2 de noviembre de 2011

A papá basurero con pescado podrido no, Sarlo, conmigo no...

La mentira tiene patas cortas pero la verdad puede tardar en llegar, por eso es saludable el ejercicio de la duda, y más aún para quienes cuentan con merecidos títulos y posgrados. Pero este humilde basurero está acostumbrado a revolver en los medios y suele encontrar "expertos" que derrapan y vivos que ocultan. Muchas veces el hecho mismo de leer o escuchar un análisis de una persona prestigiosa nos impide prestar debida atención a cada uno de sus argumentos, frases o conceptos, y nos centramos más en la manera, seguridad al expresarlos y esquema de su “tesis”, que en la solidez de su argumentación: la forma prevalece por sobre el fondo en nosotros como receptores, y más aún si no tienen una réplica inmediata, y eso refuerza el valor de sus argumentos, los hace más creíbles… aunque sean falaces. En el caso de la nota de Beatriz Sarlo en La Nación explicando el triunfo avasallante de Cristina Fernández en los comicios, este humilde servidor público siente como nunca que se dan estas condiciones, y por eso trata de esbozar este humilde análisis (aunque ya hay algunas réplicas a su artículo) porque si de algo sabe este basurero es de recoger y reciclar la basura que pulula por los medios. Por eso, primero repasemos algunos párrafos de su “prestigioso” artículo de análisis político, semiótico y sociológico del resultado electoral, para después rebatir el fundamento de su artículo y finalmente valorar sus argumentos contrastándolos con los de otros ensayistas quizás más avezados en el tema (o al menos con otra visión sobre el mismo).

Dice Beatriz Sarlo en su artículo "Victoriosa autoinvención":
"Pero lo que parecía difícil cuando la popularidad de Cristina Kirchner alcanzaba un penoso 20 por ciento, sobrevino en el año que va entre la muerte de Néstor Kirchner y estas elecciones. La Presidenta Viuda fue la protagonista y la directora de la obra, una creación suya y de un grupo muy chico de publicitarios e ideólogos (…) Después del entierro de Néstor, Cristina Kirchner dispuso casi de inmediato todos los elementos de la puesta en escena y vestuario: su luto, su palidez (…) La Presidenta hizo una actuación de alta escuela, mezcla de vigor y emoción (…) A veces, un flash la asimila a una buena actriz de la televisión representando a una gran mujer política: el mismo empaque de señora que ha bajado a las cosas pero que conserva sus aires; la misma ropa con brillos; un poco de sobreactuación; un poco de distancia y mucho de afectividad. (…) Para no asustar a las capas medias, la Presidenta moderó su retórica. (…) El Gobierno está haciendo inversiones considerables en cultura, cine y televisión, que ofrecen trabajo a guionistas, actores, directores de arte, músicos, fotógrafos.
Hay mucho dinero en juego, flotando por áreas grises, atravesadas por intereses proclives a mecanismos de cooptación, cosas que se dicen a media voz. Pero, a partir de los festejos del Bicentenario, la cultura se convirtió en una pieza orgánica. Se asentó el convencimiento de que con la cultura había mucho para ganar.
Los resultados de estas elecciones presidenciales no se alcanzan sólo con subsidios, miniturismo, bolsas de shopping o plasmas. Juzgar la adhesión al peronismo sólo por motivos económicos siempre le impidió a la oposición descubrir sus verdaderas peculiaridades".

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Para empezar, empecemos por el principio… Sarlo fundamenta su ponencia en que “lo que parecía difícil cuando la popularidad de Cristina Kirchner alcanzaba un penoso 20 por ciento, sobrevino en el año que va entre la muerte de Néstor Kirchner y estas elecciones”. Bueno, este humilde servidor público se atreve a afirmar (perdón señora Sarlo) que eso es falso. Quizás la eminente ensayista del diario La Nación no recuerde cuál era la situación política anterior a aquel 27 de octubre del año pasado, aunque la podría haber averiguado mejor antes de escribir su artículo. O tal vez no creyó necesario corroborar aquel 20% de popularidad que afirma, traicionada por su confianza en su renombre y el merecido prestigio logrado con sus posgrados universitarios en su especialidad, que no es por cierto las ciencias sociales; por supuesto, tampoco lo es la de este humilde basurero, quien recorre diariamente los medios en busca de basura, pero como siempre decimos: “eso es lo que tratamos aquí, de dudar...”, y como dudamos decimos que es falso. Veamos por qué. Antes de la viudez de Cristina Fernández los medios decían:

21 de noviembre de 2009
"La imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se ubica entre el 46 y el 52 por ciento en base a la ponderación de su gestión de gobierno, en tanto que la mayoría de los argentinos tiene expectativas "positivas" para el próximo año, según revela un anticipo de una encuesta realizada por la consultora CEOP.
Roberto Bacman, titular de esa consultora, señaló que "en los últimos meses se está recuperando la imagen de la Presidenta" y que "están apareciendo algunos números sobre imagen que no son los que indican nuestras encuestas".
"La recuperación de la imagen positiva tiene anclaje en ciertas medidas que tomó el gobierno en los últimos meses, como la asignación universal por hijo, el impulso de la reforma política, o la aprobación de la ley de medios", señaló Bacman.
En cuanto a la actitud de la gente para el próximo año, arroja un resultado "positivo, por las expectativas de mantener el empleo de la mayoría de los encuestados y de mejora en materia económica".

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3 de junio de 2010
“Analistas destacaron que el nivel de adhesión a la mandataria argentina subió casi diez puntos en los últimos cuatro meses. Sin embargo, todavía se encuentra en un nivel bajo, entre 29% y 36%.
La popularidad de la presidenta argentina Cristina Fernández se recuperó casi 10 puntos en los últimos cuatro meses gracias a la mejora de la economía, revirtiendo una tendencia negativa que registraba desde hace dos años, dijeron analistas políticos a Reuters.
No obstante, observaron que sigue siendo baja -de entre 29% y 36%- y mantener el ritmo de recuperación dependerá de las políticas públicas que adopte de ahora en adelante el gobierno, que no ha gozado de buena aceptación desde la extensa disputa con el sector agrario en el 2008.
"Efectivamente hubo una recuperación y fue rápida. Lo que no queda claro es que haya un cambio de tendencia lo suficientemente fuerte y sustentable", dijo Sergio Berensztein, director de la consultora Poliarquía.
La popularidad de Fernández y de Kirchner registró un cambio positivo desde febrero, cuando la actividad económica comenzó a repuntar tras 2009 en el que se vio perjudicada por la crisis mundial, según los consultados.
La actividad económica del país se expandió en marzo 8,1% interanual, en el séptimo mes de crecimiento consecutivo, según el ente estatal de estadísticas. No crecía a ese ritmo desde julio del 2008.
Antes de la recuperación, 60% de la población decía que no quería a los Kirchner, mientras que 20% decía "que sí" y otro 20% estaba indeciso, explicó Giacobbe, respaldado en sondeos.
Giacobbe y Berensztein coincidieron en que la imagen positiva de Fernández y Kirchner es cercana a 29%, desde 20% anterior.
Mientras que recientes sondeos de la consultora Ipsos Mora y Araujo revelaron que la aprobación de la gestión de Fernández se ubica en 36 puntos desde los 28 puntos de fines del 2009.
"La próxima medición (en junio) es la que nos va a indicar si llega a 38, 39% o si vuelve a bajar (...) Nunca pasó el 36 desde la crisis con el campo, ahora en la próxima medición vamos a ver si realmente es una tendencia", dijo Santiago Rossi, director de Ipsos Mora y Araujo.

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15 de agosto de 2010
“La presidenta argentina, Cristina Fernández, tiene una imagen positiva de 36 por ciento, mostró el domingo una encuesta, que indicó que pese su baja popularidad la opinión pública juzga mejor a la mandataria que a su marido y antecesor, Néstor Kichner
La encuesta de la consultora Poliarquía, encargada y publicada por el diario La Nación, verificó que un 49 por ciento desaprueba la gestión de Fernández, quien asumió en el 2007 y debe concluir su mandato en diciembre del 2011. Un 45 por ciento respondió que aprobaba su Gobierno.
La mandataria cosechó una imagen negativa de un 38 por ciento, y una regular del 26 por ciento.
“Ella tiene mejor imagen. Pero los resultados traslucen que hay una concepción de que él representa el poder y la autoridad”, dijo a La Nación Alejandro Catterberg, uno de los directores de Poliarquía.”

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Y a escasas horas del fallecimiento de su marido, al “beneficiarse” con su viudez (según Sarlo) sus números variaron, pero veamos en qué medida:

29 de Octubre de 2010
“Si bien la imagen del gobierno actual, y la de Néstor Kirchner en particular, venían subiendo en forma ininterrumpida en los últimos meses, se aceleró esa curva de crecimiento. Antes de su muerte, Néstor Kirchner, como así también Cristina, se perfilaban ya como los candidatos a vencer en 2011. Cristina Fernández de Kirchner recoge una imagen positiva de 68,5 por ciento, mientras un 25,1 por ciento evalúa negativamente su imagen. La imagen positiva de la presidenta subió 20 puntos, en comparación con una medición realizada diez días atrás, antes del fallecimiento de Néstor Kirchner, en AMBA.”
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30 de octubre de 2010
“Para Zuleta, “el respaldo a Cristina no es muy distinto del que ya tenía. Ojo, Cristina contaba con buena imagen antes de la muerte de Néstor y en las encuestas hasta estaba un par de puntos por encima de su marido. Y tampoco debe pensarse que Néstor estaba en mala situación.
No me extraña, porque también la imagen de Cristina avanzó en forma espectacular en los últimos ocho meses. Fíjese que sólo un 21 por ciento opinaba mal de su gestión y el doble de ese porcentaje consideraba que su gobierno era bueno o muy bueno. En los datos posteriores a la muerte de Néstor no existe un cambio abrupto en las opiniones sobre Cristina. Ya venía bien, en ascenso.”
En los datos sobre lo que sería una primera vuelta, no hay muchos cambios en la encuesta de OPSM. Néstor Kirchner siempre ocupaba el primer lugar, algo reconocido hasta por los consultores que trabajan para distintas vertientes opositoras. También Cristina figuraba imponiéndose en la primera vuelta.
Los consultores opositores señalaron siempre que el oficialismo tendría grandes dificultades para imponerse en una segunda vuelta. Eso tenía que ver con que el ballottage unifica a quienes se oponían a Néstor y Cristina. En la encuesta de OPSM, la Presidenta le saca una enorme ventaja a cualquier adversario: le saca 14 puntos a Cobos, 15 puntos a Mauricio Macri y 22 a Ricardo Alfonsín. Para Zuleta, en esos datos sí se nota un cambio tras la muerte de Néstor Kirchner:
Y además cuenta con el hecho de que los candidatos opositores están en un mal momento, básicamente porque es el oficialismo el que genera imagen de gobernabilidad.”

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Com vemos, al desvanecerse el fundamento de su argumentación, ésta se desmorona: la “escenificación de la presidenta viuda” no prestidigitó aquel supuesto 20% de popularidad en este 54% de votos. Pero, sigamos con el análisis en detalle: como popularidad o imagen no es lo mismo que votos, veamos la evolución de la intención de voto del matrimonio Kirchner desde cuando se especulaba que Néstor sería candidato hasta que Cristina fue la única referente del oficialismo al fallecer él:


23 de Mayo de 2010
Un estudio efectuado por la Consultora Equis señala que Néstor Kirchner lidera en las encuestas, pero apenas pasa el 30% de intención de voto.
Néstor Kirchner: 31,5%
Mauricio Macri: 10,7%

2 de Agosto de 2010
Una encuesta telefónica realizada por la consultora Ibarómetro, sobre mil casos tomados en todo el país entre el 28 y el 29 de julio de 2010, muestra cómo está el mapa político argentino con respecto a los comicios que se celebrarán el próximo año.
Néstor Kirchner: 36,2%
Mauricio Macri: 22,8%

19 de Septiembre de 2010
Cuando aún falta más de un año para los comicios que elegirán (entre otros cargos) al nuevo presidente de nuestro país, las encuestas comienzan a trazar los lineamientos de un escenario preelectoral que va mostrando sus componentes estructurales.
Néstor Kirchner: entre el 37,1% y el 38,0%, según se enfrente a Ricardo Alfonsín o a Julio Cobos.
Ricardo Alfonsín: 18%
Julio Cobos: 16,3%

31 de Octubre de 2010
La presidenta lidera la intención de voto para el próximo año. Así lo reveló una encuesta realizada por la consultora Ibarómetro el jueves 28 en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores.
Cristina Fernandez de Kirchner: 44%
Julio Cobos: 11,8%

Para la consultora Nueva Comunicación, Cristina Fernández también estaría primera.
Cristina Fernandez de Kirchner: 31,8%
Ricardo Alfonsín: 15,9%

Y por parte de OPSM, la intencióin de voto es la siguiente:
Cristina Fernandez de Kirchner: 35,7%
Mauricio Macri: 19,4%
Ricardo Alfonsín: 16,3%

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Es decir que la muerte de Kirchner sólo trasvasó su intención de voto (que pertenece al tándem político que ambos constituyeron siempre) a su esposa, aunque algunas encuestas le daban mejor a ella, y muchas ya postulaban que ella tenía un techo de intención de votos mayor que el de su marido, lo que se comprobó este mes. Vale aclarar que estos porcentajes no descartan los indecisos ni los votos en blanco, por lo que los números definitivos eran mayores, acercándolos aún más a los efectivos de la elección de octubre.

Pero entonces, ¿por qué una ensayista desconoce estos números y esta realidad? Para ser bondadosos o respetuosos, digamos que seguramente su artículo es producto de sus prejuicios, cosmovisión, ideología o falta de método o rigor científico, o una desafortunada combinación de ellos. La académica Sarlo evidentemente fue víctima de la generalizada nube de desinformación que asoló a la sociedad en los últimos años, y que señalo aquí.

Aunque podemos dudar de las verdaderas intenciones de la famosa ensayista de La Nación, porque queda así expuesta la falsedad de la argumentación de Beatriz Sarlo. Si se parte de una premisa falsa (el 20% de popularidad de Cristina Fernández antes de la muerte de Kirchner) arribaremos a una conclusión (o explicación) falsa (las razones de la "súbita" evolución del voto cristinista).Aunque aquí podemos sospechar que el ejercicio de construcción utilizado en el artículo de Sarlo puede ser el inverso: la premisa es que el cristinismo es escencialmente una escenificación, una impostura, que el pueblo es permeable a ella y que por lo tanto el resultado de esa operación debe ser que este 54% de votos es hijo putativo de aquel 20% de popularidad anterior a la oportuna muerte de Kirchner y la “impostura cristinista”… Esto sí constituye lisa y llanamente una impostura, la que este humilde basurero se atreve a denominar la “impostura Sarlo”.

Sobre la ideología o cosmovisión de la reconocida escritora y ensayista no hace falta aclarar nada, con leer alguno de sus artículos es suficiente, como por ejemplo éste:

“La empresa de mi vida fue entender al peronismo. Esta es la empresa con la cual nace a la política mi generación, con la idea de que nuestros padres habían cometido un grave error político celebrando la caída de Perón por un golpe de Estado, cosa que fue la madre de todas las desgracias argentinas. Pero el primer capítulo en el cual los Kirchner logran implantar un tema es cuando dan la batalla por la ley de medios y la ganan. El segundo elemento es la transformación que se produce durante el Bicentenario. Dos o tres millones de personas dando vueltas produjeron un doble efecto: no estaban celebrando al Gobierno, pero estaban en una celebración que el Gobierno había montado. Con el acto que Cristina Kirchner hace en Vuelta de Obligado, ellos descubren un mix de cultura teatral circense, tipo Fuerza Bruta, más un compacto de revisionismo nacionalista, que es como el fondo de cocina de una ideología histórica popular, con una gran puesta en escena gracias al dinero del Estado. Era un político muy inteligente en ese sentido y carente totalmente de escrúpulos en el uso del aparato del Estado en su beneficio. Ella [por Cristina Kirchner] ha recibido una gran herencia, es una gran parlamentaria, pero no es políticamente interesante.”
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O ver este reportaje en La Nación:
Sarlo considera que "la muerte de Néstor Kirchner le vino extraordinariamente bien al Gobierno" y que "la Presidenta se constituye" en el fallecimiento del ex presidente
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Sobre sus prejuicios, ella misma reconoce su lucha por comprender el fenómeno del peronismo, aunque este humilde basurero se arriesga a reemplazar “peronismo” por “partidos populares” o “movimientos políticos autóctonos”. Su visión se centra en que la construcción política es siempre desde arriba, en la superestructura y sin una iniciativa popular, como si en el 2001 Duhalde hubiese dispuesto que caiga De La Rúa y orquestado la crisis, y la gente hubiese seguido el guión duhaldista a pie juntillas; luego Kirchner hubiese prestidigitado la situación política para que la gente se volcase al kirchnerismo siguiendo su flauta mágica, y que terminasen votando a su mujer un par de veces, la que es una simple parlamentaria y muy buena actriz, y que se benefició del oportuno mutis por el foro de su marido. Más detalles de esta característica de la derecha y de la “izquierda lúcida” (¿izquierda?) argentinas ver aquí.

En cuanto a su falta de método o rigor científico, vemos que la misma Sarlo lo reconoce en el siguiente video al exponer sus endebles argumentos y falta de rigor en una especie de “trabajo de campo” que realizó durante los festejos del Bicentenario y su experiencia con sus consocios del club Ferro:





Como vemos, Sarlo explica el triunfo de Cristina (y del kirchnerismo) centrándose fundamentalmente en que el gobierno ganó la batalla cultural, despreciando mucho (según la humilde opinión de este servidor público) lo que la sociedad toda percibe, recibe y valora de la gestión del gobierno, e ignorando esa lógica relación bidireccional que se da entre representantes y representados, líderes y seguidores en todo ejercicio de poder o autoridad. Quizá sea esto el producto más de sus carencias metodológicas y teóricas (debido a la especialidad que ella abrazó y domina) más que de sus prejuicios (aunque estos últimos pueden influir y mucho en la adopción o no del rigor en sus afirmaciones). Quizá sería recomendable que aborde un método científico para su análisis de los procesos sociales y políticos, como por ejemplo el método de observación científica.


Es por eso que ahora, para enriquecer el análisis y superar las explicaciones simplistas "para la tribuna" de Elisa Carrió, y las sofisticadas "para la platea" de Beatriz Sarlo, es necesario repasar otras explicaciones posibles sobre las razones del resultado del 23 de octubre, postuladas por otros ensayistas o columnistas más avezados en este tipo de análisis:

Análisis territorial del voto del campo, porqué Cristina arrasó en el interior rural.
“Si bien no fue una sorpresa el contundente triunfo de Cristina Kirchner en las elecciones del domingo pasado, sí causó algo de asombro el hecho de que se impusiera por tan amplio margen en casi todas las localidades de base agropecuaria del interior del país.
Para el analista político e historiador agropecuario, Juan Cruz Jaime, hubo tres factores clave que produjeron la arrolladora victoria presidencial en todas las zonas rurales de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa.
“Primero, no existió la misma mística política del 2009 cuando el conflicto todavía estaba latente; segundo, los agrodiputados no ocuparon lugares importantes en las listas (salvo Mario Llambías en la CC); y tercero, la oposición implosionó”, comentó Jaime.
“La ruralidad se vio beneficiada con todo el derrame de capital que viene produciendo el campo en los pueblos; y la gente lo ve como una virtud de las políticas del Gobierno nacional. Mientras que los productores no tienen la misma valoración”, agregó.
De esta manera, ninguno de los representantes del sector agropecuario que se presentaron en las elecciones de este año logró ingresar al Congreso, a diferencia del 2009 cuando entraron once diputados y dos senadores.

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Una nueva etapa política.
Edgardo Mocca, politólogo.
Se ha cerrado el ciclo político abierto en el otoño de 2008, con el conflicto agrario, que pareció profundizarse con la elección legislativa de 2009. El rasgo fundamental del ciclo que se cierra fue la puesta en cuestión de la legitimidad del gobierno: ya en la elección de 2007, después de un claro triunfo de la actual presidente, Elisa Carrió, quien se ubicó en el segundo lugar, formuló la curiosa tesis de la “legitimidad segmentada”. Era una forma un poco artificiosa de decir que el gobierno de Cristina era legítimo solamente para aquellos que la habían votado. Eran los pobres, los beneficiarios de la caridad estatal, a quienes había que “liberar” con el impulso de las clases medias de las grandes ciudades. La bien poco democrática doctrina de la legitimidad segmentada pasó del enunciado a la práctica con el levantamiento de las patronales agrarias, coordinadas por los grandes medios de comunicación. Desde entonces los discursos contestatarios al kirchnerismo, más que discutir o impugnar medidas prácticas del gobierno, han optado por la plena denegación de su legitimidad.
Según esta mirada la oposición fracasó por falta de liderazgos atractivos y por la fragmentación debida a la mezquindad de sus referentes. Ambos señalamientos son razonables, pero acaso estén confundiendo el síntoma con la enfermedad.
Los grandes liderazgos no se conforman a través de un casting: surgen de la reinterpretación de demandas sociales en específicos contextos de época.
La naturaleza del conflicto político obligó, en buena medida al gobierno, a adoptar una estrategia de ciudadela sitiada. Esa línea de acción tuvo su principal y más exitosa expresión una ofensiva “contracultural” curiosamente lanzada y desarrollada desde el poder político legítimo. El mérito histórico de esa empresa ha sido desnudar la trama que liga a la política con poderosos intereses empresarios, con las grandes empresas de comunicación como centros coordinadores. Así se resignificó la idea de “poder” arrancándolo de la interpretación liberal-antipolítica que lo sitúa exclusivamente en el gobierno y el Congreso para cuestionar al “otro” poder, al que no gana elecciones ni hace política en los ámbitos formales sino que se sostiene en su capacidad de presión y extorsión. Eso fue y es una conquista democrática.

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Nuevos puentes, nuevas construcciones.
El dato central es que Cristina Kirchner lidera hoy una coalición progresista moderada. El suyo es, como subrayan algunos analistas del exterior, un programa socialdemócrata con código populista. Tiene por un lado un compromiso de base con la tradición del peronismo. Pero por otra parte, la amplitud de su triunfo no puede explicarse sin el concurso decisivo del voto progresista independiente.
Cristina supo, quiso y pudo convencer a un electorado básicamente independiente, defraudado por las alternativas de la oposición y básicamente preocupado por garantizar la gobernabilidad futura del país.
Eduardo Fidanza, de Poliarquía, es más cauto. “No podemos saber si los resultados de las elecciones presidenciales configurarán un escenario de largo plazo. Por ahora, creo que se trata de la acentuación de tendencias que venimos observando desde hace unos años. En primer lugar, la confirmación del dominio político del peronismo que, bajo distintas orientaciones, ganó ocho de las diez elecciones sin proscripciones que hubo en los últimos 65 años; en segundo lugar, la debacle de la UCR y de fuerzas afines.
Tanto Luis Costa, de Ipsos-Mora y Araujo, como Luis Eduardo González, de la consultora uruguaya Cifra, evalúan que el resultado era de alguna manera previsible y que no cambia demasiado la perspectiva política. Para Costa, “lo que acaba de suceder no tiene mucho de novedoso, sino una consecuencia lógica y esperable en función de los sucesos de los últimos cuatro años. Los dirigentes de la oposición tienen todos más imagen negativa que positiva hace ya mucho tiempo y las únicas figuras que sobresalen son CFK y Scioli. El rechazo social a las figuras de oposición es muy importante y el apoyo a la Presidenta es más grande aún”. González coincide: “A mi juicio es una evolución del escenario anterior. Lo del domingo 23 ratifica un cuadro de mediano a largo plazo que nació (debiendo mucho al azar de las circunstancias) en 2003, pero que en 2007 ya estaba bastante claro”.
“La elección en sí misma es una evolución de la etapa anterior, pero el conjunto del cuadro es que el kirchnerismo llegó para quedarse. Es un proyecto que va más allá de los mandatos presidenciales porque es un nuevo modelo económico-social y la clave está en el papel del Estado.
Está claro que tras el colapso opositor subyace la certeza de que no comprendían las transformaciones producidas y su impacto en la opinión pública, por lo que no lograron constituirse en ya no alternativa de gestión ejecutiva, sino ni siquiera en oposición electoralmente consistente.

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UN TRABAJO DESMENUZA LAS RAZONES DEL VOTO A CRISTINA KIRCHNER Y MUESTRA EL RESPALDO DE VOTANTES DE LA OPOSICION A CIERTAS POLITICAS PUBLICAS
La gente ve bien la economía, pero también otras cosas.
La mejora en las jubilaciones y de la situación económica –tanto en su variante familiar como la macro del país– figuran al tope de los motivos del voto a la presidenta Cristina Kirchner. Por otro lado, muchas de las políticas públicas llevadas adelante por la actual gestión cuentan con un amplio respaldo que abarca, como es lógico, a los votantes del kirchnerismo, pero también a los de candidatos opositores, quienes se mostraron de acuerdo con medidas tales como los juicio a los represores, el despliegue de efectivos de Gendarmería en las calles, la ley de matrimonio igualitario, la entrega de netbooks, la Asignación Universal por Hijo y los subsidios a los servicios públicos.
Los datos surgen de un trabajo que el Centro de Estudios de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA realizó el día de las elecciones presidenciales con la modalidad “boca de urna”, con el objetivo de obtener información que permita reflexionar sobre el actual proceso político. El estudio se hizo en base a 1157 casos en el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que abarca conurbano y ciudad de Buenos Aires.
En seis de las diez cuestiones planteadas, la mayoría ha considerado que han mejorado en los últimos cuatro años. Las mejoras son: economía personal y familiar; economía del país, educación; salarios; empleos y jubilaciones. En dos aspectos la ciudadanía evaluó que la situación no se ha visto alterada: vivienda y salud;
Entre quienes votaron a Cristina Fernández de Kirchner, el 82 por ciento considera que su economía personal mejoró. En contrapartida, entre quienes votaron por otras opciones un 48 por ciento dijo no haber visualizado cambios.
Los votantes también evaluaron diez políticas públicas relevantes planteadas por el gobierno nacional. En esta lista se incorporaron temáticas diversas, algunas de ellas arduamente debatidas como la estatización de las AFJP, la retenciones a las exportaciones o la ley de medios. Por otro lado, se buscó evaluar la recepción a medidas concretas en materia de seguridad, como la presencia de Gendarmería en la calle, mientras que también se consignaron las políticas planteadas desde el oficialismo como de inclusión social: la Asignación Universal por Hijo, el programa Fútbol para Todos y la entrega de netbooks a los estudiantes. Finalmente, se incorporó en la lista la política de derechos humanos encarnada en el juicio a los militares de la última dictadura militar.
Esta lista, no exhaustiva, muestra un gran conocimiento de la agenda gubernamental y un acuerdo mayoritario sobre estos ejes de gobierno. Si bien todas las opciones brindadas cosecharon más de la mitad de las adhesiones, se destacan cuatro: la reanudación de los juicios de los represores de la última dictadura, la disposición en la vía pública de la Gendarmería como fuerza de seguridad urbana; la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la entrega de netbooks a los estudiantes.
En tanto, la AUH es una de las políticas más valoradas por los votantes del oficialismo: el 87,1 por ciento. No obstante, un 55 por ciento entre los que votaron otras opciones también la apoya.
Otra política desarrollada por el gobierno nacional y que obtiene un acuerdo mayoritario entre quienes votaron tanto por el oficialismo como la oposición es el subsidio a los servicios públicos (81,8 y 53,2, respectivamente),
El análisis global indica que quienes han votado a Cristina Kirchner manifiestan un apoyo que excede lo estrictamente económico, como se plantean desde algunas tribunas, y que abarca prácticamente toda la agenda gubernamental, con la excepción del tema de seguridad y pobreza, que quedan como asignaturas pendientes.

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Acuerdos y desacuerdos con la Presidenta.
Con el triunfo de Cristina Kirchner bien fresco, una encuesta sobre la visión de los votantes de todos los partidos sobre políticas de Estado. El resultado fue claro: una mayoría que va de absoluta a casi unánime aprueba iniciativas del Gobierno.
En términos generales, el estudio determinó que un 45,4 por ciento de los consultados tiene una imagen muy positiva de la Presidenta, con un 18,1 por ciento que la ve en términos positivos.
La evaluación de su gestión es paralela, con un 67,5 por ciento que la ve en términos positivos y apenas un 11,3 por ciento que siente que es muy mala.
Desde esta base de números generales se puede evaluar que un 83,7 por ciento diga que fue positivo crear un Ministerio de Ciencia y Técnica, como un 75,5 saluda la ley de promoción industrial y un 70,4 la ley de matrimonio igualitario. Estas cifras están claramente por encima de la aprobación genérica al Gobierno, lo que indica que hasta quienes no lo ven de modo positivo reconocen el mérito de estas políticas. Los números siguen por encima del promedio al hablar de la estatización de las jubilaciones, bien vista por un 69,3 por ciento, y el pago de la deuda externa con reservas cambiarias, aprobado por el 67 por ciento.
Las cosas se empatan al llegar al programa Fútbol para Todos, con un 64,6 por ciento de opinión positiva, la Asignación Universal por Hijo, con el 62, y la Ley de Servicios de Comunicación Visual, con el 60,2 por ciento.
Otro ítem rico de interpretar es el creado por dos preguntas que buscan medir el nivel de acuerdo con dos definitorias. La primera afirma que un logro de este Gobierno fue recuperar un Estado fuerte, lo que logró un 70,8 por ciento de acuerdo. La segunda dice que la Presidenta ganó las elecciones porque llevó una mejora a todos los sectores de la sociedad, aprobada por el 59,8 por ciento. En ambos casos, el nivel de acuerdo es superior o muy superior al resultado de las elecciones.

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Un viaje por el corazón y la cabeza de los votantes kirchneristas.
“Entre los factores determinantes sobresalen las medidas de gobierno, su estilo y la marcha de la economía”, asegura Hernández. Pero también un cuarto aspecto, que los responsables de la encuesta califican como “fundamental” y que suele englobarse como modelo K. “Se trata de los sentidos simbólicos asociados a las decisiones de gobierno”, explica Hernández. La cuestión, que califica como “clave”, se ubica en el complejo campo donde se entrecruzan los discursos y se dirimen los significados.
“Es allí donde el kirchnerismo logró una ventaja que le permitió construir un triunfo que, a nuestro juicio, trasciende la coyuntura y le permite revitalizar constantemente las decisiones tomadas. Hay, en definitiva, una construcción política que trasciende la gestión”, agrega Abramowicz.
Los datos hablan: el 52 por ciento de los encuestados por Enovu respondió que el Gobierno “recuperó el rol del Estado en beneficio de la sociedad”; porcentaje similar al que consideró que “el Gobierno trabaja por los derechos humanos” y “contra la corporaciones que no le han hecho bien a la sociedad”. Un 45 por ciento se manifestó de acuerdo con la proposición que sostiene que “el Gobierno promueve la distribución de la riqueza en beneficio de los que menos tienen”.
En los hechos, el análisis detallado de los votantes de Cristina Kirchner señala que una inmensa mayoría considera importante su confiabilidad (76 %) y su capacidad para liderar toma de decisiones (65 %).
El trabajo puso a consideración decisiones de alto impacto, como la estatización de las Afjp, la implementación del Fútbol para Todos, la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la sanción de la ley de medios, entre otras. En todos los casos, los niveles de aprobación oscilaron en torno del 50 por ciento, con un pico de 58 puntos porcentuales para la AUH.

Pistas y despistes.
El trabajo de Enovu no sólo aporta pautas que explican una victoria del Gobierno tan contundente como el tsunami que arrasó con una oposición raquítica y fragmentada. “Pusieron el acento en factores no tan relevantes, como las supuestas características personales de la Presidenta, a las que cargaron de un signo negativo. El tema del luto, que podría asociarse a esa características, no pesó en la decisión de los votantes”, completa Abramowicz.
“Algunos candidatos hicieron hincapié en la falta de libertad, y esto es algo que la gente no ve así. Las personas notan que hay más inclusión, más igualdad y, por ende, más libertad.
Cuando se le preguntó a los entrevistados si durante el último año la situación de su familia mejoró, sigue igual o empeoró, el 75 por ciento se inclinó por responder que mejoró o se mantiene igual, al tiempo que poco más del 70 por ciento consideró que mejorará o seguirá igual con Cristina Kirchner al frente del Gobierno.
“La mirada de los votantes del FpV es de esperanza. La gente espera que se profundice el modelo y el crecimiento económico”, completa Ramírez.
Tres factores. Según el relevamiento de Ibarómetro, son esencialmente tres las causas que explican el voto a Cristina Kirchner. “En primer lugar está la cuestión económica. En este caso juegan un papel importante las expectativas de crecimiento. Esto se relaciona con la posibilidad de trabajar y con una mirada esperanzadora sobre el futuro personal y del país”, dice Ramírez. Otro de los aspectos destacados es el liderazgo. “En este caso, se conjugan elementos ligados a la valentía y la fuerza; pero también a la racionalidad, al peso intelectual y a la capacidad técnica”, subraya.
El tercero de los factores, según el trabajo de Ibarómetro, es la cultura política. “Hay un patrimonio de valores compartidos. La intervención de la economía y el posicionamiento hacia América latina, en detrimento de los países centrales, hablan de la construcción de una identidad. El valor del Estado y la búsqueda de la igualdad, que es la esencia del peronismo, pesaron en la elección”, puntualiza Ramírez.
Identidad y militancia. Otra cuestión sobre la que avanzó Enovu se relaciona con el interés que demuestran los votantes de la Presidenta por la política. El dato cobra valor si se compara con los años ’90, cuando la militancia y la discusión políticas eran poco menos que hechos disfuncionales. Según la encuesta, el 76 por ciento de los votantes captados por Cristina Kirchner afirma que en su casa se habla mucho de política.
“El dato es interesante. En los noventa, el modelo neoliberal había entrado. Hoy, la gente reconoce que las cuestiones políticas le interesan mucho. En este punto, cabe destacar que el kirchnerismo suele adjudicarse ese voto. Sin embargo, nuestro relevamiento indica que no se trata de un factor determinante del voto. Esas personas pueden votar a cualquier otro candidato”, puntualiza Berasueta. Desde la óptica de Ramírez, “la efervescencia militante, si bien no es masiva, tiene un pacto significativo y contribuyó a inyectarle una identidad ética al kirchnerismo, que es una carencia de la oposición. Los partidos opositores carecen de identidad”, señala el integrante de Ibarómetro.

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Pobreza, indigencia e inflación.
Un informe aún inédito del Centro de Estudios de la CTA (CIFRA) señala que entre los segundos trimestres de 2008 y de este año, se produjo una reducción muy marcada de la pobreza y de la indigencia. CIFRA fue creado cuando los equipos técnicos de la organización se pusieron al servicio de la banca en el Congreso y de la campaña proselitista de Claudio Lozano. Dirigido por Eduardo Basualdo, sus estudios en lo relativo a ingresos, costo de vida, pobreza e indigencia no utilizan el Indice de Precios al Consumidor del vandalizado INDEC, sino una combinación entre la Encuesta Permanente de Hogares del organismo nacional y los índices que difunden siete aglomerados provinciales que rehusaron seguir los lineamientos fijados desde la Secretaría de Comercio Interior (Jujuy, Neuquén, Paraná, Rawson-Trelew, Salta, Santa Rosa y Viedma, según las respectivas Direcciones Provinciales de Estadística).
Datos similares brinda la consultora Equis, del sociólogo Artemio López, para quien entre diciembre de 2003 y 2010, la pobreza se redujo del 44,3 al 20,6 por ciento de las personas y la indigencia del 20,5 al 5,4 por ciento. López refuta títulos de prensa recientes según los cuales “La inflación se siente más en la canasta de los pobres” y “La inflación es una fábrica de pobres” y explica que los ingresos populares crecieron más que la inflación, por lo cual el ciclo kirchnerista produjo lo que llama el “desempobrecimiento masivo”, que sacó de la pobreza al equivalente a la población total de la provincia de Buenos Aires y de la indigencia a tantas personas como las que viven en la Capital, Córdoba y Mendoza sumadas.


Los "secretos" de Cristina: crónica de cómo cambió el concepto de Kirchnerismo en "Cristinismo puro".
La Presidenta concluye su mandato con más poder que con el que comenzó. El boom de consumo ayuda pero, según analistas, explica una parte. Cuando vivía Néstor Kirchner la sensación era que él tomaba las decisiones, aún al inicio de su gestión. ¿Cómo hizo para desinstalar esa idea?
En tono irónico, un dirigente "k", que suele transitar los pasillos de la Rosada, expresó: "La campaña electoral de Cristina se hizo en los shopping".
Su expresión resume cómo los resultados electorales guardan relación directa con el boom de consumo.
Fuera de los shopping, las ventas de autos siguen imparables. En septiembre, se llegó al nuevo récord histórico de patentamientos, con 680.000 ventas acumuladas, cifra que ya supera la marca de todo el año pasado.
También en el caso de las motos los números impresionan. Y todo indica que en estos 10 meses (enero-octubre) se superará la marca registrada en 2010.
En el segmento de autos usados, se está cerca de alcanzar el máximo registro (se proyectan ventas de 1,7 millones para el año).
Los politólogos y expertos en opinión pública creen que se incurriría en una simplificación excesiva si se atribuyera solamente al boom consumista la explicación del gran apoyo que muestra el electorado hacia Cristina Kirchner para este domingo.
Y apuntan a que, ante los ojos de la ciudadanía, la Presidenta ha experimentado una evolución.
En este sentido, destacan que en la elección previa de 2007 buena parte de la sociedad veía a la actual mandataria como un apéndice de Néstor Kirchner, a quien percibían como aquél que tomaba las decisiones de fondo, aun durante el mandato de ella.
Tras el fallecimiento del ex Presidente, tuvo que lidiar con esa idea instalada en la sociedad, reconstruir poder, "alinear la tropa" y alejar la sensación de que el kirchnerismo, como fuerza política, iba camino a la desaparición.
Más aún, el hecho de haber ganado la "batalla cultural" -que ella misma se encargó de potenciar- hizo que terminase su primer mandato con mejor imagen y más poder que como lo comenzó en 2007.

Nota completa de Basurero Nacional


Julio Burdman, politólogo.
El aplastante triunfo de Cristina confirmó para todos los argentinos el carácter insoslayable del kirchnerismo. En los días posteriores al 23, ocurrieron escenas impensables. Antikirchneristas cerriles de ayer reconocían que "algo bueno debe haber hecho" el gobierno para recibir el apoyo de la mayoría.
El fin de la negación del fenómeno K nos permite distinguir entre dos tipos de oposición: una vieja, que nunca lo reconoció, perimida a partir de hoy, y una emergente, que da por hecho el lugar central que el kirchnerismo ocupa en la política argentina de la última década.
Quienes ningunearon al kirchnerismo lo hicieron de tres formas.
Primero, nunca terminaron de aceptar su respaldo social. Antes se dijo que Néstor Kirchner no duraría, que era el “chirolita de Duhalde”, un rehén del PJ que no resistiría dos semanas con las tapas de los diarios en contra, y después que solo se sostenía a fuerza de clientelismo, fraude electoral y aprietes a los gobernadores para comprar adhesiones.

Segundo, dijeron que no era auténtico: Kirchner no era de centroizquierda, sino un gobernador menemista, corrupto y obsesionado por el dinero, sin un real compromiso con los derechos humanos, y para colmo, “no era peronista”.

Tercero, y lo más grave, dijeron que era una amenaza para la república democrática. El kirchnerismo era, amén de parroquial, hegemónico y autoritario. El paroxismo fue su equiparación al fascismo.

Carente de legitimidad y de credenciales, inmoral y potencialmente anticonstitucional, el kirchnerismo no era un adversario normal de una competencia democrática. Era algo anormal. Y esa anormalidad requería respuestas extraordinarias.
Así fue que buena parte de la oposición dejó de lado la discusión de ideas, liderazgos y políticas públicas -digamos, la competencia democrática normal- y se embarcó en una estrategia antisistema, sobre todo en lo discursivo -el "republicanismo"- y también en la acción -el Grupo A.
Había que impedir la continuidad del kirchnerismo de cualquier forma, y ese objetivo se apoderó de ellos. En el camino, perdieron contacto con la realidad de los votantes que querían representar.
No es fácil explicar por qué tantos políticos opositores talentosos jugaron a fondo esa estrategia tan extrema, que los dejaba fuera de juego si el kirchnerismo sobrevivía.
Probablemente, negarse a aceptar la era K venía de la mano de no aceptar tampoco los cambios que sobrevenían a la crisis de 2001 - 2002, de los que el kirchnerismo es una interpretación posible.
No toleraron que se estaban cuestionando las políticas económicas previas, que el kirchnerismo haya irrumpido tan de golpe ("¿quiénes se creen que son?"), que muchos habían cumplido un ciclo. Todo un mundo había caído. Esto, claro, es fácil de escribir pero difícil de aceptar en el cuerpo.
Esta oposición que nunca aceptó al kirchnerismo, la vieja a partir de ahora, cometió errores de conceptualización y estrategia. Buena parte de la UCR, el duhaldismo y la Coalición Cívica quedaron anclados en un prekirchnerismo ya que postulaban un regreso a un lugar previo. No casualmente, Duhalde y Carrió fueron protagonistas de la crisis de 2001. La emergente, en cambio, parte del kirchnerismo y postula un poskirchnerismo.

LOS EMERGENTES

Ahora, el futuro opositor estará en manos de aquellos que se ofrezcan a la sociedad una alternativa política diferenciada de la experiencia actual, pero tomando a su existencia insoslayable como punto de referencia. El Pro y el Frente Amplio Progresista son los más emplazados para desempeñar ese rol.
El FAP nace para competir en las elecciones de 2011 y cuenta, en esta pugna de las generaciones opositoras, con las ventajas de la juventud. Su primera campaña se planteó alrededor de presentar una propuesta de gestión sobre un programa económico moderado, una visión socialdemócrata del Estado, una imagen de gestión, una defensa del campo y el federalismo, y una alianza sindical con el sector “tradicional” de la CTA.
El kirchnerismo, para ellos, no es un bicho inmundo sino un adversario populista con un programa y un electorado diferentes. Los orígenes del socialismo santafesino, la fuerza más importante del FAP, están vinculados al Partido Socialista Popular de Estévez Boero, tal vez el menos gorila de los partidos no peronistas del Siglo XX.
El Pro, por su parte, tiene un ala prekirchnerista y otra poskirchnerista. Pero la segunda finalmente se impuso en este año electoral. La clave de este corrimiento fue que Mauricio Macri, quien tenía un pie en cada vereda, finalmente optó por la pos.
El Pro prekirchnerista era el más ansioso por tejer alianzas con la vieja oposición, realizando acuerdos electorales de “consenso”, plegándose a la estrategia del Grupo A, y adoptando el discurso institucionalista. En la mesa chica, en 2011 se decidió abandonar este camino en pos de un estilo basado en la imagen de gestión, la comunicación populista y los liderazgos convocantes.
De hecho, las figuras en ascenso del macrismo prekirchnerista, como Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti, pasaron a un segundo plano electoral. Las figuras del macrismo versión 2011 fueron el propio Mauricio –protagonista excluyente de la elección porteña- y sus candidatos más exitosos en el interior: el humorista Miguel Del Sel y el productor agropecuario Alfredo Olmedo, quienes quedaron en segundo lugar en sus distritos haciendo elecciones sorprendentes.
Se suma al grupo exitoso su primo, Jorge Macri, intendente electo de Vicente López. Esta estrategia de comunicación más cercana al conservadurismo populista que recomienda Jaime Durán Barba, como la del FAP, no niega al kirchnerismo sino que coexiste con él, buscando una representación diferenciada sobre sus falencias y captando las porciones del electorado en las que éste no penetra.

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INFORME DE SEIS UNIVERSIDADES SOBRE LA ASIGNACION POR HIJO
Los cambios en la escuela, en la mesa y en el trabajo
El informe elaborado por seis universidades nacionales a pedido del Ministerio de Educación indaga en los cambios de la vida cotidiana. Las mejoras en los índices escolares, en la familia y en la alimentación.
…forman parte de un interesante informe cualitativo elaborado por seis universidades nacionales a pedido del Ministerio de Educación. El relevamiento cubrió siete provincias, se entrevistó a 1200 personas entre funcionarios, docentes, padres de alumnos, alumnos, funcionarios y “otros actores” (ver recuadro aparte). La finalidad es conocer las percepciones generales sobre la AUH, sus consecuencias en la escolarización, las prácticas educativas, el consumo en los hogares.
En términos generales, entre los principales universos entrevistados, los beneficiarios (jefes de hogar o alumnos) muestran conformidad y, sobre todo, testimonian lo que fue cambiando en su cotidiano.
El informe detecta “un reconocimiento mayoritario” en el aumento del presentismo escolar, en la evidente mejora de las condiciones de vida y en el acceso a la posibilidad de recreación y nuevos consumos culturales. El Ministerio de Educación verificó que, efectivamente, la matrícula aumentó y, además, que es otra la forma de “estar en la escuela” de muchos alumnos. Se inscribieron más educandos y la tasa de retención mejoró. La trayectoria educativa es mejor, observándose menos repitencia, abandono y sobreedad.
La AUH no es un subsidio al desempleo. En tendencia, la mayoría de los jefes de hogar tienen trabajos informales, a veces esporádicos. El agregado de los dos ingresos reconfigura la, siempre restringida y exigente, economía familiar. El modo en que las familias asignan los nuevos recursos, ya se dijo, es leído contradictoriamente entre los docentes. Los padres y los alumnos enfatizan que los útiles escolares y la comida son el principal destino. Refacciones en la vivienda, otro caso.
La experiencia del Ministerio de Educación y muchas escuelas corrobora sus dichos. Desde principios de 2011 se redujo sensiblemente el número de pedidos de útiles a las autoridades nacionales, provinciales y municipales. En parte, explican conocedores del terreno, es que hay más plata en los hogares. En parte, es que los chicos prefieren darse un gustito eligiendo tal o cual cartuchera, mochila o lapicera.
El menú cotidiano es otro, las familias dan cuenta. “Les compro dulces y frutas”, comenta una madre formoseña. Una alumna de Melchor Romero se entusiasma, entre otros motivos porque, argentina al fin, puede convidar: “Ahora comemos pollo al horno, más seguido asado... invitamos a gente a la casa a comer, más a los chicos de la iglesia a comer pizza”.
Los comedores escolares están, por lo general, menos poblados. A veces los alumnos demuestran nuevas exigencias: “A los pibes les gusta la milanesa, el puré... si les das acelga, digamos, antes la comían porque en la casa había necesidad, no había comida, pero ahora es como que no la comen” (un inspector regional).
Los MP3, celulares, golosinas para el recreo son partes de nuevos patrimonios. Hay docentes que ven en esos accesos una mejora en las condiciones cualitativas de acceso al aprendizaje. Otros barruntan un desperdicio.

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Para finalizar y no prolongar aún más esta atrevida nota, este humilde servidor público trae a colación una frase de alguien que algo sabía de ciencia, rigor y métodos:

“Todos somos ignorantes, sólo que en distintas materias.”
Alberto Einstein

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