La Batalla por la Argentina
"La batalla por la Argentina no es un tramo de la 2º Guerra Mundial ni de la Guerra Fría, no se trata tampoco de planes secretos de los gobiernos de Chile o Brasil. Se trata sólo de un artículo escrito en 2002 por dos de los expertos internacionales, Ricardo Caballero y Rudi Dornbusch, tan admirados y citados por los medios argentinos. Están relacionados con el largo conflicto de nuestro país con el FMI, gracias a los consejos y recomendaciones de sus “expertos” funcionarios. Esta relación conflictiva está en el centro de debate nuevamente en estos días, debido a un nuevo análisis del fondo sobre las economías latinoamericanas.
Argentina, a la cabeza.
Por Julio Nudler 23/03/2002
"Una afirmación: “La Argentina no tiene soberanía. Todos los días aparecen de rodillas en Washington, implorando por un préstamo más.” Otra: “No es concebible que los países ricos, en lugar de condonarle deudas al Africa, le den más plata a la Argentina, sólo para ver luego ese dinero fugarse hacia cuentas bancarias en Miami.” Una tercera: “En la Argentina no hay estrategia. Todo es fortuito y gobernado por la oportunidad o la presión del momento. Ese es un contexto en el que tener dólares y cuentas offshore es la única estrategia sensata.” Otra más: “¿Cómo tratar con un gobierno sediento de poder, conducido por oscuros personajes?” Y sigue: “La clave es saber cuán desesperados necesitan estar para rendirse ante la realidad. Cuánto están dispuestos a sacrificar al servicio de sus ambiciones egoístas.”
Pero, ¿qué dijeron realmente estos expertos economistas?
Veamos:
La batalla por la Argentina.
Por Ricardo Caballero y Rudi Dornbusch
Para LA NACION, 24 de abril de 2002
"Hace unos días presentamos un plan para proveer el ingrediente preciso que se necesita para este acuerdo: un programa por el que la Argentina acepta e incluso solicita una comisión de estabilización extranjera que conduzca el Banco Central y, a cambio del desembolso de un importante préstamo de estabilización, tome control de la implementación del presupuesto.
"Desde su publicación, nuestra propuesta ha atraído mucha discusión y no toda favorable. Pero es un dato importante que dos encuestas de opinión en la Argentina han revelado que cuenta con el apoyo de cerca del 50 por ciento de la poblacion. (…)
"Dijimos que esta crisis es peor y más peligrosa que cualquier cosa que la Argentina o cualquier otra economía emergente grande haya visto en las últimas décadas. Están siendo destruidos los cimientos mismos de una sociedad moderna. (…)
"Nuestra receta de que se renuncie a la soberanía financiera y económica de la Argentina por unos años no fue recibida con el mismo consenso. Los que la objetan ven en ella un ataque al orgullo nacional. Esta percepción es equivocada: un país es mucho más que un conjunto de normas monetarias, financieras y fiscales. No se renuncia a la identidad y el orgullo nacionales al aceptar que unos cuantos extranjeros controlen la implementación de un conjunto de normas cuidadosamente diseñadas para no interferir con la soberanía política, y aprobadas por el Congreso argentino. Dejemos la retórica y el orgullo de lado. La situación es demasiado grave. Pedimos disculpas a quienes hayamos ofendido. (…) una reforma de los sistemas impositivo y de coparticipación que vaya mucho más allá de la discusión pequeña de estos días; protección de los derechos de propiedad y estabilización definitiva de las reglas de juego; una reforma laboral más de acuerdo con las características del ciclo económico argentino. Empiecen ahora y elijan en 2003 al candidato que haga de esta propuesta su bandera. (…). No hay fondos del FMI que puedan cubrir esta brecha. Por desgracia, para recuperar la confianza no bastará el mero anuncio de una estrategia de largo plazo sólida: tiene que ser creíble. (…)
"Si la Argentina quiere tener acceso a una política monetaria sólida, hay que traer a un banquero central internacional reconocido para que la conduzca con un juego de normas estrictas acordadas entre la Argentina y sus asesores. Si la Argentina quiere aumentar su credibilidad sobre la base de una buena política fiscal, puede prometer un ajuste menos pesado que en la opción uno, pero con un supervisor internacional como testigo de las transacciones clave (…)
"Que no haya ilusiones: incluso la opción 2 tendrá costos y habrá tiempos difíciles. El que diga lo contrario habla con deshonestidad o está profundamente confundido. (…)
"De hecho puede ser la única opción de Duhalde para mantenerse en el poder y para que la transición al próximo gobierno se dé en un ambiente democrático y ordenado. Por supuesto que los políticos pueden llegar a despilfarrar los logros: aparentar que aceptan un programa serio buscando utilizar los recursos adicionales para su propia satisfacción. (…)
"Esperemos que, dada una opción permanente para salir de esta terrible crisis, los políticos finalmente se pongan a la altura de la ocasión.
Ricardo Caballero y Rudi Dornbusch son profesores de la cátedra Ford de economía del MIT.
RUDIGER DORNBUSCH, ECONOMISTA ESTADOUNIDENSE
Proponen que la economía la manejen extranjeros.
Domingo 03.03.2002
"Para el economista estadounidense Rudiger "Rudi" Dornbusch, la profunda crisis económica y social que sufre la Argentina supera largamente a los propios argentinos. Y por eso mismo, cualquier solución debería ser no sólo diseñada, sino ejecutada por extranjeros.
"De ahí que proponga, en un trabajo presentado esta semana, y cofirmado por el economista chileno Ricardo Caballero, una virtual intervención externa sobre el Gobierno argentino: al menos sobre las palancas de la política fiscal, monetaria y la administración de impuestos.
"Dornbusch considera que el país está quebrado económica, política y socialmente. "Sus instituciones no funcionan, el Gobierno no tiene reputación y la cohesión social ha colapsado". (…) "Los esfuerzos demandarán al menos una década. Porque la productividad y el sistema de crédito han sido destruidos. (…)
"El mundo deberá proveer apoyo financiero a la Argentina. Pero sólo una vez que la Argentina acepte realizar reformas y que manos extranjeras tomen el control y la supervisión del gasto, la emisión de moneda y la administración de los impuestos. (…)
"En opinión de Dornbusch y Caballero, …) la Argentina está en bancarrota. (…)
"Advierten que actualmente hay una devastadora guerra distributiva entre trabajadores y los sectores más acomodados de la sociedad, entre aquellos que están en el "corralito" y quienes lograron llevarse su dinero a Miami, entre las provincias y el Estado, entre sindicatos y empresarios, entre los acreedores externos y la Nación. En resumen, creen que todas esas pujas no hacen más que canibalizar a la Argentina.
"Además, consideran que es imposible llegar a un acuerdo nacional, porque nadie cree en nadie y no hay grupo de poder que pueda confiar el timón a otro para salir de la crisis. Por eso están convencidos de que la Argentina debe someterse a una ayuda- intervención internacional como la que se hizo cargo de Austria al final de la Segunda Guerra. "Aquello funcionó. Y es lo que debe aceptar hacer la Argentina. Un equipo de experimentados banqueros extranjeros debería tomar el control de la política monetaria. Y los pesos no deberían ser impresos en el país", dicen. Y concluyen: "No hay escapatoria a que la solución es una radical intrusión externa".
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El tiempo pasó, Argentina eligió un nuevo gobierno en 2003 y después adoptó medidas económicas y políticas propias, sin aceptar sugerencias "expertas" extranjeras. El resultado de las mismas, años después, están a la vista. Entonces, otras voces extranjeras más calificadas dieron su opinión:
Las lecciones de Argentina.
JOSEPH STIGLITZ
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía de 2001, es profesor en la Universidad de Columbia, dirigió el Consejo de Asesores Económicos del ex presidente estadounidense Bill Clinton y fue vicepresidente del Banco Mundial
"El colapso de Argentina dio lugar a la suspensión de pagos más grande de la historia. Los expertos están de acuerdo en que éste es sólo el último de
una serie de salvamentos encabezados por el FMI que despilfarraron miles de millones de dólares y no lograron salvar a las economías que pretendían
ayudar. La naturaleza de ese fracaso, sin embargo, está todavía en discusión. Algunos argumentan que el FMI fue demasiado indulgente;
otros, que fue demasiado severo. (…)
"Hay siete lecciones que deben extraerse ahora de este proceso:
1. En un mundo de tipos cambiarios volátiles, fijar una moneda a otra como el dólar es muy arriesgado. Hace años que se debía haber aconsejado a
Argentina que abandonara ese sistema cambiario.
2. La globalización expone a un país a enormes sacudidas. Las naciones deben enfrentarse a esas sacudidas. Los ajustes de los tipos de cambio
forman parte del mecanismo de globalización.
3. Ignorar los contextos social y político se vuelve un peligro en perjuicio propio. Cualquier gobierno que aplica políticas que dejan a grandes
sectores de la población desempleados o subempleados no está cumpliendo su misión primaria.
4. Centrarse exclusivamente en la inflación -sin prestar atención al desempleo o al crecimiento- es arriesgado.
5. El crecimiento requiere de instituciones financieras que brinden créditos a las empresas nacionales. Vender los bancos a extranjeros, sin crear las
salvaguardas apropiadas, puede impedir el crecimiento y la estabilidad.
6. Raramente se restablece la fortaleza -o la confianza- económica con políticas que conducen a la economía de un país a una profunda recesión.
El Fondo Monetario Internacional es el gran culpable por haber insistido en políticas restrictivas.
7. Hacen falta mejores métodos para afrontar situaciones similares a la de Argentina. Ése fue mi argumento durante la crisis de Asia Oriental; el FMI
afirmó lo contrario, optando por su estrategia de gran salvamento. Ahora el FMI reconoce tardíamente que debería explorar otras alternativas.
El FMI intentará por todos los medios desviar la culpa: habrá acusaciones de corrupción y se dirá que Argentina no adoptó las medidas necesarias.
Por supuesto, el país necesitaba llevar a cabo otras reformas, pero seguir el consejo del FMI de aplicar políticas de ajuste del gasto sólo empeoró las
cosas. La crisis de Argentina debería recordarnos la apremiante necesidad de reformar el sistema financiero global, y por donde debemos empezar es
por una profunda reforma del FMI.
"El economista Joseph Stiglitz fue la estrella y la oveja negra de la Conferencia de Premios Nobel en la isla de Lindau, al sur de Alemania, que terminó ayer. Allí se le preguntó:
"–¿Por qué considera errados los planes de ajuste fiscal?–Esas políticas llevan al estancamiento, se necesitan más planes de estímulo fiscal para recuperar el crecimiento y alcanzar menores niveles de desempleo en Estados Unidos y Europa. La política monetaria hoy no es efectiva. Los primeros paquetes de estímulo fiscal en 2008 funcionaron bien, si no la desocupación hubiera sido mucho mayor. Al mismo tiempo, esa expansión generó importantes déficit presupuestarios. La mejor forma para enfrentar esos déficit es con mayor gasto, la austeridad va en la dirección contraria. Es una visión equivocada, es la misma receta que aplicó el FMI en la Argentina. Sabemos lo que pasa: la economía se desacelera, luego entra en recesión y finalmente termina con una depresión. Sin crecimiento no es posible salir de la crisis. Cuanto más se demore el resultado político mayores serán la inestabilidad y los costos.
–¿La crisis estructural en Europa desencadenará la desintegración de la unión monetaria?
–Va a ser necesario más dinero para que funcione el euro, así como también va a ser necesario más dinero para que deje de hacerlo. De una forma u otra, Alemania va a perder mucho dinero. Hay vida después del default y de abandonar un sistema de tipo de cambio fijo. En la Argentina, el fin de la paridad cambiaria y el default tuvieron un alto costo. Luego de un período de caída, Argentina comenzó a crecer muy rápido, incluso en ausencia de lo que mucha gente considera las “mejores” prácticas económicas, con buenas políticas pero no perfectas. Yo creo que es muy difícil volver a unir un huevo revuelto, me parece que el euro es una muy buena iniciativa. Por eso, no creo que sea necesario que ningún país abandone el euro. Como le dije antes, es necesario impulsar planes de estímulo. Para eso se puede inyectar más recursos al Fondo de Estabilidad Financiera Europeo para hacer frente a los problemas de la región. También, es posible emitir eurobonos.
–¿El buen desempeño de las economías como Argentina responde solamente a las exportaciones de bienes primarios y los elevados precios internacionales?
–No, esa situación va a beneficiar a América latina y otros países dependientes de las exportaciones de commodities. Pero esas exportaciones no son suficientes para garantizar el crecimiento sostenido y la reducción del desempleo, los países de la región como Argentina tienen que diversificar sus estructuras productivas, invertir en sectores de alta tecnología. Es un proceso que demora tiempo. Los países como Argentina, Brasil y China desplegaron muy buenas políticas macroeconómicas. Comprendieron la importancia de un estímulo keynesiano bien diseñado para apuntalar la economía y garantizar que el desempleo no se dispare. Hay un conjunto de aspectos que permiten que los países emergentes no se vean directamente afectados por la crisis. Por ejemplo, las regulaciones bancarias en muchos países son mucho mejores, de mejor calidad, que las de Estados Unidos y Europa. En algunos casos eso se debió a que los países ya habían atravesado grandes crisis. Argentina hizo muy bien las cosas en los últimos años para garantizar un fuerte crecimiento a tasas muy altas y controlar la inflación.
–¿La inflación es un problema para las economías emergentes?
–Argentina enfrenta, como muchos países emergentes, el desafío de controlar la inflación en un mundo en recesión. Es un tiempo muy difícil para llevar adelante esa tarea porque se experimentan shocks negativos de demanda y shocks inflacionarios externos. No hay una forma sencilla para atravesar ambos desafíos. El foco excesivo de los bancos centrales en controlar la inflación es un error, pero también es un error ignorar el fenómeno. La estabilidad financiera, el crecimiento y el empleo también tienen que formar parte de sus objetivos. La baja inflación no asegura el crecimiento sostenido. En Europa, la preocupación del Banco Central por los aumentos de precios es uno de los factores que debilita la economía. Por su parte Brasil logró crecer, pero su enfoque excesivo en la inflación ha dado como resultado tasas de interés muy elevadas, entre las más altas del mundo."
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“La Argentina realizó avances muy importantes en los últimos años, pero debe diversificar más su economía, invertir en sectores de alta tecnología, porque hoy todavía es un país que depende”, precisó el profesor de la Universidad de Columbia.
“La mejor herramienta para enfrentar a los déficit es el crecimiento y, para eso, se necesitan mayores estímulos fiscales. La austeridad va en la dirección contraria, es una visión equivocada, es la misma receta que aplicó el FMI en la Argentina. Sabemos lo que pasa: la economía se desacelera, luego entra en recesión y finalmente termina con una depresión. Por qué los países de Europa y Estados Unidos aplican esas medidas voluntariamente, se me escapa. Pero tenemos que recuperar el sendero del pleno empleo y para eso se requiere impulsar el gasto y no reducirlo”, dijo a este diario el ganador del galardón en 2001."
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“Hay vida después del default y de abandonar un sistema de tipo de cambio fijo. En la Argentina, el fin de la paridad cambiaria y el default tuvieron un alto costo. Luego de un período de caída, Argentina comenzó a crecer muy rápido. Creció al 8 por ciento incluso en ausencia de lo que mucha gente considera las ‘mejores’ prácticas económicas, con buenas políticas pero no perfectas”, señaló ayer el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz.
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“Me sorprende que digan que Argentina no es un país serio. No veo cómo el default argentino puede ser presentado, entre todos los ejemplos posibles, como una advertencia para Grecia”, escribió ayer en su blog del New York Times el economista Paul Krugman. En una breve publicación titulada Don’t cry for Argentina –No lloren por Argentina–, el ganador del Premio Nobel en 2008 destacó el sostenido crecimiento del PIB argentino desde 2003 y cuestionó la zonzera vernácula que afirma que el país está aislado del mundo desde que declaró el default. El post de Krugman responde a las declaraciones de un miembro del consejo directivo del conglomerado empresario local IDEA, quien consultado para un artículo de la edición impresa del diario estadounidense afirmó: “Argentina ya no es considerado un país serio”.
“Me sorprendió la persona que dijo que Argentina ya no es considerado un país serio. ¿No debería ser considerado serio un país como este [en referencia al gráfico con el PIB per cápita]?”, se pregunta el economista, para rematar: “En Argentina, y en cualquier otro lado del mundo, ser serio fue un desastre”. El texto que Krugman publicó ayer al mediodía está acompañado por un ilustrativo gráfico con la evolución del PIB real per cápita argentino entre 1998 y 2010, donde se observa el fuerte crecimiento económico luego del default y la devaluación.
“Argentina sufrió terriblemente entre 1998 y 2001, mientras intentó ser ortodoxo y hacer lo correcto. Después de que defaulteó a fines de 2001 atravesó una breve pero severa caída, pero al poco tiempo comenzó una rápida recuperación que continuó por mucho tiempo”. Antes que recomendar un default para Grecia, Krugman refuta los argumentos de quienes recurren al caso argentino para desestimar una cesación de pagos como salida para el país helénico. “El ejemplo argentino sugiere que el default es una gran idea. Los argumentos contra el default griego deben ser que se trata de un país diferente. Aspecto que, para ser justo, es discutible”, advierte el economista, quien cuestiona a los líderes europeos por postergar una solución a la crisis griega, ya sea la salida del euro o una reestructuración de la deuda acompañada por asistencia desde la Unión Europea."
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Veamos ahora qué más dijo el respetado columnista económico del NY Times y a la vez Premio Nóbel de economía, Paul Krugman:
¿No debería ser considerado serio un país como este [en referencia al gráfico con el PIB per cápita]?”, se pregunta el economista, para rematar: “En Argentina, y en cualquier otro lado del mundo, ser serio fue un desastre”. El texto que Krugman publicó ayer al mediodía está acompañado por un ilustrativo gráfico con la evolución del PIB real per cápita argentino entre 1998 y 2010, donde se observa el fuerte crecimiento económico luego del default y la devaluación.
"El post del economista norteamericano que puede leerse en su blog de Internet “La consciencia de un liberal” (http://krugman.blogs.nyti mes.com) sostiene que “Argentina sufrió terriblemente entre 1998 y 2001, mientras intentó ser ortodoxo y hacer lo correcto. Después de que defaulteó a fines de 2001 atravesó una breve pero severa caída, pero al poco tiempo comenzó una rápida recuperación que continuó por mucho tiempo”. Antes que recomendar un default para Grecia, Krugman refuta los argumentos de quienes recurren al caso argentino para desestimar una cesación de pagos como salida para el país helénico. “El ejemplo argentino sugiere que el default es una gran idea. Los argumentos contra el default griego deben ser que se trata de un país diferente. Aspecto que, para ser justo, es discutible”, advierte el economista, quien cuestiona a los líderes europeos por postergar una solución a la crisis griega, ya sea la salida del euro o una reestructuración de la deuda acompañada por asistencia desde la Unión Europea."
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También dijimos después en Basurero Nacional:
"El fantasma de Kirchner recorre Europa.
Parecería que el fantasma del ex presidente argentino Néstor Kirchner, recientemente fallecido, está ahora mismo recorriendo Europa. Es decir: el espectro de reestructurar la deuda exterior con acreedores bancarios y tenedores de bonos. Fue durante su mandato cuando Argentina anunció, en septiembre de 2003, la reestructuración de su deuda de 102.500 millones de dólares, la mayor de la historia financiera hasta entonces, con una reducción algo inferior al 70% de su valor. Toda una herejía.
Esta decisión formó parte de un programa dirigido a obtener un superávit fiscal basado no en la contracción sino en el relanzamiento de la actividad económica (en tres años, de 2003 a 2005, el crecimiento anual acumulado se elevó al 9%, cierto que rebotando desde una caída anterior del PIB del 20%), apoyada por un tipo de cambio favorable.
La reestructuración de la deuda argentina se enfrentó a todo el mundo, empezando por el FMI, cuyas recetas llevaron antes a una gran recesión y más tarde al célebre corralito, impuesto para frenar la retirada de depósitos de los bancos.
La Eurozona tiene en sus manos la posibilidad de aplicar con ingenio lo que constituye uno de los casos más extremos de las finanzas internacionales. Pero hasta ahora, lo que ha decidido es reeditar la peor parte de esa experiencia, es decir, el programa de austeridad fiscal que impuso el FMI y que condujo a la suspensión de pagos."
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Veamos, ahora un resúmen de lo que dijo la ONU (a través de CEPAL) este año sobre la realidad de nuestra economía.
Informe CEPAL sobre Argentina 2010/2011
"Luego de la marcada desaceleración de 2009, la economía argentina volvió a expandirse significativamente en 2010, registrando un crecimiento interanual del 9,2%, bastante por encima del promedio de la región. Dicho crecimiento trajo aparejada una disminución de la tasa de desocupación, que pasó del 8,4% en el último trimestre de 2009 al 7,3% en el mismo período de 2010. En el primer trimestre de 2011 el crecimiento interanual del PIB fue del 9,9%, lo que implica un piso de crecimiento del 6,1% para el resto del año.
El gobierno ha tendido a sostener el impulso a la actividad económica, tanto en el plano fiscal como en el monetario, por lo que, de mantenerse la actual coyuntura internacional y regional, es factible que la tasa de crecimiento del PIB supere el 8% en el promedio del año, nuevamente por encima del promedio regional. Si se constatan estas previsiones de crecimiento, es probable que la tasa de desempleo vuelva a reducirse en 2011,
La tasa de inflación de 2010 fue mayor que la de 2009 y se volvió a situar por encima de la media regional. El aumento se debió a una combinación de factores, que incluyen el incremento de los precios internacionales de los productos básicos, en particular la carne, y una leve alza del tipo de cambio nominal, en un contexto de elevado crecimiento de la demanda agregada.
Los resultados positivos de la cuenta corriente y de la cuenta de capital y financiera contribuyeron a incrementar las reservas internacionales en 4.212 millones de dólares durante 2010, alcanzando un saldo acumulado de 52.132 millones de dólares a fines del año pasado, equivalente al 14,1% del PIB.
El PIB creció un 9,2% en 2010, impulsado por todos los componentes de la demanda agregada. El principal estímulo estuvo dado por el consumo, tanto privado (9,0%) como público (9,4%). Una serie de condiciones influyeron positivamente en las decisiones de consumo de los hogares. En primer lugar, la recomposición del mercado de trabajo y el aumento del ingreso de los hogares, no solo salarial, sino también el derivado del sistema de seguridad social y protección social. En segundo lugar, la mejora en las perspectivas económicas internacionales, particularmente de los principales socios comerciales, en especial el Brasil. Por último, el aumento del crédito, aunque este factor es aún secundario en la economía argentina, dado el reducido peso del crédito interno como fuente de financiamiento del gasto privado (en torno al 13% del PIB).
En cuanto al mercado laboral, la disminución de la tasa de desocupación durante 2010 se debió, en parte, a la reactivación económica, como también a la caída de la tasa de actividad, que pasó del 59,3% al 58,9%, en promedio, entre 2009 y 2010. El desempleo experimentó un leve pero constante descenso durante todo el año pasado, luego de su aumento en 2009, y hacia fines de 2010 se alcanzó la tasa de desempleo más baja de los últimos 20 años, aunque la industria manufacturera aún no pudo exhibir los niveles de ocupación y de horas trabajadas que registraba en 2008, antes de la agudización de la crisis internacional.
En materia de remuneraciones, las negociaciones paritarias arrojaron una variación media del nivel general de salarios del 22,5%. El sector privado registrado obtuvo un aumento del 24,8%, superando al sector privado no registrado y a las remuneraciones de los empleados públicos. Cabe destacar que los trabajadores de la industria manufacturera recibieron un incremento del 32,7% en sus remuneraciones, muy superior al promedio. En el mismo sentido, a principios de año se fijó un piso más elevado para el salario mínimo vital y móvil, que aumentó un 22,7% con respecto al año anterior. Las negociaciones llevadas a cabo en el primer semestre de 2011, si bien en un contexto más moderado que en 2010 —en particular por la desaceleración del ritmo de crecimiento de los precios de los alimentos—, tienden a arrojar aumentos que vuelven a ubicarse por encima del 20% interanual "
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Y, últimamente, más voces insospechadas de afinidades ideológicas con nuestro país se suman a elogiar las bondades del modelo argentino de salida de la crisis. Veamos un par de notas al respecto:
Editorial del NYT pide a Obama que tome a la Argentina como ejemplo de política económica
"El tango que se dio vuelta en Argentina", así se titula una columna de opinión del estadounidense The New York Times donde se asegura que que Argentina "ofrece valerosas lecciones" en su política económica, y que es "un caso testigo de cómo hacer mover nuevamente a una economía", algo que "Washington haría bien en prestar atención". Sin embargo, no todo son flores, en el mismo articulo advierte sobre las altas tasas de inflación e impuestos a las importaciones y exportaciones.
"Argentina ha recobrado su prosperidad gracias a inteligentes medidas económicas", dice la editorial del periódico neoyorquino firmada por Ian Mount quien destacó además que el gobierno argentino "intervino para mantener el valor bajo de su moneda, lo que impulsó la industria local haciendo las exportaciones argentinas más baratas afuera mientras mantenía las importaciones más caras".
El editorialista resaltó que una de las "valerosas lecciones" que enseña Argentina es que el "recorte extremo de gasto público en una economía estancada sólo hará inhibir el crecimiento".
Mount indicó que otra de "las lecciones que nos da Argentina es que el gasto gubernamental para promover la industria y programas de infraestructura para crear empleo no convierte a un país en una especie de parodia soviética", en alusión a las críticas de los republicanos contra el gobierno de Barack Obama.
"Argentina es difícilmente un paralelismo perfecto para Estados Unidos. Pero la diferencia entre las políticas de austeridad y poco crecimiento de finales de los 90 y las de pro-Estado y alto crecimiento de los 2000 ofrecen un caso testigo de cómo hacer crecer la economía de nuevo. Washington haría bien en prestarle atención", señaló.
Sin embargo no todas fueron flores, en otro párrafo evalúa que "Argentina está lejos de ser perfecta" y explica que los impuestos a las importaciones y exportaciones "ahuyentaron algunas inversiones extranjeras, mientras que el alto nivel de gasto empujó la inflación sobre el 20%". Y prosigue que también hay dificultades de administración y lista "corrupción, falta de claridad del gobierno, tendencias autoritarias, impuestos confiscatorios y la tentación de pellizcar las desagradables estadísticas de inflación". "Sería gracioso sugerir que EEUU siguiera sus pasos", completa.
El editorial resalta el "reverdecer" de automóviles en Argentina "que ahogan las calles de Buenos Aires", la "meca del vino Mendoza llena de bodegas de alta calidad" y los TV plasma y celulares Blackberrys "que se convirtieron en una costumbre de la clase media urbana".
En otro orden también destacó a la Asignación Universal por Hijo como una medida que además "de ayudar a incrementar el consumo, probablemente mejorará a largo plazo la performance educativa del país debido a que los chicos están obligados a ir a la escuela".
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(Nota original de NYT Argentina’s Turnaround Tango.)
"Michael Cohen fue responsable de la división de desarrollo urbano del Banco Mundial entre 1972 y 1999, desde donde se involucró en las políticas de infraestructura, medio ambiente y desarrollo sustentable de más de cincuenta países. A fines de la década del ‘90 se alejó de la entidad crediticia por sus disidencias con las políticas de ajuste que proponía a los países periféricos para enfrentar la crisis. Actualmente dirige el Observatorio sobre Latinoamérica y la Maestría en Asuntos Internacionales de la New School de Nueva York, donde Néstor y Cristina Kirchner fueron invitados en septiembre de 2003. Doctor en Economía Política de la Universidad de Chicago, Cohen vivió en Argentina durante 15 años y experimentó la crisis de 2001. La recuperación de la economía local se volvió el eje de su investigación, que quedará volcada en un libro de próxima publicación. En su visita por Buenos Aires para dictar un seminario en el Idaes-Unsam, el investigador norteamericano dialogó con Cash sobre los aspectos más destacados de las políticas públicas de la gestión kirchnerista.
¿Por qué considera que la recuperación económica de la Argentina es un ejemplo para los países de ingreso medio?
–En plena crisis argentina, durante los primeros meses de 2002, fue muy interesante ver las críticas que se hacían desde el exterior. Desde el Financial Times, el The New York Times, en Wall Street, el comentario era que Argentina iba a caer tanto que desaparecería. Cómo explicar entonces, cinco años después, un crecimiento tan fuerte. Escribí un libro sobre este tema que será publicado en diciembre próximo.
¿Qué rasgos distingue de la experiencia argentina?
–Muestra, sobre todo, las debilidades del libreto neoliberal. Trabajé muchos años en las ciudades cuando estaba en el Banco Mundial y, por ello, tengo mis dudas sobre la ayuda internacional.
¿Cuáles fueron los motivos por la fuerte recuperación del sector agrícola?
–Hubo un mayor volumen de demanda de commodities por parte de China y un cambio en los precios. Sin dudas, no es correcto separar lo rural de lo urbano, hay relaciones entre ambos en términos de ganancias e inversiones. Creo que hay que reconocer la importancia de la estrategia del Gobierno en dos aspectos.
¿En cuáles?
–Primero, las políticas de empleo que implementó han sido el aspecto más interesante e inesperado. La experiencia de Argentina de más empleo en blanco, menos informalidad y más inspectores muestra una mejora en volumen y calidad del empleo. En la New School tuvimos oportunidad de escuchar a Marta Novick, subsecretaria de Programación Técnica y Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación, quien habló de la performance del mercado de trabajo. Es impresionante la recuperación.
¿Cuáles son los aspectos que destaca de la política de empleo?
–La utilización de tantos instrumentos al mismo tiempo para reforzar el mercado. Y el hecho de que el 85 por ciento de la mano de obra formal esté incluido en los acuerdos colectivos de trabajo. En los Estados Unidos, esa cifra llega al 8 por ciento. La otra política pública que se destaca está relacionada con el apoyo a la población pobre: la Asignación Universal por Hijo, las jubilaciones y otras ayudas sociales. Es muy impresionante cómo creció este tipo de programas, que empezó con el Plan Jefas y Jefas de Hogar. Y es interesante verlos desde el punto de vista de la crisis de 2008.
¿Por qué?
–Porque la diferencia entre 2001 y 2008 es que en este último año, la Argentina tenía en marcha un sistema de políticas y programas que la dejaron blindada frente a las presiones globales de la economía. Veamos la performance de la economía de tres países: Argentina, Brasil y Estados Unidos. En Brasil, el crecimiento en 2008 y 2009 representó una V. Es decir, hubo una caída en el crecimiento e, inmediatamente, una recuperación. En Argentina fue una U, porque la caída fue menos fuerte, mientras que Brasil necesitó más instrumentos para recuperarse. En Estados Unidos, el comportamiento económico fue una L: hubo una caída en la economía, y va a caer más. En términos comparativos, el aspecto más importante no es el crecimiento, sino el empleo, cuyo aumento, en el contexto del mercado industrial urbano, es un aspecto clave. Frente a la crisis, la Argentina estuvo mucho mejor organizada para recibir y absorber los impactos a nivel económico.
Desde el punto de vista distributivo, ¿qué opina de la política de retenciones móviles que se intentó implementar en 2008?
–Creo que fue razonable la política de retenciones por ser una política fiscal progresiva. Se necesita más inversión, más impuestos, más progresivo, para apoyar las políticas de infraestructura, y desarrollar más servicios.
¿Qué factores cree que incidieron más en la crisis de 2001, los de orden externo o interno?
–Es una mezcla. Hubo factores externos e internos. La crisis del Tequila en 1994, la de Asia en el ‘97, luego la crisis rusa y la brasileña, todas tuvieron como consecuencia la suba en la tasa de interés. Y para Argentina, el pago de la deuda fue más oneroso, sobre todo con el proceso de ajuste y contracción de la economía. A eso se agregó la falta de liderazgo político en 2001.
Hoy existe una economía más globalizada que en 2001, ¿cómo se produce la transmisión de la crisis mundial hacia las economías periféricas?
–En 2001, el canal de contagio fue la tasa de interés. En 2008, el canal de transmisión fue el comercio, porque la demanda agregada global se achicó, y eso tuvo un impacto fiscal –menos ingresos–, en la inversión y en el empleo. Fue peor para Brasil que para Argentina. Ahora no es evidente que vaya a haber una baja en la demanda de los commodities por parte de China. Por eso, creo que para Argentina no será tan doloroso pasar la crisis.
¿No es contradictorio decir que Argentina podrá sortear la crisis porque no tiene una producción industrial potente?
–Sí, es una contradicción, pero estamos hablando de las vulnerabilidades. Es posible que baje la demanda de producción de automóviles, pero no son tantos los sectores de la economía argentina en los que sucederá esto. En Brasil, en cambio, la crisis significa menos aviones, menos productos industriales. En este sentido, desde el punto de vista de las políticas de desarrollo, es importante apoyar proyectos de infraestructura en el conurbano bonaerense, en Córdoba, en Rosario, lugares donde hay crecimiento pero subsiste una deficiencia importante en infraestructura.
Usted menciona regiones importantes del país que, además, están en crecimiento. ¿Qué propone para las provincias pobres del Norte argentino?
–Creo que el caso de Salta es muy importante, porque cambió mucho en los últimos diez años. También es importante impulsar políticas de desarrollo e inversión en las ciudades secundarias. Si hay más inversión en las ciudades pequeñas, hay más productos y servicios y la oferta es más grande. Además, las regiones más productivas son una mezcla entre lo urbano y lo rural"
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Como conclusión, este humilde servidor público, acostumbrado ya a sus rondas de recolección de la basura que abunda en los medios a diario, se atreve a afirmar que, contrariamente a lo que piensan muchos extranjeros y varios compatriotas, nuestro país no está poblado de adolescentes caprichosos e irresponsables, y que para administrar nuestros pesitos no hay nadie mejor que nosotros mismos. Aunque, por supuesto, tenemos que ser muy cuidadosos en elegir a quienes designamos para la tarea y vigilar nosotros mismos qué medidas se han de tomar, considerando nuestros propios intereses en primer lugar. ¿No es así?
Para finalizar, citamos aquí las palabras (más pertinentes que las nuestras) de un conocido y prestigioso economista argento, el Dr. Aldo Ferrer:
"Es necesario explicar por qué la evolución de la economía argentina pasó de ser una de las peores a una de las mejores del mundo en apenas una década."