Cuando hablamos de 11S hablamos del 11 de setiembre de 1973, y cuando decimos americano no queremos decir de los EE.UU. de América sino del continente americano, porque hoy se cumplen 40 años de la mayor tragedia política de Chile, pero de la cual EE.UU. no fue ajeno, como probó fehacientemente la historia.
Para mostrar que aquel pasado está presente aún repasemos unos párrafos acerca de lo que se piensa y dice hoy en día al respecto y veamos luego un excelente documental de la TV española.
Vayamos por partes:
ACTOS DEL OFICIALISMO Y LA OPOSICION EN CHILE EN EL ANIVERSARIO DE LA DICTADURA DE PINOCHET
Chile sigue dividido a 40 años del golpe.
A las 10.00 de la mañana, Bachelet, quien otra vez postula a La Moneda, llegó junto a su madre, Angela Jeria (viuda del general Alberto Bachelet, muerto por sus hermanos de armas al mantenerse leal al presidente Salvador Allende) al Museo de la Memoria. En ese lugar, hicieron un paseo, sin prensa, por los salones que exhiben diversas fotografías de detenidos desaparecidos y fallecidos durante la dictadura, entre otras, las de su padre.
A varias cuadras de ahí, cerca del mediodía, Piñera cruzó desde La Moneda a la Plaza de la Constitución, donde se entonó el Himno Nacional y se izaron catorce banderas que representan las regiones del país.
“No existe reconciliación que se construya ante la ausencia de verdad, justicia o un duelo”, dijo Bachelet marcando la ruta de su discurso centrado en una dura crítica a lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973: “No es cierto que hubiera una guerra civil en ciernes y, por lo tanto, no es justo hablar del golpe de Estado como un destino fatal e inevitable, porque para dar continuidad a la democracia se requería más democracia y no un golpe de Estado”, dijo la candidata mejor posicionada para ganar las próximas elecciones de noviembre.
Las palabras de Bachelet apuntaron a todos los responsables por acción u omisión de las violaciones a los derechos humanos, un tema que ha marcado esta fecha. “Cuando los hechos se imponen al derecho termina ganando quien tiene la fuerza y no quien tiene la razón... los crímenes cometidos son responsabilidad de quienes los cometieron y de quienes los justificaron”, dijo.
“Aún tenemos una fractura profunda entre quienes justifican la dictadura y quienes confiamos en la democracia... Las violaciones de los derechos humanos no son justificables... Vivimos un momento que demanda que nuestra democracia se amplíe y se adapte. Una nueva ciudadanía ha cristalizado en Chile, con mayor capacidad de movilización, crítica y consciente de sus derechos”, añadió.
En la otra vereda, la expectación respecto del discurso de Piñera se sentía en el aire, luego de que con anterioridad reconociera que “hubo muchos que fueron cómplices pasivos, que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada”
“Debemos preguntarnos: ¿para qué recordar? Para revivir las mismas diferencias que tanto daño nos causaron o más bien para aprender de esos errores del pasado de manera de nunca repetir. Es sin duda éste el mejor camino, es también lo que quiere la inmensa mayoría de los chilenos, y es el camino por el que está comprometido este gobierno”, sostuvo Piñera.
Aclaró, sin embargo, que el golpe de Estado “no fue algo súbito, sorpresivo. Sino que fue el desenlace previsible, pero no por ello inevitable, de una agonía de los valores de la sociedad chilena”, endilgando la responsabilidad del gobierno de la Unidad Popular que “reiteradamente quebrantó la legalidad y el estado de derecho en Chile”. “En mi humilde opinión también tienen responsabilidad quienes no respetaron el estado de derecho y promovieron la intolerancia y el odio en nuestro país... y con posterioridad a ese quiebre, esta responsabilidad alcanza a quienes ejercieron altos cargos en el gobierno militar, a quienes por su investidura pudieron alzar la voz para evitar estos hechos y subordinaron sus principios a sus intereses o sucumbieron ante su temor”.
Nota completa
Para mostrar que aquel pasado está presente aún repasemos unos párrafos acerca de lo que se piensa y dice hoy en día al respecto y veamos luego un excelente documental de la TV española.
Vayamos por partes:
ACTOS DEL OFICIALISMO Y LA OPOSICION EN CHILE EN EL ANIVERSARIO DE LA DICTADURA DE PINOCHET
Chile sigue dividido a 40 años del golpe.
A las 10.00 de la mañana, Bachelet, quien otra vez postula a La Moneda, llegó junto a su madre, Angela Jeria (viuda del general Alberto Bachelet, muerto por sus hermanos de armas al mantenerse leal al presidente Salvador Allende) al Museo de la Memoria. En ese lugar, hicieron un paseo, sin prensa, por los salones que exhiben diversas fotografías de detenidos desaparecidos y fallecidos durante la dictadura, entre otras, las de su padre.
A varias cuadras de ahí, cerca del mediodía, Piñera cruzó desde La Moneda a la Plaza de la Constitución, donde se entonó el Himno Nacional y se izaron catorce banderas que representan las regiones del país.
“No existe reconciliación que se construya ante la ausencia de verdad, justicia o un duelo”, dijo Bachelet marcando la ruta de su discurso centrado en una dura crítica a lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973: “No es cierto que hubiera una guerra civil en ciernes y, por lo tanto, no es justo hablar del golpe de Estado como un destino fatal e inevitable, porque para dar continuidad a la democracia se requería más democracia y no un golpe de Estado”, dijo la candidata mejor posicionada para ganar las próximas elecciones de noviembre.
Las palabras de Bachelet apuntaron a todos los responsables por acción u omisión de las violaciones a los derechos humanos, un tema que ha marcado esta fecha. “Cuando los hechos se imponen al derecho termina ganando quien tiene la fuerza y no quien tiene la razón... los crímenes cometidos son responsabilidad de quienes los cometieron y de quienes los justificaron”, dijo.
“Aún tenemos una fractura profunda entre quienes justifican la dictadura y quienes confiamos en la democracia... Las violaciones de los derechos humanos no son justificables... Vivimos un momento que demanda que nuestra democracia se amplíe y se adapte. Una nueva ciudadanía ha cristalizado en Chile, con mayor capacidad de movilización, crítica y consciente de sus derechos”, añadió.
En la otra vereda, la expectación respecto del discurso de Piñera se sentía en el aire, luego de que con anterioridad reconociera que “hubo muchos que fueron cómplices pasivos, que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada”
“Debemos preguntarnos: ¿para qué recordar? Para revivir las mismas diferencias que tanto daño nos causaron o más bien para aprender de esos errores del pasado de manera de nunca repetir. Es sin duda éste el mejor camino, es también lo que quiere la inmensa mayoría de los chilenos, y es el camino por el que está comprometido este gobierno”, sostuvo Piñera.
Aclaró, sin embargo, que el golpe de Estado “no fue algo súbito, sorpresivo. Sino que fue el desenlace previsible, pero no por ello inevitable, de una agonía de los valores de la sociedad chilena”, endilgando la responsabilidad del gobierno de la Unidad Popular que “reiteradamente quebrantó la legalidad y el estado de derecho en Chile”. “En mi humilde opinión también tienen responsabilidad quienes no respetaron el estado de derecho y promovieron la intolerancia y el odio en nuestro país... y con posterioridad a ese quiebre, esta responsabilidad alcanza a quienes ejercieron altos cargos en el gobierno militar, a quienes por su investidura pudieron alzar la voz para evitar estos hechos y subordinaron sus principios a sus intereses o sucumbieron ante su temor”.
Nota completa
Y, para finalizar, Basurero Nacional invita a ver el excelente documental emitido en TVE2 (Televisión Española), dentro de "La noche temática", bajo el epígrafe "Adiós, Pinochet, Adiós", que aborda el gobierno de Salvador Allende y el golpe de Estado que acabó con su muerte en el Palacio de La Moneda, el 11 de septiembre de 1973.
El golpe de Estado acaecido en Chile fue una acción militar llevada a cabo por la Fuerzas Armadas y Carabineros para derrocar al presidente socialista Salvador Allende y al gobierno izquierdista de la Unidad Popular. A ello le precedió un periodo de alta polarización política y convulsión económica y social. Los militares contaron con el apoyo de la derecha política y también de un sector del Partido Demócrata Cristiano. El golpe fue planeado inicialmente por un sector de la Armada de Chile, con el apoyo de los Estados Unidos. Posteriormente, se agregaron generales de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. El comandante en jefe del ejército, Augusto Pinochet, asumió la dirección del golpe.
El golpe de Estado acaecido en Chile fue una acción militar llevada a cabo por la Fuerzas Armadas y Carabineros para derrocar al presidente socialista Salvador Allende y al gobierno izquierdista de la Unidad Popular. A ello le precedió un periodo de alta polarización política y convulsión económica y social. Los militares contaron con el apoyo de la derecha política y también de un sector del Partido Demócrata Cristiano. El golpe fue planeado inicialmente por un sector de la Armada de Chile, con el apoyo de los Estados Unidos. Posteriormente, se agregaron generales de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. El comandante en jefe del ejército, Augusto Pinochet, asumió la dirección del golpe.