que sugerían una conexión con Irán al atentado en ese momento, de acuerdo a Bernazzani, eran una cinta de vigilancia del attache cultural de la Embajada de Irán Mohsen Rabbani, buscando una van Trafic blanca y un análisis telefónico de llamadas hechas semanas antes del ataque.
Poco después del atentado, el diario más grande de Buenos Aires, Clarín, publicó una historia, filtrada por el Juez Galeano, que la inteligencia argentina había grabado a Rabbani buscando comprar una van Trafic blanca “meses” antes del atentado. Un sumario de las órdenes de arresto de Rabbani y otros 6 iraníes en 2006 continuaron refiriéndose a “documentos indiscutibles” probando que Rabbani había visitado concesionarios de autos para buscar una van como la utilizada en el ataque. De hecho, el reporte de inteligencia sobre la vigilancia a Rabbani entregado a Galeano diez días después de la explosión muestra que el día que Rabbani vio una van Trafic blanca fue el 1ro de Mayo de 1993 – quince meses antes del atentado y mucho antes de que los fiscales afirmaran que los iraníes decidieran hacer de la AMIA su objetivo.
En ausencia de toda evidencia concreta, la SIDE se volcó al “análisis de conexiones” de los registros telefónicos para armar un caso circunstancial sobre la culpabilidad iraní. Los analistas de la SIDE argumentaron que una serie de llamados hechos entre el 1ro de julio y el 18 de julio de 1994, a un celular en la Triple Frontera en Iguazú, Brasil, debieron haber sido hechos al “equipo operativo” del atentado – y supuestamente un llamado a un celular de Rabbani podría ser conectado al mismo grupo. El funcionario de FBI Bernazzani me dijo que estaba shockeado por el uso de la SIDE en el análisis de conexiones para establecer responsabilidades.
“Puede ser muy peligroso” me dijo “usando este tipo de análisis, usted podría conectar mi teléfono con el de Bin Laden”. Bernazzani comentó que las conclusiones a las que llegaron los investigadores argentinos eran meras “especulaciones” y que ni él ni los funcionarios en Washington habían tomado en serio las evidencias que apuntaban contra Irán.
Luego, en el 2000, un desertor más apareció con una nueva historia sobre la responsabilidad de Irán. Abdolghassem Mesbahi, quien afirmaba haber sido el tercer hombre en el ranking de los servicios de inteligencia iraníes, le dijo al juez Galeano que la decisión de volar la AMIA había sido tomada en una reunión de altos funcionarios iraníes, incluido el presidente Akbar Hasehmi Rafsanjani, el 14 de agosto de 1993. Pero Mesbahi fue rápidamente desacreditado. Bernazzani me dijo que los funcionarios de inteligencia creían que para el 2000 Mesbahi había perdido ya hacía tiempo su acceso a la inteligencia iraní, que era “pobre, inclusive en la quiebra” y que estaba listo para “proveer testimonio a cualquier país sobre cualquier caso que involucrara a Irán”.
A pesar de que el caso contra Irán carecía de evidencia forense creíble o evidencia testimonial y se basaba fuertemente en inteligencia dudosa y en el testimonio de un desertor desacreditado, Nisman y Burgos prepararon su acusación contra seis ex funcionarios iraníes en el 2006.
De todos modos, el gobierno de Néstor Kirchner mostró sus dudas sobre seguir adelante con este caso. De acuerdo al periódico Forward, cuando grupos judíos-norteamericanos presionaron a la esposa de Kirchner, Cristina, sobre las acusaciones en una asamblea general de las Naciones Unidas en Nueva York, en septiembre de 2006, ella indicó que no había una fecha firme para proseguir con acciones legales contra Irán. Sin embargo la acusación fue hecha al mes siguiente.
Tanto el abogado principal que representa a la AMIA, Miguel Bronfman, y el juez Rodolfo Canicoba Corral, quien luego emitiera las órdenes de arresto para los iraníes, le dijeron a la BBC en mayo pasado que la presión de Washington había sido instrumental en la repentina decisión de emitir las acusaciones al mes siguiente. Corral indicó que él no tenía dudas de que las autoridades argentinas habían sido urgidas a “unirse a los intentos internacionales de aislar al régimen de Teherán”.
Un alto funcionario de la Casa Blanca acaba de llamar al caso de la AMIA como “una clara definición de lo que significa el apoyo al terrorismo por parte del Estado de Irán”. De hecho, la insistencia de los Estados Unidos de adjudicarle el crimen a Irán para poder aislar al régimen de Teherán, a pesar de que no hubiera evidencia para apoyar tal acusación, es la definición perfecta de la creación cínica de una acusación al servicio de los intereses del poder.

* La investigación de este artículo fue financiada por el Fondo de Investigación de “The Nation Institute”.
Traducción por @PaulaCautiva

Gareth Porter, es historiador y periodista especializado en política de seguridad nacional de Estados Unidos. En 2012 Recibió el Premio Gellhorn en el Reino Unido por sus artículos sobre la guerra de EEUU en Afganistán.
Nota completa

Nota original en inglés en la revista norteamericana The Nation





Cinco años después el mismo Porter vuelve a escribir sobre el caso:

Fuentes poco confiables en acusación a Irán por caso AMIA
Análisis de Gareth Porter.
WASHINGTON, 8 ago 2013 (IPS) - El fiscal argentino Alberto Nisman basó la orden de arresto que en 2006 emitió contra altos funcionarios iraníes por el ataque con explosivos contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994 en los argumentos de representantes del grupo opositor armado iraní Mujahedin E Khalq (MEK), revela el texto completo del documento.
La evidencia central que cita Nisman en la orden de arresto original, de 900 páginas, contra siete altos funcionarios iraníes es una presunta reunión desarrollada el 14 de agosto de 1993 entre figuras de la talla del líder supremo Ali Jamenei y del entonces presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanyani (1989-1997).
Según Nisman, allí se tomó la decisión oficial de seguir adelante con la planificación del atentado contra la AMIA, que se perpetró el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires, dejando un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos.
Pero el documento, que desde hace poco tiempo está disponible en inglés por primera vez, muestra que las únicas fuentes que sostienen ese argumento fueron representantes del MEK, o Muyahedines del Pueblo de Irán.
El MEK tiene una historia de atentados terroristas contra objetivos civiles en Irán, además de servir como ejército mercenario con base en Iraq para las fuerzas del ahora difunto líder iraquí Saddam Hussein durante la guerra entre ambos países (1980-1988).
El Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos eliminó a ese grupo de su lista de organizaciones terroristas el año pasado, luego de una campaña realizada por destacados exfuncionarios estadounidenses que habían recibido importantes pagos de grupos e individuos favorables al MEK en reclamo de que los sacaran de esa nómina.
El farragoso y reiterativo informe de Nisman cita declaraciones de cuatro miembros del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (NCRI), que es el brazo político del MEK, como las fuentes para argumentar que Irán decidió el atentado contra la AMIA en agosto de 1993.
La fuente principal es Reza Zakeri Kouchaksaraee, presidente del Comité de Seguridad e Inteligencia del NCRI.
El informe cita el testimonio brindado por Kouchaksaraee ante un tribunal oral argentino en 2003, en el que señaló que la decisión de perpetrar el ataque la tomó el Consejo Supremo de Seguridad Nacional en una reunión que se realizó el 14 de agosto de 1993 entre las 16:30 y las 18:30 horas.
Nisman también cita a Hadi Roshanravani, miembro del Comité de Asuntos Internacionales del NCRI, quien dijo saber la hora exacta de inicio de la reunión -4:30 pm- pero dio como fecha el 12 de agosto de 1993 en vez del 14.
Roshanravani también dijo conocer la agenda exacta de la reunión. El funcionario del NCRI declaró que se discutieron tres asuntos: el progreso y la evaluación del Consejo Palestino, la estrategia de exportar el fundamentalismo al mundo y el futuro de Iraq.
Roshanravani dijo que la idea de un ataque en Argentina se había discutido en el marco del segundo punto.
El NCRI/MEK sostenía que el gobierno de Rafsanyani había decidido un atentado terrorista contra un centro comunitario judío en Argentina como parte de una política de “exportar el fundamentalismo al mundo”.
Pero esa propaganda del MEK sobre el régimen iraní se contradijo con la evaluación de la inteligencia estadounidense de aquel momento. En su Estimación Nacional de Inteligencia 34-91 sobre política exterior iraní, finalizada el 17 de octubre de 1991, Estados Unidos concluyó que Rafsanyani había estado “apartándose gradualmente de los excesos revolucionarios de la década pasada” y acercándose a “un comportamiento más convencional” desde que asumió como presidente en 1989.
Ali Reza Ahmadi y Hamid Reza Eshagi, identificados como “desertores” afiliados al NCRI, aportaron más datos para corroborar el testimonio de los altos funcionarios del mismo. Nisman dijo que Ahmadi trabajó como funcionario del servicio exterior iraní de 1981 a 1985. Eshagi no es identificado de otra manera.
Nisman cita a Ahmadi y a Eshagi, que formularon solamente declaraciones conjuntas, diciendo que fue durante una reunión que empezó a las 16:30 horas en agosto de 1993 que el Supremo Consejo de Seguridad Nacional decidió llevar a cabo actividades en Argentina.
Nisman no cita a ninguna fuente ajena al MEK declarando que esa reunión haya tenido lugar. Cita el testimonio judicial de Abolghassem Mesbahi, un “disidente” que no trabajaba para la agencia iraní de inteligencia desde 1985, según su propio relato, pero solo a efectos de que el gobierno de Irán tomara la decisión sobre la AMIA en algún momento de 1993. Mesbahi no brindó evidencias que apoyaran el argumento.
Nisman cita reiteradamente a los mismos cuatro miembros del NCRI para documentar la presunta participación de cada uno de los siete altos funcionarios iraníes para los cuales emitió órdenes de arresto.
Una evaluación del documento completo muestra que Nisman cita 29 veces a Kouchaksaraee, 16 a Roshanravani y otras 16 a Ahmadi y Eshagi, siempre juntos, haciendo la misma declaración para un total de 61 referencias a su testimonio.
Nisman no cita ninguna evidencia o motivo para creer que alguno de los miembros del MEK estuviera en posición de haber sabido sobre tal reunión de la cúpula iraní. Aunque la propaganda del MEK durante mucho tiempo alegó tener acceso a secretos, su información, en el mejor de los casos, se obtuvo a través de funcionarios de bajo rango del régimen.
Al usar el testimonio de los opositores más violentos al régimen iraní para acusar a los más altos funcionarios de haber decidido el atentado terrorista contra la AMIA, Nisman ignoró el obvio objetivo político de crear apoyo en Estados Unidos y Europa para derrocar al régimen iraní.
Nisman dijo que el hecho de que los individuos sean opositores al gobierno de Irán no hace en absoluto que sus declaraciones sean menos significativas.
Los testigos del MEK son completamente confiables, escribió Nisman.
Sin embargo, a lo largo de los años, los representantes del MEK emitieron un comunicado tras otro, conteniendo información sobre presunto trabajo iraní encubierto en materia de armas nucleares, químicas y biológicas, casi todo la cual resultó ser falso cuando la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) lo investigó.
Círculos políticos favorables a Israel y contrarios a Irán tratan desde hace tiempo a Nisman como la fuente autorizada sobre el caso del atentado a la AMIA, así como sobre el tema más amplio de Teherán y el terrorismo. En mayo, el fiscal emitió un nuevo informe de 500 páginas acusando al gobierno iraní de crear redes terroristas en el hemisferio occidental que se agregan a su acusación por el ataque de 1994.
Pero que Nisman base la acusación crucial contra Irán únicamente en fuentes del MEK y que niegue su obvia falta de confiabilidad pone de relieve que el fiscal juega un rol político en nombre de ciertos intereses poderosos, en vez de realmente querer investigar los hechos.
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El especialista en seguridad Gareth Porter revela detalles sobre los vínculos entre el fiscal Nisman y Estados Unidos.
Sebastián Premici y Walter Goobar entrevistaron al periodista e investigador estadounidense especialista en seguridad, Gareth Porter, autor del libro “La fabricación de una crisis” a propósito de la muerte del fiscal, su relación con los gobiernos de Bush, la causa AMIA y los intereses en el escenario internacional.
En la charla, el especialista en seguridad dijo que se buscó aislar a Irán y armar una red internacional de estados, una coalición contra el país de Oriente Medio y aseguró que eran muchos los intereses para culpar a los iraníes del atentado de la AMIA.

Cliquear para escuchar el audio del reportaje.



Ahora repasemos lo que escribió hace unos días sobre el tema la reconocida periodista argentina Stella Calloni:

Las mentiras de Nisman y la Justicia argentina en la causa AMIA.
La periodista Stella Calloni reflexionó sobre la investigación del peor atentado de la historia argentina. 
Si desde la misma noche del atentado EEUU e Israel determinaron que el acusado debía ser Irán, sin haber investigado nada. Era imposible hacer una investigación seria con semejante obstáculo.
Para recordar:  EEUU e Israel ofrecieron un "testigo" en 1994. Ya nadie recuerda que Galeano salió disparado para Venezuela a interrogar al supuesto testigo Manoucher Moattamed, que se presentaba como un ex funcionario iraní, escapado de su país, algo que nunca fue y que nunca sucedió como se demostró. Tanto gasto, tanta información falsa, transmitida con grandes titulares. Era un testigo inventado por la CIA y el MOSSAD israelí, pero que al poco tiempo quedó totalmente desacreditado por sus mentiras, contradicciones y falsedades, después de crear también falsas ilusiones a los familiares de las víctimas.
Ahora ¡que poca memoria tienen algunos!, que olvidaron que se montó un juicio sin una sola línea de verdad. Un juicio escandaloso, acusando a unos y a otros, y como testigo Telleldín, delincuente que se ocupaba de descalabrar o luego vender autos robados. A quien Galeano, con aprobación de Rubén Beraja entonces presidente de la DAIA, entregó 400 mil dólares - en la cárcel donde estaba -  para que mintiera y señalara a un iraní y a otros; incluso policías locales que tendrían cuentas pendientes, pero que como se demostró en el juicio oral nada que ver con este caso, y debieron se liberados.
Tantas y tantas mentiras - todo esto consta en la justicia y se puede leer en los diarios de la época - convirtieron al juicio en un desastre. A esto se agrega el robos de pruebas, que precisamente no acusaban a Irán. Esa justicia, para mantener la tesis de EEUU e Israel ha cometido tantos desatinos, que lograron la detención en Londres del ex Embajador iraní en Argentina Hadi Soleimapour en 2004, por el que se pidió la extradición.
Cuando la justicia británica solicitó las pruebas para dicha extradición, lo que mandó Argentina - la "justicia argentina" - no contenía ninguna. Porque no existen. Como resultado Londres debió pagar al funcionario iraní casi 200 mil libras esterlinas de indemnización, por haber detenido a este hombre, sin causa alguna. Está en todas partes. Estos sí no son inventos. En un principio hasta Interpol por esos mismos tiempos, devolvió un pedido de la justicia argentina, para una alerta roja por falta de pruebas.
En los últimos tiempos -y después de grandes cambios en ese organismo y presiones de los poderosos- se impuso el alerta roja, pero pregunten por las pruebas. ¿Qué pruebas mandó Nisman?. Pregunten eso. Porque si esas pruebas son el alegato de acusación a Irán que dio a conocer el fiscal el año anterior, es un escándalo. Letra por letra toma lo que EEUU e Israel utilizan como acusación, supuestos, medias verdades, prueba concreta ninguna. Intentar utilizar este cruento atentado con tantas víctimas, acusando a un determinado país al que quieren invadir desde hace tiempo, es tan criminal como el atentado mismo.
Ningún país que se respete en el mundo va a entregar funcionarios, acusados por la CIA y el MOSSAD u otro servicio de inteligencia externo. 
¿Porqué el gobierno israelí no quiere que así como viajó la justicia argentina a Venezuela y a Europa para interrogar testigos falsos, fuera a tomar declaraciones a los acusados, en su propia tierra, en presencia de comisiones de veedores internacionales imparciales, como garantía de absoluta seriedad y respeto a la justicia?
El Memorándum surge de un trabajo paciente diplomático como un extraordinario gesto, que contribuye a la política internacional y a la solución pacífica de conflictos. ¿Será que escuchar a estos acusados podría poner en escena la verdad y no todo lo que se ocultó con presiones, dinero y demás en los juicios que se intentaron aquí?
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Leamos ahora partes de una nota reveladora de Horacio Verbitsky sobre el tema:


La InfAMIA.
Parte de esta historia ya fue narrada hace más de 10 años:

(...) el 18 de julio de 2004, en una nota que se tituló “La InfAMIA. El acuerdo Menem-Rabin para no investigar”. A pocas horas de producido el atentado, a las 9.53 del 18 de julio de 1994, el gobierno israelí del general Yitzhak Rabin propuso al argentino de Carlos Menem coordinar una interpretación unificada, que conviniera a los intereses políticos de ambas administraciones. Así lo informó el embajador argentino en Israel José María Valentín
Otegui, en un cable emitido a las 2.50 horas del 19 de julio de 1994, apenas 17 horas después del estallido que costó la vida a 85 personas y heridas a 300. De este modo, ambos gobiernos condicionaron la investigación a las respectivas ventajas que cada uno pudiera obtener y sin mayor interés por el descubrimiento de la verdad y el castigo de los responsables. Lo mismo ocurrió con los dirigentes de la DAIA y la AMIA. Timerman recuerda que durante una de las reuniones en las que se discutió el memorando, Schlosser le preguntó por qué insistía tanto en la investigación. “Por respeto a los muertos en el atentado”, le respondió. “Olvidate de los muertos. Hay que pensar en los vivos”, dijo Schlosser. Algo similar le transmitió a Timerman su colega israelí, Avigdor Lieberman, durante un encuentro en las Naciones Unidas. “¿Para qué quieren un juicio, si los diarios de todo el mundo ya publicaron que fue Irán?”, le dijo con sorna. El año pasado, para desacreditar el Memorando de Entendimiento, el ex embajador de Israel en Buenos Aires, Itzhak Aviran, declaró que “la gran mayoría de los culpables ya está en el otro mundo, y eso lo hicimos nosotros”.
El cable sobre el acuerdo Menem-Rabin fue hallado entre las informaciones secretas que el gobierno de Néstor Kirchner resolvió liberar al conocimiento de los familiares de las víctimas y de la Justicia. En 2004 el entonces encargado de la Unidad Especial de Investigación del atentado, Alejandro Rúa, puso en conocimiento de Canicoba Corral el cable EISRA 010365/1994. Allí Otegui informa que Rabin enviaba a Buenos Aires en un avión de la Fuerza Aérea israelí a un diplomático de su relación personal y directa, el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de la Cancillería de Israel, Dov Schmorak, quien había sido embajador en la Argentina entre 1980 y 1985.
Antes de embarcarse hacia Buenos Aires, Schmorak se comunicó en medio de la noche con el embajador Otegui y le pidió que lo ayudara a entrevistarse con el presidente Menem y con el canciller Di Tella en cuanto llegara a Buenos Aires. Para el gobierno israelí “es importante coordinar con el nuestro una versión coincidente del atentado”, en especial por el impacto que la manera de presentar lo sucedido tendrá ante la opinión pública israelí, “dado que partidos de oposición y algunos medios de prensa están utilizando el hecho para atacar duramente política de paz gobierno Rabin”. 
En ese momento, estaba muy avanzada una negociación de paz en Oslo que incluía a la OLP conducida por Yasser Arafat y por primera vez comprometía al gobierno sirio del presidente Hafez Al Assad. Contaba para esas tratativas con el apoyo del gobierno estadounidense de Bill Clinton, en cuya presencia se firmaron los acuerdos en la Casa Blanca, en septiembre de 1993. En enero de 1994 el presidente sirio anunció que la negociación con Rabin incluiría “una paz real y relaciones normales” a cambio de la devolución de las alturas del Golan, ocupadas por Israel en la guerra de 1967.
Luego de revelar la existencia y el contenido de este cable, el ex presidente de la DAIA Rubén Beraja, uno de los acusados por desviar la investigación me preguntó si había más información, para conocer si “fuimos títeres de un juego macabro por parte de ambos gobiernos”. También me contó que el 22 de julio de 1994, durante una reunión en la quinta de Olivos, “Menem insistía que de confirmarse las presunciones debían cortarse las relaciones con Irán en forma inmediata”. Es decir tres días después de la reunión con el enviado de Rabin.
Si las motivaciones de Rabin y Clinton se explicaban por razones políticas de sus respectivos gobiernos, el interés del gobierno argentino de entonces por desviar la atención lejos de Siria es comprensible, por los lazos familiares de Menem, el financiamiento que El Assad le suministró para su campaña presidencial en 1989 y la denuncia de traición en 1990, cuando Menem se sumó a la primera expedición estadounidense contra Irak (gobernado por el mismo partido Baas que Siria), incumplió los acuerdos de cooperación espacial con países árabes y entregó a Estados Unidos todos los de-sarrollos del misil Cóndor. 
El viernes asumió sus funciones el nuevo embajador Noah Mamet. Habrá que aguardar una futura tanda de Wikileaks para saber si es real la información que circula entre funcionarios judiciales que conocen a Nisman, sobre un encuentro con el consejero político Ken Roy antes de presentar su incandescente dictamen. Roy es el enlace de la embajada con la Asociación de Magistrados, que conduce la resistencia judicial al gobierno. Esta relación promiscua con una potencia extranjera no ha producido el menor escándalo en quienes, de derecha a izquierda, sólo lo ven como un proyectil capaz de hacer daño al gobierno nacional. Cualesquiera sean los respaldos de Nisman, no se entiende cómo podría el gobierno “fabricar la inocencia de Irán”. Como el fiscal es quien debe probar la culpabilidad, esta es una inversión de la carga de la prueba o una implícita admisión de que al cabo de diez años carece de elementos probatorios.
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Y, finalmente, repasemos lo que acaba de decir un exagente de la SIDE sobre lo sucedido al fiscal Nisman:


El exSIDE Iván Velázquez: "La persona que traicionó a Nisman fue el mismo Jaime Stiuso".
El ex militar y exagente de los servicios de inteligencia argentina, recordó su paso por la Policía de Seguridad Aeroportuaria y su causa judicial por la que abandonó el país: "Toqué la caja e intereses muy pesados". Actualmente asesora a embajadores de todo el mundo. Asegura que es un perseguido político del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner pero defiende las medidas que tomó en la SI.
Acusado como el "responsable de la operación de espionaje electrónico más grande la historia de América Latina" y de haber ideado un supuesto intento de golpe de Estado contra Néstor Kirchner, Velázquez niega todo y arremete contra Stiuso
– ¿Qué opina de la disolución de la ex SIDE?
– Responde a una situación coyuntural y que debería haberse tomado hace rato. Hace diez años, la SIDE dejó de ser lo que era. Es cierto que en el menemismo ya estaba la cadena de la felicidad con los periodistas y la división cuasi policial que utilizaban armas, se metían en secuestros y allanamientos que no era algo propio de ese organismo. Debería ser un auxiliar de la justicia y anticiparse a los hechos a través de la inteligencia. No soy oficialista pero lo que hizo la Presidenta merece sacarse el sombrero. Reconozco los ovarios que tuvo para hacer semejante cambio.

Celebro la decisión pero, por mi paso por allí, sé que hay muchos profesionales valiosos que fueron fustigados injustamente. Esto es un boomerang porque los 1700 agentes medios que podrían quedar en la calle es peligroso. Igual no creo que pase nada porque pasarán a policías provinciales o municipales pero creo que acabará con todo. No creo que sea un cambio de nombre únicamente.
Es una oportunidad histórica que tiene el país de que todos dejemos de estar vigilados por entrar en una página o escribir en un foro. Es muy importante saber de quién dependerá ese monopolio de las escuchas ubicada en la Avenida de los Incas que era la cueva del apriete (se refiere a “OJOTA: División de Observación de judiciales). Te llamaban al celular personal y te pasaban una conversación privada que habías tenido previamente con otra persona. También hacían “maniobras de integraciones” que es armar frases o diálogos con palabras extraídas de distintas conversaciones para armar una supuesta escucha y pasarla como válida. Stiuso era un experto en judicializar rumores para apretar a todo el mundo. Hoy está la oportunidad de que el periodismo pueda ejercer su trabajo en paz. Con esta decisión se eliminarán los agentes de calle de Fernando Pocino y las patotas de la Dirección de Operaciones de Stiuso. En el 2008 denuncié todo esto pero la Comisión Bicameral del Congreso se hicieron los boludos. No hay que ser ingenuos.
– ¿Stiuso es capaz de todo?
– Es un gran profesional, muy respetado. Pero el síndrome de Hubris también le llegó a él. En sus últimos tiempos se irritaba por si algún pasquín o blog de cuarta se lo nombraba. Antes mandaba a las patotas y ahora pedía la ficha de todos (así se llama a las carpetas). Su megalomanía y poder lo hizo creer intocable. Pero estas estructuras que son bandas operativas actúan como lo denunció Gustavo Vera y mantienen prostíbulos, están metidos en el tráfico de drogas y personas. Me tocó lidiar con ellos en Ezeiza con la PSA (Policía Seguridad Aeroportuaria). Ellos tenían a su mano derecha, su delegado que permitía el paso de la droga. Cuando me metí con Marcelo Saín les quitamos las credenciales de libre acceso a sus agentes que podían entrar y salir por todos lados. Sacamos esos privilegios y hubo momentos muy tensos. Hay que ser objetivo y dudo que se arme un aparato de militantes de La Cámpora ahí adentro. Esperemos.
– ¿Por qué cree que se divorció el gobierno de Stiuso?
– Están los factores externos que explica a quién respondía cada uno. Se cruzó una línea.
 Mi lectura es que a Jaime lo tienen vinculado con las agencias del Norte con las que respondían y con su colaboración con los servicios secretos israelíes. Te cuento que los fondos o colaboraciones terminaban en los directores de entonces. Ese fue el fusible que generó el cortocircuito con esa relación.

– ¿Y la investigación de Alberto Nisman no influyó?
– Sí. Que en paz descanse porque nadie se merece esto. Tan mal paga el diablo a quien tan bien le sirve. Ellos también fueron víctimas de Stiuso como su ex esposa que armó una causa mentirosa en la que estoy metido y terminó metido en su propio baile.

– ¿Lo mataron?
– Creo que fue un suicidio. La persona que lo traicionó fue el mismo Jaime Stiuso porque Nisman le pidió unas escuchas para completar el informe final y se las negó. Jaime le dijo que no. La denuncia es lo que dijo Pepe Eliaschev y había muchas cosas más que no aparecieron. Se vio víctima, padeció una puñalada trapera que la sufren todos los del entorno de Jaime. Se vio solo y se mató.

– ¿Conoció a Lagomarsino?
– Es el personaje que no me cierra en esta ecuación. Por eso dejo abierta otra hipótesis. Es el elemento extraño. Ese muchacho no me cierra. Ahí tienen que profundizar la investigación. Para saber el autor del crimen, tienen que buscar quién salió bien parado de esta historia. A la Presidenta no le convenía la muerte de Nisman. Hasta ahora no aparecieron escuchas en las que aparece Cristina o Timerman. Eso hasta ahora no está. En el terrorismo no se manejan con cuadros de tercera línea y los árabes son muy celosos del secreto y no boconean por teléfono que es algo típico del argentinismo criollo. Pero Lagomarsino queda descolgado. El último que lo vio con vida es el primero que lo vio muerto. Nisman sabía de armas y le gustaban los fierros. ¿Cómo se entiende que le pidió un 22 a este tipo? Con un 22 tenes un 30% de autoeliminarte y un 70% de quedar paralítico, cuadripléjico o perder las funciones motoras o el habla. Estando al lado de Stiuso sabía de todas estas cosas. Nisman sabía mucho de la jerga de la inteligencia.

– En síntesis ¿Qué implica la desaparición de la SI o SIDE?
– Me llama la atención los que hablan bien de Stiuso como Miguel Ángel Toma que estaba agarrado de las bolas por Jaime. No lo entiendo. El gobierno irá contra Stiuso. (...) Espero que Cristina siga resolviendo instituciones arcaicas y mafiosas pero el próximo gobierno agarrará una papa caliente. ¿Qué hará con Pocino y los boliches swinger y gays que están a nombre de testaferros o del ex Director de Contrainteligencia, Germán García? ¿Perseguirá la Presidenta y judicializará a estos tipos que manejaron a la SI? No lo sé.  Espero que se termine la felicidad de periodistas entre comillas que vivían cobrando de la SIDE y que la Presidenta publique la lista de todos ellos que cobraron hasta ayer.
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