3 de junio de 2016

"Cambiemos" es la restauración conservadora. El "cambio" macrista al final era la "marcha atrás". ¿Vuelven los '90?

A casi un semestre de haber asumido, el gobierno de Cambiemos, en cabeza de Mauricio Macri, ya puede ser definido (con pocas dudas al respecto) como el gobierno de la restauración conservadora en Argentina. La fuerza política que ganó las elecciones proponiendo un cambio superador de los errores del gobierno anterior pero conservando todos sus logros y los derechos ganados por la población, ya demuestra que no cumplirá con las expectativas que generó en sus votantes. Queda más claro día a día con las medidas tomadas que el macrismo trata de desmontar, ladrillo a ladrillo, los avances auspiciados por los gobiernos kirchneristas. Se trata, en definitiva, de un gobierno que intenta restaurar el modelo o proyecto de país de los años noventa o, peor aún, del país agroexportador de princípios del siglo XX.
Para ejemplificar esta afirmación repasemos lo que decíamos aquí en los primeros días del gobierno restaurador de Macri, cuando ya atisbábamos el ajuste brutal del macrismo:


Yo fui un choriplanero. Confieso que he pecado: tenía la luz y el gas subsidiados por el estado kirchnerista.
Así es, mi familia tuvo subsidiada la electricidad, el gas, el agua y el transporte durante los años del kirchnerismo. Por eso pudimos comprarnos  una Smart TV de 42 pulgadas, un lavarropas, una heladera, un sommiers, un juego de mesa con cuatro sillas y una cocina en un año y viajar a Buzios por 10 días los cuatro todos los años. Algo que ya no podremos hacer.
El Gobierno oficializó este viernes el fortísimo aumento en tarifas de electricidad, a partir de la eliminación de la mayoría de los subsidios, y puso como ejemplo que un hogar que venía abonando $25 por mes ahora pasará a pagar $150, lo que representará un incremento del 500%, que regirá desde febrero.
En las filminas repartidas después de la conferencia de prensa se puede apreciar el ejemplo que dio el ministro. En el caso de usuarios de Edesur la factura promedio del 80% de los usuarios residenciales es de 182 kwh por mes. En el caso de pagar en la actualidad $25 con subsidio, pasa a pagar $150 que será la tarifa plena.
En el caso de quienes paguen hoy $ 25 con tarifa social les tocará pagar $ 43.
En el caso de Edenor los valores son similares. La factura promedio del 70% de los usuarios residenciales con 202 kwh por mes. Lo que gozan de subsidios que pagan hoy $ 26 pasan a $158 en tarifa plena. Quienes no tienen beneficio pasan de $ 102 a $ 158. En caso de ahorrar 10 y 20% abonarán $ 128 y $ 106 respectivamente. En tarifa social pagarán lo mismo que Edesur $ 43 por mes.

Gobierno ya definió el trazo grueso del aumento de las tarifas de gas previsto, en principio, para el 1° de marzo. Los nuevos cuadros tarifarios contemplan una suba promedio cercana al 250%, según indicaron a PERFIL fuentes empresariales y allegados al Ministerio de Energía y Minería, que dirige Juan José Aranguren.
Aguas abajo del negocio de la producción, el segundo paso es recomponer la rentabilidad de los segmentos de transporte y distribución de gas. Para TGN y TGS, que se reparten el transporte del fluido en el Norte y Sur del país respectivamente, se bosquejaron nuevos cuadros tarifarios que contemplan aumentos de entre un 100% y un  300% según el tipo de usuario. Para el segmento de distribución, la suba oscilará entre un 100% y un 140%. Con esos números en la mano, los privados calculan un incremento final en la factura de gas que promediará entre un 200% y un 300%.


Como pudieron ver, durante los doce años del kirchnerismo yo tenía subsidiados los servicios de electricidad y gas, pero no era el único. Sí, eramos todos los argentinos, los kirchneristas, los no kirchneristas e incluso los antikirchneristas.
Sí, nuevamente confieso que he pecado a los ojos del macrismo. Pero no fui el único. Ni tampoco me arrepiento porque gracias a esta política económica todos pudimos consumir más y potenciar la industria argentina, mediante el círculo virtuoso de la economía. Y´por ejemplo, como dijo el periodista David Cufré en esta nota:


En cuanto a otros subsidios, en electricidad son 7776 pesos por año para una familia tipo; en gas, 7344 pesos, y en agua, 6600 pesos. “Cada hogar recibe un promedio de subsidios entre todos estos servicios de entre 40.500 hasta casi 63.000 pesos al año”, engloba. Y finaliza, para tomar dimensión de lo que está en juego: 
Esto podría ser el equivalente a unas vacaciones en Buzios de 10 días para toda la familia en enero, el amueblamiento de una casa con Smart TV de 42 pulgadas, lavarropas, heladera, sommiers, juego de mesa con cuatro sillas y una cocina”. Esa es la capacidad de consumo que perderían de abastecer, además, numerosos sectores productivos nacionales, que también sufrirían las consecuencias de las políticas de ajuste que ahora dominan el debate.
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Sin embargo, estábamos equivocados con el diagnóstico, porque el tarifazo sería aún peor. Veamos cuánto:


A media luz para capear el tarifazo
La apuesta del Gobierno para desincentivar el consumo de electricidad a través de la suba de la tarifa tuvo sus primeros frutos, combinada también con el impacto provocado por el freno de la economía. En marzo la demanda promedio cayó 9,4 por ciento comparada con el mismo mes de 2015, pese a que las temperaturas fueron similares al promedio histórico del mes, según informó ayer Fundelec en base a datos oficiales de la Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista (Cammesa). En Capital y Gran Buenos Aires, donde el tarifazo fue de hasta un 700 por ciento, el consumo retrocedió un 11,8 por ciento.
En 2015 la demanda eléctrica creció en promedio un 4,4 por ciento interanual y la tendencia se mantuvo en los primeros meses de este año, con una suba de 5,6 por ciento en enero y 10,2 por ciento en febrero. Sin embargo, el ajuste de casi un 300 por ciento en el precio mayorista de la energía le puso freno a esa escalada y marzo mostró una caída de 9,4 por ciento, lo que llevó a que el primer trimestre registrara una suba interanual de apenas 1,9 por ciento.
El aumento del precio mayorista impactó en todo el país, pero en Capital y Gran Buenos se combinó con una recomposición del valor agregado de distribución lo que redondeó un tarifazo que para algunos hogares fue superior al 700 por ciento. Debido a ello, en el área de Edenor la caída llegó al 11,6 por ciento y en la de Edesur al 12,1 por ciento. No obstante, las mayores bajas en el consumo fueron en Misiones y Chaco, con un 18 por ciento en cada una. En Misiones, el aumento de tarifas fue menor en términos porcentuales que en el Area Metropolitana de Buenos Aires, pero sobre una base mucho más alta. Por lo tanto, algunos vecinos denunciaron a comienzos de marzo que les comenzaron a llegar boletas mensuales con montos que oscilaban entre 2000 y 3000 pesos. En Chaco, por su parte, se combinaron dos aumentos consecutivos en la tarifa eléctrica ya que la distribuidora provincial Secheep había aplicado en enero un ajuste de 33,6 por ciento y al mes siguiente comenzaron a regir los nuevos precios mayoristas lo que implicó otro incremento de 70 por ciento. De ese modo, por ejemplo, un hogar con un consumo de 350 kwh por mes que en diciembre pagaba 157 pesos pasó a pagar 366 pesos mensuales.
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El brutal ajuste de la tarifa de transporte público golpeará de lleno en el bolsillo de los trabajadores. Los mayores aumentos del gas recaen en los menores consumos. Menos del 5 por ciento de usuarios accederá a la tarifa social.
“Sinceramente lo lamento por ustedes, muchachos, pero de la retribución extra de 800 pesos que acordamos por tres meses, el aumento que acaban de anunciar en el transporte ya les comió la mitad”. Así arrancó una reunión entre dirigentes empresarios y sindicales del sector textil este viernes, a pocas horas de que Guillermo Dietrich diera a conocer los nuevos valores del boleto en el autotransporte de pasajero y en los trenes, con aumentos del orden del 100 por ciento.
Es un ejemplo de los tantos que hay de cómo afecta el tarifazo en el transporte a los trabajadores que deben moverse diariamente entre el segundo o tercer cordón y la Ciudad de Buenos Aires, que pese a no tener otra posibilidad ni opción que viajar diariamente, no podrán gozar de los beneficios de una tarifa social. En el caso del transporte, la tarifa social no contempla a aquellos usuarios cuyos ingresos no superen el doble de un salario mínimo, como en el caso de la luz y el gas. La tarifa social del transporte sólo incluye a jubilados y pensionados con haber mínimo, beneficiarios de planes sociales, empleadas domésticas y ex combatientes de Malvinas.
Como ocurrió con las tarifas eléctricas a partir de febrero, también en el caso del gas los hogares de menor consumo serán los que paguen mayores aumentos, tal como recordó un análisis del portal especializado El Inversor.com este viernes. Allí se puntualiza que las categorías de usuarios R1 y R2 (con consumos anuales de hasta 500 metros cúbicos en el primer caso, y de 500 a 1000 metros cúbicos en el segundo) pagarán por el gas un 525 por ciento más. Los usuarios de la categoría R3 (que consumen más de 1000 metros cúbicos anuales) sufrirán subas que oscilan entre 178 y 375 por ciento, siempre según el mismo estudio. En esas tres categorías se encuentran abarcados prácticamente la totalidad de usuarios residenciales de gas por redes.
(...) el propio Ministerio estimó que serán 350 mil los hogares alcanzados por la tarifa social: apenas el 4,5 por ciento del total. Una proporción marcadamente menor a la que tendrá que afrontar los megaincrementos de 375 a 525 por ciento en la factura del gas por estar en el escalón de hogares con bajos consumos.
Se observa, así, que pese a la magnitud del tarifazo, el gobierno nacional no promovió un mayor alcance de la tarifa social más allá de los alcances que ya tenía durante la gestión de gobierno anterior. En el caso del transporte, apenas le “otorgó”, como “beneficio”, un aumento menor al que aplicó a los boletos en general. El pasaje en el autotransporte, para los beneficiarios de tarifa social, pasó de 1,80 pesos a 2,70 pesos en los tramos más cortos. Es decir, un aumento del 50 por ciento para quienes el gobierno reconoce como “sectores más vulnerables”. En las tarifas de gas, pese al tremendo aumento para los hogares de menor consumo, los beneficiarios de tarifa social apenas se ampliarán en 80 mil hogares, según el cálculo del propio Ministerio encabezado por el ex Shell Juan José Aranguren: de 270 mil beneficiarios, “saltarán” a 350 mil.
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El tarifazo en el servicio de agua y cloacas que presta Aysa comenzó a sentirse a partir de la llegada de facturas con aumentos de hasta el 375 por ciento y algunos casos que incluso superan ese límite. La suba es más alta que la anunciada en un primer momento, pero pasó desapercibida ante el incremento del gas, el transporte público y la electricidad, que en conjunto aceleraron la inflación y deterioraron el salario. El Gobierno había comunicado que el incremento promedio sería del 216 por ciento, pero terminó siendo del 297.
En la Ciudad de Buenos Aires, en la calle Diego de Olavarrieta al 1400 la factura de agua bimestral pasó de 142 a 653 pesos, una suba del 360 por ciento; mientras que en Onesimo Leguizamón al 7000, de 80 a 335 pesos, el equivalente al 319 por ciento. En el barrio de Belgrano, en la calle Luis María Campos al 700, la boleta aumentó de 165 a 699 pesos, un 323 por ciento, y en Pilar al 700, de 79 a 335 pesos, un 324 por ciento. En Zapiola al 1200, en Colegiales, la boleta subió de 118 a 501 pesos, un 324 por ciento. En la calle Quintana al 2000, en Lomas del Mirador, el incremento fue de 61 a 289 pesos, un alza del 373 por ciento. Son algunos ejemplos de clientes residenciales que recibieron las facturas la semana pasada. También hay casos que superan largamente el ajuste máximo: un centro de jubilados de Liniers pasó de 145 a 1424 pesos (882 por ciento) y una vivienda en el barrio, de 134 a 824 pesos (515).
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Las facturas que llegaron este mes muestran aumentos que superan lo anunciado por el Gobierno.
Las facturas que llegaron este mes muestran aumentos de hasta un 375 por ciento en algunos casos. Aysa explicó al diario Página/12 que la facturación de la compañía aumentará un 297 por ciento, por lo que las boletas en promedio se multiplicaron por cuatro.
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El golpe al bolsillo de la población por medio del tarifazo fue antecedido, no olvidemos, por la enorme transferencia desde las arcas del estado hacia las agroexportadoras y las empresas mineras mediante la eliminación o reducción de las retenciones. Y estos miles de millones de dólares que dejó de recaudar el fisco fue compensado por la aspiradora de las arcas familiares de los argentinos que representó el violento tarifazo de los servicios públicos. Para más detalles, repasemos la clarificadora nota del periodista Tomás Lukin:


Casi 20 mil millones de dólares
En apenas cinco meses, las principales medidas económicas del gobierno de Macri significaron un incremento impactante de ingresos a compañías agroexportadoras, bancos, empresas de alimentos y grupos industriales. Pese a esa mejora, hubo fuga de capitales.
Consultado sobre el impacto recesivo del ajuste en marcha desde diciembre, el presidente Mauricio Macri afirma que “el sinceramiento de la economía ha sido una pesada carga para muchos”. Con la promesa de un inminente segundo semestre de prosperidad económica el mandatario explica que “cada medida ha sido pensada e impulsada pensando en el futuro de los argentinos”.
Durante sus primeros cinco meses en la Casa Rosada, el Gobierno de Macri transfirió una suma equivalente a 19.383 millones de dólares hacia compañías agroexportadoras, financieras, grandes empresas de alimentos y grupos industriales.
La megadevaluación, la eliminación de las retenciones (reducción de cinco puntos a la de la soja), la aceleración inflacionaria y la bicicleta financiera habilitada por el Banco Central son los principales medidas que definieron esa redistribución regresiva del ingreso. La estimación de la impresionante transferencia de recursos desde el Estado y la población que dependen de ingresos fijos hacia las principales firmas locales y extranjeras fue realizada por el Centro de Estudios para el Cambio Social (CECS). Expresado en moneda nacional la transferencia de recursos hacia los sectores empresarios ascendió a fines de abril hasta los 281.106 millones de pesos. “Los primeros pasos del gobierno de Macri implicaron cambios insoslayables en la distribución del ingreso. El proceso de transferencia afectó la calidad de vida de la mayoría de los argentinos al reducir el poder adquisitivo, a la par que expone a la economía argentina a mayores vulnerabilidades en el sector externo.
Desde que asumió, el nuevo equipo económico facilitó la salida de divisas mediante una profunda liberalización financiera y cambiaria. “Durante los primeros tres meses de 2016 la fuga de ascendió a 3300 millones de dólares, marcando el primer trimestre de mayor salida desde la crisis financiera internacional en 2009”, sostiene el trabajo al referirse a los datos del Balance Cambiario elaborado por el BCRA.
 “Argentina corre el riesgo de incurrir nuevamente en un triángulo sumamente perjudicial: transferencia de ingresos, fuga de capitales y endeudamiento externo. Si en cinco meses el Estado cedió al sector empresario 281.106 millones de pesos que equivalen a 19.383 millones de dólares, no sería sorprendente que el endeudamiento que asuma el Estado en los próximos años supere y se consuma en el financiamiento de la fuga. La transferencia más que cuadruplica el presupuesto destinado a salud, equivale a nueve veces las partidas para vivienda y representa los fondos necesarios para financiar durante más de seis años la AUH”.

(Viendo el fenómeno más en detalle)

- Devaluación y comercio exterior: El salto cambiario, descontando el impacto sobre los costos de los insumos y bienes intermedios de la devaluación, redundó en una ganancia de 4786 millones de dólares para las firmas exportadoras.
- Sin retenciones: La eliminación de derechos de exportación (reducción de cinco puntos a la de la soja) redundó en una transferencia de recursos desde el Estado hacia las cerealeras, frigoríficos y mineras del orden de los 704 millones de dólares.
- Shock inflacionario: A pesar de la retracción en el consumo, entre noviembre y abril, el monto adicional apropiado por el sector empresario en su conjunto como resultado de la aceleración en los precios alcanza los 86.875 millones de pesos, equivalentes a unos 5991 millones de dólares. “Si bien los empresarios sufrieron una pérdida de demanda y un incremento de costos, estos efectos fueron más que compensados por el incremento de los precios locales”, explica el documento al cuantificar la transferencia desde los sectores de ingresos fijos por vía del shock inflacionario.
“La transferencia de ingresos durante los primeros cinco meses del gobierno de Cambiemos equivale a 1762 dólares por trabajador ocupado, 451 dólares por habitante, 160 millones por día entre el 1° de enero y el 30 de abril, 7 millones de dólares por hora o 111.242 dólares por minuto que fueron apropiados por los sectores empresarios”.
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La explicación, mejor dicho, el sinceramiento del proyecto de país que pretende el macrismo estuvo en boca del economista y ex candidato a la vicepresidencia por el radicalismo en el 2011, Javier González Fraga, y la vice presidenta Gabriela Michetti:


El fin del sueño del empleado medio
Los “empleados medios” con “sueldo medio” no deberían poder comprar celulares, plasmas, autos, motos o viajes al exterior según las macrinomics, se desprende del sincericidio acometido ayer por el economista Javier González Fraga al salir en supuesta defensa de las políticas económicas del PRO. “Le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior. Eso era una ilusión. Eso no era normal”, dijo el ex candidato a vicepresidente de la Unión Cívica Radical en 2011 y ex presidente del Banco Central durante los primeros años de menemismo, culpando, desde ya, al “populismo” por esa distorsión que el gobierno de Mauricio Macri está dedicada en enmendar.
“No digo que si era bueno o malo. Por supuesto que era bueno, pero no era normal. No era sostenible”, quiso aclarar. González Fraga fue profesor en la universidad del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, y un poco su padrino en su carrera política.
Estamos sincerando la economía para que en lugar de tener una burbuja de crecimiento que alimente proyectos populistas tengamos décadas de crecimiento”, dijo.
Las respuestas desde el peronismo no tardaron en llegar: “Si lo que dijo González Fraga armó tanto revuelo no fue porque sea una expresión aislada sino porque expresa de manera descarnada el proyecto político del macrismo”, dijo el titular del Congreso del PJ porteño, Mariano Recalde. “Cuando leímos las declaraciones hoy a la mañana, comentamos por mensaje con varios compañeros, medio en chiste medio en serio, que en definitiva estamos de acuerdo con lo que dijo González Fraga”, agregó el ex titular de Aerolíneas Argentinas. “Efectivamente, nuestro proyecto político le hizo creer a un montón de personas que tenían derecho a poder comprarse un auto. Pareciera que ya no alcanza con insultar a quienes formamos parte del gobierno anterior, y ahora atacan directamente a la gente que creyó que podía vivir todos los días un poco mejor. Algo tan simple, como la movilidad social ascendente, pareciera imperdonable para González Fraga”, concluye el texto publicado por Recalde en las redes sociales.
Desde Corrientes, el diputado y ex ministro de Economía, Axel Kicillof, reflexionó: “Ahora se entiende mejor la inclusión social de la que hablaban Néstor y Cristina, la inclusión a los que menos tienen era una política de demanda interna y desarrollo industrial. La inclusión social viene de abajo para arriba e incluye a todos los sectores”.
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La fantasía de vivir bien
En línea con el economista Javier González Fraga, la vicepresidenta dijo que “les hicieron creer” a los sectores medios bajos que “podían vivir bien de esa forma eternamente”. Michetti corrigió el pronóstico y dijo que recién en el 2017 la situación repuntará.
“Les hicieron creer que podían vivir de esa forma eternamente”, señaló ayer la vicepresidenta, Gabriela Michetti.
“Lo más difícil para nosotros es atravesar el momento en el cual salís del populismo y salís de la fantasía de una mentira importante y muy grande”, dijo la presidenta del Senado insistiendo con la teoría de la herencia dejada por el Gobierno anterior. “Estamos en un momento duro, difícil. Vamos a empezar a ver algunas luces este año que nos indican que estamos en un túnel y estamos yendo para la salida, y no para cualquier lado”, agregó justificando el ajuste económico que aplicó el macrismo en las primeras medidas de Gobierno que dejó miles de desocupados en lo que va de su gestión y anticipando que el mal momento económico continuará al menos hasta fin de año.
“La situación ha sido dura y sigue siendo dura”, apuntó Michetti en la misma línea y después de destacar “la mentira del populismo” por haber engañado a la población “al decirle que se puede vivir con recursos de emisión de dinero sin sustento y con un setecientos por ciento de inflación acumulada”.
Dejando atrás el slogan de la “herencia encontrada”, Michetti resaltó del gobierno macrista que “en muy poquito tiempo se han hecho cosas muy importantes desde el punto de vista de ordenar el país”, y agregó que eso “se nota mucho cuando uno viaja al exterior. Por un lado duro, difícil, y por otro lado, el orgullo de poder ir encaminando las cosas con un esfuerzo brutal. Se está trabajando mucho”.
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Pero ¿qué significan las palabras del economista radical y de Cambiemos? ¿Qué lleva implícito su opinión sobre los logros del gobierno kirchnerista? Su opinión y la de la vicepresidenta Michetti y, lógicamente del macrismo en sí, demuestra que la fuerza política en el gobierno piensa que Argentina debe tener una división de clases bien diferente de la que dejó el kirchnerismo, más parecida a la que dejó el menemismo o, mejor aún, la que rigió desde fines del siglo XIX y princípios del XX, la que pretende restaurar con sus medidas económicas y políticas. En ese país al que nos piensa llevar el macrismo, la mayoría de la población no tienen derecho a acceder con su sueldo a los bienes de consumo de media o alta gama, ni de viajar al exterior o disfrutar de vacaciones similares al de las clases acomodadas.
En otras palabras, en ese país no hay lugar para la movilidad social ascendente que caracterizó al país en sus años dorados del siglo pasado y comenzaba a verse en la última década.




Ya queda bien claro que el proyecto macrista aspira a hacer retornar al país al modelo agroexportador de fines del siglo XIX y princípios del XX, cuando la industria era ínfima, o al que rigió durante la última dictadura o los ruinosos años noventa, cuando la industria era la cenicienta de la Argentina. Y no olvidemos que en ese país, con la población argentina actual, sobrarían  millones de habitantes y faltarían millones de empleos.
El macrista es, como sugerimos en el título de esta nota, un gobierno de restauración conservadora, de vuelta a la Argentina desigual anterior al 2003. Es decir que el "cambio" que trajo Cambiemos al gobierno era, efectivamente, la "marcha atrás"...


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