21 de julio de 2011

WikiPis: San Martín explica su Plan Continental + Documentos secretos de EE.UU. sobre represión en Argentina 1976/1983.


WikiPis (el Wikileaks basurero).

Wikipis no es otra cosa que el compendio de las “deposiciones” de funcionarios, políticos y periodistas de hoy y de siempre, que cimentaron el sentido común vernáculo.
Basurero Nacional continua aquí con la publicación de cables, cartas y mensajes que consideramos necesario que sean conocidos por todos. Como comprenderán, no podemos revelar las fuentes de nuestros informes, pero nadie podrá desmentir ni negar la veracidad de los mismos. La cuadrilla de jaquers basureros de este blog, acostumbrados a lidiar con filtraciones y derrames de información, se dedicará no a “hackear” sino a “chorear” este material de los medios de difusión, portales de internet de toda laya, correos, correos electrónicos, memorias y pasillos de todo el país, con el único propósito de dar a conocer lo que generalmente no estaba destinado a ser conocido por el gran público (es decir: el pueblo).
En esta oportunidad, WikiPis publica la carta que el Libertador dirigiera al director Álvarez Thomas explicandole su extraordinario plan de liberación americana a través de la cordillera. Se trataba de una empresa grandiosa pero arriesgada, más adecuada para un ejército ya consolidado y un estado fuerte y libre, todo lo contrario de lo que se veía entonces por estas tierras. Eran tiempos de heroísmos, epopeyas y sacrificios, y tanto el Gran Capitán como el pueblo criollo estaban dispuestos a jugarse. Como contraste, un par de documentos demuestran el detallado conocimiento que tenía el gobierno de los EE.UU. en los años setenta sobre la represión en Argentina, compartida indudablemente por muchos de los medios que luego de la caída de la dictadura pretendieron erigirse en baluartes de la democracia. Pero, veamos ya los documentos en sí.
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San Martín describe al director Álvarez Thomas su plan de avanzar sobre Chile para luego conquistar Lima. Carta del 29 de febrero de 1816.

“Chile por su excelente población proporcionalmente a las demás regiones de esta América, por la natural valentía y educada subordinación de sus habitantes, por sus riquezas es el pueblo capaz de fijar –regido por mano diestra- la suerte de la revolución. Él es el fomento del marinaje del Pacífico. Casi podemos decir que lo ha sido de nuestros ejércitos y de los del enemigo. En este concepto nada más interesante que ocuparlo. Lograda esta grande empresa, el Perú será libre. Desde allí irán con mejor éxito las legiones de nuestros guerreros. Lima sucumbirá, faltándole los artículos de subsistencia más preciosos. Pero para este logro despleguemos de una vez nuestros recursos. Todo esfuerzo parcial es perdido decididamente. La toma de este país recomendable debe prevenirse de toda probabilidad. Ella exige una fuerza imponente, espacio e tres o cuatro meses. De otro modo, el enemigo nos disputa el terreno palmo a palmo. Chile naturalmente es un castillo; la guerra puede hacerse interminable y entretanto variar el aspecto de la Europa; armas sólo que envíe la Península puede traernos consecuencias irreparables.…
”A este fin, debe proveerme V.E.: primero, de doce a catorce mil pesos para mantener nuestras relaciones secretas, minar la opinión de las tropas y extraernos todo el armamento posible; segundo, con cuatro mil hombres, entre ellos setecientos de caballería, contando con que esta provincia puede poner con su actual guarnición dos mil doscientos hombres; tercero, con tres mil fusiles de a 4, y sesenta mil pesos, de los cuales treinta mil puedo en tal lance exigir de estos vecinos; pues no es regular ir a Chile sin numerario y empezar por exacciones cuando se debe seguir un sistema en todo opuesto al de sus opresores. Por último, deben zarpar oportunamente de esas playas dos buques de toda consideración y porte, armados de cuenta del Estado y sujetos a órdenes del jefe del ejército, los que, cruzando las costas de Chile, contengan el escape de nuestros enemigos o los apresen con los grandes tesoros que de lo contrario pueden substraer, promoviendo sobre todo desde ahora estos preparativos para que nada falte en el momento precioso de la marcha. Yo, por mi parte, protesto activar cuanto alcance en mis recursos hasta formar –si es de la aprobación de V.E.- cuadros completos de oficiales escogidos entre los emigrados, los que, uniformados a nuestra táctica, serán utilisímos y podrán llenarse fácilmente en aquel país donde por sus relaciones se deben merecer la confianza y aprecio de sus naturales”. (Cita Archivo General de la Nación, infolio, pág. 257)
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Documentos desclasificados por la CIA / Argentina

DOCUMENTOS DESCLASIFICADOS DE EEUU SOBRE ARGENTINA IMPLICAN A GALTIERI.

Miles de nuevos documentos desclasificados del departamento de Estado sobre violaciones a los derechos humanos durante la dictadura argentina (1976-1983) describen el accionar del escuadrón de la muerte y del Plan Cóndor en la desaparición de opositores e implican al ex dictador Leopoldo Galtieri.

Más de 4.600 documentos recibidos el martes por el Gobierno argentino -algunos de los cuales fueron difundidos por la ONG Archivo de Seguridad Nacional (ASN)- describen los secuestros realizados por el batallón de inteligencia 601 del Ejército, en los cuales se basa la orden de detención de Galtieri dictada en julio por la justicia argentina.

Incluyen asimismo nuevos detalles sobre la cooperación de la inteligencia militar brasileña, por ejemplo en el secuestro en Brasil de Horacio Campiglia y Susana Binstock y su traslado al centro clandestino de detención Campo de Mayo en Argentina.

Ambos eran miembros de las Tropas Especiales de Infantería, una unidad especial de la organización armada Montoneros (peronistas de izquierda), y luego desaparecieron.

La misma fuente de inteligencia argentina que suministra esta información en abril de 1980 al oficial de seguridad regional de la embajada estadounidense en Buenos Aires, James Blystone, menciona a otros 12 Montoneros capturados y comenta que otra víctima, Jara de Cabezas, está detenida por la Armada.

Un documento del 7 de agosto de 1979 explica que la coordinación de la represión entre las diferentes ramas de las fuerzas armadas se realiza a través de grupos de tarea en la denominada Reunión Central, con sede en el batallón 601.

Un gráfico de la cadena de mando del batallón 601 de febrero de 1980 muestra cómo la cadena de mando lleva directamente a Galtieri, entonces comandante en jefe del ejército.

Un cable de la embajada estadounidense en Buenos Aires al Departamento de Estado en mayo de 1980 afirma, citando a una fuente argentina, que el gobierno militar aceptaba tácticas extra-judiciales porque «las fuerzas de seguridad no confían en las soluciones legales ni saben cómo utilizarlas».

«Bajo las reglas actuales 'nadie' es oficialmente responsable por las ejecuciones" de opositores, afirmó la fuente.

«Montoneros activos (...) serán tratados igual que antes, con tortura y ejecución sumaria", contó otra fuente a la embajada según un cable del 14 de mayo de 1980, conversando sobre las órdenes para la lucha antisubversiva emitidas un año antes.


Otros documentos suministran información sobre la cooperación de inteligencia entre Argentina y otros gobiernos militares del Cono Sur bajo la denominada Operación Cóndor de mediados de los años 70.

Por ejemplo, en los secuestros y desapariciones de más de 50 uruguayos en Buenos Aires entre julio y setiembre de ese año, las fuerzas de seguridad de ambos países actuaron "clandestinamente y en cooperación", afirma el embajador estadounidense en Argentina, de apellido Hill, en un cable al departamento de Estado enviado el 2 de noviembre de 1976.

El canciller Carlos Ruckauf presentó este martes en Buenos Aires las cajas con los documentos entregados por Estados Unidos, aunque no las abrió.

La documentación «se refiere a la época más dura de la Argentina: involucra a la 'Triple A' (escuadrón de la muerte), el Plan Cóndor, el genocidio, la época de la guerra de las Malvinas (1982)», dijo Ruckauf.

«Seguramente se van a poder conocer nombres de personas que estuvieron involucradas en esos actos. Imagino que puede haber novedades», señaló el canciller.

Una copia de la documentación fue recibida además por Abuelas de Plaza de Mayo, primer organismo que en 1998 pidió en Washington la desclasificación de la documentación sobre el Plan Cóndor, dado que hubo casos de niños secuestrados en un país sudamericano que aparecieron en otra nación de la región, explicó a la AFP en Buenos Aires la vicepresidenta del organismo, Rosa Rosenblit.

Los archivos son «una importante contribución para las familias que buscan información acerca de sus familiares desaparecidos, y para los jueces que buscan establecer la responsabilidad de los militares por sus abusos pasados», dijo Carlos Osorio, director del Proyecto Cono Sur del ASN, que tiene su sede en la Universidad George Washington.

Unas 30.000 personas desaparecieron durante la última dictadura argentina, según entidades humanitarias, y 15.000 según cifras oficiales.

Galtieri, de 76 años, internado tras haber sido operado el viernes pasado, cumple arresto domiciliario desde el pasado 29 de julio por la desaparición de unos 20 militantes de Montoneros en 1980.

La desclasificación de documentos de la dictadura argentina fue iniciada bajo la gestión de la ex secretaria de Estado, Madeleine Albright, el 16 de agosto del 2000. [Fuente: Por Laura Bonilla de AFP, Washington, 20 agosto 2002]
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LA EMBAJADA DE LOS ESTADOS UNIDOS EN LA ARGENTINA ENVIÓ EN 1979 AL DEPARTAMENTO DE ESTADO UNA COPIA DE LAS FICHAS DE CASI 10 MIL CASOS DE VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS

La Embajada de los Estados Unidos en la Argentina envió en 1979 al Departamento de Estado una copia de las fichas de casi 10 mil casos de violaciones a los derechos humanos que acabaron en desapariciones.

Así lo revela uno de los documentos más extensos de la nueva serie de 4.677 informes secretos desclasificados, difundidos ayer, que muestran detalles del accionar de la dictadura, y el conocimiento que Washington tenía de lo que ocurría tanto en las entrañas del poder militar como en los centros clandestinos de detención.

Un repaso somero del contenido de los documentos desclasificados, que llegan hasta 1984, revela cómo los norteamericanos comenzaron evaluando a Videla como un moderado, hasta llegar -tres años después- a conformar un documento con fichas de 10.000 casos de detenciones ilegales reportadas en la Embajada y más tarde, en 1984, reportar la tensa relación entre el presidente Raúl Alfonsín y los mandos militares.

El volumen de esta información muestra también que la diplomacia norteamericana llegó a enviar a Washington casi dos documentos diarios referidos solamente a violaciones a los derechos humanos.

Comunicaciones tan asiduas revelan mucho más que un "interés humanitario" que nunca tuvieron.

Si bien la existencia de un registro de desapariciones ya había sido revelada por Clarín en 1997, cuando Alen Franklin ("Tex") Harris, secretario político de la Embajada de EE.UU., aseguró en una entrevista que habían conformado un archivo con unas 13.500 denuncias; es la primera vez que se accede a los papeles específicos.

Los informes reunidos en cuatro cajas de cartón fueron enviados la semana pasada por el Departamento de Estado norteamericano al embajador en Buenos Aires, James Walsh. Los archivos fueron desclasificados (antes eran secretos) a partir de gestiones que se iniciaron a fines de 1998, y que sumaron pedidos de jueces, organismos de derechos humanos y la Secretaría de Estado respectiva. Se utilizó el mecanismo que prevé la ley de Acceso a la Información norteamericana (o FOIA, por Freedom of Information Act).

¿Por qué acceden a desclsificarlos ahora?. ¿Qué hay detrás de esta maniobra, cuál es el objetivo? Humanitario no es (no lo fue antes y no tiene por qué serlo ahora). ¿Electoralista, tal vez?Algunos de los documentos más significativos contienen:

* Un memorándum sobre torturas y desapariciones que señala que «en mayo de 1978, la Embajada de Estados Unidos informó que torturas físicas continúan siendo utilizadas regularmente durante los interrogatorios de terroristas sospechados». También informa que «ha habido una disminución neta de los informes de tortura, no porque la tortura haya sido prohibida sino que deriva de menos operaciones, porque el número de terroristas y subversivos ha disminuido».

* Los métodos descriptos por la Embajada incluyen "descargas eléctricas, el 'submarino'' inyecciones de sodio pentotal, severas golpizas, y el ''teléfono'' (un golpe simultáneo en ambas orejas con las manos ahuecadas)", relata un documento.

* En 1980, dice otro informe, «el Gobierno argentino reconoce aproximadamente 3.400 prisioneros en virtud del estado de sitio,detenidos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Arrestos y desapariciones continúan, aunque no en la escala masiva de los pasados dos años».

* La Embajada envió también a Washington un interesante informe secreto donde un informante, con el alias de Jorge Contreras, pone al día a la diplomacia norteamericana sobre los centros clandestinos de detención y la organización del aparato de inteligencia argentino. Explica que la coordinación de operaciones secretas entre el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Policía Federal se realizaba a través de grupos de tareas en el Batallón de Inteligencia 601.

El informante señala que estaban permitidas operaciones indiscriminadas, y que si «la operación capturaba a un terrorista se publicitaría pero si se traía a un ama de casa o la tía de alguien, esta detención se negaría para evitar el rídículo».

Lo cual comprueba que también se asesinó a gente comprobadamente ajena a todo supuesto delictivo.

* En uno de los documentos, que ayuda a esclarecer el destino final de un desaparecido, un oficial de la Embajada, James Blystone, detalla una reunión con una fuente argentina de inteligencia. Esta le cuenta cómo Horacio Campiglia y Susana Binstock, miembros de Montoneros, fueron capturados en Brasil por oficiales del Batallón 601, lo que confirma operaciones en el marco del Plan Cóndor. Luego fueron llevados a Campo de Mayo y desaparecieron.

La fuente también menciona a otros 12 montoneros capturados, y comenta que otra víctima, Jara de Cabezas, estaba detenida en la Armada.

* En otro documento de 1977 titulado Reporte sobre la situación subversiva, la Embajada señala que "las bandas marxistas están actualmente en retirada. Esto es evidente también a través de crónicas diarias, pero se hace mucho más evidente al ver la lista de sus bajas", hasta el 31 de mayo del 77. El documento enumera también las bajas de las fuerzas legales, y la situación del grupo Montonero, cuyas fuerzas "han sido debilitadas hasta un punto insospechado por la opinión pública». El informe habla también de la actividad de los llamados frentes político, sindical, militar y estudiantil y cuáles de sus dirigentes podrían estar en el exterior.

Y resultó ser que cualquier bicho que caminaba para otro lado que no fuera la aceptación de tamañas aberraciones, fueran marxistas, montoneros, políticos, sindicales, militares o estudiantes, podía ser etiquetado de subversivo y, consecuentemente, torturado y desaparecido.

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), uno de los organismos que movilizó el pedido, aseguró que «los documentos confirman que la campaña de contrainsurgencia de la Junta Militar contempló la represión ilegal y las violaciones a los derechos humanos en forma masiva». Y que «también demuestran que la Embajada de Estados Unidos en Argentina y el Departamento de Estado mantuvieron una comunicación fluida con militares durante los preparativos del golpe, y estaban al tanto de que las violaciones aumentarían bajo la Junta militar. Sin embargo, dieron la bienvenida al nuevo régimen (de Jorge Rafael Videla)», sentenció el CELS en un comunicado.

Detrás de esta bienvenida hubo (y hay) objetivos muy claros: el dominio político y económico de la Argentina. Y lo lograron apoyando golpes militares y cripto-democracias (esto es, democracias disfrazadas)

La Embajada de los Estados Unidos precisó que los reportes pueden consultarse en la biblioteca de la oficina del FOIA, en el Departamento de Estado y en el sitio en Internet (http://foia.state.gov).

Los informes desclasificados no son los primeros que llegan al país.
Además de los vinculados a la represión y al Plan Cóndor, en octubre del año pasado se conocieron varios telegramas que narran hechos similares. Pero estos documentos llegan en un momento en que algunos juicios por violaciones a los derechos humanos están siendo reactivados, como la causa en la que el juez Claudio Bonadio arrestó a 40 ex militares y policías por la desaparición de 20 montoneros.

Fuentes militares en actividad consultadas por Clarín aseguraron que no hay preocupación entre los uniformados, porque «nosotros ya sabemos quiénes somos», pero agregaron que, en cambio, «tendrían que preocuparse algunos sectores sindicales y políticos», en referencia a personajes que serían mencionados.

[Fuente: Diario Clarin, Bs As, Arg, 21 ago 02]
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Compilación de WikiPis anteriores aquí.


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