2 de enero de 2014

Edesur, Italia, los accionistas, el ENRE, los contratos, los jueces y el menemismo que los parió...

Es de dominio público que la intensa ola de calor que afecta al país desde hace más de diez días vino acompañada de varios cortes del suministro eléctrico que sufrimos decenas de miles de usuarios-clientes de las empresas distribuidoras de electricidad. Como este humilde servidor público es uno de los damnificados, tratará de no hacer esta nota demasiado personal.
Resulta que desde el 23/12/13 el domicilio de este Basurero Nacional  sufrió tres cortes de suministro eléctrico, dos de unas diez o doce horas de duración y otro que excedió los cuatro días seguidos. Mientras muchos damnificados (algunos de ellos con más de diez días sin electricidad) apelaron a piquetes en calles o avenidas para expresar su bronca y peticionar ante las autoridades (mayoritariamente a las nacionales) por sus cuitas, este Basurero derivó sus reclamos a Edesur. ¿Por qué? Sencillamente porque cuando tengo problemas con el servicio de telefonía o internet me quejo a mi proveedora (Telefónica), cuando tengo problemas con mi celular apelo al servicio de atención al cliente de mi proveedora (Personal) y cuando tengo problemas con el servicio de agua reclamo por supuesto a Aysa.
Por eso, llamé varias veces al servicio de emergencia por falta de servicio de Edesur y una voz de locutora grabada me respondía siempre que tenían problemas de "media tensión" y me daba un número de reclamo de 10 dígitos. Pero como dichos reclamos no pasaban de una contestación de compromiso, desde el segundo llamado apelé también al número del Ministerio de Planificación difundido por los medios, donde funcionaba un call center de reclamos, pero allí me atendieron siempre personas de carne y hueso, quienes amablemente me tomaron el reclamo inicial y las varias reiteraciones de reclamos, que ellos direccionaban directamente a Edesur, incluso una vez me llamaron a mi celular para preguntarme si todavía seguía con el problema. Además, para mi sorpresa, la primera vez que volvió el suministro de electricidad durante los seis días que duró mi suplicio recibí un llamado de Edesur a mi celular (que les había pasado el Ministerio) para confirmar si había vuelto el suministro. Lamentablemente, a las pocas horas volvió el problema aunque la señorita de Edesur me había confirmado que la solución era definitiva...
Por supuesto, mis reclamos telefónicos al Ministerio siguieron cada tres o cuatro horas, como me habian pedido que haga. Espero que cuando la empresa tenga que resarcirme por la falta de servicio, ya estará todo registrado debidamente tanto en Edesur como en el Ministerio de Planeamiento.
En medio de de los piquetes anti-corte de luz de mi barrio llegué a hablar con unos operarios de una empresa tercerizada que estaba cambiando cables de Eesur cerca de mi casa, y pude comprobar que se limitaban a hacer su trabajo y que no tenían idea de a cuáles manzanas alimentaba el tramo que estaban arreglando ni cuánto iba a tardar el problema. Del personal de Edesur, ni noticias.
Una vez restablecido definitivamente (¿definitivamente?) el suministro eléctrico a mi domicilio me puse a revisar lo publicado en esos días sobre el tema, y finalmente pude llegar a una conclusión, que expondré al final.
Primero repasemos brevemente lo que este humilde Basurero encontró en los medios:



Macri decretó la emergencia energética, dictó un asueto y regresó a Bariloche.
Responsabilizó al gobierno nacional por la crisis energética y convocó a la ministra de Seguridad a sumarse a un comité multisectorial.
El alcalde hizo un viaje relámpago y convocó a una conferencia en la que buscó mostrarse activo frente a la situación que ya lleva 15 días. Después evitó una respuesta sobre el rol de su amigo, Nicolás Caputo, y retomó sus vacaciones
"Esto no se resuelve si no es invirtiendo durante varios años; esto vino para quedarse. Va a llevar un par de años resolverlo y va a seguir pasando durante los próximos veranos, por eso es importante el trabajo en conjunto entre nosotros y el gobierno nacional", sostuvo el jefe de gobierno.
Los diputados del PRO cuestionaron esa posibilidad y criticaron al jefe de Gabinete Jorge Capitanich porque "después de una década de desinversión, el gobierno nacional busca sacarse de encima los problemas que generó traspasando el problema". Sin embargo ayer Vidal sostuvo que cuando se resuelvan los cortes de luz se va "a discutir" si el gobierno de la Ciudad se hará cargo del servicio.
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La oposición cuestionó al gobierno nacional.
Por su parte, la diputada de UNEN Elisa Carrió culpó a De Vido, por el "fracaso" de la política energética, al acusar que "negocia y condona multas a Edenor y Edesur", y afirmó que no se realizaron trabajos de contención con los damnificados por los cortes de luz porque "todos" los funcionarios "estaban de vacaciones". 
El senador Fernando Solanas afirmó que los damnificados por los cortes fueron "abandonados por el gobierno". Solanas dijo que la visita de De Vido a Atucha II fue "un acto mediático, una farsa" y lo acusó de no preocuparse "por llevar ayuda y seguridad a los ciudadanos".
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Pero no hubo sólo críticas sino que hasta el mismo Macri se atrevió a lanzar una propuesta, pero...:

Macri propuso cambiar el huso horario y los cortes programados; De Vido lo criticó.
El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, propuso cambiar el huso horario para optimizar el consumo de energía. (...) el jefe de gobierno porteño indicó: "Vamos a trasladar al gobierno nacional una propuesta concreta para que aplique un cambio del huso horario" estacional. Según consideró Macri, la modificación "sería muy útil" para reducir la demanda de energía, especialmente "para el eje Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba".
También recordó que les pidió a las empresas y a la Nación la instrumentación de cortes programados, de ser necesarios, "para no tener a la gente en la incertidumbre" y permitirles organizarse.
Si bien Macri destacó los esfuerzos conjuntos con el Gobierno en pos de aliviar la crisis de miles de hogares porteños, volvió a responsabilizarlo del colapso energético por no controlar el cumplimiento de los contratos de concesión de Edesur y Edenor y por propiciar la falta de inversión en infraestructura.
Poco después le contestó De Vido. "En vez de hablar tanto sobre la hora, lo que debería hacer Macri es trabajar más horas", expresó, mediante un comunicado. Según el ministro, tener dos husos horarios "generaría trastornos y costos mayores que los beneficios, ya que no sería lógico tener un horario en Córdoba y otro en Santiago del Estero".
Además, argumentó que "el pico de consumo ya no se produce por la noche, sino a las 15, por lo que cambiar la hora tendría un impacto ínfimo y mucho menos cuando existe una inusitada ola de calor", declaró el ministro, quien calificó la propuesta de Macri como "oportunista y sin rigor técnico".

El gobernador Daniel Scioli reclamó ayer a las empresas eléctricas que "tienen la responsabilidad de la distribución que normalicen la situación en los hogares para ponerles fin a las innumerables complicaciones planteadas" por la falta de luz.
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Y Joaquín Morales Solá, como suele hacer, dctó cátedra desde su púlpito en La Nación:

Cientos de miles de argentinos sufrieron (y sufren) los cortes indiscriminados de electricidad, que incluso dejaron sin luz a hospitales y centros sanitarios. Las fiestas de fin de año son días infaltables de tormentos sociales en el país de Cristina Kirchner. Es cierto que no hay muchos antecedentes de una ola de calor en diciembre con niveles tan altos y tan prolongados. Pero el Estado parece ausente hasta para administrar la adversidad. ¿Por qué algunos tuvieron cortes de luz de 12 días y otros no tuvieron ningún corte? ¿Por qué no se pudo implementar una política rápida y eficaz para hacer previsibles y equitativos los cortes?
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El gobierno nacional sentó su posición al respecto:

El gobierno apuntó a accionistas de Edesur por los cortes de energía.
El titular de Planificación reiteró que "las distribuidoras (Edesur y Edenor) no han estado a la altura de las circunstancias" y apuntó especialmente contra los accionistas italianos de la empresa Enel, a quienes atribuyó "falta de actitud y presencia" ante los cortes. "En un 90% el problema se está resolviendo desde los trabajadores, con la colaboración y coordinación del gobierno a través de Planificación y del ENRE", diferenció el funcionario, y dijo que de no ser por la mediación del Estado "la situación habría sido infinitamente peor".
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Por eso es bueno aclarar los tantos en cuanto al servicio eléctrico:

Tiempo de decisiones.
Mientras los funcionarios de las compañías, particularmente de Edesur, juegan al teléfono descompuesto y se niegan a atender las requisitorias, cientos de miles de usuarios mastican a oscuras su bronca y malestar hundidos por la ola de calor con temperaturas de 35º y con heladeras repletas de productos envasados calientes o frescos putrefactos o en vías de descomposición. 
En el medio del fuerte lobby, que en la jerga se conoce como "corregir" los valores tarifarios, que no es ni más ni menos, que llevar adelante un tarifazo que les asegure niveles de rentabilidad más altos, se olvida decir que el Estado nacional ha incrementado los subsidios al sector de la distribución que las empresas han recibido por parte de Cammesa. 
El sistema eléctrico hogareño, sin embargo, sigue en terapia intensiva. Buena parte de ese dinero a modo de subsidios va a parar a manos de las distribuidoras. 
Cammesa, una empresa mixta en la que participan todos los actores de la cadena, subvenciona buena parte de la energía que distribuyen los privados. Edenor pagaba en 2012 $ 83,98 por megawatt por hora (MWh) contra los $ 320,77 que debería abonar si no estuviese subsidiada. Lo mismo ocurre con Ededur y Edelap. El resto lo cubre el Tesoro con fondos propios a través de Cammesa. 
Pese a ello las distribuidoras se quejan, presionan a través de medios y periodistas amigos por un aumento tarifario y no realizan prácticamente ningún tipo de inversiones en el mantenimiento, aunque obtuvieron ingentes ganancias por $ 1916 millones en los primeros nueve meses del año (...). 
¿En qué medida es factible crear un verdadero modelo de integración socioeconómico inclusivo si el Estado tiene dificultades para fijar reglas de juego consensuadas con las multinacionales que responden a sus casas matrices y se desentienden del proyecto de país que les permite obtener dichas ganancias?
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Pero, acorde a la actitud que tomó este humilde servidor público, algunos medios identificaron a los responsables primarios de este descalabro:


Los indignados ciudadanos tienen a quién culpar
El Estado italiano, más específicamente el Ministerio de Economía y Finanzas de Italia, es el accionista controlante del Grupo Enel, a su vez controlante de Edesur (vía Endesa).
El Grupo Enel opera en 40 países de cuatro continentes diferentes y llega a más de 61 millones de clientes. ¿Cuánto puede importarle que el Servicio Meteorológico Nacional confirme la peor ola de calor de las últimas cuatro décadas en la Argentina? 
El último balance de Enel (2012) arrojó ingresos por 84.889 millones de euros y una utilidad neta de 7735 millones en la misma moneda. El ejercicio de Edesur entre enero y septiembre de 2013 registró un resultado integral positivo de 1124 millones de pesos,
¿Es negocio Edesur para el Ministerio de Economía y Finanzas de Italia (¿y por qué diablos esta cartera de la nación europea es la responsable de llevar la electricidad a millones de argentinos?).
Es evidente que además de Enel, debe haber otros accionistas, locales tal vez, para los que nuestro país y la distribución eléctrica les represente un lucro más que deleitable. ¿Por qué diablos también la distribución eléctrica debe ser un negocio más? 
¿Quiénes la conforman? En orden de importancia: Guillermo Pablo Reca (presidente y ex Merril Lynch, la nefasta calificadora), Inversora Los Arroyos SA (Eduardo Escasany) y Coinvest Argentina SA. 
Aparecen después la firma Cantomi Uruguay SA y la familia Miguens Bemberg, a saber: Carlos José Miguens, Cristina Teresa Miguens, Diego Fernando Miguens y María Luisa Miguens. Los Miguens Bemberg son los ex propietarios de Cervecería Quilmes, aunque tienen negocios por doquier (desde dulce de leche hasta fondos de inversión multimillonarios). 
Por último, aunque no menos importante, está Eduardo Escasany, figura prominente de una de las familias que más dinero ganan en la Argentina, presidente del Grupo Financiero Galicia 
Bien pegadita en participación accionaria aparece otra familia prominente, los Caputo. ¿Un miembro o varios? Unos cuantos, a saber: Jorge Antonio Nicolás Caputo, José Luis Marcelino Caputo, Mónica María Caputo, Nicolás Martín Caputo. Al respecto de este último, hablamos de uno de los empresarios de la construcción más poderosos de la Argentina, a la sazón amigo y asesor de Mauricio Macri, inseparables desde una primaria y secundaria juntos en el Cardenal Newman. 
Nicky Caputo ha hecho fortunas con la administración macrista. Llama la atención pues que el intendente despotrique contra los cortes de luz responsabilizando al gobierno nacional, ignorando el pequeño detalle del vínculo entre uno de sus principales socios y el control de SADESA. Finalmente, a los Caputo le siguen Aferlux SA y un tal Roberto Gustavo Vázquez. 
¿Cómo que no ganaron dinero y pretenden aumentos tarifarios? ¿Para qué y quién? ¿Para que las nuevas generaciones de Mindlin, Miguens, Caputo y Escazany tengan el futuro asegurado, en detrimento del presente y futuro de millones de argentinos? ¿Para los equipos de polo de los Miguens Bemberg o su fábrica de dulce de leche? 
¿Qué hacen estas familias, estas sociedades y estos fondos con nuestro dinero? ¿Qué es esta barbaridad de llenarse el bolsillo con la plata de todos los argentinos en lugar de ser reinvertida en todos los argentinos por la calidad plena del servicio y el bienestar de la ciudadanía, acompañando la demanda y el consumo energético de un país y una sociedad en crecimiento y desarrollo? 
Accionistas irresponsables e ineficientes para operar la distribución eléctrica; hombres y mujeres de carne y hueso que lucran con un servicio público vital, ofrenda divina de la privatización del sector eléctrico heredada de los noventa. 
El estatuto legal del Grupo Enel, cuyo controlante como fuera dicho es el Estado italiano, señala: "La compañía está bajo el control de facto del Ministerio de Economía y Finanzas, el cual tiene suficientes votos como para ejercitar una influencia dominante en las reuniones de accionistas."
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Y también algunos le pusieron "el cascabel al gato" en cuanto a otros responsables de la situación eléctrica nacional:


Privatizaciones, vida cotidiana y política necesarias.
Este hecho se dio en paralelo con el crecimiento desmedido del negocio inmobiliario en barrios residenciales como Villa Urquiza, Pueyrredón, Caballito, Villa del Parque, Colegiales y Palermo, donde emergieron imponentes torres que incrementaron la demanda de servicios vitales como el agua y la energía eléctrica.
Al mismo tiempo, será necesario aclarar a la ciudadanía que los compromisos de las privatizaciones de la tristemente célebre Ley Dromi, traerán litigios millonarios ante organismos internacionales como el CIADI.
La paradoja de los cortes de energía, es que ante un viejo problema que hunde sus raíces en el festival de privatizaciones del Menemato, las consecuencias de esas politicas de cuño claramente neoliberal, terminan implosionando en el gobierno que ha intentado llevar un proyecto basado en el crecimiento con inclusión. 
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La política bajo el golpe de calor.
Si Edesur y Edenor extorsionan con el aumento de tarifas, que sea el Estado nacional o municipal con control de los usuarios el que se haga cargo de la distribución domiciliaria de la electricidad. Si los contratos que se heredaron del menemismo son leoninos y a 90 años, que sea un plebiscito popular el que acompañe la decisión de desconocerlos.
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Pero, además, resulta que el estado tiene las manos atadas (¡por 90 años!) para obligar a las empresas a cumplir con los contratos de por sí beneficiosos para ellas y que nos afectan a los clientes cautivos de sus respectivos monopolios:


Las empresas ya acumulan sanciones por $ 300 millones sólo en los últimos tres años.
Son por los cortes del servicio de diciembre de 2010 y noviembre de 2011. La cifra incluye las multas y los resarcimientos a usuarios.
Entre aquel apagón (de los noventa) y el presente, Edenor, Edesur y Edelap (la empresa que presta servicios en la ciudad de La Plata y que estaba bajo el control del ENRE hasta este año) han recibido fuertes penalidades en los últimos tres años por caídas en la prestación, por un valor de $ 300 millones.
Desde los cortes del servicio eléctrico de fines de diciembre de 2010, el ENRE discriminó las sanciones económicas en dos partes: de un lado las multas que cobra el propio ente y, del otro, los resarcimientos que son dirigidos a los usuarios. En aquel momento, el ENRE señaló que los 145 mil usuarios que fueron damnificados por esos cortes deberían recibir $ 64,4 millones de parte de Edesur; $ 22,3 millones por parte de Edenor; y $ 1,9 millones por Edelap. Al mismo tiempo, el propio ENRE cobró en concepto de multas $ 5 millones de Edesur; $ 1,1 millón de Edenor; y $ 138 mil de Edelap. Estas sanciones fueron las más fuertes que recibieron las distribuidoras eléctricas 
La segunda sanción importante  se impuso tras los cortes de fines de octubre de 2012 y, especialmente, el del 7 de noviembre de ese mismo año, cuando según el gobierno "alguien bajó la palanca" y 850 mil usuarios se quedaron sin servicio en una jornada tórrida similar a la de estos días. Por aquel episodio, que incluyó denuncias judiciales por sabotaje, Edesur recibió una multa de $ 129 millones mientras que la de Edenor llegó a los $ 29 millones. Al mismo tiempo, el ENRE estableció que los resarcimientos a pagar a los usuarios deberían ascender a $ 18 millones en el caso de Edesur y $ 5,5 millones en el de Edenor.
Este breve historial no incluye las multas más pequeñas que en forma habitual aplica el ENRE a las dos distribuidoras que controla y que está relacionado con baja calidad del servicio o el no cumplimiento de estándares fijados en los reglamentos de servicio.
De los dos grandes hechos sancionados surge que Edesur recibió multas por $ 134 millones; Edenor, por $ 30,1 millones; y Edelap, por $ 138 mil. En tanto, los resarcimientos fueron de $ 82,4 millones en el caso de Edesur; $ 27,8 millones por parte de Edenor;
En definitiva, Edesur ha sido la distribuidora que ha sufrido las penalidades más fuertes, acumulando entre multas y resarcimientos, sanciones por un monto de $ 216,4 millones desde los cortes de luz de fines de 2010. 
Pero un dato a tomar en cuenta es que estas sanciones son habitualmente apeladas por las empresas, primero ante el propio ENRE y luego, tras el seguro rechazo del ente regulador, ante la justicia. Así, los balances de Edenor y Edesur cuentan con cifras provisionadas para el eventual pago de multas recibidas pero no canceladas. El de Edesur de 2012 contaba con una provisión de $ 219,4 millones.
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Para comprobar esta aseveración, este humilde Basurero se remitió a la palabra oficial del ENRE. Veamos lo que dice el último informe al respecto de las multas aplicadas y cobradas (¿cobradas?) a las empresas por sus faltas al cumplimiento de los contratos de concesión:


2.12.  Aplicación de Sanciones.
"Como surge de los cuadros y gráficos siguientes, en el período 2007-2011 (al 30/09/2011) el ENRE aplicó multas a las empresas generadoras, transportistas y distribuidoras por una suma total que supera los $820 millones.
El 53% de las sanciones aplicadas tuvo como destino resarcir a los usuarios. Otro 35% ingresó al Tesoro Nacional y el 12% restante fue dirigido a diversos agentes del MEM.
Debido a lo ya señalado en 1.2.2.1. (Protección de los derechos de los usuarios, Control de la Calidad del Servicio de Distribución de Energía Eléctrica), las empresas han recurrido la mayor parte de las sanciones aplicadas por el ENRE y tienen un saldo pendiente de pago que alcanza a casi el 77% del total.


Veamos los detalles de estos incumplimientos "legales":














Como vemos ahora con los números frente a nuestros ojos, a las empresas les conviene no invertir en la prevención de los cortes ya que los castigos impuestos por el ENRE es probable que nunca los paguen y, en caso de tener que hacerlo alguna vez, les conviene presionar al gobierno a través de los periodistas y políticos amigos (?) para lograr un aumento de tarifas que se los compense.

Luego de este recorrido por lo publicado sobre el tema (principalmente por la falta de sanciones que la justicia propicia con su reticencia o letargo en aplicarlas) ya se entiende mejor la causa de la falta de inversión de las empresas distribuidoras en la prevención de los picos de consumo de sus clientes o de los caprichos del clima. Como ambos fenómenos parece que vinieron para quedarse, pocas opciones le quedan al Estado para solucionar la próxima crisis de distribución de electricidad. Ya sabemos quiénes son los responsables de este status quo; pero el qué hacer para revertir esta situación lo dejamos para otra nota. Y es por todo esto que la nota se titula, muy adecuadamente (y ahora se entiende mejor por qué) :

"Edesur, Italia, los accionistas, el ENRE, los contratos, los jueces y el menemismo que los parió...".



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