2 de abril de 2011

Pena de Muerte para Galtieri...


¿Por qué este título? Porque no es el deseo de este humilde basurero sino lo que solicitó el Informe Rattenbach de las Fuerzas Armadas en 1982. Así es, pero entonces por qué no se cumplió la solicitud... bueno, primero veamos de qué estamos hablando:

¿Qué es el Informe Rattenbach?

Se denomina Informe Rattenbach al documento resultante del trabajo de la comisión creada bajo el gobierno de Reynaldo Bignone, cuyo fin fue el de analizar y evaluar el desempeño de las fuerzas armadas durante la Guerra de las Malvinas. El documento no ha sido publicado oficialmente.

Creación y nombramientos
Tras la derrota en la Guerra de las Malvinas, la Junta Militar que conducía a Argentina durante el denominado Proceso de reorganización nacional, en un intento por tomar otra vez la iniciativa política perdida por el descontento popular y el descrédito de las Fuerzas Armadas, creó una comisión encargada de analizar y evaluar el desempeño de dichas fuerzas en el conflicto bélico del Atlántico sur. Este informe ha sido catalogado como "el documento más objetivo y fidedigno sobre la responsabilidad de los jefes militares y subalternos, que podría ser la base para un futuro juicio por la verdad sobre este conflicto bélico". La comisión se creó por decreto secreto el 2 de diciembre de 1982 (resolución nro. 15/82) durante el gobierno de Reynaldo Bignone y llevó el nombre oficial de Comisión de análisis y evaluación de las responsabilidades políticas y estratégico militares en el conflicto del Atlántico Sur.

La comisión estuvo compuesta por:
• Teniente General (R) Benjamín Rattenbach (Ejército)
• General de División (R) Tomás Armando Sánchez de Bustamante (Ejército)
• Almirante (R) Alberto Pedro Vago (Armada)
• Vicealmirante (R) Jorge Alberto Bofi (Armada)
• Brigadier General (R) Carlos Alberto Rey (Fuerza Aérea)
• Brigadier Mayor (R) Francisco Cabrera (Fuerza Aérea)

La comisión recibió amplios derechos para solicitar "informes, documentos, antecedentes y todo otro elementos que se estime útil, a cualquier organismo público y a personas físicas o jurídicas públicas o privadas, todos los cuales estarán obligados a proporcionarlo dentro del término que se fije bajo apercibimiento de Ley. Al efecto, no se podrá oponer disposición alguna que establezca el secreto de lo requerido."
El fin de la investigación fue definido en el decreto como:
El desempeño en el ejercicio de las funciones y las responsabilidades emergentes respecto de la conducción política y estratégico militar del conflicto.
Las responsabilidades de cualquier persona, sean de carácter penal, disciplinario y/o del honor que surjan de lo actuado y que, a su juicio, deban ser investigadas y juzgadas por la jurisdicción común o militar respectiva, en la forma que legal y reglamentariamente corresponda.

Contenido del informe
La comisión entregó el resultado de su trabajo en un informe escrito de cinco partes:
Introducción
En la introducción se describen los fundamentos legales y las razones de la investigación, sus fuentes, su nomenclatura y la estructura del informe.
Antecedentes del conflicto
Se analizan detalladamente los pasos realizados por el gobierno para solucionar el conflicto así como el contexto internacional y regional en que tuvo lugar el enfrentamiento.
Evaluación y análisis crítico

Se investiga el accionar de las fuerzas armadas argentinas durante la guerra en base a informes solicitados a los oficiales que cargaban responsabilidad en los hechos. Es un análisis crítico y hecho en un lenguaje objetivo que a veces puede parecer hiriente. Las fallas son nombradas y analizadas.

Determinación de las responsabilidades

Se listan las responsabilidades de los estamentos militares y civiles durante la guerra, entre otros de: la Junta Militar, Poder Ejecutivo y Gabinete, cada uno de los Comandantes de las Fuerzas Armadas, Estado Mayor Conjunto, etc. Asimismo encuadra las responsabilidades en el marco jurídico argentino.

Experiencias y enseñanzas
Nombra concretamente las recomendaciones en:
1. Organización de la Nación para la Guerra
2. Política Militar
3. Código de Justicia Militar
4. Servicio Exterior
5. Inteligencia Estratégica
6. Acción Psicológica
7. Doctrina Conjunta
8. Debilidades de las FF.AA. en el conflicto

Por último se redacta el acta de constancia de finalización de la comisión, donde se nombran los destinatarios de los diez ejemplares firmados del informe, estos son, la Junta Militar, los Comandantes en Jefe de las tres ramas de las Fuerzas Armadas y un ejemplar para cada uno de los seis miembros de la comisión.

Consecuencias del informe
El informe recomendó penas graves para los responsables de lo que calificó como una "aventura militar" (que implicaban la pena máxima para algunos de ellos), pero su influencia sobre el juicio posterior fue prácticamente nula.
Sin embargo, desde el punto de vista político e histórico el informe sepultó definitivamente cualquier intento de los dirigentes militares y políticos de la época por encubrir o relativizar sus responsabilidades.
Según testimonio del hijo del Teniente General Rattenbach, el informe fue adulterado para proteger a los jefes militares, eliminándose referencias a los cargos "en lo penal militar" de los altos jefes y a la rendición sin combatir en Georgias.

Difusión posterior
El informe nunca ha sido publicado oficialmente por gobierno alguno. La revista semanal Siete Días en sus ediciones nº 858 y 859 (23 y 30 de noviembre de 1983) le dedicó su tapa y gran parte del número a dicho documento; de esa forma éste salía a la luz pública de manera extraoficial. Luego se publicó en forma de libro al menos en dos ocasiones. Actualmente se puede acceder a la versión no oficial a través de diversas páginas web. En abril de 2007, los diputados nacionales Federico Storani y Pedro Azcoiti presentaron un proyecto de ley (expediente 1350-D-2007) para proceder a la publicación del informe.

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Pero ahí no terminó la cosa, porque no sólo fue parcialmente ignorado el informe en cuanto a las penas solicitadas, sino que además el mismo fue adulterado para cubrir culpas y vergüenzas de algunos participantes en la guerra. Y, otra vez, veamos de qué estamos hablando:


Augusto Rattenbach: "El informe Rattenbach fue adulterado"

La investigación realizada por Rattenbach sobre la guerra de Malvinas originó una conspiración de silencio que salió a la luz gracias al periodismo. El hijo de aquel general cuenta que su padre descubrió, que se habían quitado las páginas que comprometían al entonces capitán Astiz
Pocos recuerdan a esta altura que Leopoldo Fortunato Galtieri resultó absuelto en el juicio a las juntas militares. ¿Cómo fue posible, entonces, que Carlos Menem lo incluyera en su ancha canasta de indultos? Sucedió que el campechano y ostentoso dictador de ojos celestes, presidente y jefe del Ejército durante el ahora evocado primer semestre de 1982, había sido destituido y condenado a doce años de reclusión, en 1986, por su responsabilidad en la guerra de Malvinas.
Pero hubo un informe mucho más duro que aquel del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que, además de a Galtieri, condenó a Jorge Anaya a 14 años de reclusión y destitución, y al brigadier Basilio Arturo Lami Dozo a 8 años de reclusión (luego, al revisar las sentencias, la Cámara Federal las unificó en 12 años).
A 24 años de la revelación periodística que desnudó la responsabilidad de las Fuerzas Armadas en la guerra de Malvinas, el hijo del autor de aquel histórico informe, el músico y coronel Augusto Benjamín Rattenbach, revela que las Fuerzas Armadas no sólo intentaron silenciar los resultados de la investigación de su padre (las únicas copias del original Rattenbach son clandestinas), sino que adulteraron la información cambiando algunas hojas en las que se analizaba el desempeño de Alfredo Astiz durante el conflicto para alivianar los cargos.
-¿Entonces dentro de la comisión había relaciones tensas?
-Sí, también debido a los interrogatorios, que fueron realmente muy duros. Sentaron en el banquillo a Galtieri y a todos los demás responsables de la guerra.
-¿Su padre le comentaba a usted lo que iban sabiendo a medida que avanzaba la investigación? ¿Encontraron cosas peores de lo que esperaban?
-Encontraron cosas mejores y peores. Las peores estaban en el nivel superior. Ni siquiera un diletante podría haber hecho tantas macanas. Y, en cambio, abajo había muchos actos heroicos, muy importantes, que fueron resaltados en el informe.
-¿Qué hay de cierto sobre las escasas copias que se hicieron del informe? ¿Usted conserva una?
-Yo no tengo ninguna. Cuando entregaron el informe se hicieron trece ejemplares. Los trece fueron llevados al Estado Mayor del Ejército y allí los guardaron en una especie de habitación blindada que está en el tercer piso. Pero sucedió que a mi padre lo involucraron en un sumario relacionado con el capitán Astiz. Entonces pidió que le enviaran su ejemplar. Y cuando estaba trabajando en la contestación del sumario, se murió. Pero antes de morir me dijo: "Estuve leyendo el informe y han cambiado hojas, las que corresponden a la actuación del capitán Astiz en las islas Georgias". Es evidente que fue adulterado.
-¿Las cambiaron a favor de Astiz?
-Por supuesto. Para alivianar los cargos.
-¿Las Fuerzas Armadas nunca publicaron el Informe?
-No, esta edición (toma en sus manos un libro de tapas azules), al igual que otra que hubo, fueron clandestinas.
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El Informe Rattenbach, adulterado para proteger a los jefes militares

MALVINAS, 25 AÑOS DESPUES : LO AFIRMA EL CORONEL AUGUSTO RATTENBACH, HIJO DEL GENERAL QUE INVESTIGO LA GUERRA DE MALVINAS

Rattenbach notó en 1984 que tres páginas de su informe estaban modificadas. Se eliminaron las referencias a los cargos "en lo penal militar" de los altos jefes y a la rendición sin combatir en Georgias.
El único documento militar que analizó y evaluó la conducta política y estratégica militar argentina en la guerra de Malvinas, fue adulterado una vez que la comisión encargada de elaborarlo y presidida por el teniente general Benjamín Rattenbach, lo entregara a la Junta militar en setiembre de 1983.
Tampoco hubo un solo Informe Rattenbach, sino dos. Y todo indica que el viejo teniente general hizo poco antes de morir, una autocrítica de ese documento y dejó por escrito sus sospechas de que había sido adulterado.
La alteración del documento fue ratificada a Clarín por el coronel Augusto Rattenbach, hijo del general. "La historia del informe es bastante espuria —dijo Rattenbach hijo— La Junta militar ordena su confección, pero ni lo usa, ni lo difunde, ni siquiera lo da a conocer a las fuerzas armadas. Hasta hoy, el Estado no ha publicado el informe: metió las trece copias que hubo en un armario del Estado Mayor General del Ejército. Y el informe desaparece." Las versiones en libros que circularon luego de la guerra, no fueron tomadas como legítimas.
Cuando en 1983, con la dictadura en desbandada, se supo que la Junta Militar ocultaría el Informe Rattenbach, una copia se filtró a la prensa y fue publicada por la revista "7 Días". Entre esa publicación, apócrifa, y las versiones impresas, no legitimadas, existen en efecto diferencias: no figuran ninguna de las responsabilidades "en lo penal militar" hechas a los responsables de la guerra. Y en otros dos puntos se eliminó la referencia a la rendición sin combatir del Capitán de Corbeta Luis Carlos Lagos y de Alfredo Astiz. "Eso fue cambiado por las autoridades militares de entonces que querían negarlo todo", sostiene Rattenbach hijo.
Rattenbach puso sus sospechas por escrito en su crítica: "En mi ejemplar 02 aparecieron las páginas 42, 43 y 44 como páginas sueltas, como si hubieran sido corregidas en último momento y no hubiera tiempo para encuadernarlas. Será interesante ver en el ejemplar 06 si en éste sucede lo mismo".
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Rattenbach

Pero el cinismo siguió también en democracia, se empezaron a hacer monumentos a los Héroes de Malvinas mientras los ex soldados comenzaron a suicidarse. Los Héroes que en realidad fueron Víctimas. Sí, los de abajo, no los con jinetas que siguieron cobrando sueldos, pensiones y retiros. No, los que en un primer tiempo tuvieron que salir a mendigar, los de marrón terroso que habían soportado las bombas y las balas.
Ya en democracia tendría que haberse dicho la verdad y no encubrirla. Por ejemplo, publicar oficialmente el Informe Rattenbach, la verdad sobre los hechos. Acusar con la verdad al crimen irresponsable de Galtieri y sus generales. El Informe Rattenbach tendría que haberse repartido en edición oficial y haberse organizado grandes debates en los organismos de cultura, para que la sociedad supiera cómo fue engañada pero al mismo tiempo qué fácil cayó en el aplauso fácil de los sumisos y dominados. Pero no, ni Alfonsín ni Menem ni De la Rúa se dieron por enterados.
¿Cómo se creó esta comisión investigadora?
La derrota fue tan vergonzosa que la Junta Militar derrotada tenía no sólo que cambiar a Galtieri sino también nombrar a una comisión investigadora militar de por qué se había perdido la guerra. Lo hizo para ganar tiempo y para lavar la ropa sucia. Pero, para aparecer honestos tenían que nombrar a alguien absolutamente honesto e incorruptible. Fue al teniente general Benjamín Rattenbach a quien le tocó la misión de presidir tal comisión. Comisión que era sólo de “análisis y evaluación”.
Pero Rattenbach y su comisión en vez de producir un informe que dijera algo para ocultar todo, fue al fondo de la cuestión. Y lo dice en su informe final: “La fuerza, empleada equivocada e inoportunamente, no es el medio idóneo para hacer valer los derechos frente al adversario y ante la comunidad internacional”. En los considerandos ya se establece que el clima no era el mejor para iniciar la invasión ya que “existía en numerosos países, particularmente en los países europeos, un rechazo hacia el gobierno argentino, por la cuestión de los derechos humanos”. Frase fundamental. Sobre la improvisación irracional de la dictadura, establece: “...las capacidades del enemigo han sido consideradas en forma poco profunda, al igual que el análisis de la probable reacción británica, no existiendo certeza acerca de qué documentos o funcionarios fueron consultados”. Y “el escasísimo aviso previo que se dio a las unidades propias para cumplir misiones de guerra provocó que se enviasen a Malvinas tropas sin adiestramiento ni equipamiento adecuado”. Se expresan claramente las “fallas de coordinación entre comandos”, la “falta de preparación del personal y material” y la “falta de información del enemigo”. Además, “no existía un plan de defensa de las islas en caso de que Gran Bretaña decidiera recuperarlas por la fuerza”. Improvisación total. Luego, el informe califica a las medidas de las tres armas como “irreflexivas y precipitadas” que la convirtieron “en una aventura militar, sobre todo cuando se hizo efectiva la reacción bélica británica”. Pero el dictamen de la comisión investigadora no se reduce a la responsabilidad de los militares sino también de los medios de información argentinos “que contribuyeron a una pérdida generalizada de oportunidad”.
La irresponsabilidad fue iniciar una guerra cuando “la clase 1963 no había completado su instrucción básica ni se había completado la instrucción elemental de tiro y combate”. “No se previeron las necesidades de orden logístico” que “fue causa de serios problemas de desnutrición” de los soldados. Además de la “falta de capacidad integral de la flota”. El 60 por ciento de las bombas argentinas sobre buques británicos “no explotaron porque no tenían su tren de fuego preparado para blancos navales”.
Al general Parada, el informe lo deja desnudo: “Existió en la Brigada Infantería III una profunda ignorancia sobre el estado de las Fuerzas, lo que tuvo su origen... en la ausencia del comandante, quien instaló su puesto de comando en una casa donde vivía con gran parte de su Estado Mayor y personal de seguridad. El general Parada concurrió a su Estado Mayor en pocas ocasiones. Su particular forma de mando le hacía no considerar los asesoramientos de su Estado Mayor”. Además, señala: “Para nuestra inteligencia militar, los enemigos fueron Chile en el marco externo y la subversión, en el marco interno”. En sus conclusiones dice del comandante, general Mario Benjamín Menéndez: “No exhibió ni evidenció las aptitudes de mando y arrojo indispensables en la emergencia, y no fue en esa oportunidad –única en su vida militar– el ejemplo y la figura que la situación exigía frente a las tropas”.
Finalmente se encuadra en lo penal a Galtieri, Anaya, Mabragaña y Reposi en delitos que merecen la pena de muerte o reclusión por tiempo indeterminado y otras penas para altos jefes. Se llega así también a Astiz “por haberse rendido sin oponer resistencia”. Es decir, el delator de las Madres y de las monjas francesas quedó como cobarde en la investigación de los propios militares.
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Como todos sabemos, Galtieri y Anaya no fueron fusilados sino que murieron en una cama y muchos años después. Las hazañas y actos de heroísmo estuvieron del lado de algunos de los suboficiales y de los soldados y no de los altos oficiales como hemos visto, pero esa es otra historia, quizás la que más merece rememorarse en un día como hoy, pero como este humilde servidor público siempre busca entre la basura, esto es lo que encontré.

Sin embargo, para finalizar, este humilde basurero recomienda leer también algunas referencias relacionadas con la guerra por Malvinas un poco más alentadoras, y que fueron reveladas en los cables WikiPis publicados por Basurero Nacional. Para eso sólo hay que visitar el sitio oficial de WikiPis y buscarlas.

Allí se recomienda leer los cables titulados:

* Aviones Brasileños en Malvinas

* Malvinas robadas

* ¿Londres quiso negociar Malvinas?

* Ataque al Sheffield

* Operación Sheffield

* Ataque al Invincible.

Otras basuras en oferta

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